Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. El Reino del Bosque Negro; los reyes Thranduil y Almaré

En las gigantescas salas del Reino del Bosque, una en particular se encuentra iluminada por la felicidad de un pequeño retoño. La sala, hecha de los mejores materiales, es adornada por pequeñas ramas de oro que con delicadeza forman una pequeña cuna y a la par, una cama con dosel de color escarlata e hilos dorados donde una mujer de cabellos oscuros como la noche y de ojos de igual color, con una piel blanca como la nieve, pero suave y cálida al contacto miran con atención a un pequeño ser. Sus ropas, hechas de las mejores sedas daban a acurrucar en los regazos de la joven, un pequeño niño.

Un fastuoso bebé ríe y muestra sus hermosos ojos del color del sol, mientras su madre le acaricia y besa sus pequeñas manitas. El hermoso bebé de cabellos castaños y de piel tan blanca que parece que brillara, mira a su madre examinando cada parte de su rostro, conociéndola, por otro lado, Almaré lo mira hablándole con una voz tenue pero llena de amor.

—La luz del día está en ti, mi niño... días hermosos llenos de amor vienen para ti mi bebé —le dice, el pequeño infante le mira con mucha atención como si entendiera cada palabra, cada sentimiento de su madre para con él.

—Ser madre te asienta bien... mi reina... —habla Thranduil apareciendo en el marco de la puerta, observando con deleite a ambos. Almaré le sonríe dulcemente.

—Mi pequeña estrella me llena de felicidad y gusto, mi rey... —contesta la joven madre. Thranduil camina hacia ellos sentándose en la orilla de la cama. Los ojos celestes del rey junto a los oscuros de la reina se entrelazan en una conversación espiritual que solo ellos entendían.

La puerta se escucha tocar, apareciendo en la habitación una elfa de cabellos rojos que caen con gracia en su cuerpo cubierto con ropas élficas militarizadas pero preciosas ante la vista de hombres comunes.

—Pasa algo Tauriel? —pregunta Thranduil. La aludida le saluda haciendo una reverencia.

—Las arañas mi señor...

—Han rebasado el camino del reino? —pregunta Almaré, Tauriel asiente —Esto será un grave problema si se encaminan a otras ciudades aledañas...

—Llama a Légolas, vayan junto a un pequeño grupo a exterminarlas... —dice Thranduil. Tauriel asiente para luego irse.

—Todo estará bien? —pregunta Almaré mientras arrulla al pequeño quien bosteza cayéndosele los parpados. Thranduil no le contesta, solo le sonríe para luego darle un beso en la frente del pequeño y luego irse.

++++++++++++++++

Lejos del camino de los enanos, se encuentra una enana en las puertas del reino de Ered Luin. Dís, se encuentra pensativa y triste debido a que no ha sabido nada de sus dos hijos ni de su hermano. Ella tiene miedo de que algo les suceda y eso todos los días la carcome, la enferma a tal grado que casi ni come.

—Te extraño Eurielle... —susurra mientras cierra los ojos recordando cada gesto, cada travesura, cada aprendizaje junto a ella. En ese preciso momento, algo indescriptible la hizo sonreír posiblemente Eurielle estaba con ella. Porque su energía y su esencia se han presentado —. Sé que todo saldrá bien... —habla sin abrir sus ojos para seguir sintiendo el espíritu de su amiga, de su hermana.

++++++++++

En las profundidades del Bosque Negro, se encuentra un desorientado grupo, Bombur ha caído al río y ha quedado profundamente dormido y eso ha traído problemas con llevarlo. Ahora se encuentran perdidos en la neblina y espesura del bosque.

En un instante, la neblina comienza a correrse, dejando ver a un ciervo albino.

Thorin sin mínimo ruido toma el arco de su sobrino apuntándole al animal el cual mira con atención al enano, la flecha del enano pasa no muy lejos del cuerpo del animal, espantándolo.

—Eso trae mala suerte... —dice Bilbo.

—La suerte se la construye uno —dice Thorin regresando el arco a su dueño, para luego seguir buscando el camino perdido.

Aûstryth mira a Bilbo preocupada, sabe que eso no traerá nada bueno a la compañía pero llevarle la contraria al líder es como ponerse una soga en el cuello.

La sed, los mareos y un constante desequilibrio mental atormentaba a la compañía mientras avanzaban en el camino que ha sido encontrado, pero de repente Dwalin; el que lideraba el grupo se detuvo.

—Hemos perdido nuevamente el camino... —habla, los enanos comienzan a dispersarse para volverlo a encontrar.

—Aûstryth... no te separes de mi. —dice Thorin, ella asiente caminando cerca de él.

—Qué es esto? —pregunta la enana. Thorin mira en la dirección que le señala topándose con muchas telarañas.

Thorin en ese momento entendió que han sido vigilados desde que entraron y no por elfos.

—TOMEN SUS ARMAS!!! —exclama el líder. Aûstryth prepara su arco sin separarse de Thorin, pero de repente todo su alrededor fue oscurecido y cayó inconsciente.

Al despertarse se encontraba entre telarañas y gritos. Los enanos estaban luchando en contra de gigantescas arañas. Aûstryth se incorpora buscando su arco encontrándolo y cargándolo con dos flechas disparándolas a las arácnidas.

Pero al instante los enanos fueron rodeados por elfos silvanos, matando y derribando a los enanos quitándoles sus armas, la enana aún sigue en pie estirando la cuerda lista para disparar, pero una docena de elfos aparecen rodeándola con arcos de tiro listos para disparar.

—Por eso no disparo... —dice la enana con una mueca.

Légolas y Tauriel registran a los enanos seguidos por los guardias.

—Una enana y trece enanos... —habla Légolas con tal desprecio hacia ellos —. ¿Qué hacen ustedes despreciables criaturas tan lejos de sus montañas? —pregunta mientras uno de los guardias le entrega un relicario. Lo abre llevándose una sorpresa —¿Este es tu hermano? —pregunta el elfo al enano Gloin el cual muy ofendido le contesta que es su esposa —. ¿Y esta horrible criatura?

—Es mi hijo Gimli... —contesta — me lo puedes regresar? —dice el enano, Légolas se lo entrega lleno de asco para luego mirar a cada uno de los enanos centrándose en uno solamente.

—Tu no eres Thorin hijo de Thráin? —pregunta. Thorin no le contesta solamente se cruza de brazos.

—No tienes reino y aun así eres orgulloso... —dice uno de los elfos.

—Llevémoslos al reino... mi padre estará muy contento con la llegada de estos enanos.

Las puertas del palacio se abren dejando ver su majestuosidad. Conforme caminaban los enanos parecía como si las paredes largas del palacio se abrieran y se agrandaran recibiéndoles.

—Tu, tu y tu acompañaran al rey... — manda el príncipe Légolas, señalando a Aûstryth, Balin y Gloin, los cuales encadenados siguen a Thorin hacia el salón del rey Thranduil, donde los esperaba sentado en su trono.

—Vaya!! Thorin hijo de Thráin! —dice el rey elfo mientras hacía señas a sus guardias para que les soltaran —. ¿A qué vienes a mi reino?

—Venimos de paso... no vengo a visitarte, Thranduil hijo de Oropher... —contesta el enano con mucha altanería pero sus ojos se posicionan en la compañera del rey la cual se encuentra sentada a la par del elfo —. Parece que tu también has caído bajo... estas con una humana...

Ese último comentario hizo enfadar al rey levantándose de su trono llegando a él.

—Y tu esposa? —suelta Thranduil. —pensé que te habías unido con una enana vulgar de tu reino extinguido... que por cierto... —dice dirigiéndose a Balin — era tu hija no es así?

La mirada de sorpresa inunda a la pelirroja, pero no se atreve a decir nada.

—Qué pasó con tu primera esposa? —contraataca Thorin.

—No tienes derecho en preguntar por ella enano... —contesta Légolas.

—Basta! —exclama Thranduil, Almaré por su parte se siente incómoda por la ridícula disputa entre los dos reyes, pero los ojos celestes de la enana se encuentran con los ojos oscuros de la reina incomodándola aún mas. —Déjennos solos... —dice Thranduil —. Solamente Thorin y yo.

Légolas lleva a los enanos sobrantes a los calabozos seguido por la reina la cual se cubre con una capa.

Al llegar, Almaré mira a todos los enanos detenidamente mientras los más jóvenes del grupo (Fili y Kili) susurraban sobre ella.

—Hey!! —exclama Kili— Tu no eres una elfa... —suelta, la aludida niega sin decirle nada —. Sabes donde esta nuestro tío? ¿Nos puedes sacar de aquí?

—No seas estúpido! ¿No ves las ropas de la mujer? —habla Dwalin— ella es la reina de aquí...

El silencio, comenzó a reinar, todos la miraban con desprecio en excepción Aûstryth. La reina se acerca a las rejas arrodillándose para mirar con mas detenimiento a la joven enana.

—Siento mucho esto... —susurra. La pelirroja le mira sin entender porque le habla —. Apelaré por ustedes para que puedan llegar a Erebor lo más antes posible... —dice sorprendiendo a la enana. ¿Cómo ella sabe de la profecía? —. Nunca he querido ni he aceptado el odio entre los elfos y enanos...

—Esto sucederá siempre... —dice la enana con seriedad.

—Espero que te equivoques... y que esto acabe... —dice levantándose y yéndose junto a Légolas.

—La amo... —susurra entre suspiros Kili.

—No me digas que te gustó la humana! —exclama Fili con horror.

—Claro que no!!

—Entonces?

—Habla de la elfa de cabello rojo... —habla Dwalin.

—Siempre he pensado que tu, hermanito, estabas muy mal... y hoy me di cuenta que... ¡así es! —dice Fili negando con la cabeza —. Quisiera saber ¿qué haría nuestro tío cuando se entere... o nuestra madre!?

—Lo matará! —dice Gloin entre risas.

+++++++++++++

La charla junto a Thorin, no fue grata ni fructífera para Thranduil, ya que el educado enano lo mandó... muy lejos... y no quiso negociar con él. Ahora el elfo se encuentra caminando de un lado a otro pensativo mientras carga a su bebé que duerme tranquilamente. Almaré se encuentra sentada en el trono mirándole sin decirle nada. Pero la injusticia de que los enanos estén encerrados es despreciable para ella.

—Los vas a dejar ahí? —suelta la pelinegra llamando la atención del rey.

—Algún día morirán... así que no los voy a dejar ahí para siempre...

—Sabes que lo que haces esta mal...

—No sabes de que son capaces los enanos, Almaré...

—Uno de los enanos, es una enana, una mujer a fin de cuentas.

—Pero sigue siendo enana... y por sus ropas sospecho que es de Colinas...

—Erebor no es tu reino Thranduil —dice la reina.

—No lo es... pero sí este... y ellos se encuentran en mi reino. —dice el rey lleno de odio y desprecio por esos enanos, pero la mano cálida de la reina lo hipnotiza, ya que sus caricias lo tranquilizan.

—Este no es mi rey... —suelta la reina tomando al pequeño y yéndose, dejando a un elfo muy desconcertado.

Mientras tanto, en los calabozos un paciente enano, líder de la compañía se encuentra sentado, pensativo. Aûstryth quien se encuentra junto a él lo mira.

—La recuerdas siempre? —habla la enana, Thorin la mira asintiendo.

—Siempre...

—Sé lo que es perder a alguien...

—Todos sabemos lo que es perder a alguien. —habla Thorin con un deje muy cortante provocando en la enana dejar de hablar —. Gracias... —suelta después de una pausa.

—Gracias?

—Por unirte. Gracias... —Aûstryth le sonríe —. ¿Tienes frío?

—Un poco... pero no es importante... —contesta, pero Thorin la toma del brazo delicadamente y la sienta a la par de él cubriéndola con su capa, acariciando su espalda produciendo en ella calor. Calor que poco a poco la hizo dormir plácidamente.

—Saldremos de esta... —susurra el líder.


+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++


Espero que les haya gustado!

El personaje: Almaré, no es mío. por si acaso se llevan una mala impresión sobre plagio o algo así.  La dueña me permitió utilizar el personaje así que... espero que este cap y el personaje junto a la actitud de ella te haya gustado o haya superado tus expectativas.

Sin mas que decir...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro