OFENSIVA TERRANA EN CAMINO
Estación Espacial. Aldebaran, Vía Láctea.
Eduardo se encuentra abasteciendo su nave, teniendo ya el cargo de Capitán. Santiago es su segundo a cargo, se dispone a cargar todo lo indispensable para partir a otro planeta en la búsqueda hasta ese momento de aquellos seres que atacaron aquel ejército hace un poco mas de nueve meses.
— Aquí Buitre llamando a Eduardo Lima, repito aquí Buitre llamando a Eduardo Lima.
— Hola Buitre, aquí el segundo a cargo del Capitán Lima.
— Encontramos a Jhon.
— ¿En donde se encuentran?
— Les mando las indicaciones que me dio Joel.
— Perfecto les diremos a los demás que están más cerca para que vayan a su auxilio.
— Negativo, tienen que venir con un buen contingente, vean los archivos que les envié para que traigan a diez cruceros de guerra.
— Mantenganse en espera entonces, tardaremos un poco en organizar tantos cruceros.
— Esta bien, le informaré a Joel, gracias.
Santiago va en busca de Eduardo para darle la noticia que llegó de su amigo Jhon. Tras varios minutos de buscarlo en la base lo encuentra.
— Eduardo, tienes que ver esto.
— Espera un momento estoy en algo importante — Él esta en una junta de oficiales que está planificando los siguientes movimientos en la búsqueda de los reptiles.
— ¡Al carajo! — raspó Santiago y puso en la mesa holográfica lo que González le envió.
— ¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESO?! — Un capitán en la sala de conferencias exaltado por ver esa enorme nave.
— Según un informe de alguien de confianza que me hizo llegar esto, es una nave de guerra y en el planeta al fondo es una prisión donde están los perdidos en acción en un platena que se exploraba hace mucho.
Todos los presentes y los que seguían la conferencia desde sus naves estaban boquiabiertos, especulando por la veracidad de la información que les enviamos. Pocos temían que si tienen la capacidad de hacer esa monstruosa nave puede que hayan mas de ellas. El pedido de diez cruceros de guerra serían pocos por si llegase a aparecer mas de una de esas naves. Lo indicado sería llamar a la mitad de la armada, inrrumpir el planeta con unos tres mil soldados y vehículos de asalto desde diferentes puntos a aquella prisión fortaleza. Orbitar el planeta con los cruceros a la espera de sus refuerzos. Y de no llegar después de destruir esa base en aquel planeta sin dejar rastro de que los humanos intervinieron ahí.
Tras varias horas de debatir, gritos y golpes en la mesa para poner orden. Las órdenes fueron dadas, Eduardo será el líder en la incursión a la fortaleza al mando de tres mil hombres y mujeres de infantería. Sale de aquel edificio a alistar todo para partir lo mas pronto posible para la operación. No solo se rescataría a los sobrevivientes, sino que a todo prisionero que se encuentre en ese lugar. No se dejaría a nadie atrás y el dicho "El enemigo de mi enemigo es mi aliado" puede ser un punto a nuestro favor así no sabrán que o quienes atacaron ese sitio.
El rastreador que se puso en la mega nave nos daría ventaja para saber la proximidad en dado caso que llamen en auxilio los reptiles. Los cruceros que están próximos a nosotros se agruparan a la espera del resto que arribará, Eduardo se pondrá en contacto con los regimientos de mayor poder terrestre para hacer la incursión terrestre. Si había que atacar ese lugar lo harían con los mas despiadados de la armada.
Se hicieron a un lado los conservadores, los que solo fungían su cargo como adorno y solo son oportunistas. Irán con todo los que por méritos en el campo de batalla han logrado ascender en rango en la armada. Tras la ausencia de Jhon, Eduardo fue nombrado Capitán y líder del escuadrón Leopardo Negro. Con la mayoría de los miembros nuevos sus oficiales a cargo son el Teniente Santiago, segundo a cargo y excelente francotirador, Djani que fue ascendido a Sargento Mayor y Zcen que es Sargento.
Sostuvieron encuentros en planetas con saqueadores, piratas y mercenarios de temer, cada batalla sostenida les dieron la valía de sus ascensos. En la búsqueda de los reptiles también se toparon con rastros de destrucción sin sentido y pocos indicios de algún campamento o colonia de esos seres. Por suerte encontramos nosotros primero la primer señal de esa civilización en un planeta.
— Santiago, llama al Buitre y diles que llegaremos pronto, que se mantengan como hasta ahora.
— Si a la orden Capitán.
Santiago se comunica al Buitre donde González está monitoriando la fortaleza en busca de lo que se encuentra en el ala oeste. La llamada toma por sorpresa ya que esta muy concentrada en aquello.
— Buitre aquí Santiago.
— Aquí Buitre — Contesta muy apurada Eva. — ¿Qué sucede Santiago?
— Ya vamos en camino, tardaremos treinta horas en llegar con todo lo necesario.
— Excelente, daré aviso a Joel.
Santiago va a la cabina de pilotaje a darles el curso a seguir. En la nave suenan las alarmas de advertencia que despegaran y que tomen asiento seguro. Djani y Zcen dan aviso a sus soldados que en cuanto esté estable la nave preparen y revisen todos sus accesorios de comunicación, armamento y traje de combate. No quieren que haya fallos en la batalla, todo tiene que estar perfectamente y en orden para no tener algún retraso.
Eduardo está en la sala de comunicación de la nave organizando el desembarque de las tropas con los líderes de los escuadrones, también con los Coroneles que van en los cruceros de guerra que estarán orbitando el planeta para mantener ocupados a los posibles refuerzos de los reptiles. Les da toda la información detallada de lo que les envió González acerca del rastreador que se le colocó antes de que desapareciera en el espacio. Así tendrán tiempo de reaccionar los cruceros antes que ellos puedan tan siquiera pestañear.
Ductos de desagüe, Prisión y Fortaleza Reptil.
— Jefe, ¿me copia?
— Dime González, te escucho.
— Ya vienen en camino Lima y la armada, tardarán menos de treinta horas.
— Gracias González.
— Jefe, ya vi que hay en el ala oeste.
— Es en donde los reptiles tienen la fuente de poder de todo el complejo.
— Bien bien, ya veremos que haremos con eso.
Primero lo primero, volver a localizar el maldito lagarto y encerrarlo para que no ocasione problemas mas adelante.
— Muchachos quedan veinticinco horas para la llegada de nuestros invitados para el baile, hay que organizar los fuegos artificiales.
— ¿Qué tienes en mente Joel? — preguntó por el comunicador el Fantasma.
— Por lo pronto hay capturar esa lagartija y sacarla a la superficie de la fortaleza.
En palabra se escucha sencillo pero ya que no tenemos el control de las compuertas le llevaremos hacia allá arriba.
— Ese animal lo trajeron aquí del exterior — habló de repente mi maestro. — hay que buscar por donde entraron los vehículos cuando pasó el ataque de los roedores a los reptiles y recogieron los cuerpos.
— Muy cierto — apuntó Alex — vinieron del norte ya que ahí no hay criaturas.
— Sveta ¿Escuchaste? — pregunté.
— Si Joel, buscaremos esa entrada.
— Nosotros iremos al oeste a poner explosivos para destruir su planta de energía.
— Entendido, vayan con cuidado Joel.
— González, ¿estás atenta?
— Si jefe.
— Quiero que trates de volver a tener el control de las compuertas.
— En eso estoy.
— Excelente, te quiero lista para cuando estemos cerca de aquel nido de ratas.
En camino a ese punto se ve algo distraído Mendez. Parece que tiene radar de el peligro que viene, empiezo a creer que no habla con sigo mismo, sino con el espectro de su amigo. Alex y Pam no le dan importancia al ver así a mi maestro, han visto por mucho tiempo que se queda en ese estado o peor. Me entristece verlo así, me cuesta creer todavía eso. Antes era un hombre que sonreía siempre hasta en los peores momentos. Era duro cuando enseñaba en la academia militar pero siempre al salir del aula ayudaba a los jóvenes como mentor. La materia que daba era historia, dioses me encantaba su manera de exponer la clase que hacia que uno se imaginara en medio de todos esos lugares y culturas. Pero cuando hubo la guerra aquella de los fanáticos religiosos, el ver tanta sangre derramada sin sentido y lo peor ver a su mejor amigo morir.
— Viejo, habla que me asusta no escucharte — dije para sacarlo de sus pensamientos — ¿Qué te dice Rafa?
— Quiere que casemos un roedor y lo comamos.
Demonios tenía que abrir el hocico.
— ¡Jajajaja! — se carcajea Pam — estaría bien así pagaran el darnos esa corretiza a Alex y a mi.
— Sería bueno — afirma Alex. — hay que hacerles ver que cometieron un error a l atacarnos.
— Ya veremos, nos falta un par de millas para llegar — raspé. — González ¿Cómo vas con las compuertas? — ya cambiando totalmente la conversación ya estaba asqueado.
— Jefe, ya están en mi control.
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