Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

—Spreen, escucha... —intentó. No tenía ninguna poción a mano y a estas alturas, quizá sería inútil. Incluso si su olfato era común, hasta él podía percibir el aroma que desprendía el híbrido.

Había entrado en celo. ¡En el peor momento!

—Spreen, calma... Se fueron. —intentó —No hay nadie en tu espacio ahora... Solo yo.

El oso, casi completamente transformado en su forma animal, ladeó la cabeza aún hallándose en dos patas, como preguntando al hechicero.

—No te preocupes, ya nadie ocupará tu territorio, ¿está bien? —continuó, con la voz más suave y menos nerviosa que podía lograr en su completo pánico, pensando seriamente en salir volando. Al menos tenía esa opción, aunque podía fallarle de hallarse tan nervioso como estaba.

El oso negro pareció comprender lo que intentaba decirle, volviéndose a cuatro patas, dejando toda su altura imponente, viéndose más como un oso normal. Juan, al borde del terror absoluto, no pudo evitar pensar en lo tierno que se veía el híbrido así. Jamás pensó que tendría el privilegio de ver su forma animal, pero ahí estaba Spreen, transformado casi por completo, con su gorra de pescador siendo el único atisbo de su forma híbrida habitual.

Sin esperarlo, el oso empezó a empujar con su ocico suavemente al hechicero, instándolo a seguirle. Juan entendió rápido el mensaje y si bien la situación anterior y la transformación de Spreen lo mantenía en un hilo, decidió seguirle con el pensamiento en su cabeza de que podría controlar cualquier situación que se le presentase.

El oso negro caminó a través de los pasillos y las escaleras del santuario, con tanta naturalidad que parecía su propio espacio, dirigiéndose a la habitación, que permanecía tal cual la habían abandonado aquella mañana, con las sábanas desordenadas de su cama deshecha y el saco del híbrido en una esquina junto a las pertenencias de éste. Sin embargo, contrario a lo que creyó Juan, para su completa sorpresa y nerviosismo, el oso se ubicó a sí mismo sobre la colcha de su cama, ocupando gran parte del espacio y mirándole fijamente con sus ojos platinados oscurecidos, esperando que el otro entendiese el mensaje.

—¿quieres que me recueste contigo? —Juan preguntó. Rozaba lo obvio, pero nuevamente, Spreen no era una persona con la que platicase habitualmente, y no conocía a su animal interno. Todo esto era nuevo para él, por más conocimientos que tuviese.

En respuesta, Spreen en su forma de oso descendió su hocico hasta la colcha, para indicarle el espacio a su lado de la cama. El mensaje era más claro; sí.

—Es-está bien... —el hechicero se quitó los zapatos para sentarse al lado del otro, con el pelaje de éste rozándole la piel gracias al espacio reducido. Era un cosquilleo agradable si no consideraba su miedo al animal a su lado, un animal enorme que con solo sus fauces podía fácilmente matarlo.

Juan sintió como el pelaje presionaba un poco más su piel, y al voltear a verle, se dio cuenta de que la cabeza del animal estaba recostándose como podía sobre su costado.

—¿P-puedo tocarte el pelaje? —cuestionó, movido más por su propio sentimiento y sin pensar claramente, enternecido por la suavidad de éste. Los ojos del oso parpadearon lento hacia él, en una aceptación tácita. —Es suave...

Los dedos del castaño se colaron en el pelaje, empezando a recorrer la parte tras las orejas acariciando calmado, sintiendo pequeños gruñidos de satisfacción en respuesta a su tacto. Juan tuvo tiempo para asimilar la diferencia entre el cabello crespo habitual del empresario, y el liso, pero suave de su pelaje como oso, incluso si mantenía la misma tonalidad. Esto le pareció maravilloso por algún motivo, y sin siquiera quererlo o fijarse en ello, su cuerpo, antes tenso, se relajó visiblemente, con el oso recostándose cada vez más sobre él, aunque no lo suficiente para que su peso no fuera soportable. Y un detalle que solo Spreen logró notar fue el cambio en su aroma, acompañado de las caricias en su cabeza que lo hicieron dormitar.

Juan cayó luego en el sueño, pero lo hizo casi recostado contra el oso también, sus manos de piel lechosa perdiéndose entre el azabache del pelaje.

Entre la noche cayendo, el relajo de ambos y su inevitable caída en brazos de morfeo, no supo cuándo, pero lentamente la forma animal fue recogiéndose hasta parecer más humanoide, dando paso a la apariencia híbrida habitual del joven, con sus orejas siendo la característica más notable de su raza. Pronto, las grandes patas recubiertas de pelo con enormes garras fueron reemplazadas por los fornidos brazos del argentino, y su posición rodeando a Juan pasaron a ser sus dedos presionándole la cintura en un intento de mantenerle cerca.

Spreen no notó el momento exacto que recuperó mejor la consciencia, pero sí que supo que la primera cosa que notó de su alrededor fue el aroma del hechicero, su aroma habitual... No ese agridulce de las noches cuando lo oía sollozar entre sueños, y por alguna razón, eso le trajo una paz y relajo que no le permitió pensar demasiado en el resto de la situación.

—Te ves bonito si duermes bien —susurró el híbrido, con su rostro cercano al cuello del hechicero, su instinto instándole a cerrar la distancia con el área para percibir más cerca la fragancia del castaño.

Y aunque estuviese dormido, los suspiros de satisfacción causados por las largas uñas de Spreen sobre la piel descubierta de Juan, consecuencia de horas antes, cuando su forma animal intentó lo mismo fallando por las enormes garras, rompiendo la ropa, pero por suerte, sin hacerle daño al hechicero, provenían esta vez no del oso transformado, si no del menudo chico entre los brazos del empresario que se permitió sin pensarlo abarcar con la yema de sus dedos esas zonas que no estaban a vista de nadie.

Juan durmió bien esa noche, como no sabía que lo hacía en muchos meses, sin que su cuerpo tuviese espasmos, sin llantos nocturnos, sin dolor.

La mañana siguiente comenzó con el Sol molestándole el rostro al hechicero. Juan se obligó a despertar por la incomodidad, pero no se sintió cansado. Su estado medio adormilado reaccionó a penas para recordar que no había informado a Auron de su estado. Su nerviosismo lo llevó a separarse de la cama con rapidez buscando su comunicador. Su vista borrosa por causa de la falta de sus gafas le dificultó la tarea, pero su apuro fue más que buscarlas antes.

Tenía varios mensajes privados de Auron y Reborn.

"Joputa, te doy hasta hoy a la tarde para que me digas algo"

"Iré a cortarle las pelotas a Spreen si no me dices que está pasando"

Ese, por supuesto, era su mejor amigo, Auron. Por otro lado, el ex-guardabosques,

"Los osos son muy territoriales... Ten cuidado de que no te considere externo. No hagas movimientos bruscos si se para en dos patas, significa que está en modo ofensivo, evita moverte o abrir los brazos, lo que sea que te haga parecer más grande... Cualquiera cosa puede ser visto como un reto."

"No sé que está pasando, son cosas que sé de los osos, si hay algo que te sirva úsalo, pregúntame, si necesitas ayuda, llámanos."

Reborn se había limitado a enviarle una serie de comentarios al respecto de comportamientos de los osos en la naturaleza. Eso era algo útil, pero no debía desviarse de su preocupación más importante, responderle al de mecha de fuego.

"Estoy bien, Auron. Es algo largo de explicar, pero en resumen, Spreen está aprendiendo a controlar a su animal interno después de alcanzar la madurez" —escribió con rapidez, pero imaginó rápidamente la pregunta de su amigo a continuación, así que le explicó anticipándose —"Carola me pidió ayuda, tuve experiencia por Rubí"

Pese a lo temprano que era, la respuesta llegó antes de que terminara de despertarse.

"Reporta cada 8hrs o te juro hijo de las remilputas que te iré a buscar. Me explicarás mejor que es lo que pasó cuando puedas salir y Spreen se controle"

"Bueno"—, concedió.

Lo siguiente en que se fijó era en su situación actual... Mierda. Juan se vió a sí mismo usando la misma ropa que el día anterior, pero la ligera brisa que se colaba en su espalda delató el estado deplorable de su vestimenta. Se quitó la superior y se fijó en que la parte posterior estaba rasgada, siguiendo el camino de garras a lo largo de toda una diagonal. Pensó por un instante en que Spreen lo había atacado y su espalda estaba herida, pero la falta de sangre y de dolor contradijo esa idea rápidamente. Y hablando del hombre...

El híbrido estaba entre sus sábanas, desnudo, con su forma humana de regreso y con rostro de molestia mirándole devuelta al hechicero, molesto. Molesto por apartarse de él. Recordó colocarse la parte superior antes que nada, preocupado al recordar las marcas sobre su hombro.

—Vuelve a la cama —ordenó el híbrido, con voz profunda, casi gruñendo al final. Juan logró ver gracias a la nubla en sus ojos que parecía estar en un estado solo semi-consciente entre el control de su animal y el propio.

Además... ¡MALDITA SEA, SPREEN JAMÁS LE PEDIRÍA ALGO ASÍ!

—Vuelve. —esta vez gruñó, las garras creciéndole repentinamente en lugar de las uñas al oso, angustiando a Juan y asustándole. —Ahora.

No puede ser. Obligado e intimidado, se acercó devuelta hasta su propia cama ocupada en gran parte por el híbrido que ahora yacía desnudo, cubierto solo por su delgada sábana de conocer por completo la anatomía del oso. Caminó hasta él viéndose envuelto y acaparado por los brazos del híbrido al instante en que se acercó al borde de su cama.

—Spreen... —Juan empezó llamándole, acalorado de los fornidos brazos que rodeaban su cuerpo apretujándole. —Spreen, hace calor...

El oso fijó su vista en él permitiéndole apreciar mejor los ojos color plata oscurecidos, y deslizó sus brazos desde su cuello, hasta su cintura, de modo que le permitiese al otro respirar mejor, pero sin soltarle ni un poco. Es un avance.

Juan empezó casi a temblar cuando los dedos de Spreen volvieron a recorrerle la piel desnuda de la espalda descubierta al subirse la playera por causa de la posición y la misma insistencia del híbrido, pasando sus dedos por su cintura, hundiendo sus yemas en la carne blanda, presionando su espalda baja para acercarle a cada instante.

Spreen estaba en celo, se recordó Juan. No es algo que él realmente haría. Solo que, rayos, ese no-intento de masaje era tan relajante y satisfactorio para él que pronto se encontró apoyando su rostro más cerca del torso descubierto del oso, con suaves suspiros cuando sus dedos recorrían los lugares correctos.

—¿Descansaste bien? —le preguntó el híbrido. El hechicero tenía los ojos cerrados concentrado completamente en la sensación en su piel.

—Dormí bien. —afirmó el hechicero —¿y tú? ¿te sientes mejor que ayer?

—Sí. Perdón por perder el control, los aromas son un real problema...

—No te preocupes —Juan le tranquilizó, inconscientemente dirigiendo sus manos a los cabellos crespos del híbrido, en una tierna caricia que buscaba darle mayor seguridad. Comprendía su miedo. —Lo entiendo, ellos están bien y tú también.

—¿estás bien vos? ¿te hice daño? —le preguntó, sin detener en ningún momento sus caricias, genuinamente preocupado por él porque, aunque sus memorias se esclarecían, su parte animal dominaba gran parte y eso le imposibilitaba completar el cuadro completo de sus recuerdos. Vagamente estaba consciente de la llegada de Reborn y Auron, algunos flashs de ellos en el jardín y luego de Juan y él en la cama del primero. Era confuso.

El hechicero no notó, o prefirió ignorar, el hecho de que el que le hablaba ahora era un Spreen totalmente consciente.

—No lo hiciste. —nuevamente el castaño le calmó —Solo nos recostamos aquí

—Bien.

Bien. Juan estaba pensando en tantas cosas y nada a la vez, asustado y emocionado por lo que estaba viviendo ahora mismo. ¿Qué rayos sucedía ahora, con Spreen y él en la misma cama, dándose mimos?

Bien.

Su revoltijo de pensamientos se terminó cuando cayó lentamente en el sueño. El cuerpo cálido a su lado era reconfortante y envolvía bien su pequeño cuerpo. 

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

¡Holaaaaaaa! El quinto capítulo, ya vamos viendo un poco más de estos dos juntos... 

¡Espero que te esté gustando, nos vemos en el próximo!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro