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Capítulo 29

ELIZABETH

Me levanté gracias al sonido insistente del timbre.

Ya ni descansar dejan, por Dios.

Hago un esfuerzo por levantarme y camino hacia la puerta, al parecer Vane no había sentido el insoportable sonido de la puerta y por eso no se levantó.

Arrastro mis pies por todo el pasillo y abro la puerta, haciendo un esfuerzo por no cerrar mis ojos.

Debo dejar de trasnocharme viendo películas.

Pero mis ojos se abren solos al notar al ex de Vane en la puerta.

—¿Qué estás haciendo tú aquí?— Lo interrogo poniendo mis manos sobre mi cadera y mirándolo con el ceño fruncido.

—Hola cuñada.— Santiago habla con una sonrisa.

—No soy tu cuñada y te pregunté algo, responde antes de que te cierre la puerta en la cara.

Aquí el único con derecho a llamarme cuñada es Carlos.

—Vine a ver a Vane.

—¿Qué?

—¡Hola!— Exclama la susodicha detrás mío.

La miro confundida y alterno la mirada entre los dos.

—¿Se puede saber qué está pasando aquí?

—Te veo luego, ¿Si, corazón?— La rizada me sonríe inocentemente y me da un beso en la mejilla antes de irse con Santiago, quien me dio una sonrisa socarrona antes de desaparecer de mi vista por el ascensor.

No entiendo nada.

¿No se supone que ella y Carlos estaban en algo?

Miro a mi alrededor desconcertada y cierro la puerta.

Camino hacia la cocina para preparar algo y noto la pequeña nota en la tapa del refrigerador.

No me mates, ¿Si?
Te lo explicaré todo cuando vuelva para ayudarte a cambiar para la gala con tu novio.

Mierda, se me había olvidado por completo la gala.

En resumen, era para presentar los nuevos proyectos de mi novio... Y también me iba a presentar frente a sus conocidos como su novia.

No estoy nerviosa... Bueno, sí, demasiado.

Así qué, por esa razón, me pongo a cocinar para evitar sentirme aún más nerviosa.

Tomo mi celular al escuchar el tono de llamada que tengo para mi novio y contesto con una sonrisa, poniendo el celular en altavoz.

—Hola, Mon amour.

—Hola, Charlie, ¿Cómo estás?

—Bien, cariño, ¿Y tú?

—Debo admitirlo, estoy algo nerviosa. — Hablo soltando una risa ligera.

—No tienes porque estarlo, es algo normal.

—Para ti.

—Si, puede ser. — Eso hace que ambos soltemos una risa. —Por cierto, llamaba para decirte que te paso a buscar a las 7. Ponte más linda de lo que ya eres.

—Lo que digas, señor Cooper.

Sonreímos y después de unas cuantas palabras cariñosas, cortamos la llamada.

Me acuesto en mi cama mientras empiezo a apachurrar a Mandarina, quien desde que llegó Thor se ha vuelto más cariñosa.

Y hablando de Thor, el cachorro está pasando algo de tiempo de calidad con Charles.

La tarde se pasa volando mientras sigo viendo Once Upon A Time.

Sí, me obsesione, lo admito.

El tiempo se pasa volando y antes de siquiera pensarlo, ya van a ser más de las 5 de la tarde.

Me doy una ducha y luego me empiezo a cambiar para la gala.

El vestido elegido con compañía de Vane era de un color verde.

Sí, cómo los ojos de Charles. Estoy enamorada, no me culpen.

Era de tiras, con un escote algo pronunciado, junto con un lazo en la cintura y me llegaba más arriba de los tobillos.

Vane llegó justo a tiempo para ayudarme a maquillarme y peinarme mientras me contaba todo lo que estaba pasando.

—Entonces... ¿Están intentando algo de nuevo?

—Sí...

—...¿Y qué pasó con Carlos? ¿No se suponía que estaban saliendo o algo así?— Digo confundida mientras ella suelta un suspiro.

—Es algo complicado... ¿No se suponía que Santiago te caía bien?

—Sí, antes de enterarme que te fue infiel con la que él te había dicho "nada que ver", no tiene nada de sentido.

—Es complicado...

—Sí, eso parece. Estás volviendo con el que te puso cachos, te quiso dejar como reno de Navidad.

Ella se intentó defender pero al notar mi mirada seria no pudo.

—Bueno, ¿A qué hora pasa Charles por ti?— Pregunta mientras me hace ondas en el cabello.

—Me dijo qué a las 7.

—Son las 6 y media.

—Pero ya estoy lista, ¿No?

—Claro, linda, solo faltan algunos detalles.

—Estoy nerviosa Vane. Siento que no voy a encajar allá.

—¿Por qué lo dices?— Dice dándome una mirada confundida a través del espejo.

—Porque... No sé, eso es cómo para gente de alta sociedad, ¿Si me entiendes? Es que no me sé explicar...

—Ellie...

—¿Y sí me preguntan algo y me bloqueo?

—Ellie.

—¿Y si me daño el vestido?

—Elizabeth.

—¿Y si arruino el discurso de Charles tropezándome o algo? ¿O lo hago pasar vergüenza? O...

—¡Elizabeth!

—No me grites que lloro.

—Escuchame, Elizabeth Sofía Evans, por nada del mundo vas a arruinar nada, ¿Entiendes?—Me habla mientras se arrodilla frente a mí y me toma de los hombros— Y si algo pasa, Charles va a estar ahí para ti, sabes que a él le preocupas demasiado, se le nota en su mirada. Que no te importe lo que digan los demás, solo disfruta la velada con tu novio.

—Me vas a hacer llorar, Margarita. — Digo soltando una suave risa.

—No lo hagas o se te corre la pestañina y ahí sí te mato.

Sonrió y ella me da un pequeño beso en la mejilla.

—Mirate, vas a dejar a Charles más embobado que siempre que te mira. — Dice dándome la vuelta para que me mire en el espejo.

Me miro en el espejo, notando cada detalle. Los tacones bajos negros, el maquillaje sencillo pero que no le quita lo elegante y el peinado semi-recogido con unas trenzas y un moño negro al final.

Nos sonreímos y me da un beso en la mejilla antes de escuchar el sonido del timbre.

—Llegó tu novio. — Dice con una sonrisa mientras me da un codazo.

Ya me dio miedito, ya no quiero ir.

Cuando abrí la puerta, me quedo viendo a Charles quién está recargado contra la pared.

En vez de decirme algo solo se me quedó mirando con la boca algo abierta.

—¿Estás bien, cariño?— Me acerco a él dándole una suave sonrisa.

—Estás... Totalmente hermosa. — Es lo único que me dice antes de darme un suave beso.

—Tú también te ves muy bien. — Digo mirándolo de arriba a abajo.

Y no mentía, el traje negro y la corbata de color verde claro le quedaban muy bien.

Es que a él todo le queda bien, es Charles.

Y sí, decidimos ir combinados.

—¿Nos vamos?— Dice mientras me ofrece su brazo para caminar juntos.

—Por supuesto. — Asiento y tomó su brazo.

Al bajar del ascensor, él abre la puerta y me ayuda a entrar al asiento del copiloto, luego da la vuelta y se hace de su lado, empezando a conducir.

Mientras íbamos de camino, esperando en un semáforo en rojo, él toma mi mano y las entrelaza, conduciendo así el resto del camino mientras conversábamos cosas sin sentido entre risas.

Al llegar al lugar siento que la tranquilidad en mi cuerpo se desvanece, reemplazandose con nervios.

Y es momento de tu entrada, ansiedad; aplausos, aplausos.

Charles parece notar mis sentimientos y me aprieta la mano, dándome una sonrisa suave. Luego, él sale y abre la puerta que estaba de mi lado, arrodillándose poniendo su mano en mi muslo mientras yo sigo sentada.

—Escúchame, ma princesse, todo estará bien, ¿Sí? Y si en algún momento te sientes incómoda o fuera de lugar, no dudes en decírmelo, ¿De acuerdo?

—De acuerdo, Charlie. — Asiento sonriendo suavemente.

—Aunque no creo que sea necesario que me digas ya que eres la persona más expresiva que conozco. — Bromea ayudándome a salir del auto.

—Eres un bobo.

—Pero es la verdad, ma vie, ¿O no?

—... Sí, lo es.

Iba a empezar a caminar con él cuando él me detiene tomándome de la mano.

—Antes de entrar quiero darte algo.

—¿En serio? ¿Qué cosa?

Él saca una pequeña caja de su bolsillo y la abre, dejándome ver un collar.

Era dorado y en el dije tenía un sol.

—¿Puedo? — Dice refiriéndose a ponerme el collar él mismo.

Abro la boca sorprendida y asiento tomando mi cabello, dejando libre mi cuello mientras él me pone el collar.

Estoy intentando no ponerme nerviosa al sentir su respiración en el cuello, aunque no me está sirviendo mucho.

—Es hermoso, amor. No era necesario.— Digo sonriendo avergonzada.

Mi regalo era para dentro de unos días, para nuestro aniversario.

—Lo sé, solo quería darte algo que podamos compartir los dos.

No entiendo a qué se refiere, así que él saca de adentro de su camisa un collar plateado y que tenía una luna.

Luego toma mi collar, acercándonos aún más, y los junta, quedando la combinación del sol y la luna.

—Sorpresa. — Dice alargando la a.

Sonrió y lo tomo de las mejillas.

—¿No podías esperar unos días a que sea nuestro aniversario?

—La verdad, no.

—Bobo.

—¿Así me demuestras tu cariño, señorita Evans?— Dice alzando una ceja mientras me acerca más a él

—No, te lo demuestro así.— Termino para darle un beso.

Luego nos separamos y nos sonreímos mutuamente, y nos tomamos de la mano para entrar al lujoso lugar.

Tengo miedo.

Charles parece notar mis nervios de nuevo y me aprieta suavemente la mano mientras nos acercábamos a un grupo de gente.

Al estar frente al grupo de personas, doy una sonrisa y luego doy un pasito hacia atrás y permanezco detrás de Charles; pero él me hace mover hacia adelante con un movimiento delicado.

Ellos empiezan a hablar y yo mantengo una sonrisa cuando Charles me presenta con ellos, aunque luego empezaron a hablar de negocios y esas cosas.

Miro a mi alrededor, notando la decoración del lugar, luego, nos alejamos y Charles me guía hacia otro lugar.

—Te voy a presentar a mi tío, espero que te agrade.

—¿Es muy tarde para irme corriendo a casa?

—Obvio, ma belle.

Nos encontramos con un hombre, el cual estaba hablando con una chica a la cual no reconocía de ningún lado.

El hombre mira a Charles y luego me mira a mi.

¿Soy yo o me miró mal?

—Tío, ella es Elizabeth Evans, mi novia; Ellie, él es John, mi tío.

—Un gusto, señorita Evans.— Dice extendiéndome la mano.

—El gusto es mío, señor.— Murmuro dando una suave sonrisa mientras le doy un apretón de manos para luego volver a darle la mano a mi novio.

—¡Charles!

La chica que estaba ahí, abraza fuertemente a mi novio, alejándolo de mí con un movimiento brusco.

No joda, casi me rompes el hombro, niña.

Charles solo le da una palmada en la espalda antes de alejarla, con una sonrisa algo incómoda.

—Louise, hola...

—¡Hola! Te ves más guapo que la última vez que nos vimos.

—Sí, esto... Ella es Elizabeth, mi novia. — Dice tomándome de la cintura, acercándome a él.

—Un gusto. — Le doy una sonrisa a la chica mientras le extiendo la mano.

—Sí, hola. — La sonrisa que tenía baja un poco de intensidad y apenas y me da la mano.

Okay, esto se puso algo tenso.

—Bueno, Ellie y yo vamos a ir a saludar a más personas, nos vemos luego.

Charles toma mi mano y me empieza a jalar en medio de toda la gente.

—Charles, ¿A dónde vamos?— Digo entre pequeñas risas al notar que él apenas y saluda a las personas a su lado.

—¡A un lugar secreto!

—¿Qué?

—¡Sí! ¡Vamos rápido, mon chéri.

Estábamos por salir del lugar cuando una señora se nos interpuso con una cámara en mano.

—Señor Cooper, lamento la intromisión pero necesitamos algunas fotos de usted para las noticias.

Charles me miró y luego dio un largo suspiro antes de que ambos empezáramos a seguir a la mujer.

Le suelto la mano y le hago una seña para que vaya él solo mientras yo me quedaba ahí parada en medio de esas cámaras.

Qué bonito techo.

Pero mi hermoso novio después de tomarse fotos él solo me toma de la mano para que yo también me tomara fotos junto a él.

Qué vergüenza.

Luego de unas cuantas palabras Charles y yo nos vamos casi corriendo—él caminando extremadamente rápido mientras yo intentaba seguirle el paso— Y llegamos a una especie de jardín.

—¿Qué es este lugar?

—Ya lo verás.— Es lo único que dice mientras pasamos por un ¿laberinto? Ni sé donde estoy, ayuda.

Finalmente llegamos al centro del laberinto, por así decirlo, y hay un kiosco con un columpio.

—Es cómo el de La Cenicienta.— Comento mirando el lugar con una sonrisa.

—¡Lo sé! ¿No es genial?— Mi novio dice abrazándome desde atrás mientras me da un beso en la cabeza.

Luego caminamos hacia el columpio y me siento quitándome los tacones, mientras él se hacía atrás.

—Estos zapatos me están matando los pies.— Me quejo con una mueca mirando sus profundos ojos azules.

—Luego te cargo de regreso si quieres, princesse.

Sonrío divertida y luego empezamos a jugar en el columpio entre risas.

¿Estamos a mediados de los veinte o somos adolescentes?

Cómo no me puedo quedar quieta, cuando estoy en el punto alto del columpio, saltó y casi me parto el tobillo.

—¡Elizabeth Sofía Evans!— Oh, oh, nombre completo significa problemas. —¡¿Estás loca?! ¡Casi me matas del susto!

Y parecía verdad, el chico se me quedó mirando con la mano en el corazón.

Sonrío inocentemente y lo tomo de las mejillas para darle un besito. —Estoy bien, amor, no pasó nada, tu novia es fuerte.—

—La vez pasada estabas llorando por una película.

—Eso es diferente. — Me defiendo mientras mis mejillas se ponían rojas.

—Y la otra vez te enfermaste por casi una semana por una llovizna. Eres como un pollito de colores, también por enana.

—¡Eres un grosero!— Digo sonriendo mientras lo golpeo sin fuerza en el hombro.

—Auch.— Dice exageradamente mientras se pone la mano en el hombro.

—Eres un exagerado, Charles.— Digo con una sonrisa tonta mientras veo como mi chico se empieza a tirar al suelo y en un movimiento rápido, me jala con él, quedando ambos recostados en el piso mirando las estrellas.

—Así me amas.—

—Sí, así te amo, exagerado.— Digo mirándolo a los ojos notando su sorpresa.

Era la primera vez que alguno de los dos decía te amo.

Cuando él estaba a punto de decir algo mi teléfono suena, haciendo que voltee la mirada hacia mi bolso y conteste la llamada dándole a Charles una pequeña mirada de disculpa por la interrupción mientras me siento en el piso.

—¿Vane? ¿Está todo bien?—

—Sé que estás con Charles, ¿pero puedes venir a buscarme en un taxi y llevarme a casa?

—¿Estás llorando?— Digo frunciendo el ceño con preocupación.

—Sí, y también estoy borracha, ya te mando la dirección, ¿si? Te amo.— Es lo único que dice antes de colgar.

—¿Está todo bien?— El ojiverde dice sentándose también dándome un beso en el hombro.

—Tengo que irme, debo buscar a Vane, creo que está en problemas.— Murmuro viendo el mensaje con la dirección antes de voltear a verlo.

—Te acompaño.— Dice levantándose mientras me extiende la mano ayudándome a parar.

—¿Qué? No, no puedes. Tienes que presentar el proyecto.

—Maldición, es verdad.— Dice pasando su mano por su cabello.

Caminamos de regreso con su brazo alrededor de mi hombros, dirigiéndonos a la salida.

—¿Segura que estarás bien?— Dice con una mueca algo inconforme en su cara.

—Claro, te enviaré un mensaje cuando llegue a mi casa.

—De acuerdo... Entonces nos vemos mañana, linda.— Dice dándome un beso en los labios mientras abría la puerta del taxi.

—Demuestrales quien eres en la presentación.— Le guiño un ojo antes de despedirme con la mano por la ventana.

Llego al lugar y lo miró con desagrado soltando un suspiro antes de entrar buscando con la mirada a mi amiga y la encuentro hablando con el mesero mientras bebía un trago.

—De acuerdo, Margarita, hora de irnos.— Digo tomándola de los hombros.

—¡Ellie! Él es mi nuevo amigo, pero no me acuerdo su nombre. Oye, amigo, ¿cómo era tu nombre?—

—Felix.

—!Eso! Felix, dame una margarita para mi amiga, ¿si?

—¿Qué? Vanessa, ya nos vamos.

—Solo una y nos vamos, ¿sí?

Solté un suspiro y asentí mientras recibía lentamente la margarita.

***

No fue solo una margarita, fueron muchas bebidas.

Mi antes arreglado cabello se había desordenado completamente, ya no tenías las trenzas y ni idea de donde había quedado mi moño.

En un momento, dos hombres habían llegado y uno me tomó de la cintura para pegarme a él mientras yo fruncía el ceño junto a Vane y nos alejamos de ellos.

Soy borracha pero no infiel, ¿de acuerdo?

Miro al hombre con una mueca y observo como él se me vuelve a acercar.

Este está buscando es que le pegué un golpe para que se quede quieto.

El chico me toma de la cintura mientras yo me intento alejar.

—Oye, oye, momento, momento, tengo novio y lo respeto.

—Quiero estar contigo, muñeca, no con tu novio.

—Suéltame.

—¿Y si no quiero, muñeca?

Lo miro enojada y antes de darme cuenta estampé mi puño contra su cara haciendo que los que están alrededor exclamen sorprendidos.

Creo que es hora de correr.

El hombre me mira enojado y mientras sus amigos se empiezan a acercar.

Cuando estaba a punto de empujarme, alguien llega y se pone adelante mi, empujando al hombre.

—La señorita dijo que la soltaras, amigo.— Mi novio exclama enojado mientras me hace detrás de él y Carlos toma a Vane por los hombros.

—¿Y tú quién demonios eres, idiota?

—Soy su novio, así que aléjate de ella antes de que te parta la cara.

Alto, ¿ese es mi dulce novio el cual le tiene miedo a las mariposas, amenazando a otro hombre?

Me encanta.

Después de unas cuantas miradas amenazadoras, los hombres deciden irse, sabiendo que no sería bueno hacer un escándalo y empezar una pelea. Luego no recuerdo muy bien, pero creo que Carlos se llevó a otra muy borracha Vane y yo me fui con Charles mientras balbuceaba cosas sin sentido.

Charles me abrió la puerta del copiloto y yo me senté en medio de risas, acariciando a Thor quien estaba en el carro mientras Charles se hacía del lado del conductor

¿De qué me reía? Ni idea.

—Escucha este chiste, Charlesito, escúchalo.

—¿Otro?— El chico dice mientras sigue conduciendo.

—¿Cómo se llama el primo vegano de Bruce Lee? Broco Lee.— Termino el chiste y me empiezo a reír cómo si no me hubiera reído en años.

Él me miró confundido y luego puso su cabeza contra el volante suspirando mientras yo me seguía riendo.

Tal vez en algún momento me quedé dormida, solo me di cuenta cuando llegamos a casa y Charles me llevó casi tropezandonos por el camino.

Me declaro culpable de eso, upsi.

Al entrar, Mandarina se nos quedó viendo a nosotros con una mirada juzgadora en sus ojos felinos y al alegre Thor mientras estaba sentada encima de la mesa.

Charles me dirigió a mi cuarto y me dejó sola para que me pusiera el pijama, luego se quitó el saco, la corbata, la camisa y los zapatos, acostándose al lado mío en la cama.

Me puso en su pecho y yo empecé a dibujas figuras imaginarias mientras él me acariciaba el cabello para que me quedara dormida.

Cuando finalmente lo estaba logrando, escucho un pequeño murmullo de su parte.

—Yo también te amo, Ellie, más de lo que podrías imaginar.— Luego de eso, me dio un beso en la cabeza.

Claramente me quedé dormida con una sonrisa en mi rostro.

Holaaaa

Cómo están?

He vuelto, y espero que les haya gustado el capítulo.

No se olviden de votar y comentar.

Besitos, Danna.

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