Drenaje y desagüe. Fortaleza Reptil.

Comienza a subir el nivel del agua, se alcanza a escuchar rayos a lo lejos, entra una brisa fresca. Se siente confortante no sentir el calor, aunque esto nos dificulta el andar aquí dentro. Los muchachos al norte ya encontraron la entrada por donde metieron aquel monstruo, ahora se encuentran buscándolo. Hace mas de quince horas que logramos contener el nido de roedores y pusimos las cargas explosivas en la central de energía del lugar. Los tres locos a mi cargo ya se comieron a una de esas cosas, le cocinaron con ramas que hay en los ductos, demonios no se de donde lograron conseguir tanta leña.

Mendez está cada vez mas extraño, dejó de hablar después de comer aquel animal. De repente solo balbucea y mira a su lado derecho donde solo se encuentra el concreto o lo que sea de que estén hechos los muros. Pam y Alejandro están concentrados apuntando su mira de los rifles de asalto a lo que se mueva. Eso si me asusta mas que ver a mi maestro en silencio. Vamos todos a alcanzar al resto del equipo para acorralar a la lagartija a la entrada aquella.

Las visitas de los reptiles ya cesaron, no se han visto desde que saqueamos su arsenal. González no ha visto nada raro en el sistema de vigilancia visual de la superficie, no ha tampoco recibido contacto de la armada y de Eduardo, lo mas seguro es por el túnel de gusano que utilizan para los viajes interestelares. Nos quedan menos de quince horas para el asalto terrestre de las tropas.

Los explosivos que habíamos conseguido los usamos todos para hacer explotar mas adelante su planta de energía. Necesitamos acorralar esa criatura para hacerla salir a la superficie. Fuimos por mas de ellos a su armería, logramos sacar las suficientes y varias armas que se asimilaban a las nuestras.

— Joel — se escucha un susurro en el comunicador — Joel, encontramos al lagarto gigante. — está vez se escuchó un poco mas fuerte.

— Manden su ubicación, no vayan a atacarlo — ordené — Bermúdez ¿Escuchaste?

— Si Joel — responde ella — ya le flanqueamos el norte con explosivos y una parte al oeste.

— Bien, llegaremos a su ubicación en media hora, no se muevan ni hagan ruido.

— Entendido.

Basándonos en la ubicación del lagarto y la compuerta enorme, nos dividimos para flanquear por el sur con explosivos. TIC TAC, TIC TAC, el tiempo corre rápido y aun nos falta colocarnos para el asalto a las celdas. Con pocas horas para la llegada de Eduardo y compañía, se siente la presión en mi equipo.

Entrando al sistema.

La armada salen del túnel de gusano. Imponentes treinta cruceros de guerra, un colosal buque interestelar porta naves caza y veinticinco naves regulares de los escuadrones arriban cerca de un planeta gigante gaseoso de un color verde muy hermoso. Tardaran en llegar al planeta en el que estamos, al menos unas tres horas. En ese tiempo afinarán los detalles de incursión. El Almirante Tyler lidera a los cruceros en su nave insignia, ARES, Eduardo a los escuadrones.

— Aquí el Almirante Tyler dirigiéndome a toda la armada. En horas entráremos en combate, daremos un golpe tan contundente que hará temblar al universo conocido — Toma un respiro — hagamos pagar a esos seres lo que le hicieron a nuestros hermanos y hermanas de armas que cayeron a manos suyas. Dejemos la tristeza y dolor causados por ellos en el campo de batalla, sin prisioneros, ni piedad. ¡HAY QUE HACERLES SENTIR TERROR QUE CON NOSOTROS NADIE SE METE!

— ¡SIIIIII! — el grito retumba en cada nave por cada hombre y mujer.

— ¡ALISTEN TODO, QUE EN POCAS HORAS HAREMOS TEMBLAR LAS ESTRELLAS! — El Almirante termina el comunicado.

Cada soldado, cada piloto, se alista y toma posesión en su lugar. Al principio parece un pandemónium, todos corriendo a sus puestos, es un hormiguero alborotado. Desde técnicos preparando las naves caza en el muelle de despegue hasta los soldados de infantería que entraran al planeta en las naves y búnkeres.

— Teniente Santiago, ordena a los sargentos Djani y Zcen que preparen todo para el descenso. Todas las naves de los escuadrones entraremos en la atmósfera y de ahí bajáremos en los búnkeres.

— Si Capitán, de inmediato.

— Bajaremos cerca de la ubicación de los Buitres de Joel. Pide a dos pilotos que vayan uno en cada búnker. Ellos pilotaran esas naves para su rescate.

Eduardo se comunica a los demás escuadrones. Da instrucciones del ataque, atacaran al norte y sur de la fortaleza. Concentrarán el ataque en esos sitios para dejar paso a los Buitres y entren en la fortaleza reptil. En cuanto comience el ataque primario, la segunda oleada entrará al centro provocando caos y la distracción para que nosotros tomemos las celdas y guiemos al resto de los prisioneros a la armería.

En el planeta, a las afueras de la fortaleza reptil.

— Escuadrón Leopardo Negro reportándose al Buitre — la voz de Eduardo se escucha por el comunicador.

— Aquí Buitre, les escucho fuerte y claro.

— ¿Dónde se encuentra Joel?

— Dentro de los ductos en la fortaleza — responde Eva — Yo estoy desde los controles en el Buitre.

— Dale aviso a Joel que llegaremos en un par de horas.

— De inmediato.

Eduardo corta la transmisión. Da la orden de continuar hasta el objetivo. Eva está nerviosa, tira todo al suelo, su tablero donde tiene todo su desorden organizado con las pantallas, los mapas de los ductos en tercera dimensión, libretas donde apuntaba las tareas hechas por todo el equipo para la bitácora. Se le cae la diadema de comunicación al suelo y la pisa.

— ¡¡¡ JEFE JEFE!!! — me llama exaltada Eva.

— Te escucho fuerte y claro, no grites.

— Perdoneme el exalto jefe, Eduardo ya se comunicó Eduardo.

— ¿Donde se encuentra?

— A dos horas de entrar a la órbita de éste planeta.

— Entonces a darnos prisa, gracias González.

Tenemos que apurar el paso para llegar a tiempo a nuestras posiciones. Sveta, el Fantasma, Bermúdez y Molina van camino al norte donde están los compañeros de Jhon, harán el asalto a las prisiones de baja seguridad. Alex y Pam estarán encargados de las detonaciones en los ductos para después alcanzar al grupo de mi dama. Mi maestro y yo vamos a por Jhon.

A nosotros solo nos queda trepar por el cableado, encontramos una entrada directa a las celdas por un ductos que lleva a el elevador de servicio. Esa entrada será segura cuando corten la energía y comience todo el desmadre. Por el lado de Sveta, es mas o menos lo mismo, lo único malo es que hay presos que son reptiles y no se sabrá hasta que el caos empiece de que maldito lado lucharan.

Durante la escalada mi maestro habla con su amigo, sus palabras o al menos lo que alcanzo a escuchar del monólogo es un "calla, que nos van a escuchar" demonios es escalofriante.

— Joel, ya estamos en posición.

— Ok Sveta, no salgan hasta que González lo diga.

— González ¿Qué sabes de Eduardo y la armada?

— Jefe, nada, aun no se comunica, ni contesta.

— No te preocupes, se estan preparando para ingresar en cualquier momento — le dije a Eva para que calmara sus nervios.

— Ok jefe, entonces espero.

— BIEN, NO SOY BUENO PARA MOTIVAR, PERO... MIS AMIGOS, HERMANO, MAESTRO Y MI AMOR. NO CAIGAN, CADA UNO DE USTEDES VALE MUCHO PARA MI, CUIDENSE UNO AL OTRO. YA SOMOS FAMILIA. DAMAS Y CABALLEROS LA REGLA NÚMERO 5. EMPEZAMOS ESTE CAMINO EN LA BÚSQUEDA DE JHON, TERMINARÁ EXITOSO SI NOS MANTENEMOS UNIDOS.

El silencio no se dejó esperar. Mi garganta se hizo un nudo, por mis mejillas corren lágrimas. Seré duro con mi equipo, saben que confío en total confianza y que daré mi vida por ellos. Llegamos en cuestión de minutos al acceso del elevador. Estamos ya en posición para el asalto, preparando el armamento reptil para usarlo contra ellos.

— Será un honor caer peleando contigo hijo — me toma por el hombro mi maestro — fuiste un gran alumno, gran amigo y hermano de armas.

— Viejo, el honor es mío.

— El tiempo no ha sido bueno con nosotros, el camino que recorremos nos hace perder personas que amamos. Solo nos queda darle un buen fin a nuestras historias ¿no lo crees Joel?

— Yo creo...

No acabé de contestarle al viejo por la voz de González en el comunicador.

— Jefe, jefe...