—Hey, estaba ansioso pensando que te iba a quitar la virginidad, pero te estás dilatando tan fácil que empiezo a creer que esta no es tu primera vez —gruñó Adrien, ciertamente disgustado por como el hombre debajo de él gemía bajito.

—No... no es eso —jadeó Isamu, intentando mantener los ojos cerrados para no ver el cuerpo de la chica prácticamente frente a él.

—¿Ah? ¿Entonces qué es? ¿Te violaron o algo?

—No... yo... suelo masturbarme...

—Ah... sí... eso tiene más sentido...

Se sentía idiota por no pensarlo antes.

Isamu extendió su mano para buscar algo de qué aferrarse. Al masturbarse solía estrujar una almohada entre sus manos, pero cerca de él no había nada más que el piso. Como sea, extendió su mano sobre su cabeza. Solo para arrepentirse de inmediato al sentir piel fría y rígida.

Con cierto temor elevó la mirada, descubriendo que lo que había sujetado era el brazo tieso de una de las chicas.

Gritó horrorizado y se apoyó con las manos para elevar su cuerpo en busca del auxilio de Adrien, quien simplemente rió al darse cuenta de esto. De todas formas le sujetó la espalda para apartarlo del piso.

—Estás realmente enfermo como para prenderte al punto de olvidar que estamos en un lugar con dos cadáveres —se mofa, justo al lado de su oreja.

—No... no lo había olvidado...

—Hey, manténlas en mente. ¿Sientes ese olor a putrefacto? Da asco, ¿no? Es uno de los peores olores del mundo, perfora tu nariz como taladro, aun aguantando la respiración no puedes evitarlo. Es peor que el sudor, es peor que la mierda, ¿no te parece?

—Adrien... detente.

—Y aun con esas estás tan prendido. ¿No te das asco?

Sintió ganas de vomitar, pero se las tragó. No quería ensuciar a Adrien. Además, ya había vomitado dos veces, y tenía el estómago demasiado vacío como para permitirse hacerlo una vez más. Se limitó a aferrarse a su espalda y cerrar los ojos, como si eso le evitaría escucharle.

—Bien, suficientes preparativos. Que comience la diversión.

Ay, la diversión. No quería ese tipo de diversión. Iba a vomitar, tampoco quería vomitar a medio sexo. Simplemente no quería. Ya tenía suficiente pensando que estaba excitado siendo masturbado frente a dos cadáveres que, podía jurar, le observaban y juzgaban.

Pero no pudo quejarse al momento que Adrien volvió a levantarlo para acostarlo en el piso, con el pecho pegado al suelo y el trasero levantado, encarando frente a frente al cadáver de la chica. Intentó apartarse como reflejo natural, pero las grandes manos de su secuestrador -y ahora además violador- se lo impidieron.

—Hey, si quieres salir de aquí pronto será mejor que no despegues la vista de ese lindo rostro.

Había una mosca saliendo de los orificios de la nariz. Una posada sobre su ojo, estos viendo hacia arriba, trabados, inyectados en sangre. El rostro inflamado y con ampollas que olían fatal.

Adrien le dio una nalgada, y él cerró los ojos, apretando sus manos.

Que asco, que asco, que asco, que asco.

¿Por qué estaba tan excitado ante una situación tan asquerosa como esa? Había una mosca saliendo de un orificio en su nariz. Había una sobre su ojo. Huevecillos en las orejas. La cabeza siendo devorada por gusanos desde el interior. Una semana encerrado con cadáveres. La profunda voz de Adrien gimiendo justo detrás de él. Los gritos de su madre. Los regaños de su padre. Las risas de sus hermanos.

Estaba enfermo por sentirse a punto del orgasmo mientras pensaba en esa clase de cosas.

—Hey, estás gimiendo más desde que la estás viendo —se mofa Adrien detrás de él, arañándole un poco las piernas—. Dime, ¿crees que es linda? Un amigo me dijo que ella era una de las chicas más bellas esa noche, ¡pero yo no le veo gracia alguna! Entonces, dime, ¿es bonita?

Isamu no respondió.

Adrien frunció los labios y dejó caer su pesada mano en su nalga, a lo que el asiático gimió un poco.

—Creí haberte dicho ya que detesto cuando no me responden una pregunta. No las hago mucho, así que responde. ¿Es bonita?

—¡S-Sí! Es bonita, es bonita.

—¿No te hubiera gustado que una chica linda como ella te diera una mamada?

—¿Ah?

—Un amigo mío nos enseñó que hay tendones en el cuerpo que al presionarlos durante el rigor mortis relajan cierta partes. Por ejemplo, el de las manos, para lograr que extienda sus dedos, está cerca de la muñeca. Y el del cuello, está aquí...

Adrien presionó algún lugar del cuello con sus largos dedos.

Y la boca de la chica se abrió.

Unas pocas moscas salieron de la cavidad bucal.

¿Dónde estaban los dientes de la muchacha?

Lo levantó del piso con las piernas separadas, acercándolo poco a poco al cuerpo. Acercando su pene a la boca.

No, no, no, no, no, no.

Cualquier cosa menos esa.

Por favor, no.

Adrien tomó la botella de agua que había llevado consigo para Isamu, la abrió con cierta dificultad y la echó casi toda en la boca de la muchacha.

—Dime, Isamu, ¿sabes matar a alguien sin matarlo?

—¡Adrien! ¡Adrien, no! ¡Por favor, no! ¡Cualquier cosa menos esa! ¡Por favor!

—Vamos, suplica que no un poco más, amor. 

—No... por favor no... —de verdad estaba aterrado. No quería recibir una felación de una muerta. Eso estaba mal en tantas formas—. Adrien... haré cualquier cosa... por favor... de verdad... cualquier cosa... haré cualquier cosa. Déjame encerrado aquí una semana... pero, por favor... no hagas esto... por favor. Por favor, por favor, por favor.

—Ah, ya es tarde, Isa. No te preocupes al respecto. Luego te asearé bien y te pondré cualquier cosa para evitar una fea infección.

—Adrien... Adrien, no... Dri... no...

Se tragó las ganas de vomitar al sentir como dirigía su pene a la boca del cadáver. Estaba llorando ante el horror que le recorría el cuerpo. Tenía escalofríos. Le temblaba el cuerpo. La sensación no era mala, lo que era asqueroso era la idea de estar pasando por algo así. Las encías tenían una textura horrible. El agua no se sentía como saliva, y su pene se forzaba a llegar hasta la parte posterior de su garganta. Sus caderas se movían al ritmo de las estocadas de Adrien, en un movimiento de mete-saca.

Que asco, que asco, que asco, que asco, que asco, que asco. Iba a correrse dentro de la boca de una muerta. Que asco, que asco, que asco, que asco, que asco, que asco. Su semen le iba a derramar por la barbilla. Que asco, que asco, que asco, que asco, que asco, que asco.

Quería sentir el asco suficiente para que su erección se bajara. Pero no podía. ¿Por qué estaba tan prendido? Que asco.

Se daba asco.

Iba a vomitar. Quería vomitar. No iba a poder tragárselo una vez más. Que asco. No quería que Adrien lo viera lleno de vómito. Que asco.

Arcadas.

Semen.

Ardor en su garganta.

Adrien reía mientras lo veía ponerse de pie con las piernas temblorosas y adoloridas. Caminó tambaleante hasta la cubeta ya a la mitad.

Y se permitió sacar todo.

Juró que los zumbidos de las moscas se burlaban de él, y que el cadáver de la chica lo juzgaba mientras repetía una y otra vez lo asqueroso que había sido tener su pene en su boca. La había violado. Eso era una violación. Había violado una muerta.

Que asco

。。。

perdón por si estaban comiendo o acababan de comer, quería poner la advertencia al principio del cap pero ya saben que eso le quita toda gracia, lol.

En otras noticias: vomité dos veces escribiendo y revisando este capítulo, así que no los uniques que la pasaron mal ✌️ Capítulo doble para compensar el mal momento.