-¿Por qué tan solo? -me preguntó el hada.

-No lo sé -le respondí.

Yo, Maximus, en mis años de gloria fui el caballero más noble del reino, algunos me llamaron "El Caballero del Oro y el Hierro" por mi noble corazón y mi dureza a la hora de atacar.

Fanshe era una hada que recién acababa de conocer en el bosque por el que estaba cruzando. En un principio ella me hizo las preguntas que todo niño me haría hasta que ella hizo esa pregunta.

-¿Por qué usar como pretexto el buscar una aventura para estar solo -me volvió a preguntar.

-No lo sé, simplemente no siempre me gusta la compañía, a veces siento que es como una peste para mi.

-¿Y por qué lo serían?

No conteste a esa pregunta. Paré mi caminar. Podía jurar que de niño nunca necesité de amigos, aunque no lo fuera, pero por ella recordé como realmente me sentía: solo.

¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué si nunca había necesitado compañía, ahora me sentía tan solo? ¿Acaso había alcanzado el límite de no necesitar o querer compañía? Tal vez eso era.

-¿Te has sentido sola? -le pregunté a Fanshe- ¿Nunca te ha pasado que por inseguridad o cualquier otra cosa no te acercabas a la gente con excepción de aquellos que creías que valdría la pena estar con ellos?

Dejé pensando al hada. Por su tan minúsculo tamaño se sentó en una flor que estaba cerca de nosotros.

-Algunas veces -me sentí tranquilo al oír eso, nunca conocí a alguien que hubiera pasado por eso mismo que pasé yo- pero... ¿Por qué romantizar tanto la soledad que te llevará a los amargos mares de la tristeza? Si la soledad nos hace mal, es porque no estamos hechos para estar solo, por lo menos de tanto tiempo.

Tras oír eso, me senté en una roca que estaba cerca mío, me puse a pensar en todo lo que Fanshe dijo.

«Mérida» fue en quien pensé.

-Sabes -El hada me miró-. La primera mujer de la que me enamoré se llamaba Geraldine, aunque la amé por muchos años comprendí que yo no fui hecho para adquirir su amor. Después me enamoré de otras, pero hubo una que hasta ahora sigo amando. Por ella conocí el amor a primera vista, por ella llegué a pensar que no tenía sentido la soledad y por ella la soledad se volvió mi mayor temor.

»Elegí una vida de "aventuras" para tratar de ignorar lo solo que me siento, aunque a veces no siento que lo logre.

-¿Creías que ella era una de las personas que valían la pena? -preguntó curiosa el hada.

-Creo que vale la pena, conseguir su amor sería mayor que recibir el honor de vencer en mil batallas, pero... entre más me alejo de ella, más me enamoro de ella, pero si me acerco más a ella mi temor a la soledad es mayor. Dime -miré directamente a Fanshe- ¿Crees que conseguir su amor me quitará esta soledad? -Ella se quedó pensando un buen rato.

-Piensas mucho en la soledad y eso mismo hace que te sientas solo -el tono de hablar de Fanshe había cambiado al tono de voz de mi madre cuando me daba un consejo- y crees que el amor de "ella" te salvará de esa soledad.

«Mi soledad pende de un hilo»

»Déjame decirte que la soledad no depende del amor que tenga uno, sino del como se siente. Si ella no te da su amor, no te entristezcas, habrá alguien más que flechará tu corazón de amor, te amará y te hará entender por qué no tiene sentido la soledad.