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🍃El Bosque Mágico🍃


Existía un mito sobre un bosque mágico, se decía que en el bosque había un pueblo pequeño, donde todos convivían con alegría, existía la magia y todos los seres mágicos. Obviamente es un mito, nadie cree en ello, la magia no existe, los seres mágicos no existen, y tampoco existe ese pueblito.

Pero yo sí creo que todo eso puede ser real, es que las señales apuntan a que existe. Se lo he contado a varios amigos, incluida mi mejor amiga, ellos dicen que estoy loca, y mi mejor amiga aunque dice creerme yo sé que es mentira, sé que piensa que me falta un tornillo pero no es así.

¿Estoy loca sólo por tener un pensamiento diferente? ¿Acaso no existe el libre pensamiento?

Simplemente no lo entiendo, es que enserio no lo entiendo. Es por eso, que me he encargado de investigar a profundidad, y sí, lo haré con mi mejor amiga.

Soy Hazlie Park, vivo en una ciudad no muy grande, dónde todos son de mente cerrada e incapaces de ver más allá de su pensamiento, okey eso sonó feo, pero es que enserio me molesta que me llamen loca. He investigado lo suficiente y por eso estoy segura de lo que digo.

Me encuentro junto a mi mejor amiga, ambas trabajamos en encontrar la ubicación de ese bosque. Tenemos varias páginas donde mencionan ubicaciones pero estamos tratando de cuadrar todas las ubicaciones existentes para encontrar el lugar real.

—Stalie, ¿Qué encontraste? —le pregunto a ella. Stalie gira a verme un poco cansada.

—La verdad, nada —dice ella. Me desanimo por eso, ella suspira—. ¿Sabes? Enserio confío en ti, pero me parece que ese bosque no existe, solo es un mito.

—¿Tú también estás pensando igual que ellos? —pregunto ofendida. Ella abre los ojos sorprendida—. Lo sabía, tu no me creías, pero si quieres puedes irte, la puerta está abierta.

—Hazlie, yo...

—No, está bien —la interrumpo—. Estoy loca y es mejor que te alejes de mi, pero cuando salgas no me volverás a ver.

Me giro a mi escritorio, después de unos momentos escucho como la puerta es cerrada. Se fue, no le importó dejarme sola, jamás confió en mí y eso me duele mucho.

Lágrimas amenazan con querer salir, pero las limpio con mi antebrazo mientras me concentro en localizar ese lugar. Debo probar que no estoy loca, debo hacerlo.

¡Lo logré! Pude encontrar el lugar exacto dónde está oculto ese bosque. Sé que estarán preguntándose, ¿Porqué me esmero tanto en demostrar que existe ese bosque? Pues porque siempre he creído que la magia existe, está ahí, oculta para que nadie se aproveche de ella, y probaré que la magia no es sólo un mito.

En una mochila guardo todo lo que necesito para este viaje. Salgo de mi departamento no sin antes dejar la llave con el encargado.

Será un largo viaje, al menos el bosque no está demasiado lejos de la ciudad donde vivo.

🍃🍃🍃

Luego de un día he llegado al lugar, se ve que es un bosque común y corriente pero debe ser una forma de camuflarse. Camino para adentrarme en el bosque.

Luego de caminar por un buen rato, veo que el bosque sigue siendo normal. Suspiro decepcionada, parece que siempre estuve equivocada, me siento en el suelo para descansar del largo viaje que hice en vano.

La luz del sol atraviesa las hojas de los árboles para dar directo en mi rostro, se siente cálido y me hace sentir un poco mejor. Algo obstruye la luz porque deja de impactar en mi rostro.

Levanto la mirada y noto que es un sujeto con capucha, está parado frente a mí, observándome. Me asusto pensando que es un criminal, pero el sujeto se quita la capucha revelando ser un muchacho muy guapo. Me dedica una sonrisa mientras me extiende su mano para levantarme del suelo.

—¿Qué haces aquí, en medio del bosque? —pregunta él, confundido. Sonrío avergonzada.

—Pensarás que estoy loca —digo—. Además, no sé tu nombre.

—No voy a pensar eso. Y sobre lo último que dijiste, me llamo Steve. —dice extendiendo su mano, correspondo su gesto.

—Un placer, Steve.  Estoy buscando un bosque mágico, el del mito. —digo desviando la mirada, espero para que se ría de mí pero no lo hace.

—Te creo. —dice él mientras toma mi barbilla para que lo observe. Abro los ojos sorprendida.

—¿De verdad?

—¡Claro! El bosque mágico no es un mito, existe y estás en él.

—¿Es este bosque?

—¡Así es! Sé que parece uno normal, pero debes buscar bien. Sígueme, yo te guío. —dice mientras empieza a caminar.

Él dice saber dónde está, pero ¿Y si es mentira? No importa, me voy a arriesgar. Lo sigo, luego de un rato de estar caminando, él se detiene frente a unas lianas que parecían cortinas. Steve aparta las lianas para pasar, yo hago lo mismo y cuando estoy del otro lado lo que observo me deja impactada.

El bosque mágico está frente a mí, hay unicornios corriendo en el campo, hadas volando en los cielos y varios seres merodeando el lugar. Todo parece irreal, quizás ya estoy loca que pienso haber podido lograr mi cometido.

—¿Te gusta lo que ves? —pregunta Steve. Asiento asombrada.

—¡Es real! —exclamo. Dirijo mi vista hacia él. —¿Tu perteneces aquí?

—Sip, soy uno de los habitantes de este pueblo. De vez en cuando salgo del bosque para darme un paseo en el mundo normal. —dice mientras me sonríe. —Tuviste suerte de haberte topado conmigo, tu sola no lo hubieras encontrado.

—¡Gracias, gracias! —lo abrazo emocionada. Steve se asombra por mi acción pero me corresponde el abrazo.

—Ahora, si piensas quedarte necesitas un lugar. Puedo darte un espacio en mi casa, ¿Te parece? —pregunta. Asiento agradecida.

No pensé que todavía existieran personas realmente honestas, él no me ha tendido ninguna trampa, más bien me ha ayudado incondicionalmente.

Caminamos para dirigirnos a su casa, en el camino disfruto el paisaje que brinda este lugar, simplemente es hermoso. Llegamos al pueblo, todos están en el centro del pueblito, parece que están haciendo una fiesta. Cuando todos notan nuestra presencia, nos observan asustados y se alejan de nosotros, algunos se queda pero nos ignoran y otros se van de forma discreta. Esta actitud de ellos me confunde, por lo que observo a Steve confundida.

—¿Porqué todos parecen tenernos miedo? —le susurro.

—Nunca me han visto llegar con alguien que no pertenece al pueblo, es por eso que tienen temor. —explica Steve mientras me sonríe. —No te preocupes, no te harán daño, nadie lo hará.

Suspiro aliviada, seguimos caminando hasta que llegamos a lo que parece ser su hogar. Es una casita un poco tétrica, lo cual me parece extraño. Él se acerca a la puerta para abrirla y cederme la entrada, entro un poco tímida.

—No te pongas nerviosa, estamos en confianza ya. —dice él mientras me dedica una sonrisa. Asiento mientras trato de dejar mi nerviosismo.

Siento algo en mi pecho, es como un presentimiento, tengo un presentimiento de que algo malo va a ocurrir. Él me deja en el sillón de la sala mientras se dirige a la cocina para traernos unas bebidas.

Empiezo a respirar entrecortada, no sé porque estoy nerviosa, siento que algo está mal. El silencio inunda la sala, lo que le hace sentir más nerviosa. Repentinamente escucho que alguien se acerca a mí con gran velocidad, me asusto y casi grito.

—¿Hazlie, estás bien? —pregunta Steve confundido, trae consigo las bebidas. Exhalo aliviada.

—Es que desde hace unos momentos tengo miedo y no sé porqué. —le explico, él me observa incrédulo mientras se sienta a mí lado.

—¿Tienes miedo desde que entraste a mi casa?

—Lo sé, es absurdo. Aquí nadie me haría daño. —digo mientras niego viendo lo absurda que actué. Él me sonríe.

—Tienes razón, aquí nadie te haría daño —dice él con un tono de voz diferente. Lo observo confundida—. Pero yo soy diferente a ellos, y tu lo has visto.

—¿Qué me estás tratando de decir? —pregunto asustada.

Steve sonríe, pero es una sonrisa macabra, se levanta del sillón mientras me da la espalda. En su mano aparece una espada roja cubierta por una luz tétrica.

—¿Te han dicho que no confíes tan rápido en alguien? —pregunta sonriendo maquiavélico. Se empieza a acercar a mí mientras yo trato de alejarme.

Nunca pensé que algo así podría ocurrirme a mí, jamás debí confiar en él, pero tengo la mala costumbre de fiarme de una sonrisa bonita. Estoy segura que puedo salir de este problema.

O quizás no...

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