25
Al final Isamu se había quedado dormido en brazos de Adrien.
El menor suspiró con pesar ante la situación.
Quería dormir y despertar temprano para desayunar, pero no sería posible descansar sentado, sin nada en lo que apoyar la espalda.
Ah.
Problemático.
Hey, que palabra más curiosa.
La había repetido mucho en el transcurso de solo unas horas.
En su pantalón, el celular vibró.
Lo sacó y vio el contacto.
Era su papá.
Claro que contestó.
—Hola, pa —suspiró, pasando una mano por su cabello.
Isamu abrió un poco sus ojos.
—¿Estabas dormido?
—No. Estaba... ocupado con unas cosas. ¿Qué sucede? Hablamos hace poco.
No tenía el altavoz, pero estaba lo suficientemente cerca de su rostro para poder oír la conversación casi con toda la claridad.
—Sí... bueno, no. Solo... sé que hablamos hace poco, pero olvidé decírtelo: la próxima semana será el aniversario de muerte de Eriko, y como ya serán 10 años... tus hermanos sugirieron hacer... un "evento" en su memoria.
—¿Mis hermanos sugirieron hacer un evento su memoria?
—Será algo sencillo. Una misa y una cena entre la familia... Te pagaré el boleto hasta acá, así que...
—Hey, ¿podría llegar con alguien más?
—¿Alguien más? —repitió el hombre— ¿Quién es?
—Es solo... alguien especial... alguien importante para mí. No es problema, ¿cierto?
Isamu frunció los labios. ¿Alguien especial? ¿Quién era ese alguien especial para Adrien? ¿Tendría una novia? ¿Un novio? No sería algo de qué sorprenderse, era guapo, atractivo, sexy y caliente a vista de cualquiera. Pero eso no podía quitar el hecho de que podía llegar a sentirse celoso.
Además, ¿quién era Eriko? Ese era un nombre japonés, ¿no?
—Ah... no, no. Está bien. Puedes... puedes traer a quien tú quieras. Tu abuelo y yo nos aseguraremos que tus hermanos no te molesten... mucho.
—Vale. Gracias, supongo...
Hubieron unos momentos de silencio.
—Te quiero, Adrien.
—Hey, ¿sabes? Últimamente yo... he estado recordando mucho lo que pasó hace diez años en el cajón de flores.
—¿Ah? ¿Perdón?
—Yo... no sé por qué, simplemente no solía recordarlo... Pero ahora... últimamente, los recuerdos vienen a mí de forma... molesta. Como si me acosaran.
—Adrien, tú...
—¿Yo maté a mamá?
Silencio.
El cuerpo de Isamu se tensó. Escalofríos recorrieron su cuerpo, y cada vello en su piel se erizó.
Adrien lo vio de reojo, descubriendo aquellos intensos ojos bien abiertos. El asiático se aferró a su cuerpo luego de ser descubierto.
—Sí. Tú mataste a Eriko, Adrien.
Que miedo.
—Pero no pienses en eso... No te meterá en problemas. Después de todo, lo hiciste para ayudar a tu pobre padre, ¿no?
Silencio una vez más.
—Hey, papá, ¿sabes como matar a alguien sin matarlo?
—Ah. Esa es fácil: simplemente acabas con su cordura.
¿Cómo...?
¿Adrien estaba llorando?
—Te quiero, Dri.
—Y yo a ti, papá.
¡Adrien estaba llorando!
—A-Adrien...
—¿Quién mierda te dio permiso de espiar?
Bien, ahora sí sonaba molesto. Furioso. Iracundo. Colérico. Y además cualquier otro sinónimo que le llegara a la mente.
Le sujetó el cabello y lo obligó a ponerse de pie solo para luego arrojarlo al piso. Sus manos y rodillas se rasparon. Por unos segundos, desde el piso, pudo apreciar totalmente el sonrojado rostro de Adrien cubierto de gruesas lágrimas que derramaba desde sus grandes ojos marrones, otorgándole a estos un intenso brillo.
Ah.
Que bello.
Aunque sus momentos de apreciación se acabaron cuando Adrien colocó sus pies sobre sus lastimadas pantorrillas. Gritó por la sorpresa y el dolor, intentando no cerrar los ojos, pues aun quería ver a Adrien con el rostro hecho un desastre, un hermoso desastre.
—Hey, quita esa puta cara de idiota de tu jodido rostro —gruñó, tirando de sus piernas para arrastrarlo un poco en el piso—. Ah, sé lo que piensas... debes pensar "hey, resulta que este chico es bastante menos cool", ¿no es así? ¿Acaso piensas que eres superior que yo? Ah. "Debo ser mejor que él. Yo estoy secuestrado, él no. Es solo un gran nerd llorón con asma, un otaku asqueroso, ¡usa frenillos y grandes gafas cuadradas, y tiene un corte ridículo! ¿Acaso no se mira a si mismo antes de salir de casa?"
—Yo no...
—¡No intentes negarlo! ¡Puedo ver la prepotencia en su mirar! ¡La misma mirada de esos dos idiotas! ¡¿Realmente te crees que eres mejor que yo?! ¡Solo eres una mierda que se pone caliente porque lo tratan mal! ¡¿Quién mierda te crees para verme como si fueras superior?!
Ah...
Preguntas al aire.
Tantas preguntas.
Preguntas, preguntas.
Una tras otra.
Preguntas sin respuesta.
—¡¡Yo no creo que seas asqueroso!! —exclamó Isamu, con la voz rota.
—¿Ah?
—¡Nunca he creído que seas menos que yo, no creo que seas asqueroso, no te miro de menos!
—Tú...
—¡Incluso creo que eres cool!
—¡Tú...!
Ah, había vuelto a llorar.
—¿Qué mierda está mal contigo, Isamu?
Ah. Preguntas al aire.
—¡¿Qué mierda está mal contigo, Isamu?!
Debería dejar de hacer esa clase de preguntas.
—¡¿No se supone que deberías odiarme?! ¡¿No se supone que debería darte asco?! ¡¿No se supone que deberías querer golpearme, odiarme?!
Demasiadas preguntas.
—¡¿No deberías tenerme miedo?!
Preguntas sin respuestas.
—¡¿Qué-mierda-está-mal-contigo?!
Si no recibía por lo menos una respuesta iba a volverse loco.
—Yo... no lo sé...
Ah.
Que problemático.
Su rostro se mantenía impasible, serio. Sus lágrimas habían cesado de pronto.
—Ah... —exclamó muy bajito, dándose media vuelta y dirigiéndose a las escaleras—, que problemático.
De verdad empezaba a creer que era alérgico a las preguntas sin respuesta, pues ya estaba otra vez de rodillas frente al váter, vomitando.
—¡A-Adrien! —exclamó Isamu, quien lo había seguido hasta el baño. Le observaba desde el marco de la puerta, sujetándose las manos.
—Ah, eres problemático, maldita sea —gruñe, limpiándose la boca y sujetándose el rostro con las manos—. Tú... tú... tú... Ven para acá.
—Yo...
—¡Ven para acá!
Y sin cuestionar una vez más, se acercó tembloroso a Adrien. Este le sujetó las piernas y lo arrojó bruscamente al suelo, golpeándolo.
Pero entonces lo cargó entre sus brazos y lo levantó del piso, acomodándolo sobre sus piernas, atrapando su cintura entre sus brazos, colocando su rostro contra su plano y delgado pecho.
—Adrien... tú... ¿estás bien?
—No —respondió simplemente.
Y entonces lo soltó.
—Hey, responde esto. ¿Me tienes miedo?
Isamu frunció los labios.
—Responde. No me agradan las preguntas sin respuesta.
—Me tienes aterrado —susurró, frunciendo los labios.
—Ah... ya veo... Es bueno saber que no estás del todo demente.
—¿Qué te sucedió?
—Recuerdos, nada más... —suspiró y pasó una mano por su cabello—. Vete de mi casa, Isamu.
—¿Ah?
—Vete de mi casa. Eres libre. La llave está en la maceta al lado de la puerta. Vete. Acusame con la policía, diles lo que le hice a esas chicas, diles lo que le hice a Eriko, diles lo que te hice a ti, cuéntales mi modus-operandi. Todo. Diles todo.
—Adrien...
—Ah, claro. Iré por tu ropa y tus zapatos. No puedes irte así.
—Adrien...
—¿Quieres que te pase dejando a la florería?
—¡Adrien, no! ¡Escúchame!
—Ah...
—¡No me iré a ningún lado!
—¿Qué?
—¿Crees que te stalkee solo porque sí, porque eras guapo, agradable a la vista? No me hubiera interesado tanto en ti si fuera solo porque eres guapo. Tú... tú realmente me gustas. ¡No voy a irme a ningún lado, y no voy a dejar que nada malo te suceda!
—Ah... realmente eres problemático.
。。。
Estos días vamos a tener capítulos dobles, hasta triples depende de qué tan bien me acuerde de actualizar y qué tanto me presionen. Y para año viejo cinco capítulos de un vergazo desde el mediodía hasta las cinco o seis de la tarde, y para el año nuevo otros cinco capítulos de vergazo desde que me despierte en adelante :^
bc Soy un dios generoso uwu
uy era re viejo el meme perdón xd
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro