|Capítulo 12|
—¿Realmente piensan desafiar al psicópata que nos secuestró y nos colocó en este bosque? —cuestionó Maximo cuando todo el grupo se quedó en un tenso silencio.
Ethan le miró con molestia aún si sabía que el niño no era capaz de observarle.
—¿Es que acaso tienes miedo? —espetó.
Maximo bufó.
—No, pero prefiero seguir con vida y no morir en un ataque suicida —contestó con amargura—, pensaba que de todos eras quien menos apoyaba los planes imprudentes e insensatos.
—Oh, y ten la certeza que así es —dijo Ethan, poniéndose de mal humor—, lo que ocurre es que no quiero quedarme aquí y seguir siendo un ratón de pruebas en este lugar, además, creo que tenemos una buena oportunidad que podemos usar.
—¿Y cuál es? —inquirió Alexia con curiosidad.
Ethan señaló a Lion, a la vez que agregaba:
—El psicópata le dijo que si quería confirmar que iría a quedarse por nosotros entonces lo encontrará en el río al mediodía, y que para ese momento la arena movediza estará desactivada.
Lion se sorprendió de que él recordara aquello al pie de la letra.
—¿Y dices que deberíamos atacarlo o algo así mientras usamos a Lion como carnada? —preguntó Diana, ladeando la cabeza y arrugando el entrecejo.
—Oh, cómo te encanta hacer resúmenes de todo lo que digo —ironizó Ethan, y luego asintió con la cabeza, restándole importancia al asunto con un ademán de mano—, sí, eso fue lo que dije.
—Entonces estás loco —dijo Johana, cruzándose de brazos y alzando la barbilla—, ¿cómo podríamos vencer a un hombre de quién no sabemos absolutamente nada? Solo somos niños, ¿recuerdas? Y estoy segura de que el psicópata no caminará por ahí desarmado y con la guardia baja.
—No me gusta estar en desacuerdo con otra persona —respondió Oliver, incómodo y pasando una mano por su cuello—, pero debo admitir que no entiendo tu propuesta, Ethan, es muy arriesgada.
—¿Así que prefieren quedarse aquí y seguir estas pruebas como un montón de borregos? —espetó él, furioso—, porque si es así, pueden ir pensando en que no ganaremos nada... Incluso es posible que ni siquiera acabemos las pruebas y muramos de hipotermia en la tormenta de nieve. ¿Han pensando en eso? Si derrotamos al psicópata que nos trajo hasta este lugar podremos hacer algo bien, e incluso usar a nuestro favor lo que Lion hizo a nuestras espaldas.
—Pero, ¿cómo lo haremos? —preguntó Lion, sin sentirse incómodo ante la idea de ser la carnada en su plan—, ¿iré sin que el hombre sospeche nada y luego ustedes saltan para atraparlo? No sabemos si tiene a más personas bajo su mando, además de que es probable que los pueda ver por las cámaras.
—¿Es que creen que no entiendo el riesgo que representa mi plan? Claro que lo hago... Y es por eso que no voy a imponerles nada, ¿de acuerdo? —Ethan bajó la cabeza, pasando una mano por su cuello y curvando sus labios en una mueca—, si no quieren hacer esto será comprensible, pero no voy a dejar de decirles que esta podría ser nuestra mejor oportunidad para abandonar este bosque y regresar a casa... Y supongo que ya nos preocuparemos por lo que siga después de todo.
—Hum, supongamos que logramos derrotar a este tipo —intervino Alexia, pensativa—, ¿qué sucede después? ¿Cómo hallamos la salida de este sitio?
—Podemos atarlo y hacer que nos diga lo que necesitamos oír.
—¿Y si tiene armas?
—Lo desarmaremos y seremos más rápidos que él.
—¿Y si nos ve por las cámaras?
—Iremos una vez que Lion esté con él para que lo distraiga en lo que llegamos.
—¿Y qué sucede si tiene aliados que nos vean por las cámaras?
—En ese caso, las evitaremos por completo.
—¿Sabías que estás demente?
—Sí, lo sé.
Alexia soltó un hondo suspiro, alzando las palmas de sus manos.
—Vale, me rindo —contestó—, estoy contigo.
Ethan pareció aliviarse al escucharla, aunque casi enseguida volvió a su semblante ese gesto serio y adusto.
—Yo también lo estoy —murmuró Lion—, si conseguimos esto no tendremos que seguirnos preocuparnos por pruebas ni pasar la noche en un bosque... Además, no quiero que nadie resulte herido, y esta me parece la opción más pacífica. Aunque antes tendríamos que examinar muchas cosas y tener un plan exacto.
—Oh, de verdad que van en serio con esto —suspiró Diana—, oh, ¿qué más da? Los apoyo, no es como si fuera mejor quedarnos de brazos cruzados y esperar a que pase todo.
—Yo sigo pensando que están locos —comentó Johana, sacudiendo la cabeza en aire de desaprobación—, pero si realmente piensan hacerlo, no imagino cómo podrían hacerlo sin mí.
Oliver y Maximo, por otro lado, seguían sin lucir convencidos.
—¿Se dan cuenta que esto podría ser fácilmente nuestro fin por tantas incógnitas y cosas que podrían salir mal? —cuestionó este último con el entrecejo arrugado a más no poder.
—Oh, no seas tan pesimista —contestó Diana con una leve sonrisa—, si estamos juntos estoy segura de que todo saldrá bien.
—Esto no es "My Little Pony", ¿sabes?
—¿De verdad? Porque aquí la magia de la amistad también parece ser bastante útil.
—Ya, claro.
—¿Eso significa que también aceptas el plan?
Maximo se encogió de hombros.
—Solo si Oliver lo hace —contestó, y las miradas cayeron sobre el aludido.
Oliver se ruborizó al ver que era el centro de atención, y carraspeó con la garganta.
—Yo... Supongo que si todos están de acuerdo con este plan, entonces yo también lo estoy —murmuró por lo bajo.
—No siempre debes estar de acuerdo con lo que digan los demás —se burló Maximo, pero no insistió en ello y rápidamente agregó—: También estoy dentro en lo que sea de lo que se trate esto.
Ethan sonrió ampliamente como el gato de Cheshire.
—En ese caso —dijo—, deberíamos empezar a planear lo que haremos, y será mejor que suceda de una vez, o de otra forma no tendremos tiempo para poder hacer lo que queremos.
Lion presentía que se arrepentiría de haber aceptado este acuerdo más tarde... Y vaya si quería que no fuera así.
Frotó sus manos y suspiró pesadamente.
Sin embargo, en el fondo no pudo evitar pensar que realmente tenía muy buenos amigos.
.
Habían pensado en el plan, de verdad que lo habían hecho... Sin embargo, aún así Lion no podía evitar pensar que estaban a un solo paso de que todo saliera mal.
¿Cómo lo habían convencido de aceptar esto? ¡Era una locura! No obstante, para cuando pensó en esto y en todos los riesgos que implicaba este plan, sus amigos ya se habían decidido a llevarlo a cabo y no pensaban escuchar un "no" como respuesta.
Sí, estaban locos. Y quizá Lion también lo estaba por haber accedido en primera instancia.
Habían tantas cosas que podían resultar mal para ellos, un sinfín de variables que no conocían y preguntas cuya respuestas, al no conocer, podían actuar contra ellos... Sin embargo, en la mente de Lion, había otra voz, que era más pequeña a la que juzgaba todo el plan, que le decía que era mejor hacer el intento que solo rendirse.
Podía decirse que en la cabeza de Lion se estaba llevando a cabo un arduo y doloroso debate, y por más que trataba se apartar estos pensamientos de él, acababan por volver como resortes, y era algo que, sin duda, le parecía de lo más exasperante.
Ahora se encontraba caminando por el bosque con los débiles rayos del sol iluminando su alrededor. Y sí, el grupo había pasado como diez horas llevando a cabo su planeación, durmiendo apenas si lo suficiente para mantenerse activos y comiendo lo necesario.
Lion en particular se sentía cansado, y esto le resultaba irónico, porque cuando pudo dormir, su cerebro se negó a conciliar el sueño, ¿y eso? Eso era horrible.
Por fortuna, el cansancio no era demasiado y podía contra él. Sus párpados no se sentían tan pesados como para desear cerrados, y al menos su cuerpo respondía correctamente a sus pensamientos. Era de mañana y Lion sabía que pronto sería el mediodía... Aunque, en realidad, no tenía una forma exacta de asegurarse de ello, y lo único que tenía era la sensación que le otorgaba su reloj interno y que le ayudó a ubicarse entre las horas.
El resto del grupo no estaba con él, pues Lion debía hacer ese camino por su cuenta, asegurándose de cruzar por las cámaras/micrófonos (habían asumido que no había diferencia) que habían localizado la noche anterior... Y vaya sí había sido un fastidio, porque tuvieron que caminar como nunca antes y abarcar una gran zona. Lo único que podían encontrar como una ventaja era el hecho de que podrían cruzar por la arena movediza que antes les forzó a rodearla, lo que disminuiría el camino que tendrían que transitar.
Justo cuando Lion llegó a esta zona, aminoró su paso hasta detenerse, observando la superficie de la tierra con aire de sospecha y frunciendo el ceño... ¿Y si todavía la arena movediza no estaba desactivada? (Vaya, esa era una pregunta que nunca pensó que se haría), bueno, de cualquier forma, Lion recordaba que Maximo había mencionado que la arena movediza no podía tragarse a alguien de la misma manera en la que hacían en las películas... Y esta comparación de pronto le resultó rara a Lion, porque comprendió que todavía habían cosas que no recordaba por completo, como las películas en las que había visto este tipo de escenas.
Se encogió de hombros, decidiendo que esto último era irrelevante y dando un paso al frente, pensando que sería más rápido si simplemente caminaba sobre la arena y ya.
Aunque solo se le ocurrió haber arrojado primero una piedra cuando ya había apoyado la planta de su pie sobre la superficie de la tierra.
Afortunadamente, esta no se hundió, y Lion soltó un suspiro de alivio, percibiendo que la superficie no era solo de tierra, sino parecía estar hecha de un material más duro y que no parecía encajar ahí.
Sin embargo, le restó completa importancia y empezó a avanzar, agarrando más confianza conforme avanzaba y mirando sobre su hombro alrededor de varias veces.
¿Sus amigos llegarían a tiempo? Se suponía que se demorarían más debido a que tendrían problemas para esquivar todo tipo de cámaras, lo que sería más tardado, pero también más seguro. Lion soltó un profundo suspiro, revolviendo su cabello y tragando saliva con dificultad.
¿Y si estaban cometiendo un error al ejecutar ese plan? Quizá lo estaba haciendo. No obstante, era consciente de que ya era bastante tarde como para dar marcha atrás a todo eso.
Lion apretó los puños y apremió el paso, preguntándose vagamente si sería capaz de mentir de forma convincente y, sobre todo, si podría ganar el tiempo suficiente para tender la emboscada que tenían planeada.
Entre más avanzaba, más empezaba a desanimarse de aquel plan, y más se arrepentía de haber accedido a él.
¿Por qué seguía dudando? Realmente odiaba esa vacilación que encontraba en su cuerpo y la cual se aferraba a él con fuerza. Apretó los labios en una fina línea recta y se detuvo cuando entonces cayó en la cuenta de que ya había cruzado toda la superficie.
Parpadeó varias veces, mirando a sus espaldas y observando la inmensa distancia que lo separaba de la orilla contraria.
Mordió el interior de su mejilla y regresó su mirada al frente, decidiendo concentrar su atención en lo que estaba ocurriendo delante suyo en lugar de seguir mirando hacia atrás.
Tenía miedo. Eso era normal, ¿cierto? Probablemente, pero seguro que lo que nl era normal eran los constantes pensamientos que se contradecían entre sí y cruzaban por su mente.
Los labios de Lion se curvaron en una mueca, pero esta vez optó por permitir que la determinación lo envolviera.
Si ese plan fallaba, entonces todo lo demás estaría acabado... Y se rehusaba por completo que algo así ocurriera.
Iban a atrapar a esta persona que les había hecho pasar por tantas cosas en tan poco tiempo... Y Lion tenía esta gran certeza, porque no es imaginaba lo qué harían si eso no sucedía.
Quizá debió haber pensado en un plan de repuesto.
.
Diana, por alguna razón, se sentía entusiasmada. Es decir, sí, estaba asustada por las posibilidades de lo que podía suceder, pero también se sentía emocionada.
Tal vez la idea de llevar a cabo un plan grande y riesgoso le causaba éxtasis, y aunque Diana desconocía la razón, era consciente de que era verdad.
Ella se había quedado atrás cuando a todo el grupo... Bueno, todo a excepción de Lion, por razones obvias.
Todos habían accedido por este plan, y la determinación en ellos era más latente de lo que podría haber sido antes... O eso se suponía.
—¿Realmente creen que esto va a funcionar? —inquirió Oliver por tercera ocasión, jugueteando con sus pulgare en ademán nervioso.
Ethan suspiró con exasperación.
—Todo va a salir bien —soltó—, deja de pensar demasiado en ello y el plan resultará a la perfección.
—Abusar de la seguridad y confianza no me parece una buena forma de ejecutar un plan —se burló Maximo, encogiendose de hombros y caminando junto a Óliver, siguiendo su paso de buena forma.
Estos dos ya se habían recuperado de forma considerable de su resfriado... Bueno, realmente no había sido así del todo, pero al menos no estaban tan mal como la noche anterior, y de lo único de lo que se habían quejado era de la congestión nasal y de dolores de cabeza, así que sin duda estaban mejor.
—¿Y ya han pensado qué haremos si este plan no funciona? —preguntó Johana, arqueando una ceja. Ella ya podía caminar de forma más sencilla, aunque ahora se apoyaba en una rama gruesa para poder seguirles el paso con mayor facilidad—, huir es el plan B, ¿cierto? Pero no discutimos cómo sucederá.
—Porque no hará falta que lo usemos —masculló Ethan.
—De todos nosotros jamás pensé que te volverías el optimista del grupo —comentó Alexia, pensativa.
Ethan frunció el ceño.
—No es optimismo —corrigió—, se llama estar desesperado por que este estúpido plan funcione. Si logramos derrotar a nuestro propio secuestrador seguro que apareceremos en los medios y la policía nos agradecerá por lo que hicimos.
—Uh, estás sonando como alguien que solo busca reconocimiento —murmuró Maximo, ladeando un poco la cabeza.
—No es eso... Es solo que todo sería más fácil si la gente nos tomara en serio, de otra forma, solo seremos niños que fueron secuestrados por un psicópata, y eso si siquiera le importa a alguien.
Diana miró a Ethan con leve curiosidad, percibiendo la amargura que marcaba sus palabras.
—No te preocupes —dijo—, tú lo has dicho: este plan saldrá bien.
Ethan arrugó más el entrecejo, curvando sus labios en una mueca y sin responder.
El grupo, que había estado caminando a modo de zig-zag con el propósito de evitar las cámaras que ya sabían reconocer a la distancia, se detuvo al ver que llegaron a la orilla de la supuesta arena movediza.
Johana se acercó, tanteando la superficie con su rama, y cuando esta no se hundió, ella sonrió, diciendo:
—Podemos pasar.
Ninguno de los niños dijo palabra alguna al momento de cruzar por aquel sitio. Se habían alejado deliberadamente de su centro, y avanzaban por el costado izquierdo que estaba más próximo a la dirección del río. De esta forma, no podían ser captados por las cámaras, y podían llegar con mayor rapidez al punto de reunión.
En realidad, no estaban seguros de cuál era el sitio en donde Lion y su secuestrador iban a encontrarse, porque "el río" como lugar de encuentro era bastante ambiguo, y solo quedaba esperar por que el sitio que ellos habían quedado para verse (que era donde el río se dividía en tres) fuera el correcto.
Diana miró a su alrededor, escudriñando los árboles que se encontraban a metros de distancia de ellos y luego analizando el cielo, el cual estaba gris y levemente iluminado por el escondido sol. Luego de la nieve que había caído durante la noche, la mañana había sido bastante fría, pero al menos no quedaban demasiados rastros de la ligera nevisca (que quizá, después de todo, solo había sido aguanieve), y era como si nunca hubiera estado ahí.
Volvió su mirada al frente, y de pronto se quedó congelada al escuchar una especie de desconocido sonido. Se oía como si una máquina se hubiera encendido de pronto, y el ruido de los engranajes era tan nítido como el paisaje delante suyo.
—¡Miren allá! —exclamó Oliver, apuntando con su índice hacia el centro de la arena movediza, la cual empezaba a abrirse como si se tratara de una gran e inmensa puerta, dejando al descubierto un suelo no muy diferente. A su vez, un temblor recorrió el piso, haciendo que fuera difícil mantener el equilibrio.
Diana abrió sus ojos de par en par al entender lo que estaba sucediendo.
—No es que el psicópata haya desactivado la arena movediza—soltó Ethan, molesto—, solo la oculto en una especie de plataforma, ¿cómo no nos dimos cuenta?
Tal vez había sido la tierra encima de la superficie la que les hizo creer que podía desactivarse algo como una arena movediza artificial, pensó vagamente Diana, aunque no dijo nada de esto en voz alta, y en su lugar gritó:
—¡Hay que salir de aquí!
—¡¿Qué rayos está pasando?! —preguntó Maximo, frunciendo el ceño.
Diana tiró del brazo de él, guiandolo con rapidez lejos de la zona de peligro.
La gran abertura en la tierra se hacía más grande con cada segundo que pasaba, y Diana sabía que si llegaba a ellos perderían valioso tiempo en intentar escapar de la arena movediza... Y eso si lograban hacerlo. No podían permitirse quedarse atrapados ahí, así que corrió junto a Maximo hasta llegar a la orilla, de la cual, por fortuna, no habían estado muy separados.
Diana se detuvo solo cuando el temblor a sus pies cesó, y miró con ojos bien abiertos a su alrededor en busca de sus amigos.
Oh, todos estaban bien.
Oliver y Alexia parecían ser los más cansados por aquella efímera y estresante carrera, sin embargo, al igual que los demás, ellos estaban ilesos.
Ethan, por otro lado, lucía bastante paranoico y fuera de sí.
—¿Creen que se haya activado de nuevo esta cosa porque nos habrán visto? —cuestionó, tragando saliva y sin apartar su mirada de la arena movediza, y vaya sí ahora Diana pudo notar la diferencia entre esta superficie y la anterior.
—Tal vez solo fue una coincidencia —comentó ella, apretando sus labios en una fina línea recta—, con eso de que Lion ya debió haber cruzado...
Ethan asintió, probablemente tratando de que sus palabras eran verdad.
—Tienes razón —murmuró—, hay que seguir.
Maximo suspiró con frustración.
—Maldición, estoy cansado de ser ciego —dijo para sí mismo—, no podría estar más indefenso.
—Puedes contar con nosotros —le animó Oliver—, te ayudaremos si hace falta, no estás indefenso.
—Ya, claro. A decir verdad, mi única esperanza de este plan es que no muramos de golpe, ¿sabes? Al menos me gustaría dejar un testamento para mis horribles padres o algo así, al estilo: "Los culpo a ustedes de esto".
Diana no estaba segura de si su comentario tenía la intención de resultar humorístico, por lo que no se rio y se limitó a fruncir el ceño.
—Nadie va a morir —dijo con certeza.
—Dijeron las gallinas unos días antes de Navidad —se burló Maximo, y se encogió de hombros—. No me estoy quejando de su plan, al final de cuentas, yo mismo lo acepté. Pero igualmente no quita que esto sea lo más suicida que haya hecho en mi vida.
—Y eso es decir mucho de alguien que no sale mucho —murmuró Johana, sacudiendo la cabeza—. De cualquier forma, deberíamos dejar de hablar y concentrarnos en seguir caminando, ¿de acuerdo? Si llegamos tarde y Lion no puede distraer a este psicópata todo habrá sido para nada.
Todos asintieron, estando de acuerdo con estas palabras, y pronto reanudaron su marcha, terminando así la conversación y enfocándose en seguir adelante.
Diana, así como los demás, se habían equipado con el poco material que habían reunido en las pruebas, y esto era realmente poco, sin embargo, era lo que había. Lo habían empacado todo en mochilas que ahora tenía cada uno, y resultó una suerte que fueran seis mochilas en lugar de siete, pues así Lion no tuvo que llevarse ninguna y esto no afectó su equipamiento.
Si era honesta, Diana no tenía muy claro cuál era el siguiente paso si es que conseguían lograr derrotar a su secuestrador. Ella había dicho que quería huir con sus amigos, y a decir verdad, seguía teniendo este plan en mente... Pero ya no le parecía tan buena idea, y tenía miedo que al final no resultara como ella quería.
Solo quería alejarse de sus padres, de sus peleas y de todo lo negativo que había estado absorbiendo de ellos, y también proteger a Lucas y Diego, que eran sus hermanos y a quienes odiaba ver llorar a causa de los pleitos entre sus padres.
Diana únicamente quería tener paz, una similar a la que había encontrado en ese bosque... Aunque la próxima vez que la tuviera lógicamente le gustaría que fuera sin el estrés de unas exasperantes pruebas que no parecían llevar a nada.
Así que, en retrospectiva, Diana aún no sabía lo que ocurriría una vez que salieran de ahí.
Al final acabó por sacudir la cabeza varias veces, alejando estos pensamientos de su cabeza y dándose cuenta de que no podía estar pensando en un futuro cuando ni sabía lo que ocurriría en su presente.
—No deberíamos tardar en llegar —murmuró de pronto Ethan, mirando los árboles que les rodeaban con ligero aire de sospecha—, mantengan sus ojos muy abiertos en busca de cámaras. No se supone que este lado del camino haya, pero uno nunca sabe.
Los demás asintieron sin decir nada. Diana buscó con la mirada estos pequeños objetos que cumplían el propósito de espiarlos... Y vaya si no los odiaba, porque más allá de las pruebas, le molestaba la idea de que hubiera alguien siguiendo cada paso suyo.
Esgrimió una mueca y siguió mirando los árboles. Al final, no encontró nada de importancia, y a juzgar por el silencio, dio por hecho que los demás tampoco.
No decir nada empezaba a volverse insoportable, porque Diana siempre había sido ese tipo de niña que le gustaba romper el hielo con conversaciones triviales o juegos, no obstante, sabía que no era momento para eso, por lo que se quedó callada y dejó que el ruido que llenara sus oídos fuera el de las hojas secas crujiendo bajo sus zapatos.
—Ya estamos cerca, ¿cierto? —preguntó de pronto Maximo en un murmullo.
—Eso creo, ¿cómo lo sabes? —respondió Ethan, alzando una deja.
—Porque puedo escuchar el río, ¿ustedes no?
—Pensaba que habíamos dejado en claro que tú tienes un oído especial o lo que sea.
—Es verdad, aunque no es especial, solo más desarrollado, y también lo tendrían así si no vieran nada.
Ethan se encogió de hombros sin darle importancia al asunto.
Conforme avanzaron más, Diana finalmente pudo escuchar el sonido el río, y se tensó, recordando de golpe la razón principal por la que habían caminado tanto.
¿Estaba bien que se pusiera tan nerviosa? Porque las rodillas estaban empezando a temblarle y por unos graves instantes se preguntó si realmente sería capaz de llevar a cabo el plan junto a sus amigos.
No quería dudar, de verdad que no. Pero, fue inevitable que la incertidumbre de no saber lo que sucedería por fin la alcanzara.
—Todo saldrá bien —repitió para sí misma como una especie de mantra.
Tenía que estarlo, pensó.
Ya no podían volver atrás. Era todo o nada.
Diana sonrió débilmente, y soltó un suspiro.
Terminara como terminara todo, ella sabía que sus vidas no volverían a ser las mismas.
.
En efecto, damas y caballeros, la historia concluye en el próximo capítulo, con dos extras para finalizar bien ;)
Si has llegado al menos hasta aquí ya te has ganado todo mi afecto, ¡te amo, fiel lector!
PD: Si hay alguna falla en la narración en estos últimos capítulos no duden en decirlo, no les di la misma corrección que les di a los primeros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro