Capítulo III - El alcalde
Ser Omega para muchos es un castigo divino, que algún mal habías hecho en tu vida pasada para tal calvario. Luchar contra la naturaleza, la sociedad y contra los mismos instintos era difícil ¿Valía realmente la pena el esfuerzo? Muchos que han protestado tratando de demostrarlo habían sufrido tanto por la mano de la ley como por la mano de otros alfas y omegas que rechazaban esa idea.
¿Valía la pena luchar contra lo que naciste para ser?
…
No sabía el porque, tal vez era por lo débil que se encontraba por no haber ingerido nada en horas, pero sintió una paz con aquel aroma y aquellos ojos celestes. Parecía que el tiempo se había detenido y su mente torturada había encontrado un pequeño lugar de paz.
-Hola ¿Esta bien? – Tanto su voz como su mirada reflejaban que parecía preocupado ¿Tan terrible se veía? No supo en que momento el chico de hebras castañas lo guió hasta sentarse en una silla, pero se dejó llevar por la calidez del tacto de aquel desconocido, no tenía ni fuerzas para hacer algo en contra ni para procesar bien la información, aún seguía mareado aunque el olor a capuchino le ayudaba.
-Si, solo que no he comido, lo lamento – Murmuro sentado, tratando de acomodarse el cabello – Mi nombre es Auron, ¿Sabe dónde está el alcalde? –
Lo vio sonreírle, ahora viendo un poco más sus facciones y tratando de descifrar qué era el chico delante de él con cara de ángel. En un principio había apostado por la forma y la altura en un beta o hasta un alfa con figura, sin embargo el rostro era muy dulce, angelical, junto con el aroma dulce, deducía que era un Omega.
El olor a capuchino era suave, justamente recordándole a una bebida mañanera con algo de vainilla apenas perceptible, pacifico y cálido como era aquella mirada y sonrisa, no era un olor invasivo si no que era un aroma dulce sin ser empalagoso, como si no quisiera llamar la atención pero dejaba su presencia. Podría estar con ese olor y sentir aquella paz adictiva.
Cálido, hogareño, con una dulzura suave sin quitar la presencia que dejaba, era un aroma que daba paz.
Vio como este ignoraba su pregunta mientras él aprovechaba para analizarlo, algo que salía natural de Auron, y tan solo veía serenidad en aquellos ojos mientras buscando algo en uno de los cajones de aquel pulcro y ordenado escritorio.
-Ten, te ayudará a tener algo y no desmayarte en el medio del camino – Vio como este le ofrecía un chocolate, y agradecido lo aceptó, sintiendo un cosquilleo por toda su mandíbula por la dulzura del chocolate.
-Así que usted es el héroe Auron, me presento, soy a quien buscaba, mi nombre es Luzu, alcalde de Karmaland –
Auron casi se atraganta al escuchar aquello.
…
Ambas miradas se conectaron de nuevo, Luzu parecía mirarlo expectante, mientras la mente de Auron analizaba las cosas demasiado rápido en su cabeza, por un lado él tenía una combinación de pensamientos en lo que la mayoría lo clasificaba como alfistas, sintiéndose incómodo con la idea de un omega líder y dudando prejuiciosamente de su capacidad, y por otro lado se reprendía a él mismo sobre aquellos prejuicios que hasta hoy no sabía que tenía y del porqué de estos, tratando de recordar las frases de Merlón.
“La jerarquía aquí no existe”
Una dulce risa lo sacó de sus pensamientos, y agradecía salir de aquella revolución de pensamientos que tan solo parecían no llevar a ningún lado. El sonido de aquella risa daba paz de alguna forma extraña.
-Lo lamento señor alcalde – Aclaró su garganta, tratando de que el mayor no descubriese sus pensamientos, aunque pedir disculpas había producido sentir un sabor amargo en su boca, cuestionándose el porqué de aquello, o si por el simple hecho de mostrarse más sumiso ante un omega le estaba resultando más difícil de lo que imaginó.
Sin embargo, la sonrisa y mirada comprensiva del contrario le daba tranquilidad, no lo estaba juzgando como él lo hacía en su interior.
-Solo Luzu, somos compañeros, no es necesario que me hables con tanto respeto – Corrigió este, alejándose bajo la mirada roja que lo seguía, más no era una mirada molesta para él, de alguna forma sabía que no era un peligro ni mucho menos.
Auron vio como volvió con una caja, entregándosela y la tomó sin dudas, encontrando sus papeles y algo de vestimenta, suspirando agradecido por recuperar las cosas más valiosas.
Levantó la mirada para encontrarse con aquellos ojos celestes y aquella sonrisa amigable, de alguna forma el ambiente era cómodo.
-Gracias Luzu, me sentía perdido sin todo esto – Admitió sonriendo devuelta, la sonrisa del castaño era contagiosa y sincera.
-No me lo agradezcas, los dioses son rápidos y saben lo que necesitamos – Respondió apoyado sobre el escritorio – Así que Auron… Lolito ha hablado mucho de ti estos días, está emocionado por verte –
Notaba la curiosa mirada celeste por conocerlo más, como un pequeño niño anhelando conocer a un nuevo amigo, sonriendo también, el ambiente era ameno y si bien no se caracterizaba por hablar mucho, no le desagradaba la idea de conocerlo, después de todo se volvería en un compañero.
-Lo vi ayer, me dio unos karmas para poder pasar la noche en un hotel – Explicó, viendo la sonrisa a medio lado de Luzu, el cual murmuraba un “lo siento” ¿Se estaba disculpando porque durmió en un hotel? – Dormí bien, fue cómodo, eso si vale, creo, que algo caro, siento que el puerco vió mi cara de nabo y me estafó – Comentó en modo de broma, obteniendo el resultado deseado de verlo sonreír.
La charla iba a seguir de parte del peli castaño hasta que la puerta sonó y se abría, dejando ver a un muchacho de cabello marrón oscuro y ojos morados, con una complexión musculosa e intimidante se adentró al lugar donde enseguida se impregnó de un aroma potente a lavanda que hizo presencia casi tapando todos los otros olores.
Envolvente, intimidante, llamativo y sorprendentemente territorial.
-¡Vegetoide! – Escuchó el peculiar nombre de parte de Luzu, el cual no dudó en acercarse con confianza al contrario, notando como este lo recibía con calidez y casi efusividad con un abrazo.
-Hola hermoso, ¿Cómo estas? Tengo poco tiempo, así que necesita hablar contigo… ¿Y él? – Apuntó a su persona, su voz era algo más aguda de lo que aparentaba su cuerpo, aunque no dejaba de demostrar aquella seguridad en su tono de hablar ni el mandatario del mismo. Saludó un poco intimidado al tener a aquella potente mirada morada sobre él.
-Auron, mi nombre es Auron, un placer señor… - Se presentó levantándose del asiento para estrechar su mano, saludo que fue correspondido.
-Me puedes decir Vegetta – Se presentó con la seguridad y autoridad que demandaba su aroma – Así que el famoso Auron del que Lolito no para de hablar, será un gusto tenerte de compañero, espero que conozcas las normas y como funcionan las cosas aquí –
Notó como el apretón de manos se hacía más fuerte, como si fuese una amenaza por si incumplía alguna normativa, agradeció que Luzu intervino en aquel momento algo incómodo.
-Tranquilo, después yo con gusto lo guiaré en lo que le haga falta ¿Te gusta la idea Auron? – Volvió a mirar aquellos ojos celestes, que a comparación de los morados eran amigables y dulces, aunque notaba también una sonrisa divertida en aquellos labios, como si supiera que lo estaba intimidado y aquello fuese normal con el hombre “Mamadisimo” frente suyo. Asintió, para que el llamado Vegetta no lo viese tan amenazante, y la idea de estar con el Omega no le molestaba.
-¡Perfecto! – Exclamó energético, deshaciendo el agarré de manos – Pero será después, ahora necesito a este hermoso para mi, si nos disculpas – Si, lo estaba echando sin mucha sutileza de la oficina mientras que Luzu solo reía mientras negaba con la cabeza, parecía un comportamiento normal que el alfa fuese tan…
-Si quieres puedes ir a dos cuadras hacia la derecha de aquí, hay un restaurante que vende comida rápida también y es deliciosa, yo termino aquí y te ayudaré en lo que necesites – Sugirió Luzu, haciéndolo sonreír aceptando la invitación, despidiéndose de ambos aunque el tal Vegetta ya estaba demasiado concentrado hablando el castaño, al parecer, hablando de un proyecto de un puerto.
Al final salió de la instalación caminando hacía el restaurante indicado, leyendo las ofertas y encontrando que había una de un combo de hamburguesas que se le hizo agua a la boca, pidiéndolo sin duda.
…
Seguía sorprendiéndose por lo ameno que era aquel pueblo, era tan tranquilo, distinto a todo lo que el estaba acostumbrado, pero agradecía ese cambio y poco a poco iba acostumbrándose a aquella serenidad que la ciudad claramente no tenía.
Dio un mordisco a aquella hamburguesa, realmente deliciosa y grande, comida rápida algo grasosa pero una delicia, y aquel lugar tenía un toque único, había encontrado su comida favorita de allí. Siguió comiendo, aprovechando su ahora lucidez y la tranquilidad para poder analizar bien todos los cambios que estaba viviendo y que debía afrontar ahora en más en un nuevo lugar, además de su nuevo papel.
“Héroe”
Paró de comer un rato, sintiendo una amargura en su ser, viendo a aquella hamburguesa entre sus manos perdido en sus pensamientos.
El título de héroe le quedaba muy grande ¿Qué era exactamente ser un héroe? ¿Cómo debía actuar o hacer? No sabía pelear, era normalmente un cobarde que prefería huir de sus problemas antes que enfrentarlos, desde siempre había sido así, y ahora debía cargar sobre su hombro una responsabilidad tan grande como ser el protector de todo un pueblo.
Mientras más analizaba su situación, más fuera de lugar se sentía de todo aquello, empezando a sentir una presión en su cabeza y como poco a poco su respiración se iba haciendo irregular; estaba entrando en pánico.
No se sentía preparado ni merecedor de aquel título y estar en aquel lugar, no pertenecía entre aquella gente ni podía dar lo que todos esperaban de él ¿Por qué seguía allí? Pensó en escapar, pero pensar en los dioses y aquel trato tan solo lo dejaba aún peor, notándose totalmente acorralado sin opciones, empeorando su estado.
Más aquel aroma a capuchino y una cálida mano en su hombro pareció romper aquella burbuja que poco a poco lo estaba ahogando en sus propios demonios.
Alzó la mirada volviéndose a encontrar con aquellos orbes celestes viéndolo preocupado, también notando como las feromonas del mismo eran más fuertes, opacando las propias.
Y contrario a disgustarle como siempre le pasaba, le agradaba, aquel aroma lo llenaba de paz al igual que Luzu mismo, era como si aquel castaño irradiara calidez.
No supo cuanto se quedaron mirando, dejando que las feromonas del contrario lograran calmarlo por completo, notando como su propio aroma dejaba de ser tan amargo hasta volver a la normalidad, su respiración imitó a la respiración que el castaño le indicaba, volviéndose pausada y apaciguada, y aquel pitido dentro de su cabeza solo había desaparecido.
-¿Estas mejor? – Preguntó Luzu, rompiendo con aquel cómodo silencio. El solo pudo asentir, sin querer romper el momento de paz y tranquilidad.
No sabía por qué se sentía así cuando apenas conocía a aquel omega de tierna sonrisa.
-Si, gracias… Creo que me estresé – Restó importancia a lo sucedido, pero supo que no había convencido al castaño, el cual pidió sentarse y este se lo admitió, ocupando la silla delante de él con una media sonrisa.
-Puedes contarme si algo te molesta o te incomoda, sé que apenas nos conocemos, pero si puedo ayudarte a guiarte a todo esto que es nuevo con gusto lo haré, debe ser difícil encontrarte aquí con todo tan cambiado y una nueva responsabilidad – Auron sonrió sin ganas, le recordaba a su madre hablando con aquel tono de voz tan suave y cuidadoso, pero era agradable, sin dudas era agradable.
Lo pensó, pensó en contar sus problemas, desahogarse de lo que pensaba, pero una parte de él no quería eso, ya se había demostrado demasiado débil y casi como un estorbo donde ese omega aparecía para salvarlo como si fuese un ángel, pero aquella celeste mirada, tan comprensiva y dulce, sentía que en ese momento, tal vez mostrarse débil no sería malo.
-No creo ser apto para ser héroe – Soltó sin más – No estoy capacitado, además de peleas callejeras en mi juventud alocada, podré verme mamadisimo y to' bueno pero no – Bromeó para quitar tensión, obteniendo el resultado que quería, y de esa forma también relajarse – Hablando en serio, no creo ser apto, todo es tan… -
-¿Diferente? –
-Si, diferente… -
Guardaron silencio, Auron no quería hablar más, no quería llegar a incomodar y dejar ver a Luzu que tenía una mente cerrada, que en parte sentía que esa era la verdad, pero dar esa imagen al omega delante suyo, no le agradaba, no cuando este era tan dulce y atento con él.
-¿Lo diferente es lo que te molesta? – No respondió a la pregunta de Luzu, pero notaba que su tono no era en forma de ataque ni con mala intención – Auron, no vamos a pedirte adaptarte a este lugar enseguida, el cambio no funciona de esa manera – No sabía si era por el tono, pero aquellas palabras le habían quitado un peso de la espalda – Tampoco voy a juzgarte, ninguno de nosotros lo hará. Además, tus acciones demostraron que ese cambio puede ser –
Auron lo miró confundido, quedándose callado invitándolo a seguir.
-Las acciones definen a las personas, a veces más que la misma crianza. He conocido a muchos alfas que al conocerme me hubiesen visto mal con inferioridad, así es como se criaron – Alzo los hombros restándole importancia – Pero tú no, es normal dudar y encontrar extraño todo esto, pero la forma en que te diriges, tu propio estrés y sentir que no eres apto por el simple hecho de no merecerlo muestran un indicio al cambio, además, los dioses no se equivocan –
-No me conoces ¿Por qué confiar así por unas acciones? – Preguntó, serio, notando al contrario tranquilo.
-Algo en ti me lo dice… Dile un presentimiento, tal vez sean tus ojos –
Ambos guardaron silencio, Luzu con mirada segura y comprensiva, y Auron analizando el discurso que le había soltado de un momento para otro, y se sintió bien, contagiándose de aquella brillante y tierna sonrisa.
No sentía necesidad de hablar, se sentía tranquilo y el contrario tampoco veía que tuviera intenciones de romper el ambiente agradable.
Silenciosamente le dieron cierre al tema.
-¿Quieres? – Preguntó Auron de la nada, sorprendiendo a Luzu que dirigió su mirada a lo que estaba ofreciendo, era una hamburguesa. Auron podía jurar que la mirada de este brilló ilusionado como un pequeño niño.
-No creo, de solo verla siento que engordo – Rechazó, aunque el moreno veía el deseo en la mirada del omega por aquella grasosa y gran hamburguesa, y le hacía gracia.
Viéndolo ahora con más detalle se daba cuenta de la vestimenta de el contrario, aquel pulcro traje fue reemplazado por un jersey negro holgado, en su cuello se notaba el collar negro al cuello, ambas cosas oscuras hacían contraste con la piel tan blanca junto los ojos celestes y su cabello ahora se veía algo más rebelde pero bajo la luz del sol se notaban reflejos más claros.
Era simplemente adorable.
-Vamos, un poco no te va a matar hombre, no me rechaces una invitación así – Insistió, divirtiéndose al verlo abrir y cerrar los labios como si quisiera formular una forma de rechazar la comida, claramente fallando.
Prestó más atención a sus gestos de lo que le gustaría admitir, notando como agarraba la hamburguesa resignado, mirándola como si fuese algo peligroso pero tentador, para luego dirigir su mirada celeste a él, que solo lo invitó a comer dándole una mordida grande a su hamburguesa, haciendo que por fin Luzu diera un bocado a la propia, seguido de un murmullo parecido a un gemido gustoso por el sabor de aquella comida chatarra, y sonrió satisfecho al ver esa reacción.
Observaba como sus ojos brillaban para dar otro bocado, tapándose la boca ¿Hacia cuanto no había probado una buena hamburguesa? Era una situación entre graciosa y adorable por las acciones del omega.
Era demasiado tierno, y le transmitía una paz y confianza que sinceramente daba miedo al ser apenas conocidos.
Con ese extraño omega, se sentía cómodo y como si todos sus problemas pasaran a segundo plano.
Y aquella sonrisa, por alguna extraña razón, quería cuidarla.
¡HOLA!
Por fin se hace presente el adorable Luzu 💜
Lamento tardar tanto en subir cap, aún no me considero buena en escribir y entro en bloqueos, y este capítulo especialmente no me convence del todo.
Tengo que agradecer a Dabrida no solo por corregir mis errores y ayudarme en los caps si no por sus consejos, es un amor de persona 💜
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