CHARLES:

Hoy amanecí muy feliz, súper feliz a decir verdad.

Me levanté con una sonrisa y fui hacia la sala, encontrándome con Carlos tomándose un batido.

-¡Buenos días, mejor amigo!- Le digo con una sonrisa mientras lo sacudo de los hombros por un momento antes de empezar a hacerme un jugo.

-¿Y a ti qué bicho te picó? Nunca tienes tanta energía en las mañanas.- Responde, mirándome con una mueca de confusión.

-No me picó nada, es simplemente que la "Operación Conquista a la Swiftie" acaba de empezar.-

-... ¿La operación qué?-

-La "Operación Conquista a la Swiftie", ¿recuerdas que a Elizabeth le gusta Taylor Swift? Es un buen nombre para empezar a conquistarla, ¿Qué dices?- Respondo sonriendo orgulloso de mi plan creado a media noche.

-Digo que definitivamente ya perdiste la cabeza.-

-Pero por ella.-

Él me mira sorprendido e incrédulo. -Ella definitivamente te flechó, amigo.-

-¿Crees que parezco un intenso? No quiero parecer un intenso, eso la espantaría.-

-No estás siendo intenso, simplemente te digo que te tomes las cosas con más calma.-

-Lo dice el que se besó con la chica en la primera cita.-

-... Estamos hablando de ti, no de mí.- Dice señalándome con el dedo.

-A propósito, ¿Cuándo tendrán una segunda cita?-

-En unos días.- Responde mirando su teléfono.

Iba a decir algo cuando mi teléfono empezó a sonar pero al ver que era mi tío hice una mueca recordando la reunión con unos italianos.

-Debo irme, hay una reunión con los italianos, ya sabes.- Digo en un murmullo.

-¿Quieres que te acompañe?-

-No, es mi deber y ya no quiero problemas con mi tío.- Respondo lentamente antes de ir hacia mi carro y empezar a manejar.

Entro a la empresa y me encuentro con mi tío, quien me da una mirada que demuestra que desaprueba mi tardanza y me toma del codo jalándome para llevarme rápidamente a la sala de juntas.

Ni siquiera es como si hubiera llegado una hora después, llegué apenas un minuto tarde, literalmente.

Entramos a la sala de juntas donde estaban algunos de los accionistas y los italianos a quienes debía convencer para que aprobaran el nuevo proyecto que he estado planeando por unos meses.

La reunión transcurrió con tranquilidad mientras les explicaba con gráficas y datos que mi idea no era tan descabellada como parecía sonar, la cual consistía en un centro comercial que usaría energía limpia en sus sistemas.

-E in questo modo, se approvassi il progetto potremmo essere un'azienda conosciuta in tutto il mondo anche per l'uso di energia pulita e in questo modo eviteremmo tanto inquinamento e persino l'emissione di gas serra e secondo i grafici e i dati, otterremmo un profitto pari al doppio di quello che abbiamo investito. Sarebbe una vittoria per tutti.- (-Y de esta manera, si ustedes aprueban el proyecto podríamos ser una empresa conocida mundialmente también por usar energía limpia y de esta manera evitar tanta contaminación e incluso la emisión de gases de efectos invernaderos y según las gráficas y los datos, obtendríamos una ganancia del doble de lo que invertimos. Así sería un ganar- ganar.-) Termino de decir en italiano, finalmente mostrándoles las gráficas y los datos que había planeado., esperando por su respuesta.

Uno de los italianos se levanta y me da la mano. -Ci terremo in contatto.- (-Nos mantendremos en contacto.-) y los demás asienten antes de salir y yo quedarme ahí parado.

¿Eso es un sí, un no o un tal vez?

Suspiro y salgo arreglándome el traje y la corbata que ya me estaba apretando y fui a mi oficina a empezar a escribir mi plan.

"Operación Conquista a la Swiftie"

Paso 1: Ir a la cafetería y pedirle una cita.

Paso 2: Esperar que acepte.

Así estará bien por ahora.

¿Y ahora qué?

Me levanto y observo el reloj, era la hora del almuerzo, ¿tanto tiempo duró la reunión? Suspiro y me encamino hacia un lugar de comida rápida para comprarme una hamburguesa.

La vieja confiable.

Me concentré en la llamada en la que Carlos me contaba que tenía un presentimiento de que los italianos iban a aceptar el proyecto.

Eso espero realmente.

Finalmente me arregle el traje, entré a la cafetería sentándome en una mesa mientras buscaba con la mirada a Elizabeth y la encontré hablando con un chico un poco más alto que ella mirándola con una sonrisa coqueta y poniendo su mano en su brazo de forma confianzuda.

¿Y ese quién carajos es y por qué la mira así? Claramente no sabe cómo tratar a una dama. No se parecen en lo más mínimo así que claramente no son hermanos.

Frunzo el ceño y cruzo los brazos por encima de mi pecho, mirándolos fijamente con una mueca enojada hasta que de la nada Elizabeth voltear a verme, parece haber sentido mi mirada, e inmediatamente cambio mi mueca para mirarla con una sonrisa.

Ella me sonríe y parece despedirse del chico antes de caminar hacia mi con una sonrisa tímida y una libreta en sus manos.

-Hola Charles, ¿Qué deseas ordenar esta vez?-

-Una cita contigo me encantaría, ¿se puede?- Respondo con una sonrisa encantadora.

Ella abre la boca sorprendida y suelta una risa nerviosa.

Su risa es hermosa.

-Eso no está en el menú, Charles.- Ella dice divertida.

-De acuerdo, me reglas un café y la hora en que terminas de trabajar, te llevaré a casa, y no es una pregunta porque seguramente te vas a negar.-

-Oh... De acuerdo, ya te traigo tu café.- Responde sonriendo.

Asiento con una sonrisa y veo como el chico con quien hablaba antes se me queda mirando con el ceño fruncido, así que le alzo una ceja y empiezo a mirar unos documentos en mi teléfono.

Elizabeth trae mi café sonriéndome y me lo entrega.

-¿Y a qué hora sales?-

-Salgo a las 8.-

-Bien, estaré esperando por ti, princesse.-(-Princesa-) Respondo sonriendo y guiñandole un ojo.

Ella se sonroja y se aleja mientras yo sonrío victorioso.

Paso 1 y paso 2 completados, creo.

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