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III 》Conociendo un poco del mundo

—¿Quién eres?

El niño le preguntó a Sora, pero no respondió. Siguió observandolo, poniendo nervioso al contrario ya que para él ese chico era extraño, primero lo llamaba para despues quedarse viéndolo y esos zapatos de payaso ya le daban mala espina. Aunque últimamente venía mucha gente nueva, algo no muy usual.
Frunció su ceño, se sentía incómodo con esos ojos azules brillantes observandolo, no estaba acostumbrado que la atención fuera puesta en él. Chasqueó sus dedos en frente del niño, esperando que reaccionará con esa acción.

—¡Lo siento! —se disculpó despertando de su ensoñación—. Es que cuando te vi sentí..., no olvida eso— carraspeó mientras posaba sus brazos detrás de su cabeza. No podía decirle eso, no queria que pensara que era un loco—. Me disculpo por no presentarme, mi nombre es Sora —extendió su mano un poco nervioso, esperando que el otro la tome.

—Riku —dijo simplemente. Agarró la mano del castaño con la suya, aceptando su saludo. Muy cortés viniendo de un niño pequeño, pensó— Supongo que no conoces nada de aquí ¿Primera vez en el Reino Durmiente?

—Diría que sí… ¿Qué?  — Se sintió confuso ¿Reino Durmiente? ¿No estaba en Tierra de Partida?

Riku suspiró con resignación, confundiendo más a Sora ¿lo habría molestado o algo? —. Bueno, no me queda de otra.

El chico alzó su mano, de sus dedos empezaron a salir chispas rosadas y con un movimiento rápido hizó aparecer un bonito murciélago, el cual apenas apareció fue hasta la mejilla de su invocador, acariciandole con su pequeño cuerpecito y sacándole una media sonrisa a Riku. Los ojos de Sora empezaron a brillar, maravillado con los colores tan bonitos que tenía el animalito y lo tierno de la escena entre este y el otro niño.

— Waaaaaao! —exclamó sorprendido acercándose un poco más al más alto — ¿Cómo se llama? ¿Qué es? ¿Puedo tener uno? ¿Me dejas acariciarlo? Por fa, por fa, por fa…

— Se llama Bat. Es un Dream Eater. Posiblemente, pronto lo veremos. Y no te recomien…  —respondió casi todas las preguntas, hasta que Sora (sin prestarle atención) acercó uno de sus deditos y empezó a acariciar la cabecita del ser.

Riku cerró los ojos por inercia. De lo que lleva conociendo a su Dream Eater, esta era muy celosa. No dejaba que nadie lo tocará ni a ella o a su dueño, por eso procuraba nunca dejarle cerca de los otros, no queriendo que salieran lastimado. No quiso ver cómo Bat atacara al nuevo por atreverse a tocarle. Un silencio se escuchó, lo cual le extrañó porque esperaba un grito; abrió sus ojos y vio que su compañero disfrutaba de las caricias del castaño, incluso había dejado su mejilla para pegarse a la de Sora.

Estaba sorprendido.

— ¿Quién es el murcielagito más lindo? ¿O eres niña? Entonces eres muuuuuuuuy tierna —el príncipe siguió dándole mimos al Dream Eater de Riku y está no dejaba de dar chillidos de gozo ante las atenciones que le daba.

Hasta que Riku carraspeó, ya algo incómodo porque lo ignoraban.

— Bat, ven  —la llamó. La dream Eater hizo otro chillido pero de tristeza, pero obediente se alejó de Sora hasta llegar a su amo.

Ya cuando se posicionó en el hombro de Riku una nube de colores pasteles con polvo brillante los envolvió. Sora se quedó mirando, algo preocupado, hasta que la nube se disipa y muestra al de ojos verdes de nuevo, pero sin Bat y ahora tenía unas alitas oscuras asomándose por su espalda.

Y antes que dijera algo el príncipe emocionado, el más alto le dice:

— Bien, Sora ¿No? Te pido que te quedes quieto un momento.

— ¿Por qué, Riku?

El nombrado ignoró la pregunta. Se agachó un poco y tomó al pequeño envolviendo sus brazos alrededor de su pecho mientras sus alas empezaban a batirse, elevando a ambos.

El castaño observó como la arena se alejaba más y más de sus pies. No sabía sí emocionarse o temer porque cada vez se elevaban tanto que el árbol en donde estaba sentado antes el de cabellos plata ahora parecía una pequeña planta. Cerró sus ojos con fuerza, gritando un poco cuando Riku empezó a descender a gran velocidad directamente hasta el mar.

Solo escuchaba las olas y algún que otro delfín cerca. Esperaba el splash de su cuerpo contra el agua pero que nunca sintió. Solo los brazos de Riku aun abrazandolo y abrió sus ojos. Sólo vio el mar bajo sus pies, el agua mostrando a él siendo sostenido por el otro mientras que veía el hacía el frente y se sintió confundido ¿Riku no pensaba lanzarlo al mar y deshacerse de él?

Pero no quiso hablar aún, quería disfrutar el momento mientras tanto. Sentía el viento chocar contra su rostro y sus dedos, le gustaba esa sensación y deseó haberse quitado los zapatos para así sentir el agua con sus pies.

Se sentía libre…

Guardaría ese momento, al igual que muchos otros que le esperaban en el futuro, con los que compartiría en gran mayoría con Riku.

— Bobo, no te pensaba hacer eso —le respondió algo ofendido cuando Sora, al ver que se acercaban a otra isla, le preguntó—. Se nota que confías en mi.

— ¡Pero sí apenas te conozco! Mamá me advirtió nunca confiar a la primera de desconocidos, como hacía papá… que podrían hacerme daño.

— Si te quisiera hacer daño te hubiera atacado cuando estabas distraído viéndome como un acosador—le respondió de vuelta.

《Tiene razón…》Se sintió mal el príncipe por haberle dicho eso. Pensó que sólo era una molestia para Riku y ya no tendría la oportunidad de hacerse amigos.

《Muy bien Sora, sigue así y te volverás un viejo solitario que sólo se sienta en su silla a hacer nada y sólo quejarse del mundo, como el tacaño del tío Yen Sid.》

— Lo siento…

— No te preocupes, igual tu mamá tiene razón —cerró un momento sus ojos y suspiró—. Al menos tienes una mamá que se preocupa por ti —dijo simplemente con una media sonrisa, aunque Sora notó que debía haber algo tras esas últimas palabras, pero no quiso hablar.

Al llegar a tierra firme Riku descendió más lento hasta dejar con delicadeza a Sora en el suelo. Al soltarlo volvió a la normalidad y Bat hace una breve reaparición para seguir acurrucandose contra la mejilla del menor, lo que molestó a Riku y chasqueó sus dedos. La Dream Eater desapareció al momento. Otro suspiro huyó de su boca y se quedó mirando a Sora, que no había reaccionado a nada.

Sora pestañeó varias veces, se estrujo sus ojos con sus manitas enguantadas y volvió a pestañear. Su rostro estaba sorprendido, recordando el viaje que hizo con… ¿Riku alado? Una gran sonrisa surcó de sus labios palidos y de un momento a otro se abalanzó hasta el otro niño, envolviendo sus brazos sobre el pecho del otro.

— ¡Ehhhhh, Sora! ¡Calma o nos harás caer!

— ¡Riku, volvamos a volar! ¡Anda, anda, anda!  —elevó un poco al de ojos verdes y lo movió de un lado a otro desde su propio eje, mareandolo— ¡Di que sí, Rikuuuuu!~

— Esta bien, está bien ¡Pero ya bajame!

Y obedientemente Sora dejó de abrazar a un avergonzado Riku. Ambos tenían las mejillas rosadas, uno por la euforia y el otro por vergüenza de haber sido elevado sin ningún esfuerzo por un niño más pequeño que él.

— Entonces ¿En donde ahora estamos?

Sora empezó a ver a sus alrededores, curioso del nuevo ambiente que a diferencia de la playa ahora estaban en un gran puente de roca. Este puente conectaba con un puerto, en el había un faro no tan grande que aún no estaba encendido y pequeños barcos de madera anclados y redes, pero no había nadie que los cuidara. Al otro lado del puente había varias edificaciones y una gran puerta de madera. Sobre esa gran puerta había un cartel que saludaba:

Bienvenidos a Ciudad de Paso.

— Hemos llegado a nuestro destino —Le extendió su mano—. Te llevaré con alguien que te explicará sobre como sobrevivir aquí.

— ¿Sobrevivir? —lo miró confundido ¿Qué era sobrevivir? ¿Era un sobre que cobraba vida?

— Ya lo entenderás —Riku frunció sus labios, algo avergonzado por lo que ahora pediría—. Toma mi mano, no quiero perderte aquí y tener que buscarte por toda la ciudad después.

Ya sospechaba que ese niño era muy distraído y que se entretenía por cualquier cosa que no conociera pero no quiso ponerlo a prueba para acertar su teoría. Solo lo retrasará y no quería después estar buscando niños perdidos. Arqueó su ceja cuando notó  que Sora por un momento le fulmina la mano con los ojos, le miraba con desconfianza que le recordó a un gato, pero de esos gatitos recién nacidos. Unos segundos después le toma la mano, entrelazando sus dedos enguantados con los suyos y el pequeño mira hacia el otro lado, mientras hacía un puchero.

Al entrar en la ciudad todos dejaron de hacer sus cosas para posar sus ojos a la pareja que acababan de entrar. Reconocieron a Riku pero no al otro pequeño. Vieron sus manos entrelazadas extrañados pero algunos después sonrieron con malicia y empezaron a chiflarle y decirle bromas mientras que otros sólo continuaron su labor. Riku caminó con algo de rapidez ignorando a los payasos que se burlaban de él y de Sora, arrastrando a este ultimo por toda la “caminata” hasta llegar a una orfebrería. Sus mejillas estaban rojas pero con su ceño fruncido, deseando que todos se murieran. Aún sin soltar a Sora, entraron al edificio.

Una campanita sonó anunciando su llegada, que llamó la atención de dos individuos.

— ¿Riku? ¿Y ese niño? —extrañado le pregunta un señor con un cigarrillo entre sus labios.

— Riku, que galán —se burló un joven pelirrojo, con una sonrisa maliciosa—.  Al menos hubieras esperado un poco más, que ta' chiquito.

— Cállate Lea —Una de sus cejas empezó a tener un tic, apretando su mano con la de Sora con más fuerza. El más pequeño sólo estaba incómodo como espectador—. Estoy buscando a Joshua. 

— Está atrás —el hombre le responde mientras bota su cigarrillo al piso—. Está con la niña de ayer.

Riku asintió, aún arrastrando a Sora detrás de él e ignorando al pelirrojo, que seguía diciéndole que era un asaltacunas a pesar que el peliblanco era también un niño, no mayor por un o dos años que el castaño. Pasaron a otra sala, algo más espaciosa que la anterior. Para Sora le recordaba la oficina que su papá usaba para cerrar tratos a puerta cerrada, lleno de libros y un gran escritorio con varios papeles encima, con un sillón atrás y dos sillas al frente.

Al observar notó dos nuevas personas, un chico con cabello casi cenizo y una niña de espaldas. Tenía el cabello corto y creyó reconocer ese color, ese parecido al de una rosa, pero no sabía de qué la recordaba. Hasta que ambos desconocidos notaron su presencia y voltearon. El príncipe se sorprendió a ver quien era ella. Era aquella niña. Se sentía algo incómodo, apretando su mano como hizo Riku antes.

—Sora, ella es Kairi. Al igual que tú acaba de llegar —los presentó, ignorando lo tenso que estaba el niño—. Y el idiota de ahí es nuestro guia, Joshua.

El nombrado sólo río enigmático, acostumbrado al trato que le daba el niño mayor. Kairi, en cambio, apretó sus labios y agachó la mirada, también incómoda. No tenía pensado volver a ver al Príncipe de Tierra de Partida, menos aún por la humillación que hizo hacerle pasar por culpa de ella y su amiga Yuffie. Pero sintió un empujón leve que la acercó a la pareja de niños. Una clara señal para que por lo menos se disculpara.

— Prín... — pero se calló, no sabía ya que decir, no esperaba volver a encontrarse con él tan pronto— Yo... lo siento por lo que sucedió ayer, de verdad. No era mi intención... sólo que estaba asustada y...

— No te preocupes —Sora la interrumpió. Separó su mano de la de Riku y la posó sobre el hombro de la más pequeña de los cuatro regalandole una tierna sonrisa—, no fue tú intención. También me disculpo, debí ser más amable y...

Pero la niña lo sorprende abrazandolo y Sora se lo devuelve, sorprendido, se lo devuelve, Kairi dejó escapar algunas lágrimas y Sora sólo rió un poco, avergonzado. Ella era más pequeña entre sus brazos, era como tener una hermana menor y sólo lo hacía sentir feliz. Se sentía cálido, como una luz calentaba su pecho.

Joshua sólo rió ante tal escena tierna e inocente entre estos dos niños.

Y Riku sólo los fulminaba con la mirada, aún sin entender que acababa de pasar.

|☆♡|

Cómo me imagino la forma en que se transformó Riku a Riku con alitas:

(?????)

Le dedico este capitulo a alguien que murió hace rato. Era un nene inocente, mi inspiración para esta historia y no merecía ese final. Que destino tan cruel para un niño de luz.

Era la luz de mi vida ¿POR QUÉ TE FUISTE?
Descansa en paz, Sora de Un Corazón Perdido en el final alternativo. Estarás en mi kokoro siempre :'u

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