Capítulo 11
ELIZABETH:
-¿Segura que me veo bien?- Vane pregunta por enésima vez mirándose en el espejo, mientras yo estoy acostada en la cama.
-Que sí.- Respondo lo que llevo diciendo por más de 10 minutos.
Actualmente Vane se estaba arreglando para su cita con Carlos, tenía su cabello suelto y un vestido negro haciendo resaltar su piel bronceada, se veía hermosa.
-Y recuerda, en caso de que él intente sobrepasarse, tienes gas pimienta en tu bolso.- Le digo arreglando levemente el maquillaje.
-Claro, sólo esperemos no llegar a eso.-
-Oh, y en caso de que pase otra cosa, usen protección.
-¡Elizabeth!- Me reprende con las mejillas rojas.
-¿Qué? Hay que pensar en las posibilidades.- Digo encogiéndose de hombros.
Ella solo rueda los ojos y me mira nerviosa, cuando su celular suena y ambas nos miramos.
-Bueno, ya llegó tu príncipe azul y su carroza es un Ferrari.- Menciono observando por la ventana el lujoso auto parqueado.
La acompaño hasta la puerta y me despido de ella con un beso en la mejilla.
-Todo irá bien, ¿si? Recuerda cualquier cosa llamarme.
-Claro Ellie, nos vemos.- Ella murmura dándome un abrazo y la observo bajar por el ascensor sonriendo nerviosamente.
Cierro la puerta y observo por la ventana como Carlos le abre la puerta a Vane y luego él se monta en el asiento del piloto y luego desaparecen entre todos los carros que transitan por Londres.
Voy hacia el refrigerador y busco algo de comer para verme una película pero no encuentro nada, mierda, justo tenía ganas de comer helado y no salir de mi cama.
Suspiro tomando un abrigo y mi sombrilla ya que está lloviendo fuertemente.
Salgo mientras tarareo Fearless y ya venía de regreso con mi pote de helado en la mano cuando una mano toma mi hombro y nombrándome, asustándome y haciendo que suelte un grito ahogado.
Que valiente de tu parte, Elizabeth.
Volteo hacia la persona y noto que es ¿Charles? Pero está terriblemente pálido y parece desubicado.
-¿Charles? ¿Qué haces por acá? Y sin abrigo, ¡te vas a enfermar!- Exclamo antes de acercarme para ponerlo debajo de la sombrilla.
-Yo... No me siento muy bien..- Murmura lentamente.
Subo mi mano y toco su frente notando que está ardiendo en fiebre, ¿Qué estará haciendo por acá y cuánto tiempo habrá estado bajo la lluvia?
-¿Dónde vives?- Le pregunto suavemente.
-En... ¡En Londres!- Exclama como un niño chiquito como si no fuera algo obvio que vivía aquí.
No lo puedes dejar acá solo, Elizabeth, y menos en este estado y siendo una persona técnicamente famosa, quien sabe que podrían hacerle.
Bueno, podría llevarlo a mi apartamento y esperar que la parejita regrese de su cita y Carlos, siendo el amigo de él, lo lleve a su casa.
Vaya, que inteligente, Elizabeth.
-Bien, Charles, es hora de irnos.- Murmuro tomándolo del brazo para mantenerlo debajo de la sombrilla y guiarlo a mi hogar.
-Où allons nous? (¿A dónde vamos?)- Me dice en.. ¿Francés? ¿Y eso qué significa? Tuve que haberme terminado las clases de Duolingo.
-Ahh, no entendí nada de lo que dijiste.- Digo mientras seguimos caminando finalmente llegamos a los apartamentos y subimos por el ascensor.
-Siamo nella mensa? (¿Estamos en la cafetería?)- ¡¿Italiano?! Ay por favor apenas y hablo Inglés sin trabarme y él me habla en dos idiomas.
No le contesto ya que seguro está delirando por la fiebre y entramos a mi apartamento.
-Esta.. ¿Esta es tu casa?- Murmura finalmente en un idioma que sí entiendo.
-Sí, Charles, es mi casa, ven, siéntate ahí.- Digo guiándolo al sofá y dejándolo ahí. -Ve quitándote la camisa.- Murmuro caminando hacia mi cuarto.
-Que atrevida Elizabeth, pensé que al menos me invitarías un café primero.- Murmura burlón, haciendo que mi cara se vuelva roja.
-No es para eso, es porque no se te va a quitar la fiebre si tienes la ropa mojada.- Digo levantándolo para guiarlo al baño y entregarle una sudadera mía que me quedaba gigante. -Cámbiate y ve a la sala, con cuidado, ¿sí?-
Él asiente y cierra la puerta del baño mientras camino a la cocina y empezó a prepararle un poco de sopa y a mojar un paño en agua. Finalmente vuelve del baño y noto que la sudadera le quedaba apenas.
-Ven, siéntate.- Le digo para luego ponerle en paño en su frente. -Así te bajará la fiebre.-
-Gracias.- Él susurra mirándome a los ojos.
Asiento y vuelvo a la cocina, poniendo la sopa en un plato y llevarlo hacia él.
-Cuidado te quemas.
-Oye, Elizabeth, en serio no es innecesario todo esto,- Dice pero lo interrumpo.
-Tómatela, te va a hacer bien.- Demando y observo como él me mira antes de empezar a tomar la sopa.
-¿Ibas a hacer algo esta noche? No quiero interrumpir tus planes.- Dice tomando una cucharada de sopa.
-Solo planeaba verme una película. Así que no es nada.- Digo encogiéndome de hombros.
-¿La puedo ver contigo?- Dice como un niño chiquito y puedo jurar que por un momento sus ojitos brillaron.
Asiento con una sonrisa haciéndolo sonreír a él también, camino hacia mi cuarto y tomo algunas mantas y de regreso tomo mi bote de helado.
Qué amable, vas a comer helado al lado de alguien tomando sopa.
Vuelvo a la sala y antes de sentarme tomo una de las mantas y con delicadeza la pongo alrededor de él, notando como me mira sorprendido.
Esquivo su mirada y me envuelvo a mi misma en otra de las mantas mientras tomo mi helado y empiezo a buscar la película.
-¿La Era de Hielo?- Pregunta cuando nota mi elección.
-¡Por supuesto! Es un clásico.- Sonrío, completamente orgullosa de mi gusto.
-Nunca me la he visto.- Dice dejándome sorprendida.
-Eso ya es una falta de respeto, Charles, pero tienes suerte de haberme conocido.-
-Sí que la tengo.- Susurra pero lo alcancé a escuchar.
Pongo la película y como de mi helado mientras Charles se toma su sopa, ambos observando a la ardilla Scrat en la escena inicial.
-Tu es un ange tombé du ciel, gentil et beau... (Eres un ángel caído del cielo, amable y hermosa...)- Murmura en Francés, haciéndome voltear a verlo, dándome cuenta que se me había quedaos mirando.
-¿Y eso que significa?- Pregunto mirándolo confundida.
-Nada importante, pero si lo quieres saber, aprende Francés.- Dice sonriéndome burlón.
Abro la boca sorprendida y replico. -Igual ni quería saber y ahora mira la película, inculto.-
Lo escucho soltar una risa grave y así nos quedamos, viéndonos la saga de películas de mi infancia, mientras de vez en cuando, él me habla para preguntarme cosas.
Y en algún momento de la segunda película, mientras aparecían una escena de Ellie y Manny, sin darme cuenta, recosté mi cabeza en su hombro y él se tensó por un momento antes de apoyar su cabeza en la mía.
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NO PUEDE SER, AMO A MIS NIÑOS, SON TAN TIERNOS 😭😭😭
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