"La mente omite lo que hace llorar

a tu corazón, fue entonces que él comprendió

por qué sentía un extraño vacío cada vez que veía

un rostro desconocido."

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Jeon Jungkook tenía diecisiete años cuando fue dado como desaparecido, dos meses después se encontró la tiara de conejito con la que fue visto por última vez luego de salir de la fiesta de un amigo, dentro de su mesita de noche, sus padres estaban desesperados por estar tan lejos de su hijo menor que no dudaron en tomar el primer vuelo a Busan ni bien les dieron la noticia.

Era un estudiante destacado y no había nada que apuntara a una posible huida o interés amoroso que lo hiciera actuar de esa forma. Parecía que la tierra lo hubiera tragado. ¿Qué pudo haberle pasado?

La espera a un rayo de esperanza se transformó en años, alcanzando un nuevo Halloween; otro octubre en donde las personas salían a pedir dulces con sus hijos. Uno en donde Taehyung se conmociona por lo iluminado que estaba el callejón "maldito" y lo opuesto que se observaba a su descripción. Él también tenía diecisiete años, la misma edad que la famosa leyenda del chico que atrae a sus víctimas con su llanto.

Esa noche de brujas Taehyung comprobaría que tan real era ese tal Jungkook.