Hoy por fin pude dormir tranquila. Me levanté temprano sintiéndome descansada.

Al salir de la cama, fui a calentar el agua para desayunar, no he estado comiendo bien estos días, tengo que empezar a cuidarme. Mientras espero, me puse a limpiar la sala, está todo lleno de polvo.

Los estantes, las mesadas, los adornos, se encuentran cubiertos por una fina capa de tierra que representa un pequeño descuido. Podría decir que es una forma de enterrarlos para así no tener que verlos y escapar del constante recordatorio de... Bueno, ya estoy pensando tonterías, es un buen síntoma.

El divagar y "fingir" que le busco el significado a algo tan sencillo como el polvo y haber descuidado la limpieza, me sacó una leve sonrisa.

La mayoría de cosas me las regalaron mis padres, es costumbre en mi pueblo, Yaik, tener los presentes en la entrada del hogar para simbolizar su presencia y compañía. Algo así como... para decir "acepte su muestra de interés y los tengo presente conmigo".

Verlos me hacen acordar a mis padres, por lo que son bastante útiles. Aunque últimamente solo están para juntar polvo. Quedarme quieta y encerrada me deprime. Por eso, sacudí mi cabeza de lado a lado, tratando de no distraerme y empecé a moverme por la casa.

Una vez que el agua estuvo lista, me prepare un té caliente con hierbas y comí algo liviano que tengo guardado. Tiene que ser de esta forma, tengo pensado salir a entrenar para volver a estar en forma.

Preparé mi mochila con un cambio de ropa, me vestí con mi conjunto para hacer ejercicio, tomé mis runas y espada, y salí hacia el campo de entrenamiento que está fuera de la ciudad.

Hice todo lo que normalmente hago para mantenerme en forma. Estuve toda la mañana entretenida con esto. Es bastante liberador y una buena forma de desahogarse.

Antes de terminar, tome mi espada para practicar los últimos ataques. Cerré mis ojos y empecé a recordar la pelea de anoche con Airón. Tengo que repasar lo que puedo hacer mejor y quitar todo lo que hice mal.

Ahora que tengo la cabeza fría, me di cuenta que hice puras tonterías: ataque a lo loco, por eso me cansé. Intente ganarle a Airón en un combate de fuerza, cosa que no debo hacer, él tiene dos runas potenciadoras, enfocadas en la parte física.

«¡Ni siquiera usó todas sus habilidades!», reaccioné molesta, al darme cuenta de esto. Suspire y me lleve las manos a la cara... que tonta. Le dejé servida la victoria, prácticamente estuve gritando que me venciera.

«¿Acaso es por qué quería buscar una excusa para rendirme?».

Tal vez inconscientemente lo hice.

Pero ya basta de llorar y esconderse. Tengo que seguir, debo devolverle la humillación al tonto de Airón.

Me concentré y visualice de nuevo la pelea, sin concentrarme en todos mis errores. Ahora quería ver a Airón.

Sonreí al darme cuenta de lo fuerte que se ha vuelto. Me alegra verlo en tan buen estado. La manera en que peleó, los golpes que lanzó y... la forma en que me abrazó o las cosas dulces que me dijo, me hacen sentir feliz.

Rápido abrí los ojos y comencé a golpear con fuerza un muñeco de madera que hay. Me estoy distrayendo de nuevo y con cosas que no son necesaria..., estúpido Airón.

Cuando sentí que ya no puedo más por el cansancio, me acerqué hasta mi mochila que está a un lado, y empecé a buscar un cambio de ropa.

Vi que no hay nadie cerca, por lo que me quite la remera que estoy usando y la use para limpiar todo mi sudor.

Mi madre siempre dijo que no hay que tener pudor en mostrar con lo que fuimos "bendecidas", y mucho mejor si lo hacemos antes de que se "caigan". No es que sea una exhibicionista, pero actuó algo despreocupada.

Me pasé un jabón desodorante y me puse otro conjunto de ropa. Ahora me siento fresca y renovada. Voy a ir a comer algo en algún restaurante de la ciudad, así no tengo que cocinar y puedo darme un buen gusto para recuperar energías.

Hoy es un día para volver a ponerme en forma, retomar mis actividades y salir del agujero en el que me metí.

Al volver a casa, calenté agua, no importa cuánto tiempo me lleve, pero quiero llenar la tina que tengo en el baño.

En la casa de mi pueblo, nos bañábamos afuera. Teníamos un pequeño cobertizo donde teníamos una la tina de madera y al lado, podíamos hacer el fuego para ir calentando el agua y mantenerla caliente.

Aquí no puedo hacer eso, es muy pequeño el baño. Y no puedo ir al patio, hay varias casas pegadas y no hay nada que lo cubra, me van a ver fácilmente.

Tardé bastante en tener el agua lista, pero no importa, necesito relajarme y darme una buena ducha. Asearme bien, limpiarme el pelo y... recostarme a descansar.

Cuando se hizo la tarde, ya estuve lista. Aún tengo bastante tiempo, pero en vez de quedarme encerrada, preferí ir al lugar donde nos citaron.

Llegué al E.G.N y fui directo a la habitación de la reunión. Vi algunas caras conocidas de camino por lo que me detuve a tener pequeñas charlas, pero nada que me detenga por mucho tiempo.

Al subir las escaleras del lugar y avanzar por uno de los pasillos, llegué a la habitación. Adentro no tiene muchas cosas, unas cuantas sillas de madera, una mesa redonda del mismo tipo, un pizarrón, algunas decoraciones con flores y un Airón...

Me sorprendí al verlo sentado a un costado, pero actúe como si nada. Caminé hasta el costado opuesto y me senté. Nos miramos por un breve segundo y corrimos la cara a un costado al mismo tiempo, como si no nos quisiéramos ver. Es algo típico nuestro, lo hacíamos en la academia.

Él ni siquiera me saludaba, solo me miraba por un segundo y se volteaba, haciendo como si nada. Entonces, para molestarlo, comencé a imitarlo.

Pasaron varios minutos en silencio, pero me agrada la sensación de que él esté ahí. Es la manera en que nos llevamos y me gusta saber que nada cambió. Todo sigue normal entre nosotros y yo estoy actuando como siempre lo hago.

La puerta se abrió de golpe y entró Smile, saludando con entusiasmo. Fue directo al frente y sin perder tiempo empezó a hablar.

—¡Que bueno que hayan venido, chiquilines!

Es un hombre de 28 años, es bastante joven, supongo que por eso tiene tanta energía. Su cara es algo redonda, tiene el pelo todo alborotado y de color marrón, ni tiene bellos en el rostro y sus labios son bastante finos, quizás por eso resalta tanto su forma de sonreír.

—Ahora que estamos todos, nos organizaremos para el viaje de mañana.

—¿No vamos a esperar a Roldra?

—¿Eh? —Me miró levantando una ceja—. Él está detrás tuyo, llegó unos segundos después de mí.

Me giré rápido y lo encontré sentado en una silla al lado del rincón de la sala. Al cruzar miradas con el flacucho, me hizo un pequeño gesto para saludarme. Ni siquiera me di cuenta que ya está aquí.

Sentí un leve escalofrío recorrer mi espalda. Si que parece un fantasma.

La reunión trató de organizarnos un poco. Hablamos mejor de nuestras runas y el rol que vamos a tener en el combate. Forma en que vamos a agruparnos, algunas señas, diferentes a la que nos enseñaron en la academia, y el camino por el que vamos a ir.

Iremos a caballo, por lo que tardaremos seis días en llegar. Vamos a detenernos el mínimo de veces para que los animales descansen, es importante llegar rápido.

El objetivo es el país de Hain, está en las afueras del territorio de Noriver, al Noreste de Belidas.

La prioridad es que Smile confronte al líder de la avanzada que formó el gobernante de esas tierras. Según él, con eso será suficiente. Pero no por nada la mayoría de cosas que nos está enseñando es para huir y dejarlo solo, es algo extraño.

Ahora que escucho más información de los alrededores, me doy cuenta de que Noriver está en problemas. La mayoría de pueblos de toda la zona norte y oeste, están evacuando hacía las ciudades más centrales.

Es difícil cubrir tantos lugares, por eso hay cierto problema con la cantidad de guardianes disponibles. Y es otra razón por la que nos mandan a una misión tan peligrosa.

Smile es una clase A+, es de la élite. A pesar de solo sacarle media categoría a Arthuro, la diferencia es tan grande, que de seguro ni siquiera puede llegar a tocarle. Un claro ejemplo es... bueno, Tadeo y Razel.

Tadeo seguro entra en la categoría de A y por más que fuese con todo, nunca logró dañar a su hermano.

Estuvimos un buen par de horas planificando todo. No se volvió tedioso ni aburrido, Smile es bueno para explicar.

Al día siguiente, partimos a la mañana.

Tenemos un carruaje bastante grande con muchos suministros, por si hay algún pueblo que lo necesite en medio del camino. Al estar llegando tanta gente de distintos lados para refugiarse, puede que haya escasez.

Tenemos algo de espacio para sentarnos y dormir, eso es bueno.

Esta vez ni le di importancia a Belidas cuando nos alejamos, tengo la mente ocupada con otras cosas. Mi objetivo es ir y proteger al pueblo de Itrel, es el más cercano a la frontera y será el primer lugar por el que tienen que pasar los del país de Hain.

Smile y Airón van adelante guiando los caballos. Estoy con Roldra atrás.

—Tienes que ser mi compañero, Airón. ¿Qué tal eres para hablar? —preguntó Smile.

—No diría que es mi fuerte.

—¡Excelente entonces, estarás aprueba! No es por meterte presión, pero cuando volvamos tengo que dar un informe de rendimiento de ustedes... Ya saben, procedimiento. Si me aburres... bueno, puede que... este sea afectado, ¿entiendes a lo que me refiero? —Lo miró con una sonrisa y movía sus cejas de arriba abajo—. O sea que te estoy amenazando —agregó riéndose.

Es divertido ver como molestan a Airón y que no sepa qué responder.

—Según lo que vi en tus datos, tienes cuatro hermanas, ¿no?

—Así es —respondió serió, como siempre.

—Ahora entiendo porque no eres de hablar, de seguro ellas te quitaron todas las ganas, y disfrutas de cada momento de silencio y paz, ¿no? —dijo en tono juguetón.

Airón, dejó escapar una leve sonrisa y apartó la mirada. ¿En verdad se divirtió con eso?

—¡Di en el clavo! —Levantó las manos y festejo Smile.

Aunque Airón no hace mucho para llevar la charla, Smile siempre saco temas de conversación. Anécdotas graciosas y recuerdos de su época en la academia. Me sorprendió saber que había sido compañero de Razel. Y obviamente, mi curiosidad me ganó y empecé a preguntarle cosas.

—Ah... cómo describiría al pequeño Razel —dijo Smile casi como si suspirara—. El chico talentoso, el preferido de los profesores, el niño bueno y estudioso, el mejor de clase, y así puedo seguir con todo eso.

—¿Te llevabas bien con él?

—Claro, Lucy. Él era alguien admirable, incluso era mi rival. —Levantó la mirada hacia el cielo, tratando de darle profundidad a sus palabras—. Ver a alguien así te inspira a mejorar y por muchos años traté de alcanzarlo... para al final darme cuenta que es inútil.

»Tener un compañero de ese estilo es bastante útil para dar el máximo de uno..., pero llega un punto que es agotador y un poco frustrante. Además, yo no apuntó a ser el más fuerte o tener un título extravagante, solo quiero proteger a los demás.

»Pero si se cruzan con él, no digan que dije que lo admiró y quería alcanzarlo —comentó rápido, tratando de cambiar el tono de la conversación.

Entiendo todo lo que dice, salvo por la parte de la frustración. Sí, hay veces que pensé que no podía ganarle al tonto de Airón, pero nunca llegue a... sentir que no lo superaría.

Salvo por lo de anteanoche... Es cierto que cuando vi que no le costó nada vencerme, por un momento cruzó en mi mente que todo lo que entrené y todo lo que esforcé durante tantos años fue en vano.

Sumado a todo lo demás... Quizás con Smile pasó eso, nunca estuvo siquiera cerca de Razel.

Sin darme cuenta, ya han pasado varias horas de viaje. Fuimos charlando o, mejor dicho, escuchando a Smile y todo pasó rápido. Es entretenido, las caras y expresiones que hace, parece como si fuese un amigo cercano, alguien que conoces hace mucho.

Incluso nos puso apodos, algo que nos tomó por sorpresa. Airón, es el pequeño "Saltamontes". Ya que cuando hablamos de la misión, él es el primero en dar un "salto" para dar su punto de vista y opiniones.

Rodra es el "Fantasma..." Por momentos te olvidas de que está con nosotros. Aunque esto también tiene que ver con su habilidad. Según lo que nos explicó, tiene que quedarse quieto y no moverse mucho para poder detectar bien lo que lo rodea. Algo así como un radar mágico.

Y yo... bueno, hice mal en contarle sobre mi relación con mis padres y decirles que me decían "berrinchuda". Soy la Berrinchuda.

Me lo merezco, él me vio en mi lado quejoso y... penoso. No tuve una buena impresión, y aunque ahora trato de volver a ser como siempre..., no voy a mentir, por momentos me siento algo triste. Cuando Smile se queda en silencio y solo puedo distraerme mirando el camino, sin nada para ver más que tierra y árboles, siento que me falta algo.

Durante los siguientes cuatro días no pasó nada. Sí vimos a mucha gente viajando, fue algo muy llamativo. Caravanas, en pequeños grupos e incluso gente sola, todos se acercan a Belidas. Dejamos algunos suministros por algunos pueblos, la gente se ve muy preocupada.

En el momento que ven nuestros uniformes de guardianes, se nos vienen encima con preguntas y un fuerte deseo de saber qué es lo que está sucediendo en el reino.

Todo el mundo está sufriendo...

Esta noche me toca hacer guardia, por lo que, durante la tarde aproveche para dormir un poco mientras voy en el carruaje.

El día de hoy estuvo bastante nublado, parece que va a llover en cualquiera de estos días. Es un clima algo triste.

Mientras dormía, soñé con el día del festival.

Estuve con Tadeo, caminando sin una dirección en particular, solo pasear. Sentía que habían pasado años desde la última vez que sonreí tanto. No me despegaba de él ni por un momento, cada vez que podía lo abrazaba.

Le parecía extraño que estuviese tan cariñosa, sin molestarlo o pelearlo, solo... asentía a todo.

No podía hablar, tampoco es que quisiera. Me gustaba escucharlo y contar con su compañía. Incluso nos sentamos a tomar un postre frío, llamado "Hinado".

Todo era perfecto hasta que... empezamos a escuchar una especie de silbido. Tenía una melodía alegre y contagiosa.

No entendí por qué se levantó de golpe, pensé que se había molestado porque me comí su postre. Pero deje de tomarlo como broma cuando se puso serió.

Quería preguntar qué le pasaba, pero no podía hablar.

—Tengo que irme —dijo preocupado.

Lo agarré de la mano, sujetándolo con todas mis fuerzas, mientras movía mi cabeza en señal de "no".

—Lo siento, pero debo hacerlo.

Mis ojos se llenaban de lágrimas, no quería que se fuera. Él miró hacia atrás al escuchar el silbido hacerse más fuerte.

—Adiós, Lucy.

Nunca me dijo "adiós", nunca nos despedimos. Siempre fue un "hasta pronto o un nos vemos luego", una promesa de un reencuentro. Escucharlo decir eso me dolió tanto... y el no poder hacer nada era sofocante.

Apretaba con fuerza mis labios, tratando de hacer que mi cuerpo reaccionara y fue ahí... que desperté.

Dejé escapar un suspiro y rápido me pase las manos por los ojos, no quiero que me vean llorar. Me siento extraña, tengo un mal presentimiento. Es como si tuviera algo apretándome el pecho, incluso se me erizo la piel.

Ahora entiendo el estúpido silbido que apareció en mi sueño, lo estoy escuchando a ahora. Me asomé a la parte de adelante del carruaje, pensando que es Smile el causante, pero él me miró sorprendido de verme despierta. Me saludó con entusiasmo, sin entender qué es lo que quiero.

Al frente del camino, vi al responsable, una persona con tirantes café y un sombrero del mismo color. Está al lado del camino, haciéndonos señas para que nos detengamos.

Fin del capítulo 9