Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo cuatro: La nota


Corrí por todo el pueblo, incluso cuando la noche amenazó con tragarme en su oscuridad y mezclarme con ella, pero no podía quedarme de brazos cruzados, algo le había sucedido a mi abuela y mi corazón no dejaba de latir con fuerza.

Cuando llegué a su casa, alejada del pueblo, mientras lo único a mi alrededor solo había vegetación, ningún rastro de que el lugar había sido saqueado.

Traté de disimular mi respiración, por si la persona que atacó a mi abuela seguía cerca. Me acerqué a la puerta, mientras mis dedos temblaban lentamente. Mis dedos tocaron levemente la manija de color dorado y la puerta se abrió lentamente, ocasionando un rechinido.

Fruncí el ceño, apoyé mi mano en la puerta y la abrí lentamente, sin moverme de donde estaba. Miré hacia el suelo, mientras que todo estaba oscuro, lo único que sobresaltaba eran los papeles y carpetas.

Algunos eran de los viajes de mi abuela con sus amigos en su juventud y en su vejez, nada que alguien pudiera robar. Como toda abuela, ella conservaba objetos que ella consideraba reliquias, como fotografía y demás cosas.

Entre tanto desorden, pude distinguir una fotografía que ella apreciaba mucho.

En la fotografía yo era una bebé, ella me sostenía en sus brazos como si hubiera sido lo mejor de su vida y sus ojos de distintos colores brillaban como nunca. De pequeña me parecían muy divertido sus ojos, ya que uno de ellos era de color celeste y el otro era de color marrón, me parecían peculiares.

Preferí dejar la fotografía en su lugar, para que nada correspondiente al sitio fuera alterado. Seguí observando un rastro de papeles que conducían al living, en donde estaba el sofá de color marrón claro y una televisión antigua, como le gustaba a mi abuela.

Me acerqué al sofá y observé que debajo de este había una gota de sangre, fruncí el ceño y temiendo lo que podría encontrar, flexiones mis rodillas y noté que había un papel roto cerca de la gota de sangre.

Con mi cuerpo moví el sofá y observé como el piso de madera contenía más sangre debajo de este. Lo extraño, era encontrar un pedazo de un mapa roto por la mitad. Con mi mano derecha lo tomé y leí el nombre que estaba escrito en la esquina superior del mapa "BACKDALE", el cual estaba escrito con la tipografía Times New Roman inclinada y tenía los bordes amarillos por la antigüedad.

Doblé el pedazo de mapa que había en mis manos y sin tocar nada más de la casa, traté de buscar la otra parte, pero era como buscar una aguja en un pajar. Algo que me había sorprendido mucho, era notar que había más fotografías de sus viajes de lo que recordaba.

En la mayoría de las fotografías aparecían las mismas personas, las cuales eran cinco, una chica que tendría unos treinta años, un señor de unos sesenta y otros dos que eran gemelos y mi abuela.

Me pregunté por qué le había ocurrido esto a ella, no era una santa, pero nunca me despreció, ella me enseñó mucho de las cosas que sé y jamás podría haber deseado una mejor abuela. Cuando lágrimas caían de mis ojos, ella estaba allí, cuando tenía pesadillas estaba allí y cuando no podía dormir, sus cuentos fantasiosos estaban allí.

Creo que no había ningún momento de mi vida en donde mi abuela no haya estado.

Sentía que mi pecho estaba siendo estrujado por una mano invisible, mientras que un nudo se formaba en mi garganta, un nudo que no podría deshacer y aunque me resistía, no podía evitar que alguna o que otra lágrima cayera por mis mejillas.

Cuando volví a casa, no había dejado de pensar en aquel pedazo de mapa que había encontrado y lo más extraño, era que tenía esa sensación de que mi abuela no era quien decía ser. No sabía cómo explicarlo, pero sentía que me ocultó algo.

En los escalones, Trek estaba sentado con las manos cruzadas, cuando levantó la cabeza, me observó y simplemente se acercó corriendo a mi y me abrazó con fuerza. Quería llorar, porque no entendía nada y todo parecía ser muy confuso, pero sé que eso sería demostrar debilidad y mi abuela no hubiera querido eso.

—En cuanto lo supe vine a buscarte, creí que necesitarías compañía —nos separamos y me acarició el cabello tiernamente.

—Estuve allí, todo estaba patas arriba.

—¿Estás loca? Si la policía sabe que estuviste allí, te pueden arrestar y...

—Confía en mí, nadie más que tú lo sabe.

—Está bien, ¿entramos, linda?

Entramos a casa y nos dirigimos a mi habitación. Fue entonces que noté que algo estaba raro, un olor que no había olido antes, sentía que alguien había estado aquí y lo que vi sobre mi escritorio lo comprobó.

Me acerqué a mi escritorio y noté que había un papel en blanco, que decía "La hija amada" con sangre. El pelinegro se acercó a mí y al ver la carta abrió los ojos como platos.

—¿Q-qué es eso? —preguntó con miedo.

—Una carta de amenaza, ¿Qué no ves?

—Tienes que ir a la policía, Mads, por favor —suplicó.

—No, Trek, primero lo hablaré con mis padres —mentí para calmarlo.

—¿Me lo prometes?

—Sí, lo prometo.

Trek era una buena persona y jamás podría adaptarse a mi estilo de vida, por eso a veces debía mentirle, porque sabía que la verdad sería demasiado para cualquier humano y más para él que siempre fue tan sensible a todo.

Recuerdo que una vez lloró cuando un personaje de un libro de fantasía murió, como si fuera tan importante algo tan falso como una historia.

—¿Segura que estás bien? —colocó suavemente su mano en mi hombro.

—Sí, es solo que... todo esto es muy extraño, mi abuela no lo merecía.

—Sé que no, debe de haber sido un loco, pero siendo sincero, me da pánico la manera en cómo te estás tomando esto.

Lo miré a los ojos, los cuales desprendían terror y miedo.

—La muerte es parte de la vida, Trek, más en personas mayores, solo me entristece que no haya muerto de forma natural. No esperaba que fuera asesinada por un loco demente.

Me tomó de la mano y nos sentamos al borde de la cama.

—Sé que estás en shock, pero quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo, incluso si quieres esconder un cadáver —sonrió tiernamente.

Ay, Trek, si supieras que eso puede ser tan literal...

Sabía que mis padres no estarían durante la noche, porque estarían investigando qué sucedió realmente, así qué le pedí si se podía quedar a dormir y como siempre, aceptó sin ningún pretexto.

Cuando nos fuimos a dormir, mi cabeza no dejaba de dar vueltas sobre por qué había sucedido esto justo ahora, que había conocido a Valery. Era más que evidente que esto estaba relacionado con ella, ¿pero cómo?

A veces pensaba durante la noche y me preguntaba qué sería de Biale, si ella me apoyaría en estos momentos. No me gustaba actuar como humano, pero a veces tenía esos momentos horribles en donde quería hablarle y arreglar las cosas, pero luego entendí que si yo no le escribía, no existía para ella.

Recuerdo que mi abuela una vez dijo que el amor era algo hermoso, pero que casi nadie lo encuentra y creo que soy del montón que nunca lo encontrará.

Observé a Trek y noté que estaba dormido sobre la cama de al lado. Eso era bueno, necesitaba ver a alguien y platicar sobre esto o al menos saber si esta carta era de alguien en específico o no.

Salí por la ventana de mi habitación y me aseguré de cerrarla desde el lado de afuera, para que el frío de la noche no despertara a Trek. Comencé a correr a una velocidad normal hacia el bosque, pero a la vez, procurando que nadie me estuviera siguiendo.

Seguramente estaba en terreno peligroso y podría ser atacada en cualquier momento, pero necesitaba encontrar a Biale y saber si esta carta tenía algún distintivo o alguna pista escondida.

Mientras la oscuridad cada vez se hacía más densa, comencé a caminar, porque significaba que no faltaría mucho para encontrarla. Biale, a pesar de ser mi ex, sabe demasiado sobre mi vida y seguramente sabe que asesinaron a mi abuela, por lo tanto, sabía que aparecería.

—¿Pensando en el medio del bosque, amor?

Bingo.

—Sal, Biale, sé que estás aquí.

Oí unos murmullos detrás de los arbustos y finalmente Biale se hizo presente en la oscuridad. En sus ojos podía notar aquella maldad que la caracterizaba, le gustaba verme sufrir, porque pensaba que aún era la misma niña que temía no ser suficiente.

—Supe lo que sucedió, lo lamento.

—Ahórrate las condolencias, quiero que me digas si sabes algo de esto —levanté el sobre y comencé a abrirlo, para luego notar que tenía unos símbolos extraños.

—¿Quién te crees qué eres para...

—¿Me vas a ayudar o no?

Dio unos pasos hacia mí y sentí una sensación extraña. El miedo que un día había sentido, quería volver, pero no podía dejar que eso sucediera.

—Huelo tu miedo —susurró.

—Ya no soy la misma, ya lo sabes.

—Me encanta que seas rebelde —dirigió sus ojos verdosos a la carta y comenzó a observarla—. Desconozco esos símbolos, pero no es un idioma en concreto.

—¿Cómo sabes eso si no sabes leerlos?

—Porque a nosotros nos enseñan un idioma nato de símbolos, pero nunca había visto algo así. No es casualidad esto.

—Dime algo que no sepa —ironicé.

—Volverás a ser mía, eso está escrito.

—Ya supéralo, Biale, eso jamás pasará.

Me di media vuelta, porque no quería verla nunca más en mi maldita vida y principalmente porque me daba pánico que estuviera a mi lado. No sabía que podía hacerme o decirme, sus acciones y sus palabras eran tan filosas como un cuchillo y tan letales como un veneno.

La odiaba y la amaba ¿eso era posible o solo estaba confundida?

Al volver a casa, Trek me esperaba en pijama, con los brazos cruzados, sentado en el borde de mi casa y la nariz arrugada. Seguramente no le había gustado nada que lo dejara solo, pero tampoco tenía porqué darle explicaciones.

Lo quería fuera de esto y gracias a Valery, él corría un riesgo enorme.

—¿Qué?

—¿Por qué nunca me dices a dónde vas?

—Porque no te debo explicaciones, Trek, eres mi mejor amigo, no mi padre.

La tenue luz de la mesita de noche alumbraba su rostro molesto. Era uno de sus dones, demostrar que estaba disgustado con algo, pero se mantenía al margen porque me respetaba.

Algo que la mayoría de los humanos no hacía. Muchos de ellos eran chismosos y buscaban saber todo de tu vida, pero él no.

—Entiendo que necesites tu espacio, pero al menos me hubieras dicho, me asusté al no verte —dio unos pasos hacia mí y me acarició el brazo.

—Sé que no tienes mala intención, pero nunca te voy a dar explicaciones de algo que no quiera, ¿okey?

—Claro, Mads —hizo una pausa—. Mejor volvamos a dormir, fue un día duro para ti.

No dormí mucho durante la noche, no dejaba de pensar sobre el motivo por el cual asesinaron a mi abuela. Ella era una buena persona, no entendía porqué alguien quería hacerle daño.

Sin embargo, la noticia sobre una pareja que tuvo de hija a una humana, era algo conocido dentro de los clanes. Consideraban a mi madre como una traidora, porque ella engendró a una niña que no posée poder o habilidad alguna y eso la hacía blanco de discriminación.

Mi abuela no se quedó atrás y siempre me había impulsado a ser yo misma, a amarme como una humana con sangre especial.

Además, Biale había dicho que esto no era coincidencia y estaba segura que esa maldita pelirroja tenía algo ver. Porque realmente era mucha casualidad que haya llegado al pueblo, que haya conocido a Biale y a raíz de eso, hacer un trato para buscar un oráculo.

Nada de esto tenía el menor sentido y solo había aceptado para mantener a Trek a salvo, pero ya ni sabía si eso sería suficiente para garantizar su seguridad. Incluso porque Valery lo quería y eso no era nada bueno.

Al primer rayo de luz, Trek volvió a su casa para que yo tuviera un momento a solas con mis padres. Él debía creer que yo estaba sufriendo y así debía ser, jamás podría saber la verdad sobre mí o mi familia. Eso podría arruinar su vida y tal vez Trek sea el único humano que valga la pena en este mundo.

Estaba sentada en el borde de mi cama, pensando en quién podría haberme dejado esa nota o de donde provenía ese mapa, porque realmente no tenía sentido.

A mi abuela le gustaba viajar en su juventud, le emocionaba conocer nuevos lugares y... ¿Y si ese mapa era de algún lugar el cual ella había visitado? No lo sé, estaba muy confundida.

Esa nota estaba entre mis manos y ese mensaje rondaba mi cabeza.

"La hija amada"

¿La hija amada? No tenía sentido, es decir, claro que mis padres me amaban por quien era, pero... No lo sé, no sentía que estuviera relacionado con ellos.

De repente oí que alguien golpeó la puerta dos veces. Rápidamente escondí la nota debajo de la almohada y me acosté sobre ella, actuando con normalidad.

—Adelante.

Mis padres abrieron la puerta y entraron a mi habitación. Se acercaron a mí y ambos se sentaron en el borde de mi cama con una sonrisa tierna.

—¿Cómo te sientes, cariño? —preguntó mamá con dulzura.

A veces no entendía porqué todo tenía que ser así, es decir, mis padres eran las personas más dulces y buenas de todo el mundo, no como la mayoría de los clanes. Ellos no dudarían en matar con tal de divertirse con su sufrimiento.

Sin embargo, yo no tenía su bondad. No tenía maldad o bueno, al menos no para las personas con habilidades y pese a que no las tenía, me sentía parte de ellos.

—No lo sé, fue todo tan repentino y extraño —me senté en la cama y mi madre me envolvió en sus brazos.

Se sintió bien sentirme protegida aunque sea solo un segundo, aunque ni siquiera lo mereciera. ¿Por qué alguien como yo podía merecer unos padres tan buenos? No lo sé.

—Sé que tu abuela siempre te entrenó para que tus habilidades salieran a la luz —comentó mi padre—. Siempre tuvo una buena intención y fue protegerte en caso de que algo sucediera, pero a nosotros no nos importa si tienes o no habilidades, hija, solo queremos que sigas con tu vida pese al dolor.

—¿Cómo puedo seguir si ni siquiera sé quién soy?

—Nunca sabrás quien eres si nunca sigues adelante, mi amor —mi madre se acercó y dejó un beso tierno en mi cien—. Te diré algo, cuando tu abuela tenía tu edad, tenía un grupo de amigos, los cuales se dedicaban a mantener a salvo el clan, pero con el tiempo encontraron leyendas, rumores y el deseo por tener y descubrir el poder los cegó.

—¿Qué poder, mamá? La abuela nunca me habló sobre eso.

—Ella nunca quiso decírtelo porque te quería proteger, pero no pudo salvarse.

—¿Protegerme de qué?

—No lo sé con certeza, pero sé que hace tiempo que tu abuela buscaba un oráculo.

Maldición, la leyenda entonces era cierta. Si la abuela lo buscaba, tenía que ser importante. Seguro aquella fotografía con esas personas tenía algo que ver.

—Lo entiendo, ¿podrías dejarme a solas? Es que tengo que procesarlo.

—Claro, cariño.

Se levantaron del borde de la cama, se dirigieron hacia la puerta y luego se fueron.

Tomé la nota que había escondido, apagué la luz de mi habitación para que mis padres pensaran que estaba durmiendo y me dirigí hacia la ventana. Me senté sobre el borde de esta y salté hasta una rama segura del árbol, para así poder descender de él.

Comencé a correr, cuando entendí que mi abuela no había muerto por casualidad, sino que había sido planeado. Tal vez el asesino volvería a su casa y buscar algo más. Si era necesario, yo lo mataría con mis propias manos.

Sin embargo, tenía que mantener la cabeza fría, ¿qué había encontrado la abuela para que la asesinaran?

Al llegar a su casa, encontré una silueta que se me hacía familiar. Se escondió entre la oscuridad de la noche, caminé lentamente hasta seguirla al patio trasero. En cuanto se detuvo, tomé impulso y con mis brazos rodee a la persona.

Al instante el cabello pelirrojo se hizo presente, maldecí cuando me di cuenta de quién se trataba. Valery perdió el equilibrio y ambas caímos sobre el césped. Ella estaba encima mío, sujetándome de las muñecas como si fuera una demente.

—Te ves linda estando tan indefensa.

—¡Suéltame!

Colocó su mano en mi boca para que no dijera nada y juntó mis muñecas para que no me moviera.

—Te ves sexy así y me encanta este escenario, pero en serio, no puedes alzar la voz en una escena del crimen.

De repente me soltó y se alejó de mí. Ambas nos levantamos y fruncimos el ceño.

—¿Qué rayos haces aquí?

—La muerte de tu abuela ya recorrió los clanes, creí que podrías necesitar ayuda para descubrir algo.

—Claro y yo te importo tanto que por eso estás aquí, para ayudarme con mi abuela muerta —ironicé.

—No es que me importes, es solo que tengo una misión, necesito encontrar a alguien y quería saber si esa persona era la causante de todo esto.

—¿A quién debes encontrar?

—A mi hermana.

—Hagamos un trato, te ayudaré a buscar a tu hermana, a cambio de que me ayudes a resolver este misterio.

—Ay, linda, si de verdad quieres tenerme cerca, solo debes decirlo.

Ignoré su comentario y estiré mi brazo, esperando una respuesta de su parte.

—Esto de los tratos es nuestro sello, ¿no?

—¿Me vas a ayudar o no?

—Claro, linda, pero que conste una cosa —estrechó su mano con la mía y me acercó a ella abruptamente—. Seguiré con mi plan de enamorar a Trek y no podrás hacer nada al respecto.

—Si le tocas un solo cabello...

—Lo quiero completo para mí, así qué digamos que seremos enemigas frente a él, pero a escondidas, seremos dos aliadas.

—El dicho que usan los humanos es diferente.

"Durante el día seremos dos desconocidos y durante la noche, seremos dos amantes", ni pienses que podría enamorarme de ti.

—Pues eres tú quien siempre recalca algo sobre mí, así que mejor piensa en lo que dirás, imbécil.

—Tu amigo tiene razón, eres linda, pero seria te ves hermosa.

Solté su mano y ella soltó una pequeña risita.

Esto iba a ser complicado, mi enemiga era mi aliada. Sería el fin de mi vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro