intenciones
Había pasado una semana y media ya desde que compartían techo, mas su relación estaba como al inicio; afrodita apenas si le dirigía la palabra, pasando encerrando en la habitación la mayor parte del día, apenas si comía aun que el ya le había dicho que podía tomar lo que gustara de la cocina, mas el verdadero problema se encontraba ala hora de dormir, donde apenas al verle entrar a la templo de noche, tomaba una almohada, una sabana y se tiraba en el piso para dormir ahí, sin importar lo mucho que le pidiera conservar la cama, que le dijera que el dormiría en el sofá, este no le dirigía siquiera la palabra y se recostaba mirando la pared en silencio, fingiendo dormir, mas era claro que no lo hacia; todo esto lejos de enojarle le preocupaba bastante, no entendía el por que pero ver su actitud le dolia bastante, quería ayudarlo, no sabia de que pero quería ayudarlo, mas no sabia como.
-Shura, ¿crees que si le pregunto al patriarca podría decirme algo sobre el pasado de
afrodita?
El peli negro le vio fingiendo neutralidad, encogiéndose de hombros, sintiéndose preocupado por su compañero y aquella extraña petición.
-no lo sé, ¿por que estas tan interesado?
suspiro con fuerza, comenzando a contarle cómo habían sido los días a lado de
Afrodita.
-además...a veces cuando cree que estoy dormido puedo ver como se levanta hasta la ventana, mirando al cielo con gran tristeza, tanta que hasta yo puedo sentirla, se trasmite de manera asfixiante, por todo el lugar, además algunas veces suele llorar en silencio y sin contar que siempre esta a la defensiva y mas si llego a tocarlo, ¿sabes shura? No me gusta hablar antes de tiempo pero podría jurar que su vida antes de aquí fue un inferno, se que esta sufriendo y no quiero dejarlo asi.
Su mirada era triste, en ella verdaderamente reflejaba su preocupación por su compañero, logrando desanimar a shura por lo que escuchaba o mas bien por ver a Ángelo tan preocupado por alguien más.
-yo se algo de su vida, te lo contaré si gustas, estaba ahí cuando Afrodita llegó y escuche como saga lo habia encontrado entre otras cosas más pero...
Detuvo sus palabras algunos segundos, dudando si continuar o no...
-¿pero?
El peli negro suspiro con fuerza mirando fijamente a aquel albino.
- tus acciones son buenas, eso puedo jurarlo; pero tienes que entender que muchas veces rescatar a una persona que se esta ahogando puede llevarte a ti al fondo....
Arqueo su ceja un poco, sin entender las palabras de Shura.
-¿llevarme a mi al fondo?
-si, puedes llegarte a ahogar con el, afrodita tiene grandes problemas, no hay que ser muy inteligente para notarlo, el al igual que nosotros es un caballero dorado gracias a su fuerza y astucia, mas psicológicamente no parece ser uno de nosotros, no entiendo como la armadura lo ha elegido pero lo ha hecho y no cuestionare su decisión, sin embargo el está en un pozo sin fondo y cada vez esta cayendo mas y más, lo pude notar en su mirada, en la forma que se desconecto al atacar a aquel soldado.... En todo lo que el representa, el es la clase de personas que están perdidas y que su desespero por encontrar una luz en la oscuridad lo puede llevar a cualquier cosa.
-tu -le interrumpió- no lo conoces, no puedes afirmar eso a la ligera y si fuera cierto con mas razón tenemos que ayudarlo.
Shura negó con la cabeza, suspirando con fuerza mas esta vez con gran impotencia
-no estoy capacitado para eso, y no dejare que me arrastre al fondo consigo, tu deberías de hacer lo mismo... Ángelo en verdad no tengo un buen presentimiento de tu amistad con el.
Vio como Ángelo desviaba la mirada, viendo en dirección a su templo.
-tranquilo Shura, todo estará bien se lo que hago, yo quiero hacerlo... Así que por favor, dime lo que sabes de el.
Un último suspiro lleno de pesadez se hizo presente antes de comenzarle a contarle todo lo que sabía sobre el caballero de Piscis, fin al cabo y aún que quisiera no podía decirle que no a nada que Ángelo le pidiera, pues aquel chico a pesar de ser un alfa como el le gustaba bastante.
-angelo en verdad no lo olvides, quien se ahoga en un pozo sin fondo suele llevar a quien lo quiere ayudar consigo y a mi no me gustaría verte ahogándote a su lado.
Sentenció antes de comenzar a caminar por las escaleras, dejando al albino sólo en su templo, Mismo quien entró hasta su estancia privada, esperando encontrar a afrodita en la cama como siempre, o al menos una puerta cerrada con seguro mas no fue el caso, está vez parecía que verdaderamente dormía, fue cuando por fin pudo acercársele, logrando ver unas pequeñas marcas moradas bajo sus ojos hinchados, era claro que aun que pasaba todo el día en cama no dormía en lo absoluto también parecía que solía llorar bastante.
- “ cuando saga lo encontró el estaba en medio de todo ese lugar, paso días ahí, estaba sucio su ropa estaba arañada, era claro que se la habían querido arrancar, más él sonreía, cubierto de sangre seca, mirando a su alrededor los cuerpos de quien había matado, todos ellos tenían rosas rojas, negras y blancas clavadas en el cuerpo, no solo habían adultos si no niños que estaban con el, mato a todos por igual, según saga el lugar era un rio de sangre y cuerpos pudriéndose, tantos que no podía contar, todo era algo que nadie quiere tener en su cabeza”
Recordó parte de lo que Shura le había contado, no podía creer que quien tenia enfrente hubiera matado a todos sin razón, algo tenia que haberlo obligado a eso.
-afrodita, ¿Qué demonios te ha lastimado tanto?
Le susurro escuchando el gruñir de su estomago como respuesta, sorprendiéndose que eso no le hiciera despertar, solamente hizo que se moviera un poco quedando a espaldas al colchón.
-hermano, perdón....
Susurro en un somnílocuo mientras una lagrima, resbalaba por su mejilla, siendo secundada por muchas más, mientras el movimiento de su cuerpo igualmente crecía, volviéndose un poco mas violento, desesperado.
-no, no.
Movía su cabeza en forma negativa, aferrándose a las sábanas, alterando de momento a Ángelo quien con delicadeza intentaba despertarle, sintiendo su corazón estrujarse por ver a su compañero de esa forma.
-tranquilo, a tranquilo todo estará bien, nadie va a lastimarte, yo voy a protejerte lo juro...
Su voz fue suave, tanto como la caricia que le brindo a su mejilla antes de abrazarlo, notando que poco a poco afrodita parecía encontrar por fin la paz en sus sueños, durmiendo plácidamente de un momento a otro.
-me gustaría hacerte feliz, me encantaría que me dijeras como, te juro que yo lo haría con gusto.
No hubo respuesta, así que simplemente se recostó a su lado, viéndolo dormir, acariciando ligeramente su mejilla cada vez que lo sentía sobresaltarse.
- hey... tu por favor despierta, tienes que comer algo...
Le despertó después de algunas horas, viendo como abría sus ojos con lentitud, intentando
reconocer donde se encontraba y la hora que era.
-¿cuánto dormí?
-un par de horas, ya es de noche... Tienes que cenar, no creo que hayas comido nada en todo el día ¿verdad.?
Le dijo acercándole una charola con comida, la cuál miro somnoliento dudando de tomarla...
- gracias pero no tengo hambre.
Su estómago gruño con fuerza derribando su mentira.
-por favor come, se que debe darte asco algo que preparo un alfa, pero tranquilo no le he puesto nada raro, sólo quiero que comas.
Le sonrió al peli celeste al concluir sus palabras, viendo como este no despegaba la mirada de su comida, era una pequeña torre de 4 hotcakes cubierto con chocolate líquido que resaltaba lentamente por ellos, siendo adornados con algunas fresas, trozos de plátano y moras.
-no supe si querías chocolate o mapple así que decidí ponerte chocolate, mas si no te gusta puedo prepararte otros a tu antojo, no me importaría
No le respondió mirando aún aquella comida, mojándose ligeramente el labio inferior, mostrando en su mirada un tanto de curiosidad por el sabor, como de lo que era aquella comida.
-¿lo quieres?
Dudo una ultima vez asistiendo con la cabeza, recibiéndolo en silencio aún sin dejar de verlo.
-no soy muy bueno cocinando espero te gusten, ¿ya los has comido antes?.
Negó con la cabeza, viendo esta vez como era que Ángelo cortaba los suyos con el tenedor imitando la acción.
-mi hermano mayor si y solía decirme que comeríamos esto cuando fuéramos libre, mas no pudimos hacerlo, pero una vez probé el chocolate mi hermano robo uno para mi de uno de sus clientes, lo golpearon después de eso pero me dejó probarlo...no pensé que también había en forma líquida.
Se sinceró sin darse cuenta, sin mirar los ojos de Ángelo quien lucia triste por lo que escuchaba, cortando un trozo listo para probar el primer bocado.
-wooo...
Sus ojos se abrieron de par en par, tragando rápidamente para probar otro trozo más, mezclándole esta vez con un trozo de fruta, sonriendo ante la mezcla de sabores...
-esto es delicioso.
Comenzó a comer con rapidez, sin notar como Ángelo le miraba con una sonrisa, viéndole comer sin tocar el mismo su plato...
-ten deberías limpiarte.
Le ofreció una servilleta al notar que tenía un poco de jarabe de chocolate en la mejilla, haciéndole caer en cuenta los pocos modales que mostraba al comer.
-lo siento yo, nunca había probado algo tan delicioso, por eso comí de esa manera.
Limpio su rostro bajando repentinamente la mirada, sintiendo como ese sabor dulce en su boca se volvía amargó por culpa de la tristeza momentánea al recordar a su hermano.
-¿estas bien?
Asintió con la cabeza, viendo los ojos rojos de Ángelo fingiendo una sonrisa.
-gracias...
Fue lo único que dijo, bebiendo un poco de la blanca leche que acompañaba aquella comida, levantándose de la cama inmediatamente, tomando la que ya había decidido seria su almohada y su manta, arrojándola en una esquina del cuarto.
-supongo que has tenido un día cansado y ya quieres dormir, descansar, gracias por la comida.
Sin mas se recostó en el piso, dándole la espalda a Ángelo, escuchándolo suspirar con una gran dolor y un poco de cansancio mientras se llevaba aquellos traste en silencio, regresando minutos después prendiendo una vela antes de acostarse en su cama, dando vueltas en esta sin poder dormir, sin poder dejar de mirar un sólo segundo a afrodita quien simplemente le ignoraba como si mirar hacia aquella pared de piedra vieja fuera mucho mas interesante.
No sabia cuanto tiempo había pasado ya mas por fin sus ojos parecían querer comenzar a cerrarse reclamando sus merecidas horas de sueño, mas fue el escuchar levantarse a su compañero lo que volvió a ponerlo alerta, viéndolo sentarse en el suelo abrazando sus piernas, su respiración se escuchaba agitada aún que intentaba controlarla lo mas que pudiera, mas era claro que aquello que le pasaba le hacia sufrir, que lentamente le ganaba la batalla.
Pensó en levantarse y ver que le pasaba, mas creía que eso complicaría mas su malestar, tal vez podría llegar a golpearle para que se alejara de su lado, iniciando una posible pelea y eso seguramente llamaría la atención de alguien y así descubrirán que afrodita no estaba donde debería de estar.
-maldición ¿qué hago...?
Pensó al verlo perder lentamente la batalla contra su respiración agitada, viendo con la luz de vela como enterraba sus uñas con desespero en sus brazos dejando líneas rojizas en estos junto con pequeñas gotas de sangre...
- ya no puedo, ya no puedo en verdad.
Susurro levantándose del piso, corriendo al cuarto de baño, mojándose la cara con agua helada, viendo en el espejo como sus lágrimas caían sin parar, sintiendo como sus músculos parecían contraerse y su respiración se agitaba mas y mas, incrementando su desespero aún más al sentir como su piel parecía que era recorrida por miles de hormigas que caminaban con rapidez de un lado a otro, haciendo su malestar un verdadero infierno.
-cálmate, el no debe escucharme, yo no soy débil, no quiero que el me vea así.
Las lágrimas parecían no poder calmarlo por lo que tomo una pequeña navaja que solía guardar a su lado a todas horas, abriéndola con sus manos temblorosas, viendo su reflejo en esta, llorando aun mas antes que cortar la piel de su brazo, sintiendo por fin un poco de calma ante aquel dolor como al ver la sangre comenzar a brotar y caer al piso...
-pero¿ que demonios...?
Su vista se poso a quien rápidamente entraba por la puerta que por su malestar había olvidado cerrar, tomando una toalla para intentar parar la sangre de aquella herida.
-¿Por qué hiciste esto?
Sus lágrimas seguían brotando, mas guardo silencio, ¿como podría decirle que ni el mismo sabía la respuesta?,¿cómo le diría que en medio de la nada el recuerdo de su hermano había provocado un ataque de ansiedad que no podía controlar?... Que estos ataques le controlaba por completo.
-yo soy quien debería estar muerto... No el, todo fue mi culpa, el es quien debería haber probado la deliciosa comida que me diste.
Fue lo único que pudo decir, antes de abrazarse por inercia de Ángelo, encontrando consuelo al sentir su aroma, su calor, obligándose a fingir que la persona que lograba tranquilizarle era un alfa.
-ven tranquilo, cálmate ya...vamos a limpiar tu herida...
Vio los ojos llenos de preocupación del albino al levantarle y como parecía no importarle marcharse con su sangre, llevándolo hasta la mesa para hacer que la sangre dejara de brotar.
-sabes agradezco que a pesar de ser un caballero de Piscis tu sangre no sea venenosa, si no ya estaría muerto... Y eso seria horrible.
Intento ser gracioso mas ni eso hizo que afrodita levantara siquiera un poco la mirada y menos por que aún seguía llorando.
-todo estará bien, cálmate...yo no le diré a nadie lo que vi, así que tranquilo voy a cuidarte....no dejare que nadie te lastime o moleste de nuevo lo juro...
Fue esto último lo que le hizo alzar la vista, siguiendo con la mirada cada una de las acciones de aquel albino, el como con delicadeza limpiaba una de sus lágrimas siendo esta la primera vez que le dejaba tocarlo de manera consiente, incluso no dijo nada cuando tomo su mano juntándola con la suya, sonriéndole de una manera que le hizo sentir extraño, pero no como con cualquier otro alfa que lo hubiera tocado, aquel tacto en verdad se sentía bien, era un calor muy similar al que su hermano solía trasmitirle, uno lleno de confianza, uno que sin palabras verdaderamente le hacia ver que todo estaría bien, mas a diferencia de con su hermano el toque de Ángelo aceleraba su corazón de una manera que nunca había sentido.
-listo has dejado de sangrar, lo mejor será que regreses a la cama, Shura me dijo que el patriarca ira a verte mañana, así que tendremos que salir antes de que el sol se ponga...
Agradeció que aquella herida no era profunda, más por mas que intentaba no darlo a demostrar estaba sumamente confundido por lo que acaba de suceder.
-ven tienes que descansar un poco.
Le guio de nuevo al cuarto, deteniéndolo antes que se acostara en el piso...
-duerme en la cama...por favor.
Quería negarse más esta vez no podía hacerlo, sintiéndose sumamente avergonzado por lo que había ocurrido.
-es tu cama y tu templo ya estas haciendo mucho por mi.
-tranquilo como te lo he dicho muchas veces yo dormiré en el sofá, el cual sigo sin entender por que no usas, es mejor que el piso.
Quiso replicar, decirle que no tocaría nada que fuera de un alfa, que no le daría razones para deberle aún mas favores, mas no pudo hacerlo, no podía dejar de pensar en la sensación que Ángelo lograba transmitirle...
- ¿entonces dormirás en la cama?
Asintió con la cabeza, recostándose en esta, viendo como aquel chico albino buscaba sus cosas para dormir en el sofá.
-duerme conmigo, no me siento cómodo que pases frío en el sofá, por favor duerme a mi lado....
Dudaba de sus palabras, mas creería que eso era lo correcto.
-no te sentirás mal al tener un alfa tan cerca de ti.
Dudo su respuesta, negando después con la cabeza, levantándose de la cama para tomar tímidamente a su compañero de la mano.
-por favor... Es tu cama y no estaré tranquilo... Por favor...
Se sintió sumamente alegre al ver como asentía, caminando hasta una de las orillas de la cama, recostándose en esta.
-estaré lo mas lejos que pueda de ti, así que siéntete tranquilo.
Su sonrisa se dibujó sin su consentimiento, sintiéndose ahora mas intrigado por aquel chico.
-no es necesario, no pareces ser un alfa malo como todos los que conocí, tu das honor a tu nombre, eres un ángel..
Sentenció recostándose a su lado, acurrucándose muy cerca de el con total confianza, sorprendiendo a Ángelo por ese cambio tan radical de confianza...
-descansa Ángelo.
Una sonrisa se dibujo en sus labios, sintiéndose sumamente alegre al sentir tan cerca a afrodita de su cuerpo, como al sentir la confianza que le tenia.
-tu también descansa afrodita.
A la mañana siguiente, salieron corriendo del templo antes que el sol saliera, ocultándose de cualquiera que pudiera verlos dirigirse hasta la prisión del santuario.
-¿estarás aquí conmigo? No me gusta estar encerrado tras barrotes.
Asintió con la cabeza, antes de cerrar aquella celda, viendo como dita se sentaba en el piso recargado en la pared.
- el patriarca llegara en cualquier momento, después de eso te juro que regresaremos a mi templo, no tendrás que estar mucho tiempo aquí.
Le sonrió intentando calmarlo, sentándose de igual manera en el piso quedando frente a frente siendo solamente separados por los barrotes.
-todo estará bien.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, al escuchar esas palabra que lograban tranquilizarlo, haciéndole levantarse para sentarse mas cerca de los barrotes, mirando fijamente a aquel albino.
-en verdad eres muy diferente a todos los alfas que conozco.
Eso era verdad y tenia que admitir que no todo era como esperaba, pues la idea que hubiera un alfa distinto a lo que solía conocer le aterraba bastante, no era normal para el ser tratado de aquella manera por un alfa, mas todo aquello comenzaba a agradarle.
-cubre tu brazo, si el patriarca ve las vendas te preguntara como te has lastimado y creo que lo mejor es que no pregunte, ten toma, esto te ayudara a cubrirte.
Vio como lentamente Ángelo se quitaba una sudadera negra, misma que sin querer alzo un poco su camisa, dejando ver su abdomen marcado algunos segundos, para asi dársela.
Dudo algunos segundos de usarla, mas termino haciéndolo pensando que lo mejor era que no viera aquel vendaje, sintiéndose extraño al usarla, el olor que esta desprendía junto con el calor que una guardaba le hacían sentir como si Ángelo estuviera tras los barrotes con el, abrazándole por la espalda, llenándolo de paz.
- buenos días caballeros, Ángelo, por favor podrías salir un momento.
El nombrado se levanto del piso al escuchar entrar al patriarca, haciendo una reverencia, mirando de reojo a afrodita, para asi salir del lugar.
Camino hasta estar de frente a afrodita, viendo como este muy a mala gana fingía una reverencia un tanto hipócrita, haciendo disgustar al patriarca.
-¿has estado cómodo?
Una sonrisa burlona se creo en los labios del menor, quien hablando cono sarcasmo le respondió.
-claro, este lugar es increíble, solo lo podría comparar con un hotel de 5 estrellas, el yacusi es lo máximo debería de venir y probarlo alguna vez.
Esta vez fue el patriarca el que rio ante el comentario tan hostil de afrodita, suspirando profundo antes de contestarle, viendo como los ojos del peli celeste expresaba un profundo enojo a su persona, fingiendo este con una sonrisa mal formada.
-me refiero a si estuviste cómodo en el templo de cáncer.
Fue aquellas palabras la que borraron su sonrisa como todo rastro de burla, quedando en silencio.
- supongo que –continuo el patriarca- si lo estuviste, claro que estar en la comodidad de un templo es mejor que estar tras las rejas.
-el -interrumpió afrodita- no tiene culpa alguna, yo le suplique que me sacara de aquí, me da miedo este lugar, no soporto estar en una jaula.
Se sintió nervioso, mas guardo compostura, esperando la respuesta del patriarca, el cual al pasar los segundos no venia, estresándolo un poco mas.
-el no tiene la culpa, cualquier castigo, lo tomare yo, el no ha hecho nada malo.
Nuevamente espero una respuesta que no llegaba, sintiendo de inmediato como la ansiedad le comenzaba a dominar.
-me desobedeció afrodita.
-si – contesto con rapidez- pero por piedad a mi, por que en verdad le suplique no estar aquí, el no es como todos los alfas, por favor, cualquier castigo lo tomare yo.
una sonrisa se dibujo en los labios del patriarca, quien con tranquilidad abrió la puerta de la celda acercándose al menor, quien pensando lo peor, solo cerro los ojos, esperando que cualquier cosa que pasara no solo fuera rápido, si no que fuera el único castigo.
-me alegro que confíes en alguien mas, pero entiéndeme, muchos saben lo que han hecho, tengo que castigarlo a el como a ti, por favor entiende yo solo sigo las reglas que han estado por siglos gobernando en el santuario, reglas que cuando yo era un caballero dorado tuve que seguir.
Abrió sus ojos viendo como la sonrisa del patriarca había desaparecido, ahora su rostro viejo parecía triste por la decisión de que estaba a punto de cometer.
-muchos en el santuario saben que no estuviste aquí y si no pongo orden en especial entre ustedes que son mis caballeros de elite, muy pronto gobernara el caos.
Le vio salir de la celda, pidiéndole con la mano que le siguiera, cosa que hiso con inseguridad, viendo de lejos como aquel tipo castaño junto a saga le esperaban, sin embargo lo que llamo su atención asustándole por completo, fue ver a Ángelo de rodillas, sin camisa, y algunos cuantos soldados y otras caballeros curiosos al alrededor, incluso shura estaba ahí, viéndolo con un profunda molestia a el, cambiando su mirada únicamente la ver a Ángelo, mostrarse suma mente preocupado.
-patriarca, con el debido respeto, entiendo mi error, le he desobedecido y aceptare mi castigo, sin embargo quiero pedirle un favor.
El nombrado asintió con la cabeza, dejándole hablar.
-se que usted es un hombre sabio y justo pero por favor, que todo el castigo solo caiga en mi, soy el único culpable aquí.
El mayor guardo silencio pensando su respuesta, viendo como afrodita estaba terrado por lo que sucedía, siendo saga quien se acercaba a su lado para evitarle hacer cualquier tontería.
-soy la máxima autoridad aquí, mi palabra como mi orden son absolutas y todo aquel que me desobedezca tendrá que pagar un castigo, sin embargo creo que esto ya ha ido basta lejos, acepto tu petición, si tu te comprometes a que no volverá a ocurrir nada semejante.
El albino asintió con la cabeza, mirando algunos segundos a afrodita, sonriéndole en un intento de tranquilizarlo.
-por favor no…
Intento replicar el peli celeste, mas fue saga quien colocando una mano en su hombro, le impidió hacer nada mas, negando con la cabeza al tener su atención, dándole a entender que lo mejor era que quedarse quieto.
- 70 latigazos serán suficiente por esta falta, Aioros.
El castaño bajo la mirada asintiendo con la cabeza, soltando el primer latigazo en la espalda de Ángelo, sintiendo admiración como aquel muchacho soportaba cada latigazo mostrándose siempre firme, tragando su dolor, fingiendo que no le importaba sentir la sangre resbalar por su espalda, mirando en todo momento al patriarca, sin mostrar remordimiento por lo que habia hecho.
Afrodita sin en cambio veía todo aquello con horror y culpa, siendo constantemente detenido por saga, quien con sutileza lo llevaba de nuevo dentro de las celdas, impidiéndole actuar por mero impulso.
-por favor saga, detén esto, el solo estaba ayudándome por favor… te lo suplico… has que ese maldito hijo de perra del patriarca deje de lastimarlo.
Una casi invisible sonrisa se formo en los labios de saga, al escuchar el desprecio que afrodita, mostraba hacia el patriarca.
-¿lo odias?
El meno asintió con la cabeza, sintiendo su sangre arder ante las acciones del patriarca.
-el debería cuidarnos, sin embargo nos esta castigando por algo tan tonto, por favor saga te lo suplico, ayúdalo.
Saga le sonrió con ternura, intentando ganarse su confianza, tocando su hombro, mas sintiendo como afrodita lo rechazaba con sutileza por tratarse de un alfa.
-tranquilo, todo cae por su propio peso, afrodita, todos reciben su castigo.
Guardaron silencio algunos segundos, siendo el menor quien miraba a saga sorprendido comenzando a especular sobre este en su pensamiento.
-cualquier cosa, Afrodita espero contar contigo y se que tu harás que Ángelo nos apoye.
Su mirada parecía cambiar de color de manera extraña al sentenciar aquellas palabras antes de regresar hasta donde estaba Ángelo quien recibiendo el ultimo latigazo se mantuvo erguido evitándose caer al piso rendido por el dolor, la sangre brotaba en por su espalda, incluso veía como shura le observaba con dolor, mas lo único que le hiso regresar su sonrisa fue ver a afrodita.
-cualquiera que vuelva a desobedecerme será castigado, no lo olviden, su rango no le da prioridad a nadie.
Sentencio el patriarca, comenzando a caminar lejos de ahí, seguido de Aioros y saga, siendo este ultimo que se despidió con una sonrisa del peli celeste, alegre al ver el odio en su mirada.
-Ángelo.
Intento ir a su lado, mas fue el peli negro quien se lo impidió, llevando al albino consigo hasta la enfermería.
-por eso los omegas no deberían estar aquí.
-las estupideces que nos hacen cometer los omegas.
- ya dos cabellos han sido castigados por el mismo omega, que vergüenza.
Escucho aquellos susurros a su alrededor, sintiendo las miradas acusantes de los presentes, haciéndole sentir ansioso como miserable.
-perdón
Susurro para el, dando la vuelta, corriendo hasta su templo, encerrándose en este, sintiéndose culpable por lo ocurrido, odiando al patriarca desde lo mas profundo de su ser.
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-saga, creo que el castigo fue demasiado, ellos aún son niños, afrodita la ha pasado muy mal, tu más que nada lo sabe, Ángelo solo lo estaba ayudando, ¿Por qué le has dicho al patriarca que eso era lo mejor?
Preguntaba el castaño, viendo como saga no apartaba su vista del templo de piscis.
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