Hinata no entendía como había llegado en esa situación... Y ni hablemos sobre la posición. El pelinaranja no se movía y no solo por el shock que estaba en ese momento, lo que lo inmovilizaba era la persona que estaba a su lado quien tenia los ojos cerrados mientras daba ligeras respiraciones entre suspiros, con sus cabellos regados por la almohada tenia sus manos en alrededor del cuerpo del contrario presionándolo contra su pecho...

Ahí estaba el problema. Que aquella persona resultaba ser una chica y resulta ser que esa chica era la que le gustaba. ¡Oh! Y si eso no era lo suficientemente incómodo, ella era su mejor amiga; Kageyama Tobio. Y justo en ese momento a ojos de otras personas era todo menos una situación de amigos.

¿Lo malo? Que disfrutaba la cercanía, pues verla siempre a sido su pasatiempo favorito y ahora que estaba tan cerca podía visualizarla mejor... Y esa era el error. Parecía un degenerado acosador, aprovechándose de lo despistada que era Kageyama para observarla.

¿Lo peor? Que aunque quisiera contenerse en apreciar su belleza, ella no se lo dejaba fácil. Por que aunque tuviera los ojos vendados con solo oír su voz tan seria pero llena de emoción cuando hablaba del voleibol... Le transmitía felicidad.

Hace apenas unos días que se dio cuenta de sus sentimientos y desde entonces empezó a entender sus propias actitudes y al final todo tuvo sentido.

Pensar que la antigua superior de Kageyama le abriría los ojos.

Fue entonces que reacciono.

Alejo con delicadeza los brazos de Tobio, con el fin de no despertarla (cosa que logro exitosamente), solo que esta fruncio ligeramente el ceño ante la perdida de calor. Pero, afortunadamente, lo ignoro dandole la espalda a este.

Hinata suspiro, aliviado. Hasta que una repentina tos le llamo la atención. Y fue cuando recordo el por que estaba ahí. Se paro de la cama para poder tocar la frente de Kageyama, quien estaba mas roja de lo normal.

Al chocar su mano con la frente de esta, se preocupo. De inmediato bajo por un trapo y agua.

- Estupida Kageyama, todo por una tonta discución te hiciste la orgullosa y no quisiste aceptar el paraguas que te ofrecía el gemelo Miya. - Aunque eso de alguna manera le alivio. Formo un pequeña sonrisa. No podía creer lo celoso que podía ser. - Lo siento - Murmuró en voz baja.

Ese día definitivamente no irían a la práctica ni a la escuela.

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Awwww son tan lindos :") Amare escribir esta historia ❤

Nos vemos pronto ✌

Gracias por leer y lamento la tardanza 😅