El libro de los wondjina y el juglar fujitivo
En una noche estrellada un joven corre por el bosque mientras protege su laúd con recelo. Tiene miedo, le persiguen y sabe que si lo encuentran, lo matarán. Las ramas de árboles y arbustos rasgan su ropa y su piel mientras las densas matas dificultan su huida, pero eso no le detiene. La escasa luz plateada que entra por las copas de los árboles es lo único que parece querer ayudarle en aquel momento.
El joven se detiene al llegar a un claro mientras busca con la mirada algún escondite, pero las voces de los aldeanos furiosos se oyen en la lejanía, alertándole del peligro que le acecha. Este vislumbra un agujero en la base de una roca y cubierto por matas. Con rapidez corre hacía el hueco y con cuidado se esconde en su interior.
El lugar es más espacioso de lo que aparentaba con su estrecha entrada, pero aun así no se confía y procura respirar lo más lento y silencioso que su cuerpo le permita.
Los aldeanos no tardan en llegar al claro y con pasos fuertes revisan el lugar sin advertir sobre el agujero. Mientras, el perseguido se tapa la boca con fuerza a medida que sus lágrimas se le escurren por la cara.
- Lo he matado, lo he matado, lo he matado -se repite
Al poco escucha maldecir a sus perseguidores, los cuales se van del claro con furia. Esto provoca un enorme alivio en Jauris, que intenta recostarse en la pared para descansar, solo para darse cuenta de que tal pared no existe y caer al vacío.
Jauris abre los ojos y rápidamente revisa su cuerpo en busca de alguna herida. Su cabeza le duele y al palparla encuentra un poco de sangre en su mano. Está magullado, con raspaduras y cubierto de tierra, pero no hay nada grave. Seguidamente busca su laúd para encontrarlo colgando de unas raíces en el techo.
Después de pasarse un buen rato para recuperar el instrumento, el chico inspecciona el lugar. Se encuentra en un túnel de tierra, oscuro y húmedo. No sabe cuánto tiempo lleva inconsciente, pero sabe que debe salir de allí, pues en el bosque hay muchos túneles con trampas y bestias malignas utilizadas por los antiguos para proteger sus tesoros, o al menos eso era lo que le decían los comerciantes.
No tarda en darse cuenta del pomo de piedra adosado a la pared, cubierto de polvo y telarañas y muy desgastado. Al girarlo, escucha un clic, a la vez que la porción de pared se mueve hacia adelante
- ¿Una puerta secreta? -murmura.
El interior de la sala es cupular y tanto su suelo como sus paredes están pulidos. En las paredes hay dibujos de misteriosos seres de ojos negros, sin boca y con los brazos extendidos. Todos ellos formaban un círculo que rodeaba la habitación.
Jauris observa los dibujos sin prestar atención por donde pisaba, a lo que tropieza y cae estrepitosamente. Este observa la razón de su caída y se encuentra con una especie de espiral que sobresale del suelo. No es la única, pues se da cuenta de que hay más de todo tipo de tamaños como esa repartidas por el suelo de la habitación.
Es un lugar extraño, bueno, todo en el bosque se supone que es extraño, pero no se esperaba tal nivel de rareza. Si no estuviese huyendo por haber matado a su padre, Jauris estaría entusiasmado.
Entonces ve un pequeño altar pegado a la pared, es pequeño, pero está bañado en oro y rodeado de velas encendidas. Pensando que tal vez en él haya alguna forma de escape, Jauris decide ir hacía el altar. Pero, sin darse cuenta, pisa una plataforma que activa la mortal trampa de la cámara. Al hacerlo, todas las espirales empiezan a sesear y una detrás de otra se levantan convertidas en serpientes.
Jauris rápidamente se ve acorralado contra el altar por las serpientes que le miran amenazadoramente mientras levantan sus cuerpos muy por encima de su altura. Este tropieza y del miedo se queda paralizado mientras esos ojos ámbares reflejan su rostro.
Y cuando piensa que va a morir devorado por las víboras, escucha gritos desde el túnel por el cual ha entrado antes.
- ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Qué nos pillan! -grita una voz femenina.
- ¡Suéltame, Naix! -grita una voz masculina.
- ¡Por aquí! -dice la primera voz.
Es cuando un joven de cabellos plateados entra por la puerta con una extraña niña en brazos que patalea furiosamente. El chico se encuentra cara a cara con una serpiente y la serpiente le mira con intención asesina. El chico mira a la serpiente y la serpiente lo mira a él, fijamente, sin despegar la mirada el uno del otro.
Por otra parte, la niña aprovecha y salta desdel hombro del joven y se abalanza sobre la serpiente para clavarle sus dientes en el cuello. Ante esta acción, la serpiente emite un grito de agonía y cae al suelo creando un charco anaranjado que rezuma de su herida.
La hamadríade con rapidez moja su mano en el charco y antes de que las otras serpientes hagan nada dibuja un pequeño círculo en el suelo y estrella su mano contra el mismo. Seguidamente un resplandor amarillo sale del círculo y golpea a todas las serpientes, las cuales se retuercen hasta volver a adoptar su color gris original y quedar inertes.
- Uf, por los pelos -dice la niña no tan niña aliviada.
- ¡Un anillo de duende! Nunca pensé que vería uno en plena acción ¡Y marionetas mágicas! Mejor me llevo unas cuantas por sea acaso -dice Naix con entusiasmo que en seguida se apura en recoger unas cuantas serpientes.
Jauris los mira anonadado antes de que Miriam repare en él. Entonces ella rápidamente se esconde detrás de Naix, quien lo observa con atención. Ambos se miran con familiaridad hasta que...
- ¡El del pueblo! -exclama Naix.
- ¡El forastero! -exclama Jauris.
- ¿Qué haces tú aquí? -pregunta Naix.
- Erm, lo mismo digo... -le responde evadiendo la pregunta.
- Estoy intentando escapar de esta cripta llena de reliquias antiguas la cual se encuentra en otra dimensión ¿Y tú?
- Así que una cámara del tesoro... justo como decía el comerciante -murmura.
De alguna forma parece que el extraño sujeto que visitó su pueblo también había caído a aquel lugar. Esto hace que Jauris se sienta culpable de no haberle avisado de las costumbres de su pueblo.
- ¿Y cómo es que has acabado aquí? -pregunta Naix.
- Errrm, meeeee... escapé ¡Sí! Me escapé de casa y... me tropecé y caí por un agujero. La verdad, gracias por salvarme, pensaba que iba a morir -dice sonriente.
- Ah, vaya tú... Bueno, la familia biológica está sobrevalorada, así que... ¡Mucha suerte! -dice con sus escasas dotes sociales.
Y se hace el silencio.
- Vaya, genial, otro idiota para la colección -piensa la ninfa que ha observado la conversación de los dos inadaptados sociales.
Miriam los mira con pena durante un rato para luego recoger una vela, la ahueca y meter dentro un poco del líquido naranja. Ese líquido por alguna razón emite magia, cosa que ella puede utilizar a su favor para escapar. Porque está claro que Naix no va a encontrar la salida, solo trampas.
- ¿Y sabéis cómo salir? -pregunta Jauris.
- A saber, no podemos ir de vuelta, ahí dejé a un par de fantasmas homosexuales cabreados -responde.
- ¿Fa-fantasmas homosexuales? -pregunta un poco desconcertado.
- Se notaba que son pareja. Nunca pensé que los fantasmas pudieran tener chupetones... ¿Cómo se los harán? No vi que tuviesen boca...
- O-oye, N-naix... -susurra Miriam.
- ¿Sí, Miriam la hamadríade que no es peligrosa y que debe ser tratada con mucho respeto y cuidado? -responde Naix la par que le da un aviso a Jauris para que no incomode a Miriam, pero solo consigue ponerla más nerviosa.
- ¿P-podemos irnos ya? -pregunta con la cabeza gacha.
- ¿Sabes cómo salir? -responde sonriente.
- E-eh, no...
- Entonces cuando lo sepas, me avisas -responde con la misma sonrisa.
Ante esta acción Jauris se queda boquiabierto. Nunca pensó escuchar un comentario tan frívolo hacia un niño pequeño de parte de alguien con una sonrisa cálida acompañándolo. Ni siquiera su padre hacía eso.
- O-oye ¿No crees que estás siendo muy duro con ella? -replica Jauris.
- ¿Acaso no estoy diciendo la verdad? Estamos bajo tierra, en otra dimensión, con fantasmas y trampas por doquier... Espera, si solo hay fantasmas aquí ¿Por qué hay un pomo para una puerta? ¿Para que una puerta si solo hay seres incorpóreos?... -ahí es cuando su inteligencia hace acto de presencia por primera vez en esta historia- ¡Ya está! Debe haber alguna salida para vivientes. Eso es, el creador de este lugar no pudo haber sido solo un montón de ectoplasma, sino un humano vivo y hecho de carne y hueso... -se gira para mirarlos- ¡Bien, seguidme! -exclama mientras señala la puerta.
- Erm... ¿Qué? ¿Qué pasa? -pregunta Jauris.
De un momento a otro pasa de enumerarle los peligros de ese lugar para empezar a divagar sobre cosas que no entiende y luego a decirles que le sigan por un ligar lleno de peligros para su vida.
Tal vez los de la aldea le golpearan en la cabeza con mucha fuerza.
- Tú síguele, es el único que sabe evitar las trampas -dice Miriam con resignación. Está demasiado agotada mentalmente como para asustarse del humano 2.
Pero antes de que Naix llegase a la salida, rápidamente se gira y pasa entre los dos hasta llegar al altar.
- Casi se me olvida... El libro, no lo puedo dejar aquí -dice mientras extiende su mano.
- ¡Naix, no! -le grita la hamadríade!- ¡No lo hagas!
Cualquier idiota se daría cuenta de que no es buena idea coger un libro mágico de una cripta secreta llena de peligros... ¿Cómo alguien como él no se da cuenta de esa obviedad?
- Perooooo -dice mientras le mira con ojos de cachorro.
- No -dice autoritaria, pero Naix sigue extendiendo su mano- Naix ¡Naix, no! ¡No! -grita, consiguiendo que baje el brazo, pero lo vuelve a subir- ¡NO! ¡Naix! ¡NO!
- E-estoy de acuerdo con ella, no sé qué razones tendrás para querer ese libro pero... podrías activar alguna... trampa, además, ya tienes a las serpientes ¿No? -argumenta Jauris mientras se aleja poco a poco hacía la salida.
No sabe muy bien de que va toda esa mierda, pero una cosa está clara, si coge ese libro puede que muera y él no quiere morir.
- ¡Arg! Bueno, vale, lo deja... -y con un movimiento rápido coge el libro y corre hacía la puerta- ¡Pringaos!
¡¿Quién se atreve a robar el conocimiento sagrado de los wondjina?!
La voz vuelve a aparecer y del techo caen torrentes de agua que inundan la habitación.
POV Naix
En algún lugar del subsuelo, mantengo una animada conversación con mis nuevos amigos, los cuales me quieren a matar, literalmente. Es tan animada la conversación que he tenido que subirme a una estalagmita por seguri... digo, por lo animado que estoy.
- ¡Naix! ¡Me cago en la madre que te parió! -grita mi amiga.
¡Menuda grosería que me acaba de decir!
- ¡Miriam! Eres una niña de la tercera edad, debes mantener las formas y no decir esas cosas. No se puede defecar encima de algo tan repugnante e insalubre como lo es mi madre, es una falta de respeto hacía tus defecaciones -le respondo.
Qué bueno soy, corrigiendo a mis amigos para que se vuelvan mejores personas.
- ¿A quién llamas de la tercera edad, jovencito? -pregunta la que es más anciana que niña.
- ¿Cómo se supone que ha subido hasta ahí arriba con todas esas cosas? -pregunta mi buen amigo y asesino fugitivo.
Sí, sé que ha matado a alguien, lo sé porque he estado en su lugar y se la cara que se pone cuando asesinas a alguien sin querer por primera vez. Cara que por cierto es muy diferente a cuando matas a alguien voluntariamente por primera vez, dejas a alguien morir por primera vez, encargas que maten a alguien por primera vez y provocas un accidente mortal a alguien por primera vez.
Todas esas situaciones las conozco y se cómo se comporta la gente en todas ellas, no puedes engañarme pequeño delincuente juvenil, tranquilo, protegeré tu secreto, después de todo... ¿Qué sería del mundo si los asesinos inocentes como nosotros no nos apoyásemos?
- No sé ¿Cómo pudo salir del túnel sin mojarse aun cuando iba detrás de nosotros? Este idiota desafía la lógica -responde mi dulce y adorable amiga.
- Oye, no es culpa mía haber dejado la puerta abierta y que el agua saliese. Tenía las manos ocupadas -expongo mis argumentos quedando como el bueno de la historia.
- Manos ocupadas con objetos robados, los cuales si no los hubieras robado no hubiéramos necesitado que cerrases la puerta -responde mi buen y equivocado amigo Jauris.
- Soy un ser amoral ¿Vale? No es mi culpa, ser un sociópata es hereditario en mi familia.
No miento, yo, la supuesta oveja negra de la familia soy mejor persona que cualquier otro familiar que conozca. Y eso que tengo primos de 5 años... Esos monstruitos son la razón por la que ni yo ni ningún familiar cercano tenga mascotas.
- Oye, al menos ha admitido su problema, ese es el primer paso -le dice mi buen amigo a mi buena amiga.
Que buenos amigos tengo a pesar de que me hayan tirado piedras, insultado y perseguido medio kilómetro bajo tierra.
- ¿Es el último también? -responde ella con esperanza.
Que inocente.
- No, el último es dejarlo -le responde Jauris arruinando sus ilusiones.
Que cruel.
- Entonces estamos apañados -suspira.
Ey, tampoco soy tan malo. Solo tengo mis manos manchadas con la sangre de 156 personas y 1.654 ratas de laboratorio. ¿O eran 1.654 humanos y 156 ratas de laboratorio? Nhe, la primera, recuerdo que una vez mientras estudiaba en la academia de alquimia se me cayó sin querer una droga extraña que investigaba en la comida destinada para todas las ratas en general. Al principio no le di importancia, hasta que me di cuenta que esa en específico era la llamada mariachi, un afrodisíaco no peligroso para humanos pero que en animales pequeños causa un ansía caníbal... 566 muertos, 890 mutilados y 184 que tomaron conciencia de sí mismos y se hicieron con el piso superior de la academia durante semanas...
Hah, mis días de primaria, que recuerdos.
- ¿Puedo bajar? -pregunto- Se me cansan las piernas y mis brazos están ocupados.
- No sé ¿Quieres morir? -pregunta Miriam.
- No, me gusta mi vida, es divertida ahora que no soy noble -le respondo.
Aunque si me hubiese preguntado hace un mes, la respuesta habría sido todo lo contrario.
- ¡¿Fuiste noble?! ¿No se supone que los nobles no son gente increíble y respetable? -dice Jauris.
Auch.
- ¡Ey! ¡Soy respetable! Tengo doctorados en medicina, astronomía, astrología, arqueología, antropología, biología, farmacología y otras muchas logias más... También un master en bellas artes ¡Pero eso fue una fase que tuve a los doce! -respondo.
Es serio, los doce fueron unos tiempos que no quiero recordar...
- ¿Farmacoque? ¿Antropocuando?
- ¿Farmacocuando? ¿Antropoque?
Arg, genial. Incultos... A veces me olvido que estoy en Ática, la cuna del conocimiento, pues todos aquí tienen el intelecto de un bebé. ¿Por qué no nací en Alejandría? No solo habría estado rodeado de gente de mi nivel, sino que también habría sido moreno, musculoso, de negro pelo rizado... Y no pálido, flacucho y canoso.
- Hacer medicinas y estudiar cómo funciona la sociedad, eso es lo que son... -les explico. No es culpa suya el mal sistema educativo de este país.
- O sea, un herborista y un vago que no hace nada con su vida -responde Jauris.
Vale, eso ha sonado muy de paleto inculto ¿Qué es lo siguiente mi buen señor? ¿Decir que el mundo gira alrededor del Sol? ¿Que los libros no sirven para nada?
- Sí, sí... Pues para que lo sepas este vago que no hace nada con su vida hizo en medio año lo que muchos estudiantes tardan cursos enteros, pero si tú piensas que no es importante... -digo, dejando claro que está equivocado.
- Ah, vale -dice desinteresadamente.
Si no tuviese las manos ocupadas con reliquias valiosas te tiraba algo, en serio.
- Ahora que lo pienso ¿Con tantos trabajos y conocimiento... por qué estás en este bosque? -pregunta Miriam.
- Me odia gente poderosa solo por haber nacido, odio a este país, humillé a los grandes eruditos de esta era dejando claro su estupidez manifiesta, odio a este país, golpeé al heredero de un ducado porque es un gilipollas, odio a este país, un loco pseudomago me lanzó al bosque y odio a este país fundado por imbéciles nacidos de la unión de princesas mimadas y taones que piensan con el pito -les explico alegremente las razones de mi miseria. Aunque no sé si he dejado del todo claro cuánto odio a este país.
- ¿Sabes que estás en presencia de una niña? Un poco de educación -dice Jauris irritado.
Es de cajón, ella me dijo cosas mucho más groseras cuando me perseguía. Algunas palabras ni siquiera las conocía... Y eso que conozco 32 idiomas a la perfección.
Ríete tú de la reina de Egipto y sus 28 lenguas.
- ¿Sabes que tengo más años que todos tus abuelos juntos? -responde Miriam irritada.
- Ah lo siento -se disculpa y me mira de nuevo- ¿Sabes que estas en presencia de una anciana? Un poco de decen- ¡Auch! -Miriam le da una patada.
- Así aprenderás tú también -dice la agresiva.
¿Cuándo se hicieron tan amigos? ¿Y cuándo me dejaron de lado? No es justo, yo también quiero pegar a Jauris... Maldita sean las situaciones de vida y muerte que creo constantemente a mi alrededor, al final han creado un vínculo de amistad para poder sobrevivir a mí.
- Bueno, tengo hambre ¿Qué hay de comer, yaya? -le pregunto a Miriam.
- ¡Pero que-! ¡¿C-cómo narices has llegado aquí abajo?! ¿Y tan rápido? -exclama ella.
- Haciendo justo lo contrario a cuando subí -le respondo.
No sé a qué se refiere, es más, bajar no ha sido fácil ni rápido, casi me caigo varias veces ¿Tan poca presencia tengo?
- A eso te referías con que desafía la lógica... Ey, si me enseñas a ser tan sigiloso te enseño a tocar el laúd -dice Jauris.
- Hecho -respondo.
El nuevo conocimiento siempre es bienvenido en mi cabecita.
Creo que por fin se han olvidado de que casi los mato. Menos mal que se me da bien cambiar el rumbo de una conversación. Cosas de haber nacido en la chismosa nobleza.
- ¡Ey, par de memos! Aún tenemos que salir de aquí -dice la gruñona.
- Sí... Algo me dice que persiguiendo al cleptómano este no hemos hecho sino perdernos más -responde mientras me señala con el pulgar.
Ay, disculpe usted por querer cosas bonitas.
- En realidad... solo hay que seguir las cámaras de reliquias hasta llegar a la salida -les digo.
- ¿Eh? -responden a la vez.
Es en serio, dejad de ser tan coordinados, me siento de más.
- No sé si os habéis dado cuenta, pero... este lugar es como una caja fuerte cuya entrada blindada que es la puerta que lleva del plano de los vivos a este. Por otra parte, teniendo en cuenta la cantidad de trampas que hay se nota que el creador de este recinto no es de aquellos que querían que alguien digno y fuerte se llevase sus objetos. No hay monstruos o pruebas de poder, sino más bien es como sí... solo aquellos con una autorización especial pudiesen entrar sin peligro mientras que los demás simplemente fuesen engañados con falsas pruebas y trampas cutres para no llegar a cumplir su objetivo... Eso explicaría lo de los túneles secretos -explico.
Usualmente los creadores de estas cosas lo que querían era que apareciesen sucesores fuertes, pero nadie fuerte necesita un libro, es más bien como si aquí se protegiesen secretos prohibidos. Eso explicaría porque hay manes, espíritus que en teoría protegen lugares sagrados.
- ¿Y por qué tenemos que ir hacía dentro? ¿La salida no estaría hacía fuera? -pregunta Jauris.
- Exacto ¿No sería lo más lógico? -le sigue Miriam.
Vale, casaos ya y dejad de darme la brasa.
- Porque, como he dicho, este lugar no busca lo que otras cámaras del tesoro, templos escondidos o ruinas antiguas. Este lugar no busca ser conocido y que empiecen a aparecer personas buscando fortuna y artefactos. Además, por lo que he visto, la entrada estaba fuera, sí, pero eso no implica que la salida también. Os recuerdo que estamos en otra dimensión, aquí las cosas funcionan distinto: el tiempo, el espacio, la magia... Todo aquí es diferente a nuestra dimensión. Así que teniendo en cuenta todo lo que he dicho es más fácil deducir que la salida necesita también de una autorización, por lo tanto no puede estar a mano de quienes han sido atrapados.
Los he dejado un poco confundidos, bueno, ciertamente para una persona normal debe ser difícil de deducir. Yo tengo capacidades de análisis sobrehumanas, incluso con mis poderes mentales sellados seguiría siendo superior en ese sentido.
- Erm, creo que me estoy perdiendo... ¿Dimensiones? ¿Salidas? ¡Arg! ¿Acaso los de ciudad tenéis que pensar en cosas así todo el tiempo? -dice con las manos en la cabeza.
Sí, le debe doler de tanto pensar. Eso le pasa por inculto.
Por otra parte creo que Miriam lo está pillando.
- ¡Creo que lo comprendo! -exclama y mira a Jauris- Si la entrada permite que tanto autorizados como no autorizados entren, debe ser para que los manes puedan diferenciarlos, ya que así, no tendrían que haber dos entradas para ambos grupos, lo cual crearía el riesgo de que invitados e intrusos fuesen por el camino que no les corresponde. Si es así, entonces para evitar que los intrusos se escapasen habría que crear una salida en un lugar al que solo puedan llegar los invitados, es decir, el lugar más profundo y, por lo tanto, más protegido -deduce.
Que rápido crecen... De mente, no de cuerpo.
A Jauris en cambio le cuesta entender al principio, pero creo que con el tiempo empieza a comprender.
- Creo que lo pillo, este lugar en sí mismo es como una trampa que te engaña ¿No? -dice. Te ha costado.
- ¡Exacto! ¡Ahora seguidme de nuevo! -digo llevando la delantera.
- ¡Espera! -me detiene Miriam- Hay que asegurarnos de que no nos sigan manes.
- ¿Te refieres a los fantasmas que os encontrásteis antes? -pregunta Jauris.
- Sí... La última vez los neutralicé porque tenía el factor sorpresa, pero... no se sí pueda derrotarlos otra vez.
En verdad lo manes son seres de gran poder, no pueden ser detenidos ni con nigromancia ni con magia de purificación, pues son espíritus superiores. Además, no se me ocurre ninguna forma de darles esquinazo.
- Oye... dices que esos seres protegen este lugar ¿No? -dice Jauris.
- Sí, es básicamente su propósito -respondo.
¿Qué quiere? ¿Acaso se le ha ocurrido algo?
- Bueno, entonces... ¿Por qué no usamos eso a nuestro favor? -dice con una sonrisa risueña.
Esto promete...
PoV Afaso
Me encuentro en los que solo se podría describir como el mayor problema imaginable, pues porque no solo han caído tres intrusos por error en el laberinto que custodio, sino que estos se han unido en una coalición anti-manes y han comenzado a llevarse las reliquias de las salas sin verse afectados por las trampas que tanto esfuerzo le costaron al amo comprar en la tienda de segunda mano de la esquina.
Por eso mismo me encuentro con dos de mis compañeros yendo a toda velocidad a comprobar las otras salas.
¡No me puedo creer que sean capaces de robar con tanta rapidez! -exclama mi colega Athan o como lo llamo yo, "Burbujas".
Tienen a un psíquico con ellos... Taones, ¿Cómo es que no nos preparamos para algo así? -responde mi otro colega, Casimiro, o como lo llamo yo, "Cosa rara que se arrastra por el suelo" o "Cosa rara" para abreviar.
¿Por qué tengo que ir con este par? No me sirven de escudo en caso de peligro, uno es una masa de burbujas verdes con forma de torso humano y el otro un montón de ectoplasma derretido que se pega a las paredes. Preferiría estar con mi querido, guapo, grande y resistente novio, al menos él, como uno de los de alto mando, puede ir por las zonas amplias y poco enrevesadas, mientras que a mí me toca registrar la parte del laberinto que el amo creó aquella vez que le dio por hacer túneles pequeños y con cruces complicados porque quería superar a otro constructor de laberintos que le caía mal.
¿Lo superó? Para nada.
Vale, con esto llegaremos a la sala del zurrón del infinito y ya habremos terminado con el trabajo.
Bueno, al menos Cosa rara nos guía, debe ser porque siempre se la pasa pegado a las paredes que conoce todos los recovecos.
Tal y como ha dicho giramos a la derecha para llegar a la cámara del tesoro y... El túnel principal... No deberíamos habernos fiado de alguien que a duras penas puede mantener una forma fija.
Pues bien, a volver desdel principio...
Como odio que pase esto.
Deberíamos haber traído un mapa
Gracias Burbujas, podrías haber dicho esto antes de perdernos como 15 veces pero aun así gracias.
No tenemos, somos incorpóreos, no podemos conseguir papel
Ahí debo reconocer que Cosa rara tiene razón.
Problema de estar muerto: no puedes ir de compras.
Es una pena, me gustaba comprar opio y demás hierbas no alucinógenas. Lo que me lleva al problema de estar muerto nº2: No puedes tomar sustancias buenas para la salud y para nada adictivas.
Espera ¿Qué paso con ese mapa mágico que nos dio el amo? -pregunto.
Recuerdo el día que el amo nos dio el mapa porque es el mismo en el que me escabullí a una aldea cercana a vigilar (espiar) a los intrusos potenciales (guaperas).
Lo tuvimos que quemar ¿No te acuerdas? Ese trozo de papel encantado se la pasaba cantando "Soy el mapa, el mapa, el mapa, el mapa...", era insoportable -responde Burbujas.
Hah, es verdad, no se callaba nunca. Incluso cuando se quemaba canturreaba "Me quemo, me quemo, socorro, me quemo".
Lo recuerdo, saltaba constantemente de un lado a otro hasta marearme -le sigue Cosa rara
Pues a mí me gustaban sus canciones, sobre todo cuando hacía un dueto con la mochila poseída de la hija del amo
Adoraba los conciertos del grupo Mapa&Mochila, era su fan nº1.
Así te va con tu mal gusto, casándote con el "Jefe Terrorífico" -dice Cosa rara mientras me mira (o eso creo, no tiene ojos) con lástima.
Oye, eso es ofensivo. A mi Locis no le gusta ese mote, ni a mí tampoco... Mi novio no es terrorífico, patético sí, pero no terrorífico.
No estamos casados, acabamos de empezar a salir, además, no se si habrán vestidos de novia que le quepan, como es tan ancho de hombros...
Porque definitivamente yo llevo los pantalones en esta relación... Metafóricamente, yo odio la ropa, oculta lo que debería estar siempre a mi vista.
Pobre Locis... -suspiran los dos a la vez.
Pff, como si me importase su opinión. Locis me a elegido a mí y da igual que piensen que no me lo merezco o que es demasiado para mí o que ahora mismo puede estar con otro manes más guapo, alto y con forma menos difuminada... No me importa... ¡No me importa!
Pero bueno, a ver si nos centramos... Tenemos que hacer algo o robarán el zurrón del infinito
Me encanta ponerme serio y llevar la delantera en las misiones, me hace sentir poderoso e invencible.
Sí, con el zurrón podrían robar cualquier cosa de este laberinto...
Es muy peligroso...
Está claro, porque el zurrón... ¿Qué hacía? Espera, ¿Qué es un zurrón? Bueno, da igual, seguro que no es relevante para la misión saber su función exacta... ¡Pero necesito saberlo! ¡Maldita sea mi manía por controlarlo todo! A ver que era el zurron... zurrón, zurrón, zurrón, zurroncito, zorrone, zorro, zurrón, zurra, zurrarea, zurro, zurro, zurra, zurrón... ¡Arg, esto me corroe por dentro!
Allí podrían guardar todo tipo de cosas sin preocuparse por el espacio o el peso... -dice Burbujas
Ah, es verdad, esa bolsa de viaje fea y desgastada que tenía capacidad infinita y que mantenía los objetos tal y como los habían metido... Yo me esperaba algo más del objeto con la palabra infinito en el nombre, pero supongo que para un ladrón le es útil.
¿Y qué le pasa hoy a mi memoria? Será por el golpe que me dí contra el suelo por culpa de ese psíquico prejuicioso. Y encima Locis no hizo nada para defenderme cuando me insultó, solo se quedó ahí parado como sí pensase en algo. Menudo imbécil. Hoy se queda sin achuchones.
¿Creeis que pueden estar robando el zurrón ahora mismo? -pregunta Burbujas.
Ah, claro, tú piensas que si lo están robando en este instante para cuando lleguemos ya se habrán ido, por lo que no hará falta ir a comprobarlo ¿No? Pues mira lo que te digo... Te apoyo, es más, estaba pensando lo mismo.
Lo dudo, no iban en esa dirección por la trayectoria de los robos
Genial, tenía que venir Cosa rara y obligarnos a trabajar.
¿Y si se separan? Podrían robar más en menos tiempo.
Gracias Burbujas, tú sí que sabes cómo evadir la responsabilidad.
Lo dudo, son solo tres y no muy fuertes... No podrían solos.
Ya, supongo que eso es bueno para nosotros, sería malo que apareciese de repente un grupo grande de héroes poderosos... Pero eso no va a pasar nunca.
Y de repente una luz ilumina el túnel principal y a través de esta aparece un grupo de personas, todos con armaduras brillantes y fuerza rezumando de sus poros como un río desbocado.
Tenía que pensar ¿Verdad? ¿Para qué pienso? A lo que me doy cuenta ¿Y cómo pienso? No tengo neuronas.
Rápidamente nos escondemos en los túneles interiores y activamos el hechizo de vigilancia...
¡Lo sabía, los selenitas han venido a invadirnos! -exclama Burbujas.
Y de nuevo con sus teorías de la conspiración. Es como aquella vez que se obsesionó con el chupa-vacas y el abominable Rodilla Grande.
¡No son aliens, idiota! ¿No ves que son humanos? -responde Cosa rara.
Por fin la voz de la razón.
O sea, estás insinuando que un humano no puede ser un selenita ¿No? ¡Miren señores! Este retrógrada afirma que los humanos no pueden ser de la Luna, solo de la Tierra ¿No? ¿Es lo que insinúas? ¿Qué no podemos ser lo que queramos? ¡Suenas como mi padre! Diciéndome que no podría ser nada en la vida, que siempre sería una persona completa y no un torso flotante como yo quería...
Vale, creo que esto se está poniendo raro.
Solo te digo que no son aliens, no porque no puedan ser lo que quieran, sino porque son héroes ¡Héroes! ¡Han venido a robarnos, no a invadirnos! -grita Cosa rara.
¡Cállate, papá! Ahora soy un torso flotante y no un abogado como tu querías ¡Abajo las piernas! ¡Abajo las piernas!
Hah, siempre igual, esto es lo que tiene ser un espíritu eterno e inmortal, al final todos acabamos majaras... Bueno, creo que yo voy a avisar a Locis. Este par al menos vigilará a los nuevos intrusos.
¡Abajo las piernas!
Mejor me aseguro de volver rápido.
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