Desesperación
Habíamos discutido, iba a salir de la casa cuando fuiste por mí y me abrazaste por la espalda.
—Por favor, no te vayas. Quédate a mi lado, déjame ser tu abrigo en tus noches de frío, aún te quiero tanto como quiero a la primavera.
Lágrimas salían de mis ojos y al voltearme me di cuenta que no eras tú, sólo era una ilusión.
En mi desesperación siempre termino recreándote en mi mente, es la única manera de verte.
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