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PREFACIO

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«Querido hermano:

La fortuna y la desgracia nos han perseguido desde hace un par de años. Pero me siento complacida de saber que, aunque el mundo se vuelva un lugar peligroso, siempre podré decir con certeza que puedo confiar en ti, Branden. Deberías saber que eres la persona más obstinada, determinada y testaruda que he conocido en toda mi vida, te quiero y te odio en ratos, pero te añoro.

Cuando leas esto, querrás ir en mi búsqueda e intentar detenerme. No lo hagas, por favor, lee la carta primero; antes de que tomes una decisión involuntaria.

¿Recuerdas los lobos? En las leyendas que nos contaba papá, decía que los lobos nos podrían mostrar recuerdos y el destino... Algunos dicen que el destino se puede cambiar una vez que lo descubres, es solo un recordatorio de que algo nos espera al salir afuera. Cuando vi a los lobos y te mostré lo que vi, hablamos del destino y, de que sí nos lo proponíamos con fuerza, podríamos cambiarlo. La realidad es una, ninguno puede cambiar su destino, por más terrible o virtuoso que parezca. No puedes evadirlo, no puedes rehusarlo. No es algo volátil que puedas manejar a tu conveniencia. La realidad es que nada de lo que ya está escrito, puede volverse a cambiar.

Tenía miedo de crecer.

Porque significa dejar atrás algo que en su momento, tuvo mucha importancia para mí. Mis sueños y todo por lo que nací, dejaron de tener importancia para mí. En su momento, pensé que podría volver a los viejos hábitos, seguir tomando las lecciones de Kyo, cortejar a un buen noble y casarme, tener muchos hijos y ser una digna princesa para su Reino. Pero la realidad es que mis aspiraciones nunca han encajado para el título que poseo.

No deseo casarme en una buena familia, ni velar mis días en tomar el té y salir a caminar por el castillo. No deseo sentarme a ver cómo todos los hombres toman las decisiones más importantes y decirme que mi lugar esta con las damas, así que... En contra de todo juramento, en contra de todo lo que soy, he renunciado a mi título como Princesa de Kain. No deseo ser la dama en espera dentro del Reino, a callar en todo momento porque mis opiniones son innecesarias, a ver cómo el reino se derrumba porque el Rey y su hermano piensan que encontrarán enemigos en sus alianzas. Renuncio a todo lo que soy ahora y todo lo que alguna vez fui.

Quiero una vida simple, anhelo ser una mujer libre cómo lo son en Fair. Anhelo poder hacer con mi vida algo más que sentarme y obedecer. Me voy, Branden. Papá no lo comprendería, tío Tiberio seguramente me dirá que es un sueño ridículo de niña. Pero lo que yo siento es real y sé que tu comprenderás. Porque, en contra de todo juramento, he hecho algo que podría considerarse como traición.

Le he salvado la vida a un dragón.

Y, cómo bien sabrás, salvarle la vida a un dragón es un crimen que solo se paga con la muerte.

Hasta que las estrellas nos vuelvan a reunir,

Naara.»