Sistema Solar, punto de encuentro Europa, Júpiter.

Llegamos a duras penas estaba fallando el sistema de navegación, que chatarra tengo por nave. Pero yo la adoro. Tantas veces me han dicho que la deseche y compre una nueva. Bah, ya mi equipo y yo sabemos del potencial del Buitre y mas en las retiradas cuando nos superaban en numero o por la boca de Pam que siempre nos metía en líos más seguido de lo que recuerdo. Aunque no teníamos dormitorios como tal solo camas tipo cápsula para evitar los ronquidos de todos para descansar bien. El espacio en si lo utilizamos para el armamento y dos baños jajajaja. Estoy en camino a verme con el Almirante Tyler para hacer la entrega del mineral. Al parecer era el cumpleaños de su hija y eso sería su regalo, después de mandarlo con un joyero.

Entrando al ostentoso lugar, un hotel lujoso, demonios y yo que odio vestir elegante. Tan fácil sería estar en un bar cualquiera, pero el Almirante es muy refinado y estirado. El señor Tyler ya se encontraba en el restaurante, bebiendo una copa de vino en una pose para mi ridícula. Le digo a la hostes con quien vengo y de inmediato me deja pasar. Por dios que incómodo me sentía, ya quería salir de ahí lo antes posible. Ni en tantas misiones en la armada o ya de independiente me sentí así, ni cuando invité a salir por primera ves a mi mujer Sveta.
- Bien señor, dejé el paquete en el lobby, se vería mal si lo traigo a la mesa. - le dije casi sudando la gota gorda por mi incomodidad. - fue difícil de conseguir pero espero le sea de su agrado -

- Seguro que lo será, lo que me ha agradado de ti y tu equipo es que son más rudos de lo que parecen . - dijo sonriendo al ver que todo había salido bien. - Son tan confiables que no se les encuentran libres y me alegra que te pudiera encontrar. -

- Lo malo de ser tan bueno es que no se tiene un respiro - dije sonriendo - Disculpe señor, ya hace un año no sé nada de mi antiguo equipo ¿Puede decirme si están vivos? - Quería saber de menos eso, nunca pasaba tanto tiempo sin saber de ellos, siempre estábamos en contacto y era raro que no pudieran comunicarse. Se sentía un ambiente algo tenso y por su mirada pensé lo peor.

- Están bien, solo que han surgido varios problemas con otras civilizaciones y es todo lo que puedo comentar - Tyler algo agobiado toma el vino restaste de su copa de un trago, al parecer era algo que no esperaba que le preguntase. - Lo que di puedo hacer es darle la frecuencia de comunicación para que lo contacte, no espere que le diga Jhon donde está o que hace. Usted sabe bien de la forma en que se trabaja en ese escuadrón. - Murmuró Tyler y pidió al mesero otra botella pero ahora de wisky muy caro. Al terminar la cena y de conversar sobre futuros trabajos me retiré de ahí dispuesto a quitarme esta ropa que odiaba.

Los demás se divertían de cierta manera mientras yo estaba caminando rumbo al hangar donde teníamos guardado el Buitre. Pam cómo siempre con sus videojuegos violentos, Molina se la pasaba en los casinos, mi mujer de compras en armerías buscando siempre un juguete nuevo con el cual contar en los encargos. Yo en cambio tenía que disfrazarme de payaso para estar presentable ante los clientes. Necesitaba una cerveza por suerte pasaba por un bar y entré, se veía desente mas de lo que acostumbro siempre. Me gusta mas un ambiente donde haya música de rock pesado. Al parecer yo era el que no encajaba porque se me quedaron viendo todos al entrar. Jajajaja, el puto traje de marca que llevaba puesto. Resaltaba tanto cual letrero de neón de burdel en la noche. No me importó fui directo a la barra y pedí mi cerveza y una cajetilla de cigarrillos. Cuándo de repente sentí una palmada en la espalda.

- ¿Que hijo de putas haces aquí? - una voz conocida.
Volteé y para mi sorpresa era un maldito ex de la mafia que me daba pistas a cerca de los lugares donde encontrar armamento y partes de mi nave que necesitaba actualizar.

- Que hijo de puta, me asustaste maldito perro - dije aliviado por saber que era el - Sergio, tu que haces aquí, pensé que no salias de marte. - le solté un golpe en el hombro.

- Pues ya no hay mucho que hacer ahí después que se enteraron que te ayudo. Era salir de ahí o que me tengan en una zanja en algún lugar del de cierto marciano. - espetó éste con algo de enfado.

- Creeme, no era mi intención que te persiguieran esos mafiosos. Pero tenía que rescatar a Molina. - ese hombre se metía en muchos problemas de apuestas y de ves en cuando teníamos que sacarlo de ahí. - Pero dime que cuentas de nuevo. -

- Pues no mucho. Hace poco me topé con tu amigo el Capitán, me preguntó si te había visto. - se rascó la cabeza al decirlo - me sorprendió que no te llamara ya que son como hermanos -

Quedé perplejo al saber eso. ¿qué sería tan importante que vino a buscarme y no llamó? Recordé lo que me dijo el Almirante hace rato en el restaurante. - Tal vez se le perdió mi frecuencia y no pudo llamar - no quería que indagara Sergio, tenía una lengua larga cuando lo presionan y suelta todo con tal de salir vivo. - Te dejo entonces, solo vine a tomar una cerveza. Te veo luego Sergio. - pagué y salí directo al hangar esperando que estuviera mi mujer ahí y comentarle lo que pasó.

Al llegar estaba afuera mi dama y Pam conversando. Raro en ellas, no el que lo hicieran, siempre ellas hablaban, sino que estuvieran haciendolo fuera del Buitre. Me escuchan dar pasos y se voltean hacía mi cómo si ya me esperaran desde hace rato. Les vi algo extrañas, Pam solo se quedó ahí parada pero mi mujer se dirigió en camino a mi con un rostro de preocupación.

- Amor que bueno que ya llegaste - me dice al recibirme con un beso - oye hay alguien que te espera adentro. -

- Ok, ¿porqué tanto misterio? - No entendía nada, ha sido una noche algo extraña que ya no sabía que mas esperar. Sería bueno o malo, debí de tomar otra cerveza.

- Llegó poco después que saliste a entregar el paquete, le dijimos donde encontrarte pero prefirió esperar y ahora mismo está dentro - Sveta se veía preocupada, eso si me puso en guardia. Ella no es así y solo se ponía de esa forma por mi culpa cuando estaba yo en peligro o me herian. - Ve que te espera, estaba algo cansado y salimos Pam y yo para que se recostara y tuviera tranquilidad. -

- Pero... ¿Quien es? - dije ya impaciente soltando un suspiro. - Bien de cualquier forma lo sabré, tengo que entrar ¿no? - encendí un cigarro y me dispuse a entrar y saber quien era esa misteriosa visita. Joder y yo seguía con el estúpido traje. Mas incómodo no podía estar. - Amor vayan a buscar a Molina, traiganlo a rastras, tal vez tengamos que partir pronto -

- Si, ya mismo vamos. -

Pues a darle, veamos que tan interesantes se ponen las cosas. Entré en mi chatarra y lo primero que vi fue un par de botas sobre la mesa y una botella de ron. Ya sabía quien era...