Órbita del planeta, nave Ares.

El Almirante Tyler contempla el planeta en el puente. Ve en posición a cada nave que irrumpirá hacia la fortaleza. En sus pantallas tienen a todos los lideres de los escuadrones de asalto, da una pequeña revisión a su alrededor, regresa su vista a los lideres — Que empiece la batalla.

Eduardo tiene en la pantalla a Eva González, se miran fijamente y sin decir palabra ella sabe lo que tiene que hacer.

— Jefe, jefe, en cinco minutos estarán rodeando la fortaleza, están entrando en la atmósfera.

— González, abre la compuerta del desagüe. Alex y Pam, ahora ahora ahora — grité olvidando del lugar donde estaba parado.

Centro de la fortaleza, desagüe. Pam y Alex.

González de inmediato abre las compuertas, Pam detona los explosivos que rodean el lagarto, Alex detona con una demora de cinco segundos la planta de energía. La explosión fue mas grande de lo que se esperaba, ese par está en la posición para quien baje a ver lo que pasó les darán muerte. En cuanto explotó la primer ronda, el lagarto salio corriendo directamente a la superficie. Entre el caos provocado por la  explosión, sin energía no se pueden comunicar, él lagarto corriendo espantantado ya esta hora que asaltemos el lugar.

El primer contingente pasa por debajo de Alex y Pam, en cuanto ve la distancia adecuada Pam le quita el seguro a una granada cuenta cinco segundos y la lanza a justo en la cabeza del líder de aquel grupo. No alcanzó a alzar la vista cuando estalló, los que estaban a unos pasos quedaron esparcidos por todo el lugar, los de mas atrás quedaron mutilados y los que apenas sobrevivieron se arrastraban por el suelo solo para morir por la hemorragia provocada por las esquirlas.

— ¡¡¡JAJAJAJA!!! — Ríe Pam disfrutando el ver morir a las sabandijas — esa es por Jhon, malditos hijos de puta.

A Alex todo eso le sorprendió mucho, nunca le tocó ver a Pam de esa manera, ahora entiende el porqué le llamaban sádica. Se pone en guardia para quien asome su rostro de nuevo por ese sitio. Por más de cinco minutos esperaron y cuando están a punto de moverse llega un contingente mas numeroso, ahora los dos toman una granada cada uno pero ahora una incendiaria. Cuentan hasta cinco y las lanzan, una cae adelante, la que Pam lanzó y la de Alex llegó al final de ellos.

A las afueras de la fortaleza lado norte. Eduardo.

Las pequeñas naves de lo reptiles que patrullaban en esa dirección son derribadas por las naves que llevan los búnkeres con el armamento.

Eduardo desciende en uno de los búnker, de su escuadrón solo descienden dos búnkeres, los otros dos llegan a los buitres con los pilotos y después llegaran al lado de él. Eduardo dirige a diez de los veinte escuadrones. Toman posición a un par de millas de la fortaleza en el norte, se posisionan en lo alto todos los francotiradores para ir despejando el camino. Varios de los soldados vigilan dmsu retaguardia por algún depredador o un vigilante escondido, el resto de la comitiva sigue a los oficiales para tomar posesión de la fortaleza.

— Bien muchachos, a limpiar el lugar, a pelear.

Todos rugen y dan marcha listos para la batalla.

A las afueras de la fortaleza, lado sur. Capitán Sasha Mia.

La Capitán Mia, dirige al resto de la comitiva, ellos descienden con sus naves enormes para desembarcar los tanques y tropas. Las patrullas aereas de inmediato atacan a los tanques pero no hacen algún daño. Estas pequeñas naves solo son efectivas contra los prisioneros que escapan. El ataque es simple desde lejos atacaran con todos los vehículos y darán paso a las tropas.

— Soldados recuerden no atacar el edificio sur, concentren el ataque a los costados. ¡A LA BATALLA! — Da la orden de ataque Sasha.

Todos toman posición y avanzan detrás de los tanques. Durante el avance no reciben ningún ataque de los reptiles, la explosión de la planta de energía hizo mella en su armamento de defensa. Los tanques llegan a la orilla del río y comienzan a atacar.

Dentro de la fortaleza, ala norte.

El lagarto gigante ataca a todo ser vivo que corre despavorido. Los reptiles le atacan pero sus armas apenas si le hacen daño, su piel gruesa, son como piquetes de mosquitos y lo único que hacen es hacerlo enojar. Los reptiles no saben que hacer, si atacar al animal o ir a por las tropas que llegan a la muralla de la fortaleza. La situación ed precaria, sin comunicación y energía todo su armamento no funcionan. Lo peor es que los prisioneros amotinados comienzan a salir de sus celdas y atacancan a los guardias. Se dieron cuenta por un despavorido reptil sale de del edificio donde están los prisioneros en el norte y si pasa en éste lugar lo mismo pasa en el resto de la fortaleza.

Sveta y el resto están en duelo con los pocos guardias que tratan de contener a los prisioneros que les atacan, son sobrepasados en número. El Fantasmas da muerte a varios que trataron de atacarlos.

— Tengan muchachos — dice Sveta a los compañeros de Jhon — espero que aun recuerden como se utilizan las armas.

— ¿Y ustedes que llevarán? — pregunta una chica.

— No se preocupen ya tenemos con que darles en la madre a esas alimañas — dijo Sveta alzando el brazo derecho donde tiene el guantolete con un cañón extraño — tengan los cartuchos de munición aprovechen cada tiro.

— Bien vamos, hay que darnos prisa -— señala Molina su pad viendo una cuenta regresiva.

Varios de los prisioneros de otras especies les siguen detras tomando armas de los guardias muertos a golpes por el resto de ellos.

— Eva guiame a una salida directa a los ductos — dijo Bermúdez.

— Al sur del edificio en el sotano donde se encuentran ahora hay una alcantarilla. Hay que volar con explosivos ya que no hay energía para quitar el seguro.

— Gracias Eva, nos veremos pronto.

Fortaleza, elevador de servicio celdas de alta seguridad. Ala sur.

Mi maestro cuida mi espalda mientras yo ayudo a abrir la compuerta donde se encuentra Jhon, se quedó apenas una rendija de espacio en esa compuerta y el muro. Jhon sólo pudo sacar su brazo izquierdo. Al mirarme su semblante fue de alivio y gusto.

— Viejo que bueno verte — me dice sonriente Jhon — Dame tu rifle.

— No, ten éste guantolete y está bag, son de los reptiles — le ayudé a ponerce la bag — solo apunta, cierra el puño y sale el disparo — le enseñé como usarlo para después ponérselo.

Nos dirigimos con apuro a la salida que planeamos con anticipación, como era de esperarse se nos unieron los demás prisioneros. Logramos llegar primero a una pequeña armería que hay en ese lugar así el resto de ellos nos ayudarían, al ver a algunos reptiles usar esas armas les facilitó el uso al resto. Con el caos provocado por las tropas a las afueras de la fortaleza, la falta de energía y los prisioneros atacando en el sur, los reptiles estan en pánico. Llegamos al sótano donde se encuentra la alcantarilla que va al desagüe, no teníamos tiempo que perder ya que no sabíamos cuanto tardarían en retomar el orden los reptiles.

No era cuerdo seguir por la superficie, hay peligro con los ataques de la armada con los proyectiles, escombros cayendo por doquier y los reptiles que serían mayoría. Mi maestro se queda parado, Jhon y yo nos detenemos al verlo ahí.

— Viejo ¿Qué pasa? — le dice Jhon.

— Algo nos sigue — al decir eso se da media vuelta en dirección de por donde venimos — no son los reptiles.

— Entonces hay que hacer una defensa — ordené.

— No será efectiva Joel — niega con la cabeza. — solo queda una opción.

— ¿De qué demonios hablas? — le pregunté. — Entonces hay que correr. Tengo aun un par de explosivos y derrumbaremos este túnel así tardaran en alcanzarnos.

A las afueras de la fortaleza. Buitre II, González.

— Demonios, no se lo que pasa si no me llaman — dice para si misma Eva — empiezo a creer que no fue buena idea cortar toda la energía del lugar.

En ese momento por las cámaras que pusimos a la entrada de las cuevas donde están los Buitres se ven llegar dos naves. Llegaron al fin los pilotos que envió Eduardo. Sale corriendo Eva para darles la bienvenida al que pilotará en donde se encuentra ella.

— Bienvenido al Buitre, soy Eva González.

— Hola Eva soy Erik Marshal, piloto navegante.

— Bien Erik vamos adentro a que vayas a la cabina del Buitre.

Entran los dos a la nave, en eso Eva desactiva el sello del otro Buitre para que el otro piloto y su acompañante entren para cuando se de la orden ir por los muchachos. Ya sería un peso menos encima de sus hombros para Eva ya que tendría ayuda desde el otro Buitre con la comunicación del equipo.