LA BESTIA SANGRIENTA
Borde exterior, Brazo de Orión.
Ya pasaron cinco horas del encuentro con ese animal. La bestia solo juega con los cuerpos, no los come, hay partes de todos los mercenarios que vinieron tras nosotros regados por el lugar. Intestinos, miembros, cabezas, sangre, solo se revuelca entre todo eso la alimaña gigantesca. Grotesca vista desde el hueco tememos Estela y yo, las náuseas las contenemos gracias a que no se puede oler por los filtros en los ductos de respiración en el casco. Demonios a que maldita hora se largará esa bestia.
— Seguimos sin señal Joel — dice Estela dando golpes al comunicador y a su pantalla táctil en su brazo izquierdo — no creo que funcione siquiera escalar el árbol.
— Ni yo, al parecer trepa muy fácilmente los árboles esa criatura. Debemos esperar a que nos busquen Sveta y compañía — señalé frustrado por la precaria situación en la que estábamos.
— Esperemos lleguen rápido, estoy tentada a quitarme el caso para sentir el fresco ya que me comienzo a sentir enlatada.
— Yo quiero fumar por la desesperación, esto me tiene con mucho estrés.
Un ruido de motor corta la conversación, pero no es de nuestros vehículos o los Buitres. Son demasiados, la bestia se retira del lugar, sol se esconde trepando un árbol cercano. Mas de cien mercenarios se acercan y ven la masacre que hubo, varios vomitaron tras ver a sus compañeros hechos pedazos. El horror aun no les llegaba, Estela y yo veíamos de reojo a la bestia descender con tal gracia del árbol. El rugido y el temblor como al principio de la sanguinaria batalla anterior dio pie a una nueva, de un golpe salen volando diez de los mercenarios que estaban cerca de la bestia sin poder hacer un disparo.
De nuevo gritos y disparos se hicieron presentes, varios de los mercenarios eran mujeres una tercera parte de ellos, trataron de llegar a los vehículos y usar las armas de poder pero no causaban daño alguno. Tuvimos que cubrirnos para no ser heridos por las balas que rebotaban, uno de ellos se quita el casco por la sangre de uno de sus compañeros que fue alcanzado por una bala antitanque que rebotó justo en la cabeza. El rostro de miedo era tal en ese hombre que lloraba al estar descargando toda la munición, no tardó en quedarse bacía el arma cuando la bestia abrió sus fauces de una de sus cabezas y lo mató.
En las montañas, ubicación del Buitre.
— Ya se tardaron en llegar los muchachos — suena desesperada Sveta — ¿Cómo va el dron que enviamos de nuevo al lugar Ángel?
— No tardará en llegar mujer, recuerda que hay que recargar bien el dron cuando tiene vuelos difíciles en las montañas — le responde Ángel tratando de calmarla.
— Está bien, deja vuelvo a comunicarme con Alex en el otro Buitre.
Va a la cabina de vuelo y trata de contactar a Alex, pero se encuentra un mensaje de voz grabado.
— Sveta, tardaremos en llegar, un contingente de mercenarios llegaron en naves caza y estamos bajo ataque. Traté de comunicarme pero cortaron la señal directa y gracias a González logramos enviar éste mensaje.....
Se corta el comunicado, Sveta ve que todo se está poniendo del carajo. Corre a con Angel y le da aviso de todo, con tal razón tardaban en llegar.
— ¿Qué hacemos? — pregunta Sveta agobiada.
— Haremos esto, vamos a ayudar a Alex ya que sin el otro Buitre no haremos daño a la bestia que se encuentra ahí — le contesta tajante Angel — así que vamos lo mas rápido posible con Alex.
Sveta asiente y toma el mando del Buitre y salen del planeta hacia la luna donde están en batalla Alex y compañía. En lo que salían del planeta Angel que seguía monitoriando el dron ve una nueva batalla del animal cintra una gran cantidad de mercenarios. Ve que eso los tendrá ocupados y corre al mando de las armas para entrar en cualquier momento en ataque.
Satélite que orbita el planeta.
Alex y compañía se defienden con todo el armamento de su Buitre, están huyendo mientras dan bajas a las naves caza que les atacan. Eran más de veinte cuando inició el ataque sorpresivo, pero ahora solo quedan quince y disminuyendo el número. Con Pam, Bermúdez y Molina en las armas son pan comido aunque la batalla aérea ya lleva muchas horas. Cuando ya estaban a la mira de un par de naves caza llega Sveta y Angel disparando y destruyendo esas naves. De ser la presa ahora son los predadores, pasando a la ofensiva de un momento a otro y haciendo huir a las pocas naves que quedaban sabiendo de su desventaja contra tremenda artillería integrada en ambos Buitres.
— Alex, ¿ya me escuchas? — trata de comunicase Angel con ellos.
— Fuerte y claro Angel, que gusto que vinieran en nuestro auxilio — le contesta González que esta en la cabina de mando tratando de retomar la comunicación por horas — ¿Está ya el jefe con ustedes?
— Negativo, los necesitamos para rescalos.
— Bien vamos para allá — contesta Alex preocupado ya que no es normal que su hermano no salga de problemas sin ayuda.
En el bosque, ataque de la bestia.
Aunque eran muchos y llegó un contingente mas de los mercenarios, para la bestia solo era mas diversión. No se alejaba la batalla del lugar donde nos encontrábamos escondidos. La grama ya era roja por tanta sangre demarrada, aunque le lanzaban lo mejor que tenían a la bestia no le hacían siquiera retroceder un paso. En vez de encolerizar al animal pareciera un perro jugando ya que daba saltos y hasta pareciera que su rostro se viera placer por tanta criatura con la cual jugar.
En mis pensamientos tenía la esperanza por que los mercenarios retrocedieran y llevaran la batalla lejos y así poder salir del hoyo para salir del bosque pero no lo hacían. Al contrario llegaban mas y mas.
— Estela dame la mochila — le pedí con urgencia.
— Aquí tienes, ¿Qué buscas, solo está el aparato?
Al abrir la mochila y sacar el aparato veo un pequeño parpadeo de luz roja dentro de el. Con mi cuchillo retiro la cubierta y veo que es un maldito transmisor.
— Nos estaban rastreando, por eso llegan mas y mas mercenarios al lugar — raspé al tener esa cosa en mi mano.
— Me lleva la chingada — dice enardecida Estela — detruyelo Joel.
— No, mejor hay que dejarlo aquí adentro y en cuanto se distraigan los mercenarios y el animal nos damos a la fuga.
— Bien, tu da la orden y hacia donde iremos.
— Correremos doscientos metros hacia el este ahí nos esconderemos en lo alto para dar la señal de auxilio al Buitre — dije muy certero.
En cuanto cerramos de nuevo el aparato hubo un pequeño momento en el cual retrocedieron los mercenarios, se replegaron hacia sus vehículos y aprovechamos a correr sin mirar atrás. La cantidad de balas que chocaban con el suelo y árboles nos daba a pensar que era a nosotros a quien disparaban pero no era así, eran los tiros rebotados en la bestia que seguía jugando con ellos y que parecía incansable.
Mientras salíamos de a poco del bosque, la batalla seguía entre la bestia y los mercenarios. Gritos, rugidos y disparos se escuchaban aun tan lejos y entre la espesura del follaje. Cerca se veía un pastizal e intentamos de nuevo la comunicación con el Buitre. Volteamos al cielo y se veía un dron, uno de los hechos por Eva González para sondear la zona. Aliviados apuntamos con la mira láser a la cámara del dron para llamar la atención del que esté monitoriandolo, esperando estén cerca de la zona. La comunicación entra y suena en el locutor la voz de Bermúdez.
— Jefe, que gusto escucharlo.
— A nosotros también — le contesto alegre — ¿Donde están¿ Que solo vemos el dron.
— Por las montañas al norte jefe, danos tu ubicación.
— Ya la mandé, los esperaremos al este donde se encuentra un gran pastizal saliendo del bosque.
— Perfecto jefe, llegamos en cinco.
Fin de la transmisión.
Esperando tras un árbol por si llegara un disparo de los que no dan con la bestia o simplemente no le dan, siempre en guardia a lo que pudiera venir del bosque. Solo escuchando los gritos de terror tan solo imaginando la cruenta batalla. Del cielo baja mi Buitre, la compuerta se abre y Angel sale a recibirnos apurandonos a subir. Ya estando dentro nos dan un pequeño informe de lo sucedido con Alex en la luna mas cercana al planeta con las naves caza y su papel en la batalla aérea contra ellos. No era nuevo, cada misión teníamos que batallar con piratas, mercenarios y mafia. Gracias a que mi equipo sabe comportarse en esos casos sino todo se iría al traste y terminaríamos entre los escombros en el espacio o en un agujero en los planetas donde les encontramos. Pedí que trajeran de retorno el dron, quería ver si se grabó lo sucedido con la batalla. Saber si esos mercenarios ya los habíamos visto o eran nuevos.
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