Capítulo VII: ¿Vale la pena?
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─ La Erza de 1977 murió y su cadáver de novia quedó en el lugar donde 40 años después tú, Jellal, colocaste un anillo de compromiso en la misma flor que ambos tomaron aquel día.
─ Me han mareado, si me permiten decir...─Dijo Erza, sosteniéndose la cabeza mientras bebe un poco de té, eso a Jellal lo sorprende pues realmente daba asco.
─ ¿Tengo que explicar con cadáveres y manzanas podridas, eh? ─Se quejaba Zeref, pero Fernandes sí entendía.
─En síntesis, vivimos lo mismo en diferentes años, la rosa es la que unió nuestras realidades, Erza. Ese día yo traté de tomar una rosa que tenía sangre vieja...
─Pues, yo ese día traté de tomar una flor y me pinché el dedo...─Ella iba comprendiendo mejor.
─Ven que no es muy difícil. ─Dijo Zeref aliviado.
─ Pero... ¿Por qué nos has traído aquí?
─ Ustedes han venido aquí para tener una nueva vida, porque ustedes mismos desearon tener amor...─Ambos recordaron los momentos antes de llegar a este mundo.
─ Esto es lo que nace de un deseo y deben hacerse cargo.
La muerta y el vivo se miraban, uniéndose en confusión que superaba realmente toda la situación...
─ Así que, Jellal Fernandes, Erza Scarlet. ¡Ustedes están comprometidos! ─Erza se levantó de golpe y golpeó la mesa.
─ ¡YO NUNCA PODRÍA VOLVER A AMAR! ─ Gritó y se marchó corriendo, mientras derramaba lágrimas que se volvían sangre, Jellal se levantó sin dudarlo.
─ ¿Vas a seguirla? ─Preguntó Zeref.
─Es eso o quedarme a que me llenes la cabeza de locuras, señor Rey medio vivo, medio muerto. Además, jamás podría dejarla sola. ─Contestó mientras se echaba a correr tras la pelirroja.
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Erza corría mientras en su mente se reproducían esos recuerdos con Natsu y Lucy, lo cual solo incrementaba su dolor y furia.
A medida que avanzaba por el bosque iba quitándose el tocado de novia, se iba arrancando poco a poco el vestido en la parte de abajo.
Pero cuando quiso quitarse el collar, el mismo se enganchó a una rama, impidiéndole avanzar; aunque ella estuviera muerta aquello comenzó a desesperarla.
─ ¡AYUDA, POR FAVOR! ─ Gritaba ahogada, mientras luchaba contra ese simple collar y esa rama, las lágrimas seguían cayendo y no podía liberarse.
De repente, recordó las palabras de Zeref.
« ¿Scarlet, acaso no quieres saber, por qué eres un simple cadáver andante? »
Aquello rápidamente la rompió, la hizo caer en esta realidad cruel en la que se había hundido en cuestión de horas.
Estaba muerta, y eso no iba a cambiar; por más que estuviera en peligro no había mucho que hacer.
¿Para que luchar contra algo que la lastima, si ya no tiene vida?
El collar iba cortando poco a poco su cuello, pero había alguien que jamás permitiría que eso suceda. Ese bonito collar de perlas traicionero, fue cortado y las perlas caían por todos lados.
─ ¡Erza! ¡¿Estás bien!? ─Preguntaba Jellal, mientras la sostenía con ambos brazos. Ella parpadeaba, y no comprendía; se limitaba a hacer contacto visual con él, quien la miraba bastante preocupado.
─ No entiendo... No entiendo...
─ ¿Qué cosa? ¿Lo de la paradoja? No te preocupes, puedo explicarte mejor, Erza.
─ No es eso, no entiendo esto. ─Erza lo apuntó a él.
─ Bueno, no es como si quisiera estar así; yo no he tomado esta decisión de estar aquí, pero sabes que no podría dejarte sola, tonta. ─Dijo y ella rió, en un parpadeo comenzó a golpearlo llorando.
─ ¡NO ENTIENDO PARA QUÉ ME AYUDAS SI YA ESTOY MUERTA! ─Gritó con todo el enojo que llevaba en ese cuerpo muerto, Jellal se sorprendía y por alguna razón las lágrimas caían de su rostro.
Esa razón, era porque recordaba a la Erza de su mundo, de su año.
─ ¡TODO ESTO NO ES MÁS QUE UNA PESADILLA! ─ Seguía enfurecida Erza, Jellal la abrazó sin dudarlo.
─ Estoy muerta Jellal, estoy muerta... Deberías tenerme miedo y asco. ¿Qué es lo que ganas preocupándote por mí? ¡Soy simple carne podrida, deberías alejarte! ─Su voz parecía quebrarse, Jellal acariciaba su cabeza.
─ Erza sigue siendo Erza, muerta o viva. De 1977 o 2017, la misma bruta y llorona que yo conozco. Eso significa, que no importa lo que suceda, jamás podría dejarte sola y mucho menos no preocuparme. ─Aseguró Fernandes tranquilizándola.
Se separaron y se miraron fijamente, mientras seguían recordando.
─ Quizá esto sea una locura, pero vale la pena entender que pasó. ─Dijo Jellal tomándole la mano derecha, donde le había colocado el anillo de compromiso.
─ ¿Vale la pena? ─preguntó─ Estamos comprometidos en una locura...
─ Pero el punto está, en que estamos comprometidos. ─Exclamó Fernandes animándola mientras mostraba su anillo en su dedo anular, Erza rió; la sonrisa de Jellal realmente la tranquilizaba y la llenaba de buen sentimiento, era una sonrisa de esas que parecen alentarte y darte ganas de mirar una y otra vez.
─ Te prometo que encontraremos la forma de salir de esta locura, pero para ello necesito que estés bien.
─Estoy muerta, Jellal, estar bien no es un termino que pueda encajar conmigo ahora.
─Bueno, ¿al menos podrías ayudarme un poco? ¿Qué clase de esposa vas a ser? Por el amor de Dios, deberías de apoyarme. ─Aquella pregunta sacó una leve sonrisa en Erza, Jellal sonrió y secó esas lágrimas de sangre que ella soltaba.
⚫ ⚫ ⚫
Lentamente caminaban por el bosque, buscando a ese excéntrico y tétrico rey, para así encontrar más respuestas.
Mientras avanzaban, los cadáveres los observaban. Aplaudían cuando los veían, y volvían a cantar esa canción que a Erza solo le hacía mal.
Llegaron a un punto donde solo hacía enredaderas y espinas negras.
Había un gran trono, donde Zeref estaba sentado sonriendo, bebiendo una copa de vino.
─ Sabía que volverían, ¿tienen más dudas?
─ ¿Cómo hacemos para salir de aquí? ─Esa pregunta tan directa hizo reír a Dragneel, quien lanzó su copa de vino derramando aquello, el vino hacía que del suelo salieran flores violetas que sorprendían a Erza.
─El mundo de la vida y la muerte los trajo porque ustedes anhelaron amor, así que no hay manera de salir. Están comprometidos, y eso conlleva a que deben casarse...
─Éramos mejores amigos, no puedes obligarnos, además. ¿Qué ganamos casándonos?
─Si quieren irse a algún lugar, casarse deberán. ─Rimó mientras tomaba una de las flores violetas, entregándosela a Erza.
Una vez más esas miradas se unían para preguntarse en silencio: ¿Qué haremos?
¿Valía la pena intentar, casarse por aquella necesidad?
Habían llegado a este mundo, a ese punto, por anhelar amor...
Pero por la desesperación, estaban siendo ciegos por deseo y temor.
CONTINUARA
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GRACIAS por LEER
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Alguien que te consuele como Jellal, es tan tiernooooo con Erza.😍💕
Pobre Erza, sufre mucho. 💔💔 A veces me sorprende lo cruel que puedo ser.(?)
Parece ser que se les viene la boda... ¿Qué decidirán nuestros protagonistas?
Zeref es el mayor shipper excéntrico, lo amo. 🙌
¡Muchísimas gracias por sus comentarios y por apoyar la historia! Espero que les esté gustando. ♡
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