Frankenstein, ¡No!, VampiBot
Por: Mayra Ortiz
—Los vampiros de Isela mordieron a una de los arrowers —pronunciaba una voz femenina alarmada y preocupada.
— ¿De quién se trata? —con tranquilidad respondieron y aunque su voz se escuchaba distorsionada y distante sabía perfectamente que se trataba de Fress.
—No estoy segura, muy pocas veces le ha dejado su poemario a María y ahorita sólo estaba dando corazones en colmillo bar, es demasiado fantasma con los otros arrowers. Sólo sé que su seudónimo es ROMay.
—Ya sé quién es, Heidy. Vamos a salvarla y si cuando ella se recupere decide quedarse con nosotros, será bienvenida.
La mitad de mi cuerpo convulsionaba y la otra mitad, aún no estoy segura de lo que pasaba, pero mi sangre ardía y mi cerebro estaba por estallar, los vampiros no sólo me habían mordido, sino que también habían hecho trizas mi cuerpo.
Entre visiones observé como llegábamos a un laboratorio secreto dentro de Arrowy. Sentía cada puntada que me daban mientras cosían las heridas de mi piel y las descargas eléctricas que me mantenían despierta a pesar de la dosis fuerte de anestesia que recibí.
Pasaron los días, aún no estoy segura de cuántos transcurrieron, sólo sé que cuando desperté la luminosidad del sol me lastimaba y en la parte de mi columna hasta mi cabeza había algo fuera de lo normal que me pesaba.
La puerta se abrió, Fress y Heidy se acercaban a mí. Intenté levantarme para salir corriendo de ese lugar, pero mis pasos torpes no me permitieron avanzar como esperaba. Estuve a punto de caer, Heidy me detuvo mientras que con una negación y su mejor sonrisa me intentaba decir que era mejor mantener la calma.
— ¿Cómo te sientes? —Fue lo primero que preguntó Fress, no respondí— ¿Te gustan las galletas? —Pronunciaba al momento que su compañera se acercaba de nuevo con una charola llena de ellas— Heidy las horneó y no es por nada, pero las galletas le quedan exquisitas —cogió una, la mordió y me invitó a probarlas— ¡Deliciosas!
Mis manos estaban torpes, ellas lo notaron, lo sé porque por un movimiento involuntario voltearon a verse una a la otra.
— ¿Sabes lo que te pasó? —insistió de nuevo la jefa, asentí y negué al mismo tiempo. En realidad, escenas borrosas pasaban por mi mente, pero no sabía con exactitud lo antes ocurrido.
—Tuvimos que reconstruirte —susurró Heidy.
Las miré fijamente a los ojos y a pesar de sentir ese miedo por los cambios que me esperaban pude sentir esa sensación que muy pocas personas te pueden brindar, confianza.
—Ya no serás lo que fuiste antes —continuó Frescia acariciando las piezas metálicas incrustadas en mi cuerpo— eres mitad vampiro y mitad robot, pero yo creo en ti...
—Nosotras creemos en ti.
—Vampi... VampiBot —gesticulé, ellas asintieron — ¿Quiero formar parte de su equipo?
—Por el momento no podrás ser Dj, ¿Qué te parece si te íntegras al equipo de Heidy? Nosotras te enseñaremos a ser una buena bot.
—Sí, pero tendrán que tenerme paciencia.
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