Condado de Querry, 01/06/2016 – 21:00 Hrs.

"Querido diario... Quiero confesarte algo.

Algo grave.

Una cosa que me ha mantenido despierta toda la noche de ayer, con los ojos pegados en el techo, abiertos como los de un lémur, y que hoy me ha causado unas horrendas ojeras de mapache.

Algo que he reprimido por años, y que ya no puedo ignorar más.

Yo...

Yo soy...

Soy una...

▮▮▮▮▮▮▮▮...

Ay.

No puedo ni escribir esa palabra sin sentirme culpable o avergonzada, por alguna razón.

Tuve que borrarla.

Mierda.

Volveré aquí más tarde."

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Condado de Querry, 01/06/2016 – 00:12 Hrs.

"Okay. Voy a empezar de nuevo.

De cero, de esta vez. Como si fuera un stream de conciencia, solo voy a dejar todo fluir —como me lo recomendaría mi profe de escritura creativa.

Este cuaderno es nuevo y creo que necesito anotar lo que está pasando por mi cabeza aquí, o me volveré loca. Además, no tengo nadie más con quien hablar sobre esto, así que estas hojas tendrán que servir como mi confidente. Y para que la idea funcione, tengo que anotarlo todo. Nada de ser cobarde. Tengo que confrontarme a mí misma.

Okay. Dale.

Voy.

Primero que todo, me presento.

Yo soy Allison Parker. Hija de Michael y Kate Parker. Hermana gemela de Hannah Parker.

La decepción de la familia.

No, espera, eso sonó demasiado triste. Como si ellos me odiaran. ¡Lo que no es el caso, para nada!... Bueno, al menos... no aún. Cuando descubran mi secreto, creo que eso cambiará.

En fin... Me estoy perdiendo. Volvamos al punto.

Yo soy una porrista, y también presidenta del consejo estudiantil del Colegio Municipal de Querry. Tengo muy buenas calificaciones. Seguramente entraré a alguna universidad de prestigio, como Columbia Tech o la Universidad de Kenfort. Y además de mis logros académicos, soy popular.

Por lo que siempre soy invitada a fiestas que no quiero ir y forzada a entretener conversaciones con gente a la que detesto y con la que no quiero hablar. Aun así, finjo interés y sigo siendo amigable.

No quiero sonar como una engreída, pero tampoco mentiré; todos mis compañeros me envidian, y mis profesores me admiran. Lo que solamente hace a mis secretos pesar aún más en mi conciencia, y a esta máscara de buena moza sofocar todavía más a mi verdadero yo.

Porque al tener toda esta atención indeseada sobre mí, siento que no puedo decepcionar a nadie. Y por eso, tengo que fingir ser perfecta. Una chica modelo, en todos los sentidos... Algo que no soy.

La única persona con la que siento que puedo ser yo misma es mi hermana, Hannah.

Las dos nos llevamos de maravillas, aunque de lejos la gente asumiría lo contrario. Porque, pese a ser gemelas, ella y yo no tenemos casi nada en común.

Hannah es muy masculina, para empezar. Usa siempre jeans largos, rotos en las rodillas, y nunca sale de casa sin su combo de chaqueta de mezclilla y converse negros. Yo suelo ocupar faltas, shorts, y crop tops, y no puedo ir a ningún lugar sin maquillarme.

Hannah se cortó el cabello ella misma cuando teníamos trece años y desde entonces se niega a dejarlo crecer. A veces la gente la confunde con un chico, pero ella no se importa ni un poco por la confusión que causa. También lo ha teñido varias veces, de múltiples colores exóticos. Yo llevo mi cabello castaño bien largo, casi tocando mi cintura, y más allá de apararle las puntas, nunca siquiera he contemplado la idea de cortarlo unos dedos más arriba.

En todos los aspectos, ella es una rebelde. Si yo siento que necesito la aprobación de todos para poder simplemente respirar, ella siente que puede hacer lo que quiere, sin consultar a nadie, y sin importarse por las consecuencias.

Hannah tiene seis piercings a sus dieciocho años y se hizo un tatuaje sin el permiso de nuestros padres el verano pasado. Además de eso, toca el bajo en una banda de rock que creó con sus amigos, y es muy buena haciendo música. Yo con suerte tengo un piercing industrial en la oreja, y logro tocar "Estrellita, ¿Dónde Estás?" en el piano de mi habitación sin equivocarme de tecla.

De hecho, ahora que escribo eso, me acordé de algo: el día en el que ella se fue a tatuar, yo la seguí a la tienda y ahí me hice el industrial. Creo que esa fue la única razón de por qué me atreví a ponérmelo; Hannah estaba ahí para apoyarme y alentarme a hacerlo.

Como persona, ella es muy divertida y amistosa. Pero de una manera distinta a la mía. Yo suelo fingir ser agradable para ganarme el respeto de todos. Ella es buena  porque simplemente lo es. No existe un motivo premeditado por detrás de su simpatía. Si le caes bien, moverá cielos y montañas para hacértelo saber, y te ayudará hasta con cosas que no sabías, necesitabas ayuda.

Hannah sonríe con las encías, en vez de con los labios. Se ríe con sus pulmones, en vez de con su garganta. Actúa de acuerdo a lo que dice su corazón, no su cerebro.

Pese a todas estas diferencias, amo demasiado a mi hermana. Porque, como dije, es la única persona en toda mi familia que de verdad parece entenderme y aceptarme tal y como soy, debajo de todas las mentiras y engaños.

Pero ella es la Parker perfecta, y yo...no.

Yo soy una farsa.

No por mi apariencia en sí, ni por mi personalidad... Sino por la máscara que mencioné antes. Esa que me pongo a diario para ocultar mis reales sentimientos al respecto del mundo. Al respecto de las personas.

Pero, en fin. Le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.

Tengo que escribir mi epifanía de ayer en algún lugar.

Tengo que hacerlo porque, si pospongo el escribirlo, sé que intentaré reprimir esa verdad con todas mis fuerzas y pasaré años más sin reconocerla, porque es más conveniente.

Y el hecho es que... yo...

Mierda.

Sigo sin poder escribirlo.

Y si ni puedo escribirlo, ¿cómo podré contárselo a Hannah este verano?

Se supone que las dos nos iremos de vacaciones al campamento Artemis, por la última vez. nosotras siempre hemos ido, desde que teníamos once años, así que esta será una despedida complicada. Nos encanta el lugar y tenemos muy buenos recuerdos ahí.

Tal vez regresemos en el futuro, como monitoras, pero no será lo mismo.

Este verano es el último que viviremos como "adolescentes". Y añadirle a la experiencia el enredo de tener que sincerarme...

Ay. No sé si pueda hacerlo.

Estoy jodida.

Pero ya...

Vamos, Allison.

Escríbelo.

Solo... Hazlo.

Yo...

...

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***

Soy lesbiana.

¡YA! Lo hice. Ahora me puedo ir a acostar. Y a pensar en el desastre que causaré cuando todos lo descubran.

Porque la gente espera que Hannah sea gay, porque encaja con el ridículo estereotipo social de la palabra, pero ¿yo? ¿La porrista popular? ¿La que es perseguida por todos los chicos del colegio en cada recreo y fiesta? ¿Adorada por los profesores conservadores por mi femineidad? Yo no. Yo no puedo serlo.

Es una presión rara, que poca gente comprendería, la que viene de tener que ocultar quien realmente eres por miedo a la reacción de los demás. Hannah no se importa por los rumores al respecto, porque es Hannah. Nada le importa. Además, yo sé que ella es hetero y tiene un novio, así que no tiene razón para molestarse por un chisme que ni siquiera es verdadero. Ella se ríe de la homofobia que le tiran, porque sabe que no tiene una base para existir. Pero yo... no tendría esa misma fuerza. Uno, porque soy Allison. Dos, porque sé que, en mi caso, la acusación sería cierta. Y la humillación sería real. Solo pensar en los comentarios que la gente haría a mi respecto me revuelve las tripas de la vergüenza, y me hace querer llorar.

Quisiera no importarme por nada, al igual que ella. Quisiera poder ser libre, al igual que ella. Y amo a mi hermana, pero también la envidio. Porque todos la juzgan por algo que no es, así que las ofensas no le duelen. Pero a mí todos me aman por algo que no soy... y esa falsedad me mata por dentro. Porque sé que así que salga del armario todo el cariño al que me he acostumbrado desaparecerá al frente mío.

Ay, Dios mío...

¡Cómo quisiera olvidarme de quien soy, de quien tengo fingir ser, y comenzar mi vida de cero!

¡Una amnesia sería más misericordiosa que esta jodida realidad a la que no sé cómo ignorar!"