Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. El girar de la rueda

Había una atmósfera diferente en la sala. La luz que penetraba por las ventanas se percibía más luminosa y el aire, más ligero. Y este entorno especial parecía generarse por la figura que estaba de pie en medio de la estancia, contemplando con serenidad uno de los cuadros que adornaban tu hogar.

A pesar de que sabías que lo conocerías algún día, de pronto, mientras avanzabas, paso a paso, todo te pareció muy apresurado e irrefrenable. Sin embargo, aquel invasor que siempre acude a nosotros cuando nos encontramos con lo misterioso asaltó tu mente como una sombra furtiva. Curiosidad.

Éran Dezvas era de aquellas personas que parecía tener una juventud indefinida. Tan joven para aún deslumbrar con una sutil gracilidad natural y tan maduro como para desplegar un porte que infundía una suerte de admiración reverencial.

No pudiste evitar detenerte ante su imagen. Él parecía en frente de ti una estatua lejana e imponente. Sus ojos volvieron a encontrarse. Un par de piedras preciosas turquesas que guardaban centellas multicolorores. Pero su sonrisa era incluso más armoniosa. Era la primera vez que la contemplabas.

—Rolifia Borosen —musitó, y sólo cuando hizo una ligera y respetuosa inclinación, recordaste que tú debías responder de la misma manera—. Siempre es un placer conocer a un nuevo miembro de su familia, señorita Rolifia.

Detrás de ti, percibiste un ánimo nervioso de parte de tu madre. Como si esperara una aprobación de parte del boticario.

—Oh. ¿No le gusta que se dirijan a usted de esa manera? —inquirió él por el gesto que compusiste inadvertidamente—. ¿Cómo prefiere que la llame?

—Ro —replicaste de inmediato y ante un carraspeo disimulado de tu madre te corregiste—. Ro, señor Dezvas.

Él se hincó hasta que sus ojos estuvieron en el mismo nivel. Y los del boticario eran verdaderamente maravillosos. Únicos. Tanto como para que la impresión te paralizara de improviso. No obstante, además del esplendor superficial, captaste algo adicional. Casi imperceptible. Pero pudiste hacerlo por un instante. Y fue ese detalle lo que te extrajo de ese atrapante hechizo.

Él pareció analizarte afablemente con su mirada.

—Veo que ha sido bendecida con un gran portento, señorita Ro —opinó él y seguido, te entregó una caja vistosa—. Le deseo un muy feliz cumpleaños. Desearía que nuestros encuentros se repitan en el futuro con más asiduidad.

Tu madre se emocionó como si se lo hubiera solicitado a ella y no dudó en consentir a dicha petición en tu lugar. Tú, sin embargo, te sentiste algo desencajonada. Como si acabaras de atisbar algo que estuviera fuera de lugar pero no supieras definir qué. Una mancha en una pintura perfecta, un error en un ensayo de danza impecable.

Él se despidió con la misma elegancia y mientras se alejaba, te daba la impresión que flotaba en el aire. Tú apenas podías creer que acababas de conocer al boticario, del que tanto habías escuchado y de quien tan poco sabías.

—Qué grandiosa noticia —comentó tu madre luego de que él se hubo marchado—. El boticario pocas veces quiere conocer más a fondo a alguien. Eres muy afortunada. No ha sucedido en generaciones.

—¿Desde hace cuánto que conoces al boticario? —se te ocurrió preguntarle.

—Tenía casi tu edad.

—¿Se conocen de niños?

—Oh, claro que no —refutó ella, palmeándote la cabeza en un gesto de conmiseración. El que siempre dan los adultos cuando un niño no es capaz de entender algo que ellos sí. —Él siempre ha sido como es. Nunca cambia.

"Nunca cambia".

Aquel encuentro sereno y a la vez, aparatoso, apagó por completo cualquier impresión que pudiste tener sobre tu propia fiesta de cumpleaños. Ni la danza, las risas y el jolgorio pudo quitártelo de la mente.

Tú no lo supiste en ese momento, pero fue a partir de ese evento que grandes cambios empezaron a operar en tu vida. Cambios que escapaban de tu control. Una rueda empezó a girar para no detenerse, y no te percataste sino hasta años después. En cierta forma, allí inició todo.

Y la primera distorsión a aquel tranquilo estanque sucedió unos días después. Fue preámbulo de los tiempos que habrían de venir.

E inició con la muerte de tu padre.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro