LÁGRIMAS
Sur de la fortaleza, asedio con tanques. Capitán Sasha Mia.
Logrando comunicarse de nuevo con el frente norte y que la tormenta aminoró, se disponen a avanzar con la infantería y entrar al lugar. Todos los tanques concentraron los disparos al centro y derribaron una torre enorme que cae sobre el río. Cruzan los tanques primero, el terror entre los reptiles hace que corran a buscar refugio tras algún edificio o escombros regados. La Capitán da la orden que entren a los de infantería, si ya con solo los tanques se hizo un caos ahora con el resto a pie es una pesadilla.
Los soldados a pie se dirigen a los lugares donde los tanques no pueden acceder, los reptiles ya se ven sobrepasados por todos lados. Desde los prisioneros que salieron de sus celdas, los ataques por dos frentes de la armada y nosotros que organizamos las fallas en su planta de energía y sacamos a el lagarto gigante a jugar en su patio. A pesar de haberlo hecho en poco tiempo todo esto, esta funcionando en su mayoría.
Norte de la fortaleza. Capitán Eduardo Lima.
Entra a la fortaleza Eduardo y los escuadrones a su mando, derriban una parte de una muralla por donde entran todos, Eduardo fue de los primeros y al ver el lugar era un total desastre. Cuerpos destrozados por todo el sitio, buscaron al responsable de eso y un soldado descubre bajo una pila descomunal de escombros que cayeron por aquel rayo a una bestia aplastada, en su hocico hay uno de los reptiles a medio engullir. No hay rastros de los demás seres a la vista, lo único que se ve es destrucción provocada por los escombros que cayeron durante la tormenta y el animal ya muerto. Sin bajar la guardia se adentran al lugar en busca de prisioneros sobrevivientes y exterminar lo que queden de los reptiles aquellos.
Noroeste de la fortaleza, ductos de desagüe. Sveta y Fantasma.
Todavía a un kilómetro de la salida Sveta y el Fantasma corren de lo que sea que viene a por ellos. Por mas rápido que lo hacen ya se escuchan cerca las criaturas, no hacen ningún rugido o siseo, solo el macabro ruido de patas como las de un alacrán o cucaracha atrapados en una cubeta metilica, ese sonido hace que su piel se erize, el Fantasma tropieza con un escombro.
— Vete mujer sigue yo entretengo lo que viene.
— No, somos familia — contesta mi dama — caeremos juntos, ya no estas solo.
— Demonios mujer, tu hombre me matará si te hacen daño.
— Te equivocas, el confía en ti y por esa razón nunca hemos ido a misiones juntos, el amor por mi no le dejaría trabajar bien por estar cuidándome.
— Pues es un honor ser de su confianza aunque le fallaré si le hacen daño a lo que más ama, por cierto me llamo Ángel, Ángel Avila.
— Un honor Ángel, hay que darles pelea a lo que venga de allí adentro para darle tiempo a los muchachos.
Oeste de la fortaleza, salida de los ductos de drenaje. Pam y Alex.
— Eva ya salimos ¿Donde estas?
— Arriba de ustedes.
Desciende el Buitre y baja la rampa para que entren, el par se quitan los trajes de combate para ponerse uno seco y limpio mientras se dirigen al punto de salida sureste donde saldremos nosotros con Jhon y los demás prisioneros liberados.
— Eva ¿Qué sabes del resto del equipo? — pregunta Alex.
— Sveta y el Fantasma, bueno Ángel, ya casi salían pero...
— Pero ¿Qué?
— Se cortó la trasmisión.
— Vamos a ayudarlos.
— No podemos, tenemos que ir a por tu hermano.
— ¿Él está enterado de lo que le pasó a ellos?
— Si, pero él está ocupado con otra cosa.
— Javier y Paola ¿Ya están fuera de los ductos?
— Hace minutos que abordaron una nave con los prisioneros liberados, deben de estar ya en uno de los cruceros que están en la órbita.
Sureste de la fortaleza, ductos de desagüe.
— De ninguna manera te dejaré aquí viejo.
— Lo harás, no tienes opción, escuchaste lo que pasó al norte.
— Si.
— Entonces ve y salva a tu mujer, ya están por llegar los Buitres ¡¡¡DATE PRISA!!!
Por mas que traté de persuadirlo no pude, un par de los que liberamos se quedaron con él. El resto avanzamos a paso firme y continuo a salir de ese lugar donde los Buitres ya nos esperan. Dejamos lo que pudimos de arsenal, solo nos quedamos con un par de guanteletes y mi rifle de asalto. Teníamos que salir rápido de ese lugar. También ir en auxilio de Sveta y Ángel, el no descansar mucho ya hace mella en mi cuerpo todo jodido.
Sureste de la fortaleza. González, Alex y Pam.
Ya se encuentran en posición con ambos Buitres González y los chicos. Hacen el cambio de piloto, Alex toma el mando del Buitre II, en el otro se llevaran a Jhon y los demás prisioneros que liberamos. Aun nosotros no llegamos, estamos a unos trescientos metros de la salida.
— Joel apurate hombre.
— Ya casi llegamos, no te desesperes Pam — Le respondí casi sin aliento.
— Tu Buitre ya está en posición, ¡¡¡YA SALGAN, PAM Y ÁNGEL ESTAN EN APUROS!!!
Noroeste de la fortaleza, ductos de desagüe. Djani y un escuadrón.
Djani va en busca de Sveta y Ángel, escucharon las explosiones casi consecutivamente, cuatro soldados escoltaron a Molina y compañía a la nave que los llevaría al crucero de guerra que está en órbita.
— Sveta ¿Qué tan lejos están? Vamos en camino.
— ¡AAAAAAAH! — solo el grito se escuchó por los comunicadores.
— ¡¡¡Sveta!!!
— Solo sigue el ruido de los disparos.
Corren tras escuchar el apuro de mi dama, al acercarse las ráfagas de energía iluminaban como chispas de un soldador. El ruido de los disparos se escuchan mas intensos.
— ¡DISPAREN A MI SEÑAL! — Grita Djani a los soldados.
— Tardaste mucho carajo — El alivio en el rostro de Ángel y Sveta al ver tantos soldados en su auxilio.
— ¡Ahora!
Comienzan todos a descargar todos el arsenal que llevan consigo. Uno de ellos que venía retrasado llega con una ametralladora de calibre alto y se dirige al frente. Es un tipo fornido, alto casi dos metros, rapado y con barba de candado. El nombre de él es Bill Cherryhead, Sargento Mayor del escuadrón Viper. Los de disparos de esa arma son muy intimidantes, los animales que venían tras mi mujer y Ángel son cien pies enormes. Son miles, mientras descargan sus armas contra ellos van retrocediendo hacia la salida. En cuanto llegan a una esquina lanzan granadas de fragmentación, a pesar de dar pelea no diezman a los insectos o gusanos no tengo idea de como clasificarlos.
Sureste de la fortaleza, ductos de desagüe.
Corremos como podemos hacia los Buitres, a pesar de ver la luz de día a lo lejos el camino se nos hace interminable. Lo siento todo en cámara lenta. Una explosión se siente dentro del ducto, las sabandijas llegaron a la trampa que pusimos hace buen rato. Apresuramos el paso y logramos salir y subir a las naves.
— Viejo ya salimos — le avisé a Mendez — Corran y vengan a los Buitres.
— Hijo, ve s por tu mujer, yo ya viví lo suficiente.
— No viejo, te necesito ya sal que te esperamos aquí.
— ¡¡¡Que te largues!!! — Gritó con todas sus fuerzas — Adiós muchachos, Eduardo, Jhon, Eva, Paola, Alex, Sveta, Ángel, Pam, Javier y Joel. Fue todo un honor el haber peleado a su lado y que me considerarán parte de su familia.
El silencio de todos al escuchar las palabras del ec Sargento Mayor de artillería.
— Chicos, no me lloren. Me iré luchando y elegí ya mi partida de este universo, cuidense muchachos. Los quiero mucho familia de dementes.
Alex sube la compuerta del Buitre y se dirige a con Sveta. Mi equipo lleva la cabeza en alto y derramando lágrimas así cómo yo. Los gritos de lucha y disparos se escuchan por el comunicador. Nosotros volamos lo mas rápido hacia el noroeste de la fortaleza, los gritos de mi maestro erizan la piel. No son de terror, son de desahogo por tanta mierda que ha vivido, los que se quedaron a luchar con él rugen. La pelea es cruel, caen primero los valientes prisioneros que liberamos, mi maestro da mas pelea de lo esperado. Disparando con todo su arsenal hasta que solo le queda una granada de fragmentación. Se oye una explosión y después estática. Al fin encontró la paz el viejo con sus demonios internos y se despidió de éste universo dándolo todo.
— Adiós viejo, gracias por todo — pensé en voz alta — Saludame a todos en el más allá, vas en paz maestro.
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