Capitulo 10: Una señal de...
Cuando nos detuvimos cerca de el hombre de tirantes, su expresión cambió al darse cuenta que tenemos el uniforme de guardianes de Noriver y sonrió con mayor emoción.
—¿Qué necesita, agradable desconocido? —preguntó con entusiasmo Smile.
—Me dirijo a la frontera —contesto de inmediato, señalando hacía donde vamos—. Me preguntaba si podrían acercarme, está anocheciendo y nunca viene mal viajar acompañado. Les pagaré lo que me pidan —agregó sacando una bolsa con dinero.
Smile se volteó para ver al fondo del carruaje, donde esta Roldra e intercambiaron algunas señas. Según tengo entendido, nuestro compañero "Fantasma" puede detectar si las personas tienen intenciones peligrosas.
—Adelante, suba —dijo Smile tendiéndole la mano—. No voy a cobrarle nada, pero si voy a pedirle que no haga movimientos raros, ni mucho menos use runas.
El hombre asintió y subió, acomodándose a un lado de nuestro líder.
—Oh, veo que son varios... —comentó él, al dar un pequeño vistazo adentro del carruaje.
—Pero son malos compañeros, no hablan mucho... —dijo en un tono divertido Smile.
—Tienes suerte, Smile, yo soy bastante hablador.
—Me siento halagado de que me conozcas —expresó algo sorprendido.
Sin perder más tiempo, seguimos con nuestro viaje.
—Como no voy a reconocer a un guardián de élite... He escuchado mucho de ti en muchos de mis recorridos.
—Espero que cosas buenas —bromeó Smile.
—Tranquilo, no me gustaría que me bajen, además, te haré quedar bien con tus compañeros.
—Me agrada bastante tu actitud, eres un buen compañero de viaje.
Smile es un hombre sencillo, ya lo compraron siguiéndole el juego. Aunque es cierto que él tipo de los tirantes es muy agradable con sus expresiones afables y tono animado. Tal vez tengan la misma edad, por eso se llevan bien.
Es un hombre de unos 25-30 años. Rostro alargado y con una quijada cuadrada. Por su sombrero de color café, no puedo ver su peinado, pero por lo que se ve de su flequillo, me da la impresión deque tiene una raya al medio de la cabeza, separando su pelo de color castaño en dos lados. Es de tez bronceada, se nota que viaja mucho.
—Me llamo Freddie, por cierto —se presentó.
—Es un placer, Freddie —Smile le dio la mano y rápido volvió a agarrar la rienda de los caballos—. La chica que está detrás nuestro escuchando todo es "Berrinchuda" —comentó riéndose—. Luego conocerás a Saltamontes y Fantasma.
—Ah, se manejan con nombres claves —exclamó de manera inocente—. Son... bastante ingeniosos...
Que vergüenza, ahora quiero quedarme escondida aquí atrás. ¿Por qué le dije que me dice así mi padre?
No pasó mucho hasta que se hizo de noche, por lo que es tiempo de ir buscando un buen lugar para detenernos. Aunque esté nublado, no parece que vaya a llover o por lo menos, no hoy.
—Eres la primera persona que veo que viaja a las afueras del reino. Todos están yendo a la capital, Belidas —dijo Smile para seguir charlando.
—La verdad, todo se ha vuelto algo caótico... Pero siempre he sido un viajero. No quiero que... se interrumpa lo que me gusta hacer.
—¿Aún si te cuesta la vida?
—Sé defenderme, aprendí uno que otro truco... No llevo nada pesado o que destaque y tengo las dos armas que miraste con curiosidad antes de dejarme subir, para asustarme. ¿Funciona, verdad?
—Es raro ver gente que maneje dos espadas, pero creo que sí, para cierto tipo de bandidos debe funcionar.
—Lo más gracioso es que funciona —afirmó riéndose—. Y mira, esta es la mejor parte. —Llevo una de sus manos a la vaina de cuero que tienen sus armas y la desprendió sin mucho esfuerzo, dejando ver que solo es una guarda sin hoja.
—Ese truco no lo sabía... —respondió sorprendido Smile.
—Con los años aprendes que un viaje seguro depende mayormente de la suerte y conocer las rutas... Aunque con lo peligroso que está todo ahora, me viene bien contar con la compañía de unos guardianes —dijo con una sonrisa un tanto... diferente a las que viene mostrando.
Quizás fue impresión mía, como estoy detrás de ellos, solo puedo ver un lado de su cara cuando hablan.
De verdad que se llevan bien, yo no he hecho nada más que escucharlos. No es que no quiera hablar con Freddie, es que en el lugar que estoy es algo incomodo y ellos no dejan espacio para que otro entre a la conversación.
Es agradable ver a Smile contento, es un hombre muy amigable, puede volverse un poco molesto, pero no en el mal sentido. Es... como esa persona con la que te gusta juntarte, a pesar de que habla mucho.
Antes de que se hiciera más tarde, encontramos un buen lugar para bajar y atar los caballos. Nos salimos del camino y entramos a una pequeña zona donde está rodeado por unos pocos árboles y césped bastante bajo. Se puede ver la marca de otros carros que se detienen aquí, debe ser la razón por la que no está cubierto de maleza.
Nos detuvimos para descansar, bajamos algunas cosas, hicimos una pequeña fogata y comenzamos a cocinar.
Freddie tiene su propia comida, por lo que "solo va a acompañarnos con su presencia", es lo que dijo.
Teniendo a nuestro invitado de viaje al frente, pude hablar un poco con él. Nada sin mucha importancia, temas para pasar el rato. Hasta que, nos contó que desde pequeño viaja con su familia, "eran músicos". Por eso conoce tanto del mundo
Smile se emocionó y empezó a hacerle preguntas sobre canciones que conoce, y en efecto, con solo escuchar algunos versos para "tratar de ver si es que las adivina" las nombraba a todas.
Estar sentados alrededor del fuego, en medio de la oscura noche y rodeado de personas amigables, es muy agradable. Incluso divertido. Roldra también participó del "juego de preguntas" y aunque Airón está "berrinchudo" como siempre, me gusta contar con su presencia.
Es un ambiente que me hace sentir... nostálgica. Cómo que quiero disfrutarlo, pero tengo la impresión de que algo dentro de mí me grita que está mal.
Quizás es culpa por poder disfrutar de esto con todo lo malo que está pasando. Tal vez, quiero tratar de aparentar que todo está bien, para ocultar que aún extraño a Tadeo y Peitrol. O simplemente, me gustaría que ellos también pudieran estar aquí.
—¿Qué instrumento tocas, Freddie? —pregunte para meterme más a la conversación y distraerme.
—De todo un poco —dijo con orgullo—. Pero mi favorito es el "currel"
—Oh, me encantan los instrumentos de cuerdas —comentó Smile—. Supongo que no lo traes contigo, ¿no? —preguntó esperanzado, esperando que en la mochila de Freddie haya uno pequeño.
El currel es una especie de "caparazón de tortuga con cuerdas". Se lo apoya encima del regazo y con algo de magia se le da más o menos profundidad al sonido que genera. Hay de varios tamaños, pero el más común es del ancho del torso de un adulto.
—Lamento decepcionarte. —Tan solo con esas palabras se escuchó el suspiro de Smile—. No viajo con ningún instrumento.
Estoy segura que todos pensamos lo mismo, "es muy extraño". ¿Qué clase de músico que vive viajando no lleva consigo nada?
—¿Por? —pregunté al instante, no pude aguantar la curiosidad.
—Descubrí que en el momento que deba tocar, un instrumento aparecerá frente a mí —dijo con cierto pesar, sin dejar de mirar el fuego—. Como si este me buscase y... me indicará que ya llegó el momento de hacerlo.
»Puede ser algo raro, pero es más que nada un tema espiritual. Me ayuda a descargar todo lo que llevo cargando conmigo y creo que así, no solo puedo crear mi mejor música, sino que también puedo escuchar y hablar con mis padres.
La forma en que lo dijo y su mirada reflejan bien lo que significan aquellas palabras. He visto antes esa manera de referirse a alguien que quieres y ya no está contigo. Y cómo no, se lo que duele perder a una persona que amas.
Supongo que mi rostro fue bastante claro con lo que sentía en ese momento, ya que, Freddie al verme cambió al instante su actitud.
—Fue hace mucho tiempo... Entiendo que con todo lo que está pasando puede sonar algo deprimente, pero no era mi intención. Lo dije más bien con orgullo.
Smile salto a ayudarlo, cambiando de tema. Empezó a contar una anécdota de él intentando aprender a tocar un instrumento, pero sin éxito.
Pasó algo de tiempo y todos se fueron a dormir. Es mí turno de hacer guardia. Luego voy a cambiar con Airón, por eso él también durmió un poco durante la última parte del trayecto, para así estar listo para más tarde.
Son turnos de tres horas que vamos rotando.
Ya absorbí mi runa de C.P, es la única que debo llevar activada. Con algo de magia puedo estar atenta alrededor y si solo me concentro en eso, puedo aguantar bastante tiempo.
Durante lo que llevamos de viaje, me sorprende toda la gente que cruzamos huyendo de sus pueblos. Estaban bastantes asustados y se enojaban con nosotros por no poder darles explicaciones.
¿Qué está pasando en Noriver? Solía ser un lugar bastante tranquilo y todo explotó de golpe. ¿Los otros lugares alrededor estarán igual? ¿Por qué está pasando ahora?
Mi mente busca distraerse con estas preguntas, no es que consiga saber lo que está ocurriendo. Pero no puedo evitar sentirme preocupada y muy deseosa de descubrir lo que sucede. Quizás... también sirva para atrapar al causante de la muerte de Tadeo y Peitrol.
Dejé escapar un suspiro y miré al cielo. Está bastante nublado y no se pueden ver las estrellas. Es algo... triste ver una noche tan agradable cubierta de total oscuridad.
Pasaron un par de horas hasta que escuche un ruido, alguien se acerca.
Me preparé para absorber mis otras dos runas faltantes y advertir a los demás, pero me di cuenta que es Freddie caminando a mi dirección. Viene con las manos en alto, tratando de mostrar que está desarmado.
Su lugar para descansar está algo apartado del nuestro, no es alguien que conozcamos y por más agradable que sea, no hay que bajar la guardia frente a un desconocido.
—¿Te interrumpo? —preguntó con una mirada algo dulce.
—No, no te preocupes —respondí tirando algunas ramas al fuego para mantenerlo.
—Hay... algo que no me deja dormir —dijo evitando cruzarse con mis ojos, con cierta preocupación.
Se sentó delante mío, dejando a la pequeña hoguera en el medio.
—Y como mi profesión lo indica, "las palabras son para ser escuchadas, no guardadas" —continuó diciendo, mirándome a los ojos—. Quería disculparme contigo...
—¿Eh? —reaccioné con sorpresa—. No recuerdo que hayas hecho nada para que lo hagas.
—No debí mencionar a mis padres. Entiendo que hablar de gente que ya no está con nosotros puede ser algo delicado en estos momentos. De seguro perdiste a alguien hace poco.
Tal como pensé, si se dio cuenta de mi expresión. Es difícil no reaccionar ante ciertos comentarios o simplemente no pensar en ellos. Si alguien que no me conoce se dio cuenta de eso, ahora entiendo más porque Airón me dijo que "mirarme le causaba dolor".
—No te preocupes, no es tú culpa —respondí forzando una sonrisa—. Solo dij...
—Quiero ser algo breve para no meterme en donde no me llaman —interrumpió y levantó un poco su mano para llamar mi atención—. Veo que aún cargas con la pérdida de alguien y entiendo que es muy doloroso, pero no dejes que cada vez que los recuerdes, sea algo deprimente. Tienes que dejarlos salir y no cargar con su muerte. Carga con su vida y que los momentos que pasaron a tu lado, sean un orgullo, no una maldición.
»Cuando mencioné a mis padres, lo hice con orgullo, no con pena. No me molesta hablar de ellos y con gusto lo haría... Cualquier excusa para recordarlos es reconfortante... —En ese momento se puso de pie y me miró con una sonrisa, un tanto... compasiva—. Cómo viajero, debo aprovechar cada oportunidad para compartir mis pensamientos y ayudar a los que me ayudaron. Espero que no te tomes a mal lo que te dije y... puedas sacar algo de ello.
—Esta bien, lo entiendo —dije viéndolo firmemente—. Últimamente estoy algo perdida y... he estado actuando de manera egoísta. Pero tengo a alguien que ya me ha regañado lo suficiente y me ayudó a retomar el camino.
—Me alegra oír eso —respondió con entusiasmo—. Cada uno afronta sus conflictos a su forma y tiempo. Pero no pierdas de vista a las personas que te aman y te amaron. Son siempre una buena guía. Tienen que ser tu apoyo y orgullo, recuerdalos con alegría y veras como todo cobra un sentido diferente.
Sin esperar a que responda algo nuevo, me saludó y se fue. De verdad solo quería disculparse y darme un consejo. Es un buen hombre. Me tomó por sorpresa que apareciera para decir eso, pero lo agradezco.
Es cierto que ya no pienso en Tadeo y Peitrol con alegría. Recordarlos me deprime y antes... solía estar todo el tiempo sonriendo al nombrarlos o simplemente sabiendo que iba a reunirme con ellos.
Levante mi mirada al cielo, buscando consuelo en las estrellas. Pero a pesar de que algunas nubes se han movido, no se puede ver nada más. Me hubiese venido bien ver aquel brillo tan bonito, pero incluso las estrellas dejan de lucirse en ciertas ocasiones.
Durante el resto de mi guardia, no sucedió nada. Por lo que aproveche para reflexionar un poco sobre esto. Airón vino cuando era su turno y me relevó. Y al estar usando una runa por tanto tiempo, estoy cansada, por lo que me dormí de manera fácil.
Luego, me despertaron temprano, desayunamos y seguimos con nuestro viaje.
Durante los próximos 2 días, lo único que encontramos en el camino es más gente yendo hacía Belidas.
Contar con Freddie y Smile para mantener el ánimo es muy importante. Charlan de todo un poco y ayudan a que sea más ameno el viaje. Además de que me sirve para aprender mucho sobre el mundo, Freddie tiene muchas cosas para contar.
Llegamos a Itrel por la tarde y parece que lo hicimos en un mal momento, hay mucha gente aglomerada en la entrada del pueblo.
Quizás es impresión mía, pero Freddie se puso serió de repente. No es la reacción que normalmente tienes cuando por fin llegas a un pueblo.
En el instante que entramos al lugar y la gente nos reconoció, vinieron desesperados hasta nosotros.
Nos bajamos del carruaje y rápido fuimos rodeados por todos. Gritan y hablan al mismo tiempo, no se entiende nada. Y aunque Smile trata de calmarlos, es bastante difícil.
Una vez que se pusieron de acuerdo entre ellos para elegir un vocero, pudieron explicarnos la situación:
Nos contaron que fueron asaltados por un grupo de bandidos hace unas horas. No se llevaron nada material, pero sí muchas personas, sobre todo mujeres y niños.
Antes de poder decidir que hacer, un hombre, que digo, un enorme hombre vino corriendo hacia donde estamos todos.
Por un momento pensé que venía a atacarnos, pero la gente empezó a hablar con él. Es alguien conocido.
—¿¡Dónde está!? ¡Díganme rápido que pasó! —grito preocupado, tratando de recuperar el aliento.
La gente trató de calmarlo y una vez le contaron lo mismo que a nosotros, él sujeto vino en nuestra dirección, apartando a los de la multitud.
Ahora que lo tengo delante puedo distinguir lo enorme que es, debe medir cerca de 1.90. Es bastante fornido, demasiado, su antebrazo parece del tamaño de un muslo de una persona normal. Es de tez morena, rapado y... no lo pude creer, al ver sus ojos, mi sorpresa fue mucho mayor, son de color gris. ¡Es un bendecido!
Incluso Airón está sorprendido. Puede que no lo parezca por su habitual cara, pero por las pequeñas muecas en su rostro lo sé.
—¡Por favor, ayúdenos! —suplicó entre lágrimas el enorme hombre.
Tiene que encorvarse bastante para tratar de estar a la misma altura que Smile. Su voz no es tan gruesa como lo espere y... su mirada me da algo de pena, está desesperado.
No pensé ver a alguien tan intimidante físicamente, comportarse así. Y mucho menos siendo un bendecido.
Es la primera vez que veo a uno. Son personas que fueron "bendecidas" con el poder de los dioses. No solo se le otorga una habilidad única, sino que también puede usar magia sin depender de runas.
Por eso son personas muy poderosas. Desde pequeños ya tienen estas cualidades y no solo eso, puede sumarse runas para hacerse más poderosos. Se cree que nacen con un propósito en particular, por eso los dioses los eligieron, y siempre se los consiente mucho en la sociedad... o se les teme, si es que son peligrosos.
Encontrarse con un bendecido es una señal tanto una señal de buen, como de mal augurio. Contar con una distinción tan grande, siempre trae sus ventajas y sus consecuencias. Espero... que esto no sea algo que deba preocuparnos.
Fin del capítulo 10
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