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Capítulo 17: Una segunda oportunidad

—Pero el siguiente ataque será el último —dijo Katarina sujetando con fuerza sus dagas y mirándonos con entusiasmo...

Sus manos son extrañas, parece como si tuviera unos guantes, pero al verlo mejor me di cuenta que solo están tatuadas de negra. Resalta bastante, ya que, a pesar de ser de piel morena, no es tan oscura.

Smile se mantiene en guardia a mi derecha, Garu está a mi izquierda, mirando con enojo a Katarina. En sus mejillas todavía se puede ver una pequeña marca que dejaron sus lágrimas.

A mi espalda, se encuentra Airón, sosteniendo mi espada y preparándose para defender cualquier ataque de las otras dos personas que están detrás nuestro.

Smile al terminar de "suturar" su herida en el pecho, bajó una de sus manos e hizo una seña. Es la indicación para escapar, vamos a usar el plan que tenemos para huir. aunque... eso significa que él debe sacrificarse.

Con una de sus habilidades nos va a sacar, pero no puede utilizarla en sí mismo. Va a quedarse atrapado en medio de estas tres personas...

Apreté mis puños, con la poca fuerza que me queda, no puedo hacer más nada. Esta es nuestra última "carta", si es que las negociaciones con la avanzada de Hain no funcionaban y se volvía peligroso el encuentro..., pero la tendremos que usar aquí.

Aun así, Smile nos dijo que él podría encargarse de un gran grupo de gente sin problemas, este recurso era solo para sacarnos del peligro a nosotros. Pero ahora, es todo lo contrario. Estos tres lo van a matar...

—¿¡Quieres que te ayudemos!? —preguntó el hombre rubio, sin mucho entusiasmo.

—¡No! —respondió Katarina al instante—. ¡Son míos! —Una gran sonrisa apareció en su rostro—. Solo interfieran si ven que el grandote o el viejo utilizan alguna técnica rara para escapar...

—Ya escuchaste... tú encárgate de eso —le indico el hombre al niño a su lado, luego se cruzó de brazos y empezó a mirar a su alrededor despreocupado.

El joven, que es bastante alto y flacucho, al escuchar la orden de su compañero, desenvaino la espada que tiene en la espalda. Es bastante extraña, delgada y muy larga, casi de su mismo tamaño. La hoja tiene una curvatura en la parte de atrás, no recuerdo el nombre de ese estilo de arma, casi no se usa en ningún lado.

Por viejo supongo que se refiere a Smile, esa mujer es una mercenaria profesional en todo sentido y seguro que sus compañeros también, no van a dejar que nos escapemos tan fácil. Hay que hacer algo para crear esa oportunidad o nos mataran a todos.

«¿Pero, qué podemos hacer?», pensé desesperada. Airón y yo no estamos al nivel de ella. Y Smile, quien es un guardián de élite, de uno de los rangos más altos, parece que tampoco.

—Voy a protegerte... Si tú eres "mi fuerza", yo seré tu escudo —dijo en voz baja Garu.

Lo miré sorprendida, ahora que me doy cuenta, él saltó para defenderme. Hasta ahora no ha hecho nada más que mirar y no involucrarse, pero al ver que Katarina estuvo por matarme, se puso delante...

¿Me está devolviendo el favor por ayudarlo anoche? Es lo único que se me ocurre, por eso uso la expresión con la que traté de animarlo "Si no puedes pelear, yo seré tu fuerza".

Garu dio un paso al frente y gritó:

—¡Sí intentan hacer algo, voy a suicidarme! —amenazó con determinación.

El tono de su voz, tan seguro y firme, es totalmente distinto al que vengo escuchando de él. Solo ha hablado en voz baja, con dolor y pena, dando la impresión que ni él mismo quiere escucharse. Muy diferente a la declaración que acaba de hacer, incluso Smile se sorprendió.

—¿¡Qué clase de amenaza es esa!? —respondió Katarina riéndose de manera exagerada—. ¿Debo asustarme? ¿O preocuparme? Por favor, dime como tengo que reaccionar ante tan peculiar declaración...

—Ustedes me quieren con vida, ¿no? —dijo Garu con seriedad—. Es por eso que me han estado persiguiendo tanto tiempo...

La mujer de pelo corto cambió su postura, se llevó una mano a la cintura y con la otra empezó a darse pequeños golpes en el mentón con el mango de una de sus dagas, tratando de mostrarse pensativa y como no, que se está tomando esto como un juego.

Unos segundos después, rompió en risa de nuevo. Cambió la expresión de su rostro y con una mirada enfocada en Garu, comenzó a caminar hacia nosotros, de manera lenta, pero segura.

—¡Por favor, déjame darte una mano! —Levantó su mano derecha y arrojó una de sus dagas a los pies de Garu—. ¿Crees que podrás cortar tu dura piel con eso? —preguntó, deteniéndose a un par de metros nuestro.

El bendecido dejó escapar un suspiro y se agacho para recoger el arma, luego apoyó el filo de esta en su abdomen y tras empujar con fuerza por un momento, consiguió que brotara sangre del corte que acaba de hacer.

—Con mi poder también puedo lastimarme... —contesto mirando a los ojos a la mujer.

—No creo que esa pequeña daga llegue a tu corazón —comentó con una animada expresión Katarina—. Debes cortarte la arteria Carotida y la vena Yugular de tu cuello si quieres morir casi sin sufrir —le indico, apoyando sus dedos en su propio cuello para mostrarle donde.

La mujer dio un paso más al frente y Garu llevó la daga a su garganta, asentando el filo con fuerza. Lo que hizo que ella se detuviera.

«¿¡De verdad se va a matar!?», ¿es lo único que nos queda? Ver a Garu suicidarse y luego intentar escapar, dejando morir a Smile en proceso... No se me ocurre nada que hacer en está situación. Airón tampoco dice o hace algo. La situación nos supera de tal modo, que solo puedo estar de espectadora...

—¡Hazlo de una vez! —grito el hombre rubio—. Una amenaza pierde valor si es que te demoras tanto en cumplirla...

—Tiene razón mi compañero, por favor, hazlo —agregó Katarina, empezando a acercarse de manera lenta a nosotros—. En el momento que no estés para cubrirlos, quiero que sepas que te seguirán al otro mundo... —dijo con una sonrisa, desenvainando otra daga, teniendo una en cada mano.

A medida que se acerca, el pecho de Garu se "infla" con fuerza, su respiración está aumentando. El filo del arma empieza hacer que unas gotas de sangre broten y se deslicen por su cuello, cada vez aprieta el filo con más fuerza.

Mi cuerpo reacciona igual que el de él: tengo mi respiración acelerada y mi corazón no para de latir con fuerzas. No solo porque no quiero verlo morir, sino que también me aterra ver a Katarina aproximarse... Siento que va a matarme en cualquier momento y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.

—Lo siento... es lo único que puedo hacer —se disculpó Garu y cerró los ojos.

Sus palabras sonaron a una despedida. Quiero detenerlo, pero mi voz no sale. Tengo un nudo en la garganta, ni siquiera puedo levantar mis manos.

Todo empezó a pasar tan lento delante de mí: vi a Katarina adoptando una postura para atacarnos. Las manos de Smile se van cubriendo de a poco de magia. Los músculos del brazo de Garu se marcaron al comenzar a usar su fuerza para cortarse.

—¡¡Por aquí!! —gritaron de lo lejos, deteniendo a todos y haciendo que nos volteáramos a ver.

Un gran grupo de soldados con armaduras de hierro, montados a caballo, se acercan a nuestra dirección. Vienen desde la única entrada al camino principal que hay.

Deben ser los de la avanzada del país de Hain.

—Pequeño, ve y mata a todos los que vienen para aquí, que no interrumpan el juego de nuestra compañera —le encargó el hombre rubio al niño, levantando una de sus manos y haciendo un gesto para que vaya.

Ni siquiera parece que le importa o que sea un problema. Parece que le está ordenando algo de lo más sencillo.

Él niño sin dudarlo asintió y se preparó para ir a cumplir su orden.

¿Qué le pasa a esta gente? Esa pequeña avanzada parece ser más de 50 soldados, no puedo contarlos. ¿Algo como eso no debe de preocuparlos?

—¡No, no hará falta! —grito Katarina para detenerlo—. Nos vamos...

—¿¡Eh!? ¿¡En serio!? —reaccionó con sorpresa el hombre rubio, dejando de cruzar los brazos.

—Sí. Ya tenemos lo que queríamos... No hay que interferir en lo que no nos concierne —respondió la mujer, guardando una de sus dagas.

—Si tú lo dices...

Sin perder tiempo, el niño y el hombre saltaron al bosque.

Katarina sigue mirando de manera desafiante a Garu y justo antes de irse, sus ojos se movieron en dirección a la cabaña.

¡Corte Preciso! —conjuro ella y su daga se torno de color blanco, dejando escapar un enorme, que digo, gigantesco haz de luz que corto a la mitad el edificio.

Me tapé los ojos y la cara, para evitar ser golpeado por todo lo que sale volando de lo que va destrozando la magia en su camino. Nunca vi una magia así de grande y potente, literalmente atravesó todo y siguió cortando varios árboles en su paso... Hasta dejo una línea bien marcada y profunda en el suelo.

Es la misma técnica que usamos Airón y yo... pero a un nivel completamente diferente.

—Te dejo la daga de recuerdo, seguramente volveremos a vernos, grandulón —se despidió con una mirada coqueta y saltó al bosque.

En el momento que ya no pude verla, todo mi cuerpo se relajó, casi siento que me desmayo. Mis piernas cedieron y estuve a punto de caerme, pero Garu me sostuvo.

En mi mente solo hay algo que se repite constantemente «¡Sobreviví!».

Pero esto todavía no acaba y mi alegría duró poco. Airón se puso a mi lado, manteniendo la espada en alto. Mire a Smile y aunque se relajo un poco, se encuentra serio.

El sonido de los caballos y gente acercándose me trajo de vuelta a la situación, por lo que aparté a Garu y me mantuve de pie sola.

Esperamos un poco, hasta que el grupo de "invasores", se detuvo frente nuestro. Uno de ellos se adelanto un poco más, todos están con armaduras y cascos, no llevan banderas, ni nada distintivo de su país, algo raro, pero el hombre que se salió de la fila tiene una pequeña medalla de color verde. Supongo que es la forma de distinguir su categoría del resto, ni idea.

El sujeto a caballo nos miró con seriedad, cambió su actitud al ver que tenemos la vestimenta de guardianes de Noriver, o bueno, partes de esta. A excepción mía, mis dos compañeros tienen su ropa rota.

—Me llamo Laydmon Tywine —se presentó con firmeza Smile, dando un paso adelante—, soy un guardián de élite y nos dirigíamos rumbo a Hain, cuando una situación... un tanto peligrosa en el pueblo de Itrel, hizo que nos demoráramos...

No respondieron nada, se mantuvieron firmes, mirándonos de la misma forma. Ahora que los veo mejor, son demasiados, debe haber entre cincuenta o sesenta personas. Todos armados y cubiertos con sus armaduras, hasta los caballos están equipados.

—¡Vengo a entregarle una nota de parte del Rey de Noriver, Antonidas Ghandell, al gobernante del país de Hain! —Una vez más, no decían nada, por lo que Smile continuó—. Noriver se declara en estado de emergencia y tomará cualquier acercamiento, avanzada, exploradores o grupo pequeño de otro país, que no se anuncie como es debido, como un acto bélico y responderá como tal.

Esta vez sí reaccionaron todos, con murmullos y asombro. Incluso el soldado que está al frente se volteó confundido, para mirar a los demás hombres de su grupo.

—Puede que ustedes hayan decidido entrar al Reino de Noriver "buscando unos bandidos" y no supieran del estado en el que nos encontramos, pero ahora ya lo saben y, por lo tanto, si no se retiran, nos veremos obligados a declararle la guerra a su país. Ya han sido advertidos como lo establece el Consejo de Paz de los cinco reinos y países bajos, actúen a sabiendas de las consecuencias...

El soldado con la medalla hizo un gesto para que guardaran silencio sus hombres y se quitó el casco, antes de bajar de su montura. Se acercó a Smile y se presentó como es debido.

Él se separó del grupo principal y tal como le dijimos "vinieron bajo las órdenes de cazar a unos bandidos", en las fronteras de su país también hay mucho caos y están buscando calmar con todo de una manera un tanto... rápida y dominante.

Claro, es una excusa para invadir, no esperaban que reaccionáramos antes de que ellos hicieran de las suyas y solo está dando una excusa. A decir verdad, es tal como dijo Smile, en el momento que se presentó y explicó el por qué estamos frente a ellos, todo el ambiente cambió. No parece que vayan a buscar enfrentarnos.

Nuestro líder le pidió que lo lleven con el que está a cargo de todo, a lo que le respondieron que él jefe de la avanzada se dirigió directo al pueblo. Ellos se desviaron por el sonido de las explosiones.

Nos preguntaron por lo que está pasando aquí, pero Smile no quiere perder tiempo, solo respondió que acabamos de echar a unos mercenarios peligrosos y que rescatamos a gente del pueblo de Itrel que han secuestrado.

Si ellos querían, podían ir a buscar a los criminales, pero debían entregarnos caballos y escoltarnos con un grupo al pueblo para avisarle al resto de soldados la situación antes de que se iniciara una guerra.

Antes de irnos, revisamos la cabaña, buscando al hombre que Smile y Roldra dejaron fuera de combate. No fue una sorpresa encontrarlo partido a la mitad, Katarina apuntó hacia él. No se fue antes sin acabar con quien pudiese hablarnos más de sus planes, aunque no debe saber que tenemos a Liendra en el pueblo.

Garu no quería irse, pero al mencionarle que todo el pueblo está en peligro, aceptó venir con nosotros. No sin antes despedirse con lágrimas y un gran dolor de la escena.

Nos dieron unos caballos y un pequeño grupo de escolta, con el hombre de la medalla, obviamente. El resto, se les indicó volver a Hain y otro pequeño grupo perseguir a los mercenarios que nos enfrentamos. Quisimos evitar que lo hicieran, pero no querían escucharnos.

Luego de avanzar un poco por el camino principal, Smile le indico a Airón que se bajara del caballo y fuese a buscar a Roldra en el bosque. Debían encontrarlo siguiendo ciertas indicaciones que le dio y así, avisarle de lo que está sucediendo.

No me mandó a con él porque sabe que estoy cansada y en mal estado, además de que el caballo no puede ir por esa zona debido a los árboles. Luego nos volveríamos a encontrar en Itrel, pero me dio algo de miedo separarme, no quiero que le pase nada al tonto de Airón.

Galopamos a toda prisa hasta el pueblo, pasaron varios minutos bastante tensos. Nadie dice nada y el sonido de las armaduras al cabalgar es bastante asfixiante, me transmite una sensación muy desagradable.

Ya falta poco para que lleguemos al pueblo y fue en ese momento, que escuchamos un par de explosiones venir de aquella dirección... Parece que no llegamos a tiempo para detener a los demás soldados...



Fin del capítulo 17

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