1.000 años después...

Sirenia hace mucho tiempo se había dado cuenta de que no era como la familia que la cuidó cuando era un bebé. Los padres a los que amó habían fallecido hace muchos años, la gente del pueblo envejecía y ella a pesar de que tenía mil años parecía un chica de veinte. Su infancia fue un poco difícil puesto que los niños se metían con ella por sus orejas puntiagudas y cuando preguntaba a sus padres porque las tenía así, la decían que era una niña especial y única; que ser diferente no era malo sino algo extraordinario.
Hacía unos cien años se había hecho amiga de un hombre llamado Kane, decía ser mago pero ella no creía en la magia y él tampoco se lo demostraba. También la explicó el porqué de sus orejas puntiagudas, dijo que era una elfa y la enseñó todas las artes de la lucha cuerpo a cuerpo; a defenderse con espadas, dagas y a disparar flechas con el arco.
Sirenia apreciaba mucho su compañía cuando cada cierto tiempo la visitaba, pues se sentía muy sola; una vez soñó que un vecino moriría en una batalla y lo contó pero nadie la creyó.
El hombre fue a la guerra y como soñó Sirenia murió, desde ese momento la tomaron por una bruja y nadie se la acercaba.

- Hola Sirenia!

Ella sonrió al escuchar esa voz, la reconocería en cualquier parte, aunque bien sabía que nadie más la saludaría con afecto.

- Hola Kane! - dijo levantando la mano.

Kane se sentó en el escalón junto a ella.

- Que haces aquí fuera?

- Es aburrido estar todo el día dentro - dijo ella encogiéndose de hombros.

- Puedo hacerte una pregunta?

Sirenia asintió.

- Quieres venir conmigo a una misión? - dijo Kane dejándola boquiabierta.

- Yo? Nunca me habías pedido que te acompañe!

- A lo mejor por el camino encuentras la verdad sobre quién eres!

- Y cuál es la misión? - dijo Sirenia confusa.

- Ayudar a unos amigos a recuperar el hogar que les quitaron, iríamos primero a casa de otro amigo mío y estará encantado de invitarnos a cenar! - dijo Kane sonriendo.

- Tu amigo sabe que vamos?

Kane se puso la mano en el pecho haciéndose el ofendido y a Sirenia le hizo gracia ya que siempre llegaba de sorpresa a visitar a alguien.

- Le gustará que lo visitemos! - dijo Kane quitándole importancia - que dices, serías una más del grupo?

Sirenia pensó que nadie de ese lugar la echaría de menos, aunque también sintió pena por los recuerdos de los momentos que vivió con sus padres, a los que siempre amaría.

- Está bien, te acompañaré! - dijo convencida de que la esperarían muchas aventuras.

- Perfecto! - dijo levantándose - prepara tus espadas y tu arco, yo me ocupo de los caballos!

- Crees que será peligroso? - dijo inquieta.

- Nunca se sabe pequeña elfa, nunca se sabe!

Muy lejos de allí había un lugar donde moraban enanos llamado Butterwilde. En una casa habitaba uno al que llamaban Rai y en ese instante con el calor de la chimenea se disponía a cenar pero alguien llamó a la puerta; se levantó, la abrió y vio a un mediano.

- Hola soy Toruk!

- Rai - dijo a modo de saludo atándose la bata - nos conocemos?

El mediano dijo que no mientras entraba a la casa.

- Por aquí es la cena? - dijo Toruk yendo hacia la mesa y comenzar a comerse la cena de Rai - nos dijo que habría mucha comida.

- Quién dijo eso? - dijo Rai confuso.

Toruk terminó de comerse lo que había en el plato pero seguía con hambre así que comió algunos panecillos de la encimera cuando volvieron a llamar a la puerta.

- Llaman a la puerta! - dijo Toruk mirándolo.

Rai se fue abrir encontrándose con otro mediano.

- Hola soy Drahu! Debes ser el señor Rai!

- No, te has equivocado! - dijo Rai intentando cerrar la puerta.

- Que? Se a cancelado? - dijo Drahu poniendo el pie para que no se cerrara.

- No se a cancelado nada! - dijo Rai todavía sin entender porqué esos medianos estaban en su casa.

- Menos mal! - dijo Drahu entrando y saludar a Toruk - tu casa está muy bien - se restregó las manos - donde está la cena, estoy hambriento!

- Drahu ayúdame con la mesa, sino no cabremos todos! - dijo Toruk.

- Pero es que hay más? - dijo Rai exasperado, rodó los ojos cuando volvió a oír golpes - es una broma? Porque no tiene gracia - abrió la puerta y vio a dos medianos más, una elfa y a su amigo; entonces entendió quién tenía la culpa - Kane - dijo suspirando.

- Pues no tiene pinta de gustarle nuestra visita! - susurró Sirenia a Kane.

- Tonterías! Buenas amigo mío; te presento a Kimod, Thar y Sirenia - dijo Kane mientras los demás lo saludaban - venimos a cenar en tu compañía.

Pasaron a la casa y cuando Rai terminó de enseñar la casa a Sirenia por petición de ella, vieron a los cuatro medianos sacando toda la comida de la despensa mientras Kane colocaba la mesa.

- Madre mía, todo eso se van a comer? - dijo Sirenia impresionada.

Había quesos, carne, panecillos, frutas, tomates, jamones y barriles de cerveza. Sirenia se había dado cuenta que los medianos la miraban extraño, menos mal que se había acostumbrado a esas miraditas, así que lo dejó pasar. Se sentaron y Sirenia se puso un poco de carne, fruta y un panecillo empezando a cenar mientras que los medianos cogían de los platos en los que estaba toda la comida.

- Toma Toruk! - dijo Drahu tirando el panecillo encestando en la boca a Toruk.

Todos los medianos levantaron los brazos en modo de celebración, volaban más panecillos mientras que Kimod se subía a la mesa ofreciendo cerveza, se bajó y entre risas brindaban.
A pesar de que el líquido les caía por la barba hasta el suelo no paraban de beber; Sirenia nunca había visto nada igual y cuando empezaron hacer concursos de eruptos, se la quitó el hambre dejando el plato casi lleno. Miró a Kane y este se encogió de hombros pero al parecer cuando miró a Rai estaba igual que ella, los ojos se le salían de las órbitas viendo esa escena. Todos se levantaron para recoger mientras Rai hablaba con Kane.

- Amigo que te pasa! - dijo Kane bebiendo de su cerveza.

- Que qué me pasa? Hay medianos en mi casa y han vaciado la despensa - dijo Rai entredientes - se puede saber que hacéis aquí?

- Te pido disculpas por haber irrumpido así en tu casa Rai - dijo Sirenia con una mueca - y por haberte vaciado la despensa - dijo con un poco de vergüenza.

- Gracias! - dijo Rai agradecido - pero esas palabras deberías haberlas pronunciado tú Kane, porque estoy seguro que has sido tú quién a orquestado esta junta!

Todos se callaron cuando oyeron golpes en la puerta y Kane la abrió dejando pasar a Athic, el Rey exiliado y líder de los medianos.

- Hola Kane, siento llegar tarde; no fue fácil encontrar la casa!

- Rai, Sirenia os presento a Athic, el líder de los medianos!

- Que hace esta elfa aquí! - dijo Athic con el ceño fruncido.

- Esta elfa tiene nombre como bien a dicho Kane! - dijo Sirenia molesta.

- No quiero elfos con nosotros, son traicioneros y no tienen honor!

- BASTA! Sirenia es mi acompañante así que viene con nosotros! - dijo Kane firme.

- Y si es una espía enviada por los de su raza?

- Espía? Eso no es posible si nunca e visto a ningún elfo! - dijo ella con fastidio.

- Y encima mentirosa! - dijo con disgusto Athic.

- Se acabó la conversación! - dijo Kane viendo a Sirenia boquiabierta.

- Tranquila niña, a mí no me caes mal! - dijo Rai cruzado de brazos.

- Se agradece Rai! - dijo ella asintiendo con la cabeza.

- Dime Rai, sabes luchar con espadas? - dijo Athic caminando alrededor de él.

- Sí, sé luchar con cualquier arma! - dijo Rai con el ceño fruncido.

- Y tú, elfa? Sabes luchar con cualquier arma?

- Aprendí del mejor luchador de tooodo el mundo! - dijo ella mirando a Kane.

Al parecer Athic había entendido esa indirecta porque entrecerró los ojos mientras Rai sonreía.

- Sigo pensando que eres una espía!

- Mejor sentemonos y hablemos de lo que importa! - dijo Kane.

Todos se sentaron comenzando a hablar.

- Es el mejor momento para recuperar Freylea - dijo Kane.

- Pero lo único que puede matar al hipogrifo está dentro con él - dijo Kimod.

- Por eso necesitamos la ayuda de Rai, es experto en sigilo y en encontrar objetos! - dijo Kane.

Rai en ese momento observó siete miradas en él.

- Yo? - dijo señalándose.

- Sí Rai, te necesitamos y si lo conseguimos obtendrías una recompensa! - dijo Kane mientras que Athic asentía.

Rai se lo pensó, el oro tampoco le vendría mal; así que decidido el tema ese grupo tendría un integrante más.

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Dedicado a LaChicaAnonima18,SilviaMorenoGuerra

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