RASTROS NUEVOS
Sistema desconocido. Brazo de Orión, Vía Láctea. Planeta donde se tuvo el último avisto del Capitán Jhon.
Reportando todo lo sucedido de esa noche loca. Alex tuvo que hacerlo, tomó el liderazgo y asumió la responsabilidad de los acontecimientos y el desastre que hicieron los muchachos. Eso me hizo sentir orgulloso de él. Tremenda zurra les puse al ver su estado deplorable, de menos dos se encontraban bien. Alex y el Fantasma se dispusieron a descansar después de cuidar día y noche al trio drogado. Mi maestro y yo fuimos a dar un nuevo vistazo al lυgar.
— Ya ya, yo le digo. — de repente suelta en casi un murmullo mi maestro. — ¿Crees que debamos buscar rastro de los nuestros? Me dice mi amigo que porque no buscamos si dejaron pistas de ellos y de el tipo de arma que usan. — Señalando en la lejanía detrás de los arboles que bordeaban el cendero.
— Emmm, si esta bien vamos, usted a la izquierda y yo a la derecha. — me asombra la lucidez de sus palabras en su locura.
Caminando por los alrededores del lugar donde se tuvo contacto con los agresivos seres. Yo no veía nada raro, de vez en cuando unas pisadas ya casi borradas por el clima y animales del lugar. Mi maestro en cambio lo vi analizando unos árboles enormes, hablando solo y señalando algo.
— Ya vi, no tienes que gritar. — señalando en dirección con su dedo hacia el cendero aquel. — Esas son quemaduras que sufrieron los arboles lo sé. — el soliloquio seguía — Tal vez sea una especie de plasma que los quemó, tienes toda la razón.
Me acerque y sin interrumpir su charla. Vi hacia donde señalaba y se ven ciertas lineas en la corteza de los árboles.
— ¿Qué usted cree que pasó maestro?
— Mi amigo creé — señalando con la cabeza y cara de fastidio a el susodicho. — Son unas marcas de tiros de los hostiles, tal vez plasma o algún láser.
Camino a un árbol y reviso la corteza. Me quito el guante para tocar la superficie. Apenas se sentía un surco leve, se sentía suave como si lo hubiesen pulido. El color era oscuro y no se veían astillas como cuando una bala atraviesa la madera, plasma es lo mas seguro.
— ¿Qué? — interrumpe mi análisis mi maestro. — Que vayamos mas arriba me dice Rafa.
— Ok, hay que ir.
Subiendo una pequeña colina vimos un claro entre la arboleda. En el centro se ven quemaduras en el suelo, sus propulsores de un vehículo, no muy grande, creo que un transporte de tropas. Quisiera saber como lo hace el viejo.
— Bien ya tenemos un rastro que seguir. — toqué en el hombro a mi maestro para ir de regreso a los Buitres. — Dile gracias a tu amigo, vaya que nos ayuda tenerlo.
— Te escucha está a tu lado.
Me entró un escalofrío al escuchar eso.
— Bueno vamos al campamento a por los vehículos y seguir aquella pista.
En el campamento ya estaban descansados todos. Tomaron muchos líquidos y una cápsula antitoxinas que les ayudó a sacar de su organismo lo que aun tenían. Doy indicaciones de lo que hará cada uno, Sveta y Alex se quedarán en los Buitres esperando a que les llamemos, Bermúdez y Molina también, ellos dos para brindar apoyo por si algo apareciera. Pam mi maestro y el Fantasma irán en un vehículo, González y yo en el otro. Yo iré por delante así Eva llevará un dron en el cielo e irá viendo los alrededores del camino que llevaremos. El otro vehículo cuidaran la retaguardia por algún inconveniente que sucediese. Tomando el armamento y munición necesaria, provisiones, checar que tengamos suficiente combustible de reserva, ver que los equipos de comunicación estuvieran óptimos, nos disponemos a llevar a cabo la expedición. Checando los mapas que hicieron gracias a las sondas de González, trazamos una ruta hacia el lugar donde vimos las marcas y después de allí seguir indicios para ver a donde nos llevarán.
Sveta y Alex se mantienen en comunicación y viendo el recorrido gracias a las señales de los trajes que llevamos puestos. Molina y Bermúdez en cada Buitre vigilan por los monitores los alrededores del campamento. Nosotros vamos en vamos apenas llegando al lugar de la marca en el suelo. González laza al cielo el dron para ver algún sendero por donde abandonó ese vehículo el lugar. Una vez avistado eso nos dirigimos tras el, duramos conduciendo por horas hasta llegar a un gran lago donde paramos a revisar a los alrededores antes de entrar al gran lago. Nos dividimos al entrar así bordear el lago en busca de un nuevo indicio no sería tardado. Ahí nos dispusimos en otro orden González iría con mi maestro y Pam, el Fantasma conmigo. Teniendo en cada anfibio a un experto en rastros.
Demonios el maldito lago era enorme, sin ver nada por ningún lado, por lo menos de mi lado.
— González ¿Cómo van por allá?
— Aún nada jefe.
— Ok, llamen si ven algo.
— Entendido.
Ellos siguen en curso por su lado, pasando varios minutos después de la llamada.
— ¿Ahora qué? — Mi maestro empieza de nuevo con sus platicas consigo mismo. — ¿Qué vea qué cosa? Oooooh ok yo les digo. Dice mi amigo que vayamos a ese recodo. — Le dice a González que va al volante.
— Mmm, ok. — Eva le responde a Omar.
— ¿Qué fue lo que vio sargento? — le pregunta algo extrañada Pam.
— No sé, hay que bajar a ver. — con su cabeza señala hacia un lado donde estaba vacío un asiento. — Él nuca me dice solo señala hacia donde ir, es raro cuando habla claro.
— Esta bien sargento, vamos para allá.
Cuando bajan del vehículo le siguen de cerca a Omar. Él va por delante hablando solo como de costumbre y viendo cada recoveco del sitio, de repente se para súbitamente.
— Ahí está. — Señala a Pam con el dedo un claro enorme, un pastizal. — Hay que llamar a Villanueva.
Escucho atentamente lo que me dice González y me da las coordenadas por el pad para dar con ellos. Tardando mas de dos horas en llegar, estaba ya oscuro. Ellos estaban en la orilla esperando muy cansados, no es de menos ya que llevamos mas de diez horas. Decidí acampar cerca de ahí y buscamos un lugar donde esconder los anfibios. Ya al alba seguiríamos el rastro encontrado por mi maestro.
— Anfibios a Mamá Buitre.
— Aquí Mamá — contesta mi dama. — ¿Todo bien allí con ustedes?
— Si Mamá, haremos pijamada, está oscuro para ver bien y en la mañana continuaremos el rastro para no descartar nada.
— Muy bien, llamen si pasa algo, aquí montaremos guardia para estar al pendiente.
— Igual aquí, si ven algo extraño salgan volando del lugar y orbiten el planeta hasta nueva orden.
— Entendido Joel. Cambio y fuera.
Tomando turnos para vigilar, de dos en dos, siendo yo el último en estar en guardia. La noche pasó rápido, el amanecer es muy bello. Levantando a todos para ver lo que descubrió Omar. Nos quedamos sin palabras al ver tal panorama. Era un poblado medieval hecho ruinas, todo alrededor donde uno viese había destrucción. Cuerpos calcinados, no eran como nosotros, tenían cuatro brazos su cráneo ovalado su dentadura habían muchos dientes afilados, cuatro orificios oculares y uno del olfato. Solo se les veía a los que eran sus guerreros sus armaduras metálicas con agujeros del tamaño de un puño atravesando de lado q lado. Ya eran esqueletos, ellos murieron meses antes del ataque al escuadrón de mis amigos. Si esto de aquí esta destruido tal vez el resto de esta civilización está igual. Puede que unos cuantos se hayan salvado y permanezcan escondidos. No se dejaran ver por miedo a nosotros ya que somos extraños para ellos igual que los que les masacraron aquí. Buscamos entre los escombros algún indicio de quien los atacó, igual que en los árboles cerca del campamento base, hay marcas idénticas en los muros. Aunque la duda me quedo al ver que no coincidían con las de los cuerpos encontrados con las armaduras. Tal vez tengan dos tipos de armas, de asalto y artillería pesada.
— ¡Encontré algo jefe! — dice González a lo lejos. — Venga rápido.
Encontró el cadáver de un ser diferente portando un arma extraña y se veía diferente a los demás encontrados ahí, se encontraba bajo una roca. Parecía un reptil humanoide, el hocico alargado y dentado cual cocodrilo. El arma esta en un brazo enfundada como nosotros las pads, se veía poco ya que estaba aplastado.
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