Capítulo 11: Una noche diferente
Cuando todo empezó, los dioses vivían junto a los mortales. Según la historia, ellos guiaron a las primeras generaciones. Mantenían un contacto estrecho con todas las razas, enseñándoles no solo a sobrevivir, también la forma en que debían coexistir.
Pero al haber varias deidades y diferentes ideologías entre ellas, comenzaron los problemas. Algunas eran más apegadas a los humanos y se mantenían constantemente detrás de ellos, provocando que las personas que ayudaban, ganarán una mayor atención y dependencia por esa deidad.
Y cuando otro dios entraba para intentar dar sus consejos, era obviado por ese grupo de mortales. Incluso algunos dioses se molestaban por la intervención de otras deidades con "sus humanos".
Antes de que el conflicto estallara entre los dioses, eligieron separarse del mundo. Así no empezaría una guerra entre ellos. Y mucho menos, entre los credos de cada raza de los mortales.
Para no dejar al mundo desamparado y que sigan teniendo contacto con ellos, les dejaron las runas: piedras mágicas de color rojo, hechas con la misma naturaleza de los dioses. Al fusionarse con el alma de los mortales, compartirían sus poderes y sentirían una pequeña parte de la divinidad de un dios, dentro de ellos.
El objetivo principal de esto, era que pudiesen vivir solos y sacarle el máximo provecho para así poder seguir creciendo como civilización.
Pero la codicia es el peor de los males. Pronto, los mortales descubrieron que, mientras más runas conseguían, más poder era el que portaban. Logrando imponerse frente al resto y ganando puestos con muchos privilegios entre la sociedad.
Las guerras estallaron y los dioses, como castigo, nos abandonaron. No se sabe bien qué fue lo que pasó, o en qué momento sucedió, pero toda información sobre las deidades se perdió. Solo se puede saber lo que se transmitió de boca en boca.
Las runas, fueron distribuidas por todo el mundo, pudiéndose encontrar en cuevas, lagos, montañas, enterradas, etc.
Los elfos se apartaron del resto de razas y se encerraron en su nación. Un lugar al cual nadie, a excepción de ellos, consiguió entrar. Y todo aquel que lo intentó, no se supo más de ellos. Se dice que son las criaturas con mayor conexión espiritual y, por ende, sus almas aún mantienen cierto contacto con las deidades.
En la actualidad, algunos de ellos rondan por las naciones humanas, pero estos no hablan nada de su nación. Y una vez que salen de su reino, son considerados exiliados y no pueden volver. Además de que, pareciera que antes de dejarlos salir, usan ciertas magias para que olviden lo que vivieron en su nación.
Los enanos se encerraron en las montañas, haciendo algo parecido a los elfos. Son más sociables y sin tanto misterio, pero no dejan que otros que no sean de su raza entren a sus ciudades. Pero si mantienen el contacto con nosotros.
Los humanos somos los más numerosos, pero los más conflictivos. Por eso estábamos tan divididos y por eso la guerra duró muchos siglos. Actualmente vivimos en "paz", pero sigue habiendo cierto... rechazo entre naciones.
Hay cinco principales: Noriver, Biaffrel, Dexus, Galassia y Argaluz. Cada una con sus características y muy marcado estilo de vida.
De manera aleatoria, sin saber la razón, entre los humanos nacen gente que se les conoce como bendecidos. Son aquellos que tienen en su alma la naturaleza divina y la gracia de alguna deidad. Por eso, ya cuenta con magia y una habilidad en especial.
La forma de reconocerlos es fácil: sus ojos. Poseen un color diferente al normal, siendo bastante llamativos.
Algunas personas creen que su aparición es un mensaje de algún dios, tratando de ayudarnos para volver al camino correcto. Otros, que son traídos para castigarnos, ya que, la mayoría de ellos son bastante violentos y cuentan con una personalidad muy autoritaria y conflictiva. Buscando siempre aprovecharse de su condición para llegar a puestos altos de poder.
Al final, la mayoría muere rápido. Su bendición le trae muchas ventajas, pero también muchos conflictos. Tenerlos en tu nación son una gran ventaja a nivel militar, por lo que otras naciones buscan eliminarlos.
Es un ida y vuelta, donde siempre se elige la opción de: matar primero, antes de que se vuelva un problema.
Sin duda, los humanos no aprendemos.
Pero estas últimas décadas, ha reinado la paz y cierta... "armonía". Parece que de a poco vamos entendiendo cómo llevarnos...
La historia está llena de "supuestos" e interpretaciones diferentes. Con certeza no se sabe bien cómo es que ocurrió todo, ni mucho menos el origen y desaparición de las deidades. Hay pocas religiones entre los humanos, la mayoría prefiere atribuirle todo a la magia. Su funcionamiento está limitado por la imaginación y el talento de quien la usa. Y con esa mentalidad se cree que funciona el mundo. Por su naturaleza, no se busca muchas explicaciones, solo... se busca formas de mejorar en su uso...
Ver a este enorme sujeto de ojos color gris, con un cuerpo demasiado fornido, me trae demasiadas preguntas a la mente.
Smile se tardó un momento en responderle. No creo que dude sobre lo que tiene que hacer, pero tal vez esté tratando de buscar las mejores palabras para usar. Después de todo, está frente a mucha gente y eso... es algo que de solo pensarlo me pone nerviosa.
—No se preocupen —dijo Smile levantando las manos para calmarlos—. Nosotros nos haremos cargo.
Toda la gente empezó a mirarse mientras sonreían. Ver esa escena, contrastada con el nublado atardecer, es bastante motivador. Me puso contenta, tengo que aprender de nuestro actual líder a transmitir esa seguridad al hablar con las personas.
—Solo voy a pedir que se calmen y esperen aquí. Voy a necesitar a alguien que pueda explicarme con calma y detalle todo lo que pasó —pidió Smile.
Con cuidado, nos alejamos de la multitud para esperar al alcalde del pueblo. Este nos guió hasta su casa. Toda la gente viene detrás nuestro. Por lo menos se encargaron de llevar nuestros caballos y carruajes.
Antes de entrar al hogar del anciano con un poco de barba, Freddie se separó de nosotros. Nos dijo que debe buscar un lugar para quedarse por unos días, quiere descansar un poco y conseguir algunos suministros antes de seguir su viaje. Además de que, él no tiene que entrometerse en nuestro "trabajo".
Luego, los cuatro seguimos al alcalde. Su casa me recordó a la de mi pueblo: mesas y sillas de madera vieja, una pintura muy básica en el interior, no es muy grande el lugar, pero se siente acogedora.
No hay una silla para Airón, por lo que se quedó parado a un lado.
Una vez más, nos explicó la situación, pero con más detalles.
Un hombre con trenzas y algunas cicatrices en la cara, junto a una mujer de pelo rubio y que usaba una especie de látigo, vinieron y atacaron el pueblo.
Intentaron defenderse, sin éxito. Los únicos que saben combatir en este pueblo son de clase C. No tuvieron mucho que hacer contra ellos.
—¿Y cree que vinieron por alguna razón en particular? —preguntó Smile al terminar de escuchar la historia.
El anciano tardó un poco en responder, desviando la mirada un par de veces.
—Por... Garu —susurro—. Lo más probable es que sea por él.
—Garu es...
—Él bendecido.
—¿Por qué piensa que es por su culpa? —indago con seriedad.
—No hay otro motivo por el que vengan y se lleven así a la gente. Además, se llevaron a su pareja.
En ese momento, empezamos a escuchar gritos afuera de la casa. Todos salimos al instante del lugar, sin saber qué es lo que sucede.
—¡Detente Garu, no hagas estupideces! —Varias personas están agarrando de la cintura al bendecido, tratando de que no se mueva—. ¡Vas a hacer que maten a los que se llevaron!
—¡Tengo que hacer algo! Esto... seguro es mi culpa —respondió el enorme hombre, avanzando de a poco, a pesar de que lo están sujetando.
—¿¡Y qué es lo que tienes pensado, eh!? ¿¡Vas a pelear!?
—Yo... no... —dijo desanimado, agachando la cabeza y deteniéndose.
Las seis personas que lo sostenían, aflojaron su agarre y se pararon delante de él.
—Deja esto a los guardianes entonces, no hagas estupideces.
—Garu no puede pelear... —nos dijo el anciano, tratando de hacernos entender lo que pasa.
—Pero es un bendecido... —dije con sorpresa.
—Sí, y de seguro es muy fuerte..., pero no lo he visto nunca golpear a alguien. Incluso las veces que le robaron o lo atacaron, él solo se cubre, sin moverse, hasta que lo dejan.
—Eso es extraño... ¿Saben por qué reacciona así?
—No. Solo repite que ya no quiere lastimar a nadie. Antes solo era un borracho que buscaba excusas para que lo golpearan, luego de conocer a Yei, empezó a comportarse y a venir a visitarlo de vez en cuando.
»¿Entonces qué harán para ayudarnos? —dijo el anciano cambiando el tema y viéndonos con preocupación.
—Quédese tranquilo, nosotros estamos aquí y haremos lo necesario para ayudarlos —respondió Smile sacando pecho y sonriendo—. Ahora vamos a organizarnos con mi equipo, mientras tanto trate de calmar a la gente y que esperen sin moverse del pueblo.
Él anciano asintió y fue a hablar con la gente. Garu es el que se ve más afectado por todo, cada vez que lo veo, parece que va a romper en llanto. También es el único que al escuchar la petición del alcalde se dio la vuelta molesto y se fue.
Por nuestra parte, nos alejamos de todos y dimos un pequeño recorrido por el pueblo. No es muy grande, en quince minutos ya hemos visto todo lo que queríamos. Buscamos un buen sitio para sentarnos y empezar a planear lo que vamos a hacer.
—¿Y bien, que opinan? —preguntó Smile—. ¿Qué se les ocurre?
—Explorar para buscar información y proteger a la gente —respondió de inmediato Airón—. Sí es cierto que esto es porque buscan al bendecido, lo más probable es que vuelvan.
—Como siempre tomando la iniciativa y pensando en frío, me gusta, pequeño Saltamontes —Sonrió con orgullo ante lo que escucho.
Si, también había pensado en eso, pero no fui demasiado rápida para decirlo. No estamos en la escuela y no es una competencia, solo quiero estar segura antes de hablar.
—Nos dividiremos en dos equipos —anunció Smile, mirándonos—. Un grupo de exploración: Roldra y yo. Y el otro de protección: Lucy y Airón. Ustedes dos permanecerán aquí para transmitirle seguridad al pueblo y "vigilar" cualquier acto extraño.
—¿Vigilar? —pregunté confundida, no entiendo por qué lo dijo con ese tono.
—Es bastante probable que haya un informante del grupo entre la gente. Su misión es tratar de averiguar si alguien está actuando extraño, y, obviamente, hacerlo de manera disimulada.
No sé me ocurrió esa posibilidad. Digo, tal vez soy muy inocente, por eso no desconfíe de la gente que vive aquí. Pero es muy razonable una vez que lo escuchas.
—Roldra y yo, iremos a buscar la guarida de los bandidos. Lo más probable es que solo saquemos información y volvamos por ustedes. Pero si veo que puedo hacerlo solo, lo haré. Ustedes dos solo preocúpense por proteger a la gente y estar atento de cualquier movimiento que hagan —remarcó con seriedad—. No se confíen y si llegan a ser atacados mientras nosotros no estamos, prioricen su seguridad... Si ven que no pueden ganar, ríndanse o hagan lo necesario para sobrevivir y esperar nuestro regreso.
Quiere actuar cuanto antes para solucionar esto y seguir con nuestro encargo. Hain está a un poco más de un día de aquí. Llevarse a Roldra que es bueno para rastrear e infiltrarse es lo mejor. Además, dejarnos aquí para darle seguridad a las personas es bastante importante y no solo eso, Airón y yo no somos muy ágiles a la hora de avanzar, por lo que, seguro lo retrasaríamos.
Todo esto lo dedujo y organizó rápido. No por nada es un guardián de élite con tanta experiencia. Es importante cubrir cada detalle lo antes posible y sacar a brillar el potencial de cada uno de los del equipo, es el trabajo de un buen líder.
Nos dio un par de indicaciones más, consejos y detalles a tener en cuenta antes de irse. Y como no, dejó a Airón a cargo... Esto no me tomó por sorpresa, sé que me he quedado detrás de él. Pero... no me molesto, en cierta parte, me alegró por él.
De todas formas, no voy a dejarle que se aleje tan fácil, ya verá... Que disfrute de su pequeña victoria, pronto estaré de nuevo al cien por ciento y no podrá poner esa sonrisa burlona en su rostro. De tan solo pensar en su mirada de molestia y la cara que pone cuando pierde, empecé a sonreír de manera satisfactoria.
—¿Y a ti qué te pasa? —me pregunto cuando quedamos solos y vio mi expresión.
—¿Eh? No sé a qué te refieres... —respondí haciéndome la desentendida. Tengo que disimular un poco.
—No me digas que estás feliz por ser mi subordinada —dijo él en un tono burlón.
—Ya quisieras —entrecerré los ojos al mirarlo—. Además, no soy tu subordinada, solo... te dieron un poco más de autoridad.
—Diferente forma de decirlo, misma función... —remarcó victorioso.
—Sí... sí... como diga, "señor". ¿Le parece si vamos a recorrer el pueblo mientras anochece, jefecito? —propuse en un tono irónico.
El asintió y empezamos nuestro "recorrido". No es un pueblo grande, ni hay mucho para ver. Luego de que el alcalde hablara con ellos, parece que la mayoría se metió a sus casas. Y bueno, también acaba de oscurecer y está lloviznando un poco.
Airón está en modo "guardián", mucho más serio que lo normal y muy atento a su alrededor. A decir verdad, no se que tengo que vigilar. No veo nada raro y no hay mucho para hacer más que caminar de un lado a otro.
Como la lluvia empezó a caer con más fuerza, volvimos a un pequeño bar donde vimos que hay gente adentro. Matamos dos pájaros de un tiro, nos cubrimos del agua y vigilamos a los del pueblo.
Me sentí algo nerviosa al entrar, ni siquiera disimulan la forma en que nos miran. Para actuar normales, buscamos un lugar para sentarnos y pedir algo liviano para comer y tomar.
Mientras esperamos a que nos atiendan, le di un vistazo al lugar, está bastante limpio. Supongo que como están cerca de la frontera, mucha gente pasa por aquí y por eso lo tienen bien cuidado e iluminado.
A lo lejos, en la barra está sentado Freddie, nos hizo un pequeño gesto para saludarnos y siguió hablando con una chica. «No pierde el tiempo, eh», pensé. No me sorprende con lo sociable que es. Y bueno... es algo lindo.
—¿Qué te parece el lugar? —pregunte para hablar un poco con mi "jefecito".
—Bien, supongo —respondió al instante, sin siquiera mirarme.
—¿Vendrías con tus amigos aquí si estás de viaje?
—Es el único lugar para detenerse a tomar algo. No tiene competencia, es el único lugar para venir si estás de paso.
—Podrías simplemente seguir de largo... o detenerte fuera del pueblo. Creo que no entendiste mi pregunta.
—Me parece que no te gustó mi respuesta.
—Tenías que decir "sí o no" y "por qué" —lo miré entrecerrando los ojos—. No es muy difícil llevar una charla amistosa.
—Estamos en el trabajo, no vinimos a pasear —dijo en un tono de viejo amargado.
—Actuar y mezclarnos también es parte del trabajo... ¿no te parece? ¿O crees que estar viendo a todos con esa cara de pocos amigos y en silencio, no es sospechoso?
—Hmmm... puede ser.
—Anda... no seas tímido, di que tengo razón —lo provoque de manera burlona.
En ese momento nos trajeron lo que pedimos. Airón aprovechó esa oportunidad para huir de lo que acaba de pasar..., pero no voy a dejar que se salga con la suya.
Una vez que la chica que atendía se fue, continúe:
—No será que tienes vergüenza de estar a solas con una chica... en un bar... —dije riéndome.
Él me miró directo a los ojos y sonrió de manera leve por un segundo, luego apartó la mirada hacia otro lado.
«¿El... acaba de sonreír?», no me espere esa respuesta... o si es que se la puede llamar así. Pensé que me diría algo para pelear o... algo como que no me ve como una mujer o... otro tipo de insulto de ese estilo. Es lo que solía hacer en la academia.
Quizás es por la bebida que estoy tomando que siento algo de calor, es algo amarga...
Dejé de molestarlo por un rato, además, me distraje con el sonido de la lluvia golpeando en el techo. Parece que no va a parar en toda la noche.
La poca gente que hay en el lugar comenzó a irse, parece que ya es tarde. También vi a Freddie despedirse junto a una acompañante. Es algo gracioso, es como ver a un amigo que tuvo éxito en su conquista.
Airón nunca podría hacer algo así. No me imagino hablando con una chica y... teniendo química con ella. Ahora que lo pienso, creo que no lo vi tener pareja... Ni mucho menos esforzarse por conseguir una.
—¿Por qué me miras de esa forma? —pregunto al ver que tengo los ojos puestos en él.
—Es un secreto... —conteste en voz baja, esquivando su mirada.
—¿Estás cansada?
—¿A qué viene esa pregunta? —pregunte confundida.
—No dormiste desde que te despertaste a la mañana, quizás por eso te distraes tan fácil.
—Puede que no haya dormido, pero... no me estoy distrayendo.
—Será mejor buscar un lugar para pasar la noche —dijo al ponerse de pie, luego fue hasta la barra a hablar con el tabernero.
Le pago y me hizo una seña para que nos vayamos. Lo seguí hasta afuera y nos detuvimos debajo del alero del bar, al ver como llovía con fuerza.
—¿Te bañas seguido, Lucy? —pregunto estirando su mano y tocando el agua que cae.
—¿Eh? Si, claro... ¿p...
Sin dejarme que responda, me empujo hacia afuera.
—¡Airón! —grite molesta, no me esperé que hiciera algo así.
El se rió y salió corriendo, pasando por al lado mío.
—¡Sígueme, es por aquí, mugrosa!
Avanzamos por un par de casas hasta llegar a una pequeña posada. Cuando por fin lo alcancé y nos detuvimos en la entrada del lugar, me di cuenta que estoy sonriendo. Eso fue divertido.
Como la puerta está cerrada, golpeamos y no pasó mucho hasta que nos atendieron. La anciana que atiende nos miró con desconfianza. Parece que recién se levanta, tiene puesto un pijama bastante... revelador. Él tono en el que nos habla no es muy amigable, supongo que debe actuar así para intimidar... O es porque está oscuro y no puede ver nuestros uniformes.
Solo dejo pasar a uno para hablar, por lo que Airón entró. Unos segundos después, se asomó a la puerta y me dio una llave, con un llavero de madera con forma del número cinco.
—Es la habitación, ve para que no estés esperando afuera... —dijo y volvió a cerrar la puerta.
«Hmm, ¿será que Airón va a satisfacer a la señora?», pensé mientras caminó por el pasillo que está techado. Creo que todo tiene sentido ahora, por eso nunca lo vi con una chica, le gustan mayores.
Las habitaciones están al fondo, una al lado de la otra, iluminadas por unos candelabros en las paredes. No parecen muy grandes los cuartos. La mía es la última, a donde se acaba el pasillo.
Al entrar, suspire aliviada. Parece cómodo y ya está iluminado. Dejé mi mochila a un lado y empecé a observar el lugar. Tiene varias mesadas, un sillón bastante largo, una cama grande y con sábanas limpias. Incluso huele bien, sinceramente creía que iba a haber olor a humedad. Además, al lado de donde se duerme, hay una pequeña "estufa a leña"
Dentro del cuarto hay un baño y como estoy mojada por la lluvia, me dirigí directo hacia el. Casi grito de la emoción al ver que tiene una tina y al lado un pequeño hornito de hierro para calentar el agua y su chimenea para sacar el humo por el techo.
Sin perder más tiempo, fui a buscar mi toalla, hace varios días que no me doy una buena ducha con agua caliente. Mientras me imagino lo mucho que voy a disfrutar, la puerta de la entrada se abrió y por reflejos me puse en guardia.
—¡Ah! Eres tú... —suspiré—. Tienes que golpear antes de entrar al cuarto de una chica... ¿no te enseñaron? —lo miré entrecerrando los ojos.
—Este cuarto también es mío... no te lo apoderes.
—¿Eh?
—No hay otras habitaciones y no tenemos que separarnos, ¿Qué esperabas?
Lo que sea, menos dormir contigo en la misma cama...
Fin del capítulo 11
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