Marte. Ciudad Central.

La espera es muy larga. En mis pensamientos rondan los recuerdos. Reviviendo aquella vez de cuando todo cambió en la familia.

Era una tarde calurosa en la Tierra. La familia estaba reunida. Todo cambiaría ese día. Recibo un llamado urgente del cuartel.

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Sargento Mayor Joel D. Villanueva.

Estamos en un conflicto en Marte. Al parecer los Neo Cristianos volvieron a levantarse en armas, frenamos una inquisición. Los lideres alborotaron a la masa y fuimos superados.

Se le solicita de inmediato su presencia.

ATTE. Armada de la Unión Terrana.

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Mi hermano no fue convocado, a duras penas lo calmé para que no cometiera una tontería. Mi madre y hermanas lo contuvieron, se enfurece de la nada. Su baja temporal fue a causa de una orden que desobedeció. No quiso dejar atrás a los soldados que aun se encontraban bajo ataque en la base. No pudo hacer mucho pero salvó a un par de ellos. La orden era bombardear el lugar entero aunque murieran los soldados que seguían en la batalla. Había veces que el alto mando nos pide ser casi máquinas sin sentimientos. Somos humanos aunque con defectos, siempre los sentimientos afloran. En fin ya me salí de la historia un poco. De inmediato salí a una base militar cerca de casa donde ya me esperaba una nave para llegar lo más rápido posible.

Ya estando en Marte, estaba con mi escuadrón. Listos para poner fin a esa revuelta de esa secta. Mi hermano aparece de repente, me siguió en la nave que salió una hora después. No podía reclamarle ya que no tenía poder en ese sitio. Bajo las ordenes del Capitán Jhon, solo podía verle de reojo. Entrando en combate unos minutos, ellos portaban armas de defensa muy grandes y efectivas. Como era siempre nos dividimos en grupos, los francotiradores subieron en edificios altos para cubrir el ingreso de nosotros. Desde el cielo maniobra un búnker para así recoger heridos. Al ir avanzando de a poco, dando bajas a los enardecidos fanáticos armados e inmovilizando a los que solo usaban palos y piedras. A lo lejos los lideres se ocultaban tras mujeres y niños, mi hermano vio eso y que un escuadrón se acercaba por otro frente, él de inmediato les pone alto bajando su nave para obstaculizar su paso. Fue tarde para eso, ya que un soldado con su bazuca ya había lanzado un misil en contra de esa muralla de personas. Al ver eso mi hermano, se abalanza sobre ese soldado y le da muerte a golpes. Yo solo vi la explosión, todos los involucrados en la pelea paramos la lucha. Los hombres que tenían a su familia ahí cayeron inconsolables. No quisieron seguir derramando sangre, los detuvimos poniéndolos en grupos custodiados por algunos soldados. Yo fui a buscar a mi hermano ya que no vi su búnker en el aire. Cuando al fin lo encontré ya estaba esposado. Preguntando el porqué se encontraba así a los que le tenían capturado no me decían nada. Jhon ya se había enterado de todo y me lleva a con él para mostrarme la causa. El soldado que lanzó el misil yacía en el suelo con el rostro destrozado, al parecer su escuadrón tenía ordenes de frenar ese levantamiento a toda costa.

Ya sabía de la fuerza de mi hermano y mas cuando se salía de sus cabales, el saber que no era humano lo que había hecho ese soldado y lo peor que fue una orden desde arriba, eso le hizo perder la cabeza. Aquel hombre que estaba en el suelo quedó irreconocible, su rostro destrozado y hundido. Vuelvo a donde mi hermano y se le notaba aun furioso, derramando lágrimas de coraje y de tristeza por las víctimas. No había honor en ese acto que presencio y desde ese entonces abandonó la armada, no lo culpo. Fue dado de baja tras un juicio militar, tuvo un castigo de 2 años en prisión. Después de eso se aisló de todo, no quería recibir a ninguna persona incluyendo a la familia. Trabajando de vez en cuando como taxista en Marte o en escuelas de pilotaje.

Tratando de calmar mi mente, busco una botella y un cigarrillo, no logrando dormir por pensar en él, ese día que salió todo para el carajo. También en los sucesos de hace unos días.

Que linda noche, todo en calma. Yo era el único despierto aun, se veía en lo alto uno de los satélites del planeta brillando en ese cielo despejado. Tal vez la calma antes de la tormenta, me gustaría que fueran así la mayoría de mis noches. Así en mis pensamientos pasé la gran parte de la noche, tardando de calmar mi mente entre tragos de licor y cigarrillos.

Ya en la mañana estábamos organizando todo para partir. En eso alguien toca a la puerta. Mi hermano, Alejandro Villanueva.

- Joel, ¡woooooow! - Se queda perplejo al ver la nueva nave - ¿Qué carajos?

- Alex, que gusto verte - le saludé alegre de verlo - antes de nada ven que tenemos que hablar.

Igual que a los demás, le conté lo sucedido. Lo mucho que lo necesito y que sea el piloto del Buitre II, eso lo atrapó por sorpresa.

- ¿Me dejaras navegar tu preciado trozo de chatarra? - me preguntó incrédulo.

- No, tu te llevaras el nuevo.

- Jajajaja. Ya se me hacía mucho.

- Bien, vamos a presentarte a los demás.

Ya estando todos presentes, se empezó a dividir en los Buitres, el armamento, los alimentos, el licor, herramientas, así como refacciones, vehículos y ahora si se formarían los equipos. En mi chatarra, Sveta, mi Maestro, el Fantasma y yo, en el otro, Alex como piloto, Pam y Molina como lideres, Bermúdez y González. Decidí descansar un un día mas para que mi hermano fuera por sus cosas y que los demás salieran a divertirse, cosa que no hicieron. Prefiriendo hacer una buena comida aquí mismo para ir entrando en confianza entre ellos. El Fantasma, mi maestro y yo estuvimos revisando los sectores en los que buscaríamos y checando que los planetas no sean hostiles en su atmósfera para nuestro organismo. Es muy amplio el sitio de búsqueda, viendo que en algunos planetas son más grandes y la gravedad sería un factor en contra. Con los trajes de combate que tenemos no bastaría, habrá que modificar un poco, gracias que contamos con González. La pondré de inmediato a que los calibre. El Fantasma hará lo mismo con los de nuestro equipo para no perder tiempo aquí. Será duro para los que nunca habían salido de Marte ya que la gravedad aquí es poca en comparación a los lugares a donde hemos estado el resto.

- Bien, en cuanto venga Alex partiremos. - razcandome la cabeza casi olvidando que tenemos que ir al Sistema Próxima Centaury para hablar con Eduardo. - Hay que ver primero que nos tiene que decir Lima y que irán a hacer para no estorbarnos y darle la inteligencia que tenemos, así no gastaremos recursos ni ellos tampoco.

- ¿No se puede por radio o que le envíes un correo? - Dice en tono de fastidio el Fantasma.

- No, si llegan a averiguar de quienes me dieron la información nos meterían en un lugar oscuro por el resto de nuestras vidas y mas por estar en contacto con una raza que según ellos no existe.

- Vale, vale, solo no me pidas salir del Buitre. - contesta resignado - No quiero problemas con los militares y tu sabes porqué.

Ya de vuelta mi hermano de ir por sus cosas, les reuní para darles el reglamento a seguir.

- Bien equipo. Para que no haya conflictos y sé muy bien que los habrá, también que sepan como es que trabaja mi tripulación en cualquier situación les diré las reglas con las cuales se rige éste.

Todos en total silencio prestando atención.

- Regla número uno. Si no están de acuerdo con una orden dada por mi pueden dar su punto de vista, pero no actuar por si mismos y poner al resto del equipo en peligro.
Regla número dos. Si hay problemas entre ustedes arreglenlos que somos adultos por amor de los dioses, no quiero que se formen grupitos y se divida el equipo, ya que en batalla se necesitarán uno al otro. Regla número tres. No disparamos primero, solo nos defendemos. Regla número cuatro. No atacamos a un ser indefenso, esa va para ti Fantasma. Regla número cinco. Somos ya familia y la familia se cuida uno al otro, el Buitre es su hogar desde ahora. Y la regla número seis, la mas importante. Su equipo de batalla tiene que estar listo siempre, no debe de faltarles nada.

- ¡SI SEÑOR! - Todos afirmando mi liderazgo.

- Bien muchachos, disfruten del resto del día porque al anochecer partiremos.