18. The Last Goodbye (cap final)
El otoño llegó, y las flores comienzan a dar sus últimos colores. Los arboles pintan tonos que jamás se han visto.
Y Thorin, hijo de Thráin se encuentra acostado debajo de la sombra de un gran árbol, mientras una pipa se encuentra en su boca y su espada reposando en su regazo. El viento corre tenue como una caricia, mientras Kili y Fili ríen por algún chiste de su abuelo Thráin, Thrór sentado en una pequeña roca observa todo con una sonrisa en sus labios.
Un suspiro de paz gobernó en el alma de Thorin, venciéndolo el sueño...
—Thorin... —escucha un susurro. Perezosamente el aludido abre solamente un ojo observando detenidamente a su esposa la cual le sonríe —. ¿Me amas? —agrega la enana, Thorin abre el otro ojo para mirar mejor a Eurielle.
—Qué pregunta es esa... siempre ha sido así... siempre te amaré. —contesta el enano mientras le sonríe.
—No sientes anhelo de volver a Erebor? —Thorin queda en silencio mientras piensa, para luego sonreír muy decidido por su respuesta.
—No... aquí esta Erebor para mí. —contesta mientras mira a sus sobrinos reír junto a su abuelo y bisabuelo.
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Hojas caen conforme el viento las golpea soltándolas de sus ramas. En ese lugar solo hay silencio, un extraño silencio que tal vez escribir que es "silencio" sea erróneo, tal vez estemos presenciando paz. Que desde hace mucho tiempo no se sentía en ese lugar pero que ahora es lo que mas abunda. Erebor poco a poco se levanta con ayuda de los enanos de Colinas junto a los de Erebor, demostrando que aun queda esperanza de que ese reino esplendoroso vuelva a florecer.
La tumba de Thorin es tocada delicadamente por Dís, la cual en lágrimas recuerda su vida en ese reino que, para ella, ahora es desconocido.
—Te irás a Montañas Azules? —pregunta Aûstryth observando la tumba junto a ella.
—No tengo nada aquí... —responde Dís. Sus ojos denotaban tristeza y la vejez le ha comenzado a pasar factura, aunque la muerte de sus hijos y de su hermano mayor ha pasado casi ya dos meses, le ha dolido como una astilla en su corazón.
—Me encantaría que te quedaras... —dice la joven enana, pero la negación de Dís hizo en ella no volver a intentar.
—Fue un grandísimo placer conocerte Aûstryth, hija de Valos... lamento que esto terminara así.
—Thorin de una forma u otra nos protege, y la luz de su piedra del arca nos cubre de claridad cuando oscurece. —dice Aûstryth con una sonrisa.
—Me iré junto a Dwalin... y no volveré a pisar mas este lugar. —dice Dís mientras observa que de la tumba sale una tenue luz blanca, Aûstryth asiente.
—Ten mucho cuidado, hija de Thráin... —contesta Aûstryth.
La princesa; única mujer del linaje de Durin, se despide de Aûstryth con un abrazo fuerte y reconfortante, para luego marcharse desapareciendo entre la luz del día.
El levantamiento del reino no es fácil, Dain hace lo mejor que puede, uniendo a su reino de Colinas de Hierro junto a los de Erebor para fortificar mas la montaña. Dain ha dejado en claro su actitud para con los pueblos cercanos al reino, y les ha dado lo que merecen, una cuarta parte del oro para así levantar lo que anteriormente fue una ciudad hermosa y rica. Esgaroth comenzó a fortificar sus botes y armas, casas y ropas comenzaron a mejorar gracias al ojo de Dain puesto en ellos.
Pero el tiempo ha de ser suficiente para el hobbit Bilbo, porque ahora sale del reino con sus pocas cosas metidas en un saco, sigiloso camina para no ser visto por ningún enano y así no tener que despedirse, ya que las despedidas es lo que menos le gusta. No muy lejos, Gandalf espera al hobbit, con un caballo y pony listos para el viaje.
—No te vas a despedir? —dice Balin deteniendo el paso del hobbit. Bilbo le mira sonriéndole tristemente.
—Odio las despedidas... podrías... despedirme de ellos?
—Porque no lo haces tu mismo? —dice Balin señalando a los enanos que quedaron de la compañía. Gloin, Bifur, Bofur, Bombur, Óin, Dori, Nori y Ori lo miran desde el umbral. Bilbo por su parte sonríe pensando en lo que les va a decir a cada uno de ellos.
—El te es a las tres... —dice el hobbit, haciendo que los enanos sonrieran— no se molesten en tocar... si pasan por la Comarca, no duden en visitarme, hay comida suficiente para todos ustedes, me alegraría escuchar sus cantos, historias y relatos. —dice mientras veía los pilares del reino, recordando al rey caído—. Thorin... fue... un amigo, que... —la voz del hobbit no pudo seguir.
—Thorin será una leyenda... y parte de la historia de Erebor para siempre. —dice Balin —. Adiós amigo...
Bilbo se despide de todos para luego seguir su camino hacia el pony.
—De mi no te vas a despedir? —pregunta Aûstryth abriéndose paso entre los enanos. Bilbo se detiene y da media vuelta topándose con su amiga enana que llevaba una sonrisa melancólica.
Aûstryth no pudo contenerse y corrió hacia él abrazándolo fuertemente derramando una que otra lagrima.
—Siempre serás mi mejor amigo... gracias por estar en las buenas y malas junto a mi. —dice Aûstryth susurrándole en el oído. Bilbo asiente con una sonrisa, pero no dijo nada, ya que si hablaba lagrimas iban a caer en sus mejillas. Ahora el camino del hobbit era ligero y decidido en llegar a su hogar—. Adiós amigo... ve... y mécete en tu linda mecedora mientras dibujas tus mapas y escribes en tus libros. Que tu vida sea duradera mas no pesada y fatigosa.
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El tiempo, los años, las horas, los minutos menos los segundos son parte de ese lugar mágico donde solamente el presente es lo que cuenta donde no hay preocupaciones y solo risas y festejos se escuchan.
Eurielle se encuentra sentada en una roca, mientras mira el horizonte de un hermoso lago cristalino mientras la luz del sol alumbra y da calor, pero en la lejanía del lago, comienza a verse una pequeña barcaza aproximarse a ellos.
—Quien vendrá? —pregunta Dís detrás de Eurielle.
Al instante la barcaza se detiene en el puerto, pero nadie sale de ella. Thorin, Eurielle, Dís, Kili y Fili observan con atención lo que sucede. Al poco tiempo la primera silueta se hace ver; Galadriel sale de ella, tan joven y hermosa como siempre pero diferente, una sonrisa gentil se posa en los labios de la elfa en el instante en que mira a los enanos curiosos. Seguido de ella, Celeborn; su esposo, Elrond y Gandalf. Thorin al ver a Gandalf supo lo que sucedía y se acercó a él.
—El tiempo corre aquí... y no se siente la pena de la muerte —habla Thorin, mientras Gandalf le hacía una reverencia.
—Thorin!! ¡Es grato volverte a ver amigo mío! —exclama Gandalf.
—Que te ha pasado? —pregunta Thorin al ver la resplandeciente túnica del mago, pero Gandalf solamente se encoge de hombros provocando en Thorin una sonrisa—. Tu y tus misterios...
—Conozco al mago... —habla Eurielle acercándose a Gandalf, éste le hace una reverencia—. Tu me salvaste... pero en ese entonces solamente eras un mago gris...
—Es un gusto conocerla después de todo mi señora enana. —dice Gandalf.
—Otro viaje emocionante!! —exclama una voz desde la barcaza, voz que Thorin conoció al instante.
—Bilbo? —susurra el enano, Gandalf se hace a un lado dejando ver que un hobbit anciano bajaba del bote con ayuda de otro hobbit mas joven que él, pero que al tocar tierra, su vejez desapareció dejando ver, a un hobbit renovado.
Bilbo sorprendido se observa cada parte de su piel y cuerpo para luego reír y brincar de felicidad.
—Señor Bolsón!! —exclama Thorin mientras caminaba a pasos apresurados hacia él, el aludido lo mira reconociéndolo lentamente.
—Thorin?... Thorin!!
"La vida, es solamente un instante al sol"
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https://youtu.be/zVgdSb7JGso
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