Capítulo 4: Cambio de juego
Leni iba a detener la pelea, pero antes que pudiera decir algo el sonido de estiramientos de alguien despertando la interrumpieron, era Lincoln el cual finalmente se estiraba y con un gran bostezo se despertaba, observando como su hermana Lucy descansaba en su pecho, algo que sin duda le hizo sonreír ya que le indicaba que todo lo vivido anoche no fue un sueño como tanto temía, pero rápidamente su expresión de felicidad y calma se transformó en una sorpresa y confusión.
Lincoln: ¿Chicas? ¿Qué hacen despiertas tan temprano?... Esperen ¿Qué hora es?
Luan: ¡Lincoln! [rápidamente se levantó] me alegra que despertarás jajajaja quería qué pasáramos el día juntos, pero no te vi en tú cuarto, veo que te quedaste dormido aquí... Con Lucy [habló tan rápido que el chico a penas logró entenderle y lo último lo susurró con desagrado, evitando que él la escuchará]
Lynn: ¡Lincoln! Oye, hoy estaba pensando en que podríamos entrenar juntos, ya sabes ir a dar una larga vuelta solos tú y yo, ¿Qué dices?
Lincoln: Eh... Yo...
Lola: Es claro que eso se oye muy desagradable, sobre todo porque te incluye a tí [le apunta a Lynn y luego a sí misma con elegancia] será mejor que pase el día conmigo, después de todo hay algunas cosas que quiero hablar con él...
Lana: ¡Solo quieres usarlo de mayordomo! Lincoln, ¿Te gustaría acompañarme al parque? [tras su acusación enfadada, preguntó tímidamente algo ruborizada recordando el beso de anoche]
Lisa, que al ver el rostro de su hermana pudo concluir lo que está pensaba o más bien recordaba, no dudó en pedirle que lo acompañe para unos estudios necesarios para el futuro.
La mayoría casi a la par negó en nombre del chico la petición de su hermana genio, ya que la acusaron de querer usarlo como conejillo de indias. Esto, a pesar de tener sus fundamentos claros dado su largo historial no hizo que evitará que Lisa se sintiera profundamente ofendida por tal acusación.
Todas habían comenzado a discutir por quien debía de tener la atención de Lincoln está mañana. Ante esto el chico de cabello blanco no pudo evitar arquear una ceja confundido, pero luego de repasar en su mente todo lo transcurrido el día de ayer no pudo evitar sentirse estúpido al no darse cuenta, todas pensaron que lo perderían para siempre, de hecho aún muy a su pesar ese había sido en definitiva su plan, el irse para jamás volver, pero claro, eso había cambiado y la razón se encontraba ahora sentada a su lado, mirando estoica la discusión de sus hermanas cuando esbozó una pequeña sonrisa para acto seguido tomar la mano de su hermano mayor, entrelazando con suavidad sus dedos sintiendo la suave calidez que desprendía. Esté, que la miraba de reojo sonrió dando firmeza a su agarre, sin darse cuenta que la pelea se había detenido por completo.
Todas las hermanas miraban; algunas incrédulas o desconcertadas el como Lincoln sostenía la mano de la gótica de la familia, entre ellas algunas habían quedado con la boca abierta, atónitas ante la vista casi artística de ambos mirándose con dulzura y suavidad, no era pasión, no era fraternidad o amistad, no, era tan solo la suave mirada silenciosa que les decía que no había nada de que hablar, solo disfrutar, el cómodo silencio que solo una pareja podía generar con su sola presencia, una dulce mirada compartida que ambos gozaban, ya que en sus ojos podían ver reflejado a aquella persona que tanto aman.
Sin embargo, también hubo quienes vieron esto con amargura, apretando los puños y sus labios para evitar soltar alguna palabra o simplemente contener el llanto que amenazaba con salir al ver cómo aquella persona que se había ganado su corazón, estaba siendo arrebatado por una persona que había logrado ganarse el suyo primero.
Finalmente, la misma hermana que los había visto desde la escalera anoche no puedo evitar sentir un nudo en su garganta así como una fuerte punzada en su corazón. Llevando su mano al pecho se sujetó su camisón con fuerza, ya los había escuchado, pero el verlo frente a ella fue algo que simplemente la superó y por primera vez en toda su vida, sintió la necesidad, el deseo; de dañar a una de sus hermanas, arrebatarla con fiereza e indiferencia del sillón. La sola idea de empujarla a un lado sin importarle su seguridad fue suficiente para dar un paso al frente mientras todas seguían aún anonadadas, pero se detuvo cuando la mayor de la familia, Lori, tomó la palabra con un ligero pesar en su voz.
Lori: Parece que... Finalmente confesaste lo que sentías
Las crudas palabras dichas con desgano por la rubia mayor fueron casi como un balde de agua fría que fue tirado directo a la cara de las presentes, reacias a creer que tuviese la razón, pero cuando vieron el rubor crecer en las mejillas de su único hermano, así como el pequeño tinte más claro en las de Lucy todas tragaron en seco, atentas a las siguientes palabras que diría su hermano.
Lincoln: Sí...
Esa simple palabra bastó para casi derrumbar el mundo de la mayoría, el alivio, la alegría, el peso que poseía aquella palabra no fue ajeno para ninguna, aún habiéndolo dicho cabizbajo y casi en un susurró, la mirada sonriente que poseía era la prueba de qué, en ella, había liberado todo el dolor, amargura y tristeza que había estado sintiendo por tanto tiempo.
Lisa quien fue la primera en salir de su sorpresa no pudo evitar esbozar una sonrisa irónica, una niña genio, una prodigio sin igual como lo era ella no había sido capaz de preveer esté escenario, es más, ni en sus ideas más retorcidas y remotas había previsto qué, la persona que se ganó el corazón de su hermano mayor, había sido la más callada de la familia, pero entre más vueltas le daba en la cabeza más sentido tenía. Cierto, no compartían los mismos oscuros gustos, es más, Lincoln era ajeno casi en su totalidad a los gustos de su hermana de oscura cabellera negra y sombría apariencia, pero, ¿Desde cuándo el amor debía significar ser una copia exacta de la otra persona?, ¿A caso era un requisito obligatorio el compartir el cien por cierto de los gustos de la persona que amas?, la respuesta era clara, no, porque el amor no nacía de las similitudes, nacía del cariño, del respeto, del querer estar con la otra persona incondicionalmente. Él podía no compartir sus gustos y aún así era el primero en ofrecerse en ayudarla con sus rituales, con sus poemas, con las películas de vampiros que para él eran algo aburridas, pero aún así siempre vio sin queja alguna, no porque se sintiera obligado hacerlo, sino porque él quería hacerlo, por ella, porque le gustaba a ella y él era feliz compartiendo aquellos momentos con la chica.
La pequeña científica no pudo evitar recordar con amargura el incidente de la mala suerte, fueron tan solo dos semanas ya que debió detener su experimento cuando se dió cuenta que las cosas se estaban saliendo de control, su objetivo era desestimar un postulado de un colega científico que era un creyente. Quería demostrar hasta donde era capaz de llegar la creencia de la gente, hasta que extremo eran capaces de llegar por sus creencias y aunque la historia la respaldaba, sabía que una prueba contemporánea sería el último clavo en el ataúd. Claro, su experimento se ganó el repudio de muchos, pero le pareció un precio razonable por la cara de aquel hombre que tuvo que tragarse su orgullo y sus palabras ante las contundentes evidencias.
Sin embargo, no era esto lo que recordó con más pesar, sino el como su tenebrosa hermana mayor para su incredulidad fue la que jamás dudó de él ni por un segundo, esto le pareció tan extraño como fascinante, después de todo ella era creyente de la suerte, el tarot y demás supersticiones que en su opinión no eran más que baratijas o tonterías creadas para sacarle dinero a la gente. Pero lo atribullo a precisamente esto, su amor por esas cosas que la hacía querer tener también esa mala suerte qué, dentro de su lugubre y retorcida visión de la vida; seguramente era de alguna forma algo positivo o genial, nada más lejos de la realidad.
Cuando se había convencido de esta idea, su hermano mayor también intrigado o desconcertado por su comportamiento le cuestionó la razón de estar cerca de él o de ayudarlo, a lo que está miró con atención la cámara de seguridad y lo que escucho jamás podrá olvidarlo.
"La mala suerte es genial, pero no existe una persona que pueda darla, solo que la sufre. Nadie da mala suerte Lincoln, mucho menos alguien como tú"
La pequeña sonrisa que acompañó tal declaración fue algo que superó por mucho la mente de la pequeña científica, lo dicho por ella la hizo cubrirse la boca mientras sus ojos se inundaban, aquel fue el momento en que decidió frenar el experimento y evitar que esto llegara más lejos.
Lucy no había dicho mucho, ni tampoco había fundamentado su respuesta como le hubiera gustado, pero por alguna razón que en ese instante no comprendió, sintió como sí tales palabras con tuvieran un mar de emociones, una potente ráfaga de viento generado únicamente por la pureza, amor y cariño que contenían, era abrumador, era increíble, incluso se atrevería a decir que tal cosa era imposible. Por supuesto, había escuchado del poder de las palabras o el gran peso que estás podían contener, pero siempre lo atribuyó a una metáfora, a un sentido lógico el cual hacia alusión al peso de los fundamentos, de los hechos, de la verdad, pero lo que presenció ese día sin lugar a dudas en su opinión iba mucho más allá de eso.
Lisa bajo la mirada cerrando lentamente los ojos en paz, esbozando una pequeña sonrisa pensando en lo afortunada que era su hermana y lo afortunado que fue Lincoln, pero volviendo a abrirlos tan solo un poco fijó su vista en Lucy, no dudaba en celebrar su unión, pero tampoco lo hacía en alcanzar el amor de su hermano, no dispuesta a arrojar la toalla solo se acercó a los dos para ser la primera en felicitarlos, estrechando cordialmente las manos de ambos y diciéndoles que contarían con todo su apoyo y por supuesto, su ayuda en el futuro.
La siguiente en salir de su estupor fue Luna que riendo un poco le dió un ligero golpe en el codo a Lucy felicitando la con una falsa sonrisa en su rostro para acto seguido felicitar a su hermano, pero está vez con un abrazo, uno que estrechó lo más posible, queriendo que él sentiría su cuerpo lo más cerca del suyo, tampoco estaba dispuesta a dar un paso atrás, solo sabía que ahora tendría que cambiar su juego además, ella contaba con un arma secreta o al menos eso creía, ya que primero debía de confirmarlo.
Lori fue la siguiente, sentándose entre ambos para abrazarlos, dándoles todo su apoyo.
Lori: Lucy literalmente tienes que prometerme que cuidaras bien de este tonto, no dejes que se meta en problemas y espero que siempre te haga feliz... De lo contrario solo tienes que decírmelo y yo me haré cargo [le guiño un ojo sonriendo antes de volver a abrazarla]
Esto fue visto con alegría por la pequeña que sintió apoyada y aceptada por primera vez en mucho tiempo por sus hermanas que en está ocasión, la apoyaban y respaldaban siendo quien es, aceptándola a pesar de la persona a quien amaba y sobre todo, diciéndole que contaba con la ayuda de ellas por cualquier cosa, no pudo evitar soltar una pequeña lágrima que rápidamente limpió con su dedo para luego agradecerle sus palabras. Luego la hermana mayor de giró a Lincoln y le tomó de los hombros antes de soltar un pesado suspiró y abrazarlo rápidamente.
Lori: Lincoln eres un tonto, pero nosotras no somos mejores, yo no soy mejor. Me alegra que te quedes con nosotras y que seas feliz... [aprieta un poco más el abrazo] cuidala mucho, sé que eres literalmente el que más se percata de su presencia o se preocupa cuando no la encuentra, así que sé que lo harás bien, pero... Más te vale no lastimar la, ni a ella ni a nosotras con algo como eso de nuevo, por favor
Acabo de decir para sorpresa del albino que se esperaba una amenaza al final, aún sí era en broma o algo así, pero fue todo lo contrario, aquello último pareció más una súplica que una petición, y su tono de voz afligido era clara señal de que hablaba en serio, aún permanencia muy afectada por lo de ayer, algo que Lincoln comprendió, después de todo, saber que alguien tan cercano a tí deseaba acabar con su propia vida o que había vivido con tal auto desprecio por tanto tiempo no es fácil de digerir.
Las demás igualmente se disponían a hablar, pero entonces la matriarca de la familia apareció para sorpresa de todos, llamando su atención genuinamente sorprendida de que todas se hayan levantado tan temprano, pero en cuanto a vio a Lincoln estar sentado junto a Lucy y Lori se pudo dar una idea, por lo que con una sonrisa comprensiva les dijo que prepararía el desayuno así que sería mejor que se alisten.
Ese fue el momento en que Lana acabando de haber procesado todo lo dicho y visto hasta el momento fue la primera en retirarse, fue tan rápida que si no fuera porque Lynn seguía ahí en medio de las demás, todas abrían jurado que fue ella quien se había ido. Lincoln al ver esto no pudo evitar sentirse mal consigo mismo, una fuerte presión en su corazón se formó y clara punzada le atravesó. Estaba afligido, pero sobre todo triste, cuando intentó pedirle que se detenga las palabras simplemente no pudieron salir. La razón por la que se sentía así fueron en verdad dos, la primera fue la lógica, el haber recordado el beso de anoche donde ella prácticamente se le había confesado, viendo ahora que en realidad ella no había sido la responsable de su pesar, de su dolor, pero sobre todo; no había sido la que se había ganado su corazón. La segunda no obstante no era muy diferente, y es que aún sí las demás no lo notaron por la velocidad con la que partió, él pudo ver con claridad como se tapaba los ojos con su brazo, y con la velocidad pudo notar las pequeñas gotas que escaparon de estos.
"Lo lamento"
Pensó cerrando los ojos con fuerza por un breve instante, pero fingiendo que esto no le había afectado se puso de pie llamando la atención de todas que aún permanecían con la vista hacia las escaleras.
Lincoln: Bueno, será mejor que vayamos a bañarnos, supongo que serán las mismas reglas para la fila del baño, ¿No?
Sus palabras hicieron que todas le prestarán atención así como lograr distraer sus mentes de lo que acaba de pasar, pero sin siquiera imaginar los pensamientos de algunas de ellas, todas concordaron en decir a la par.
"¡¡Yo primero!!"
Esfumando sé en el acto, todas con una idea similar, ser la primera en el baño, en estar lista y por supuesto, ser la primera en tratar de convencer a su hermano de pasar el día con ellas. No obstante Lucy, quien fue la única que no se había movido de su sitio se puso de pie tomó la mano de su hermano, haciendo que esté la mirase.
Lucy: Suspiro. Las distraeré, ve a hablar con Lana
Lincoln: Lu-Lucy yo...
Lucy: Tranquilo Lincoln, tenemos todo el día para nosotros
Lincoln iba a protestar ya que no era exactamente eso lo que temía, pero fue calmado por ligero tirón y un pequeño beso en su mejilla, depositado con gran cariño y comprensión de la situación.
Lucy: No digas nada, no queremos que mamá se haga ideas [se acerca a su oído] pero espero podamos tener una cita pronto, no-vi-o~
Tras pequeño juego de susurros le da un beso más en la mejilla y también se va del lugar, dejando al chico completamente rojo por lo dicho, sin duda le hizo inmensamente feliz el escucharla decirlo, pero el tono tan juguetón y coqueto que usó le dejo un poco avergonzado, no obstante sabiendo que no era tiempo para pensar en ello, rápidamente se dirigió arriba, aguardando en las escaleras a qué Lucy las distraiga aunque no tenía idea de cómo lo haría.
Lucy: Buh
Todas al oírla gritaron del susto, algunas incluso dando un salto por la sorpresa ya que no la habían visto llegar. Ante esto Lincoln no pudo evitar palmear sé la cara, sabiendo que debió verlo venir. En lo que todas se recuperaban, la pequeña gótica le extendió el pulgar hacia arriba, dándole al entender que era el momento, y esté en comprensión asintió marchando sé a gran velocidad al cuarto de las gemelas.
Una vez dentro busco a Lana con la mirada, dándose cuenta que estaba bajó sus sábanas, probablemente sentada sujetando sus rodillas y sollozando en silencio. La sola idea de esto le partía el corazón y, por un momento, sé cuestionó si hacia lo correcto al venir aquí, considerando que tal vez lo mejor sería marcharse para darle su espacio, después de todo, seguramente a los ojos de Lana; él seguramente debía de ser un monstruo que la reemplazo por otra, alguien que solo lastimó su corazón y que no siquiera consideró alguna vez quedarse con ella, dejándola completamente de lado. Por un segundo miró la perilla de la puerta, vacilando entre volver a tomarla y retirarse o seguir avanzando.
Pero, ¿Qué podría decirle? Esa era le pregunta, decirle que estaba mal porque eran hermanos, eso sonaba tan hipócrita de su parte que hasta él mismo considero pegarse por tan solo considerarlo, decirle que todo estaría bien y que con el tiempo lo olvidará, que mentira más cruel, él desde que se enamoró de Lucy jamás pudo olvidarla o reemplazarla, simplemente sin importar qué estuviese mal; su corazón ya había escogido a su dueño y no podía hacer nada para evitarlo, tal vez podía usar el tema de la edad, cierto Lucy también era menor que él, pero la diferencia no era tan notoria ni tan grande, en cambio con Lana era una historia diferente. Podría decirle que ella aún no sabe lo que es el amor, pero luego de todo lo que ella dijo durante la noche, ¿Realmente era así? Tal vez ella sabía lo que era el amor incluso más de lo que él mismo sabía, después de todo a diferencia suya, que pretendía huir y acabar con todo, ella siempre supo que era imposible que él la mirase de esa manera, como una posible pareja, la edad, la sangre se los impedía, era cuestión de lógica y de sentido común, dos cosas las cuales ella a pesar de sus sucios hábitos; sin duda dominaba, prueba de ello fue qué, como ella dijo, era quien reparaba gran parte de las cosas de la casa, pero sobre todo, por la conclusión a la que había llegado y el como lo tomó, sabiendo que su amor era imposible decidió continuar sin dejar de amarlo y tan solo esperando que algún día, aquel sentimiento desaparezca o al menos, que deje de dolor, pero Lincoln sabía mejor que nadie que sin importar el tiempo, jamás dejaría de doler. Al menos no sin que encuentres a alguien más que te ayude a borrar ese horrible sentimiento de pesar y angustia que lentamente te consume.
¿Debería decirle qué busque a alguien más? La sola idea no le agradaba del todo, era muy pequeña para buscar una pareja y aún le quedaban muchas por vivir o explorar por su cuenta, el amor era grandioso por supuesto, pero cuando dejas que te consuma, te pierdes a tí mismo, esa fue la conclusión a la que había llegado cuando se dió cuenta en cómo el pesar de su propio amor imposible lo había dominado. Lana fácilmente en su opinión podría encontrar al alguien mejor en el futuro.
Suspirando, trató de armar todas las preguntas y respuestas a las preguntas que se había hecho y cuestionado para formar vagamente una idea con la que partir y abordar el tema, no sabía sí lo haría bien o mal, pero sabía que dejarla en ese estado, eso era algo que por nada del mundo se iba a permitir.
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Eh! Cuánto tiempo desde que no he actualizado está historia (no, en serio no estoy seguro jeje) pero bueno, finalmente aquí hay un nuevo capítulo diferente al que tenía planeado originalmente, de hecho tanto el título como el capítulo en sí fueron cambiados ya que quería abordar un poco el tema de Lana y el siguiente capítulo ya será conversación con Lincoln.
Espero les haya gustado esté nuevo capítulo.
No tengo mucho más que decir o agregar creo, así que por mí parte me despido, un gran saludo a todos y nos vemos (espero) que pronto jejeje.
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