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Lo que debía ser una noche de películas de terror ahora era una noche de karaoke con un grupo de trillizos ebrios negando su ebriedad, un albino que al parecer apenas había sido tocado por el alcohol, un moreno que reía mientras comía palomitas, y un asiático cuyas copas de vino habían sido bebidas por el hermano menor.

Y Adrià, claro, quien también reía.

—Hey, había una canción que me encantaba porque la cantábamos juntos —ríe Adrián, buscando la mencionada con el control.

—Todas las canciones las cantábamos juntos —ríe Adrien, pasando una mano por su cabello y ajustándose las gafas.

—Sí, pero hay una que cantábamos mejor que cualquiera. A ti te encantaba, Adrien.

—Negaré cualquier cosa que pongas, Adrián, a menos que sea rock, indie o alguna música de significado profundo.

Los labios de Isamu esbozaron una amplia sonrisa al ver a cierto quinteto de chicos en la pantalla.

Oh, Dios. One Direction.

No pudo evitar reír mientras Adrián buscaba maliciosamente la canción.

—Ah, mi Promise —ríe Adriana, colocando una mano en su pecho.

Finalmente colocó la canción que aparentemente cantaban magníficamente.

“Best Song Ever”.

Oh, quería oír eso. Vaya que sí.

—Maybe it’s the way she walked —inició a cantar Adrián, usando el control como micrófono—. Straight into my heart and stole it.

—Through the doors and passed the guards —continuó Adriana— Just like she already owned it.

Adrien quería negarse.

Pero Dri no pudo.

—I said: Can you give it back to me? —cantó finalmente, riendo entre líneas—. She said: Never in your wildest dreams

—¡Bien! —rió Adrián, emocionado por lograr su cometido.

—Déjame en paz —rió también el menor—. No puedo evitarlo, es demasiado pegadiza.

—Excusas. Amas a esos chicos.

—Patrañas.

—Podrías oírlos todo el día —ríe Adriana, señalándolo con el dedo—. Hey, Isa, ¿sabías eso? ¡Tu novio es un directioner!

—¡No es cierto! —reclamó riendo, lanzándole una almohada.

—Oh, sí lo es. Tu favorito era Zayn, lo recuerdo bien.

—No sé de que me hablan.

—Hey, ¿no son estos los chicos del concierto al que fuiste hace unos años? —se une finalmente Adrià.

—¡Abuelo! —reclama abochornado.

—Oh, entonces es verdad —ríe Jaden, entrecerrando sus grandes ojos.

—No puedes culparme por eso —admite finalmente—. Son guapos... y cantan bien.

¡Oh!

Bien. Esa no se la esperaba.

A Adrien le gustaba One Direction. Además del k-pop y el anime. Eso era interesante de saber.

Pero estaba demasiado borracho para acertar otra reacción que no fuera reir tontamente.

—¡No te rías! —reclamó, empujándolo levemente.

—Lo siento. Es solo que... ¿por qué te empeñas tanto en poner música lenta y profunda si al final te gusta EXO y One Direction?

—Porque son gustos culposos —se justificó, haciendo un puchero con los labios.

—Yo no vi nada de tu culpa en tu rostro en ese concierto hace unos años.

—¡Abuelo, no me estás ayudando!

—Yo ayudo a la verdad —se justificó el hombre, colocando una mano en su pecho de forma noble—. Y la verdad es que te gustaban esos muchachos.

—¿En qué momento a alguno de ustedes se le ocurrió que Adrien podía ser hetero? —ríe Gabriel, dando un trago a su vino— Mientras más hablan, menos probable suena.

—Es verdad —concordó Isamu.

—¿Pueden dejar de atacarme? —reclama, cruzándose de brazos— Mejor volvamos a cantar.

—¿Quieres oír algo de Katy Perry? —ríe Adrián.

—¡Basta!

—Que te guste el pop no es el fin del mundo —ríe Isamu una vez más—. A cualquiera le gusta.

—No a alguien con una estética como la mía.

—¡Todos aquí sabemos que tienes un tatuaje en honor a One Direction!

—¡Adriana, cállate!

—¿Lo tienes? —ríe Jaden.

—Claro que no.

—¡Se tatuó el "Promise" en la cadera!

—¡Adriana, mierda!

—Lenguaje —regañó Adrià.

—Mañana vamos a estar de luto o algo así, déjanos divertir —ríe Adriana, pasando una mano por su cabello.

—Que sea un aniversario de muerte no quiere decir que vayan a estar de luto, Adriana.

—Estará acá toda la familia, definitivamente no vamos a poder hacer nada de esto.

—Hace un montón no vemos a la familia de mamá —murmura Adrián, sosteniéndose el rostro con las manos—. ¿Cuál era el nombre de la abuela?

—Yuna —respondió Adrien.

—¿Y las tías?

—Akane, Hikari, Saori y Anzu.

A Isamu se le erizaron los vellos de la nuca.

—¿Y los tíos?

—Mamoru, Tazuya y Takeru.

Le dieron escalofríos.

No lo había pensado hasta ese momento.

—¿Y cuál era su apellido?

—Fukui.

—Bien... pero no debo usar el “-san” para dirigirme a ellos, ¿cierto?

—No lo sé. Creo que sí.

—Oh mierda. ¿Vendrán los primos?

—Los hijos de la tía Anzu nunca se llevaron bien con ella —gruñó Adriana, haciendo un gesto con la mano—. Las tías Akane y Hikari tienen hijos demasiado mayores y dudo mucho que vengan, y la tía Anzu no tiene hijos. Los tíos siempre vienen solos.

—¿Cómo habían olvidado sus nombres?

—Ya sabes, no es que les veamos mucho.

—¿Cómo dijiste que se llaman sus tías? —murmura el asiático, frunciendo los labios.

—Akana, Hikari, Saori y Anzu.

—¿Y su abuela?

—Yuna.

—Ah... Todas ellas son albinas, ¿no?

—Sí. Solo ellas son albinas, por alguna razón los tíos no lo son.

—Ah...

—Aunque hay una de ellas que no es albina —murmura Adrián—, ¿quién era? ¿La tía Anzu?

—A saber —gruñó Adrien—. No recuerdo el rostro de mamá, no me pidas que recuerde el de mis tías. Ya hasta es demasiado recordar sus nombres.

¿Por qué no se había dado cuenta antes?

Ahora tenía ganas de vomitar.

En parte por el alcohol.

Cuando la noche de películas acabó y por fin regresó a la habitación de Adrien, corrió al baño y vomitó.

—No puedo creer que dos copas te hayan puesto tan mal —se mofó el menor, sacándose las gafas mientras oye el agua correr.

—Te dije que tengo una tolerancia cero al alcohol —ríe de cierta forma forzada, enjuagándose la boca de forma torpe.

¿Debería decírselo?

No se ve capaz de ello.

Lo arruinaría todo.

Si nada de lo que habían hecho hasta ese momento había sido suficiente para separarlos, eso parecía serlo.

Definitivamente lo sería.

Pero no podía decirle a Adrien que el nombre de soltera de su madre era Anzu Fukui. Ni que todas sus tías eran albinas. Ni que el nombre de su abuela era Yuna...

No luego del colapso mental que había tenido hace unas horas.

Lo mataría hacer algo así.

Pero dejarlo darse cuenta por si mismo tampoco sonaba como la mejor idea.

—Vámonos ya a la cama, Isa —pidió Adrien, sujetándole la muñeca y tirando de él fuera del baño.

Oh, que mal estaba todo aquello.

Debía detenerlo.

Cualquier excusa estaría bien para no tener sexo esa noche.

Pero no podía dejar de pensar lo bien que se sentía tener sus manos acariciando cada centímetro de su piel. Así como no podía dejar de pensar en lo bien que se sentía acariciarlo, hundir sus manos en su cabello mientras sus labios se emcontraban y permanecían juntos a pesar del fuerte sabor a alcohol, que a su vez se mezclaba con la menta de su reciente enjuague.

Que asco. Que asco. Que asco.

No.

Una muerta le había hecho una felación, eso daba asco.

Adrien no.

Adrien nunca podría darle asco.

。。。

mUCHOS YA HABÍAN TEORIZADO ESTO Y ME MOLESTO LEERLO PQ CUANDO LO ESCRIBÍ FUE COMO "buah que buen plot twist, nadie se lo espera" y entonces comentaron "ey, y si esos dos son familia?"

y yo como ( •̀ㅁ•́;)

eL MEJOR PLOT TWIST QUE C ME HA OCURRIDO Y ME LO PREDIJERON. lo mismo con lo de Urie >:'^

no crean que me molesta xd es solo que luego parece que me copio de las ideas en los comentarios :'^

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