—He traído chocolate, patatas y estos discos —muestra Laura.

—Yo algunas películas y refrescos —añade Kai.

Los dos han venido a verme para traerme los deberes y animarme un poco. Mis padres me han dejado esta semana libre para recuperarme, ya que los calmantes me dejan atontada, y mis amigos se han portado genial.

—Me ha dicho Riley esta mañana que las entradas para su actuación salen el próximo lunes, ¿vas a querer?

Desde que ocurrió el incidente con Mitchell, Laura se ha apartado de todos los chicos en general. No ha querido contarnos qué planes tiene, pero por lo pronto no quiere salir con nadie. Eso sí, ya está soñando con la próxima fiesta. Dice que se va a emborrachar hasta olvidarse de todo, me voy a reír mucho como le toque ser cuidadora.

—Voy a comprarlas con vosotros, necesito salir de casa —confieso aburrida.

—¿Has vuelto a ver a Mason? —pregunta Kai dándome un suave codazo.

—Por suerte, no —resoplo y me recuesto con cuidado en el respaldo del sofá. Me acabo de tomar el analgésico y todavía no me ha hecho efecto. Lo peor es que cuando me dan los calambres, el dolor sube hasta la cabeza.

—Pues me he enterado de una cosa que vas a flipar —añade Laura, y luego se mete un trozo de chocolate a la boca.

—¡Escupe ahora mismo! —grita Kai. Laura y yo nos quedamos quietas y confundidas. Ella se lleva la mano a la boca para tapársela. Entonces Kai se empieza a reír—. ¡La comida no!

Tiene una risa tan contagiosa que nos la pega al instante. Laura traga rápidamente y se sienta con las piernas cruzadas para empezar su historia.

—He escuchado por ahí que dicen que a Mason le expulsaron de su anterior instituto.

—¿Por qué lo hicieron? —pregunto con curiosidad.

—Pegó a un compañero y le tuvieron que llevar al hospital.

—Sinceramente, no me extraña —habla Kai y las dos volvemos a mirarle con sorpresa—. Es el típico chico malo.

Me quedo mirando a mi amigo, pensando en lo que acaban de decir. Me debería dar igual, pero ¿y si vuelve a hacer algo así a alguien que me importa? Mason puede ser muchas cosas malas, pero... ¿Agredir a alguien?

—Y hay más —insiste Laura, agitando las manos para que le hagamos caso—. También me he enterado de que a Nahid le van a llevar con la orientadora porque ha faltado muchos días y sus padres no responden.

—¿Tú cómo te enteras de esas cosas?

—Una tiene sus contactos. —Sonríe y se echa su rubia melena hacia atrás.

—Nahid es la chica del pañuelo, ¿no? —Todavía no controlo los nombres de los nuevos compañeros, soy muy mala para asociar los nombres con las caras.

Laura asiente.

Quizá en otras circunstancias no hubiera tenido importancia, pero habiendo visto aquella nota del buzón, no puedo evitar pensar en la situación familiar de mi compañera de clase.

—¿Dónde vive? —hablo de nuevo y los dos me miran desconcertados. Laura bebe un sorbo de la bebida que ha traído Kai, mientras este se queda mirando al techo, pensativo.

—Creo que no muy lejos, me suena que cerca de tu tienda.

—¿Y tú cómo lo sabes? —replica Laura.

—Una vez tuvimos que hacer un trabajo juntos y me invitó a su casa. Su padre es un poco raro, pero su madre fue la mar de simpática. Me hizo un postre delicioso.

Me rio y al hacerlo me da un pinchazo en el brazo.

Finalmente, escogemos la película «Solo en casa». Mi opción era «El silencio de los corderos», pero Kai no soporta las películas de miedo. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en Nahid. ¿Será ella quien dejo esa nota en el buzón? Solo tengo dos opciones: buscar algo que haya escrito y comprobar si es su letra o ir a su casa un día. La primera opción no es muy válida, pues ya ni recuerdo cómo escribió en la nota; por lo que solo queda una alternativa.

✄ ✄ ✄ ✄ ✄

—¿Te lo has pensado ya?

—No está ni acabado, Jer.

—¿Y qué? Lo acabas y listo —replica desabrochándose la camisa frente al espejo.

—¡Lo dices como si fuera fácil! —respondo sin dejar de mirarlo, ¿qué está haciendo? Cuando llega al último botón, se la quita y se gira hacia mí. No lleva otra debajo, por lo que su pecho está al descubierto.

—¿Me la pasas? —añade y desvío la mirada al instante de esos incipientes abdominales. No sé de qué está hablando así que me quedo quieta donde estoy y él se acerca a mí.

¿Qué ha pasado con mi amigo? ¿Cuándo ha cambiado tanto?

A mi lado al parecer está la camisa que se va a poner.

Inspiro profundamente y suelto el aire lentamente. Lo repito un par de veces más hasta que está completamente vestido y mi pulso ha vuelto a su ritmo normal. Creo que tengo fiebre. Me toco la frente y, efectivamente, está ardiendo. Mis mejillas también.

—¿Te encuentras bien? —le escucho a lo lejos, como si estuviese en la otra punta del mundo susurrándome. Me giro para mirarle y asiento.

—Si quieres que me presente, tú también tendrás que hacerlo.

Frunce el ceño mientras se coloca el cuello de la camisa.

—Yo no sé hacer nada.

—¿Y esa guitarra?

—Reese...

—No, ni Reese ni nada, ¿no fuiste a un campamento de música? Pues demuestra que aprendiste algo —le reto y él aprieta los labios con fuerza. Me divierte molestarle, pero sé que a él también le gusta que lo haga—. Tienes seis meses para prepararlo.

—Hablando del campamento, ¿no querías ver las fotos?

Es experto en cambiar de tema, pero esto me interesa. Me levanto y le sigo hasta la planta baja. En el salón, abre un cajón y coge un sobre con un montón de fotografías. Me quedo mirándolas y luego le miro a él: entonces, si de verdad estuvo en el campamento... ¿De quién es esa nota?

Me cuenta todas las anécdotas con sus compañeros, todas las canciones que aprendió y confiesa que creó alguna por su cuenta, pero que le salieron tan mal que las tuvo que desechar. Se le ve muy contento y eso me alegra, al menos sé que se divirtió.

Después vemos una serie que echan en la televisión mientras nos comemos la lasaña que nos ha dejado su madre en la nevera. Ellie come junto a nosotros y nos cuenta que tiene un novio, pero que no cree que le dure mucho.

Sus padres no están en casa y en cuanto a Mason, lo cierto es que prefiero no saberlo. La semana que viene retomamos las clases de refuerzo y tengo claro que voy a sacar el tema de su antiguo instituto. No porque me importe, pero tengo que saber qué ocurrió de verdad.

*****

¿Teorías sobre Mason?

¡Nos leemosss! ❤