La Invasión del Hada Oscura (Capítulo 8)
Troy, Travis y Lilian atravesaron el Bosque Congelado para llegar hasta donde se encontraba Amy, quién había sido abatida por la malvada Diana, la reina hada oscura, quién pretendía arrebatarle sus poderes de hada para así hacerse con el control total del Bosque de las Almas Perdidas. Al llegar al lugar donde yacía inconsciente la joven, Troy estaba enfurecido y quería atacar a la maquiavélica mujer, pero Travis y Lilian calmaron su ímpetu, pues sabían de antemano que enfrentarse directamente con Diana era enfrentarse cara a cara con el mismísimo infierno.
Al mismo tiempo, los Guardianes de Sombras, Wálber, Heráspin y Grethel llegaron también al mismo sitio, persiguiendo a sus rivales, pero luego de reencontrarse con su reina, se reincorporaron a su protección como escoltas.
— ¡Idiotas! ¿Qué rayos estaban haciendo? —Exclamaba enojada Diana.
— ¡Lo sentimos mi reina! —Se lamentó Wálber—. Tuvimos algunos inconvenientes con los compañeros de esa chica.
— ¡Sí! ¡Esos feos nos engañaron diciendo que se rendían y después esa tonta bruja blanca nos cegó con su maldita magia para después huir! —Exclamó Grethel.
— ¡Esos chicos no saben cómo mantener la verdadera belleza esencial! ¡Son muy simples! —Exclamaba Heráspin.
¡Inútiles! ¿Cómo no van a ser capaces de vencer a dos insignificantes humanos y a una bruja blanca? ¡Me avergüenzan! —Exclamó furiosa Diana.
— ¡Oye bruja! ¡No olvides que estamos escuchando todo lo que están hablando! —Exclamaba Troy.
— ¡Guerrero de pacotilla! ¿Cómo te atreves a hablarle así a nuestra reina oscura? ¡Morirás por tu sacrilegio! —Decía furioso Wálber.
— Eres una infeliz Diana, ¿Quieres hacerte con el control del bosque entero solo por desquitarte con Amy? Se ve que con la maestra Sanaél no aprendiste nada sobre la verdadera magia —Decía Lilian.
— ¡Cállate! ¡No me vengas ahora con lecciones de moral, Lilian! ¡A diferencia tuya, no soy una ramera que sigue fielmente las órdenes de esa vieja rastrera, soy una hechicera muy poderosa! —Exclamó Diana.
— ¡Cómo te atreves a insultar a mi maestra! ¡Vas a ver! —Exclamó furiosa Lilian.
En eso Travis trató de calmar a Lilian, quién se enfureció por ese último dicho de la reina hada oscura contra Sanaél y quería, además de lanzarle un hechizo, masacrarla a golpes.
— ¡Suéltame Travis, voy a matar a esa infeliz! —Exclamaba molesta Lilian.
— ¡Cálmate Lili! ¡No dejes que sus palabras te hagan perder el control! ¡Ahora lo importante es proteger a Amy, ya te desquitarás con Diana después! —Afirmaba el ladrón—. Además... ¡Tú eres una gran bruja, así que no le hagas caso!
— Travis... —Decía Lilian sorprendida al escuchar las palabras de aliento de su amigo.
— Oye ladrón, no es momento de cortejar a Lilian, tenemos que sacar a Amy de aquí —Decía Troy.
— ¡Ya lo sé celosín! —Afirmaba Travis.
— ¡Por última vez ladrón, deja de llamarme celosín! —Exclamaba enojado Troy.
— ¡Ya basta! ¡No tengo tiempo para jugar con ustedes...! —Exclamó Diana.
Y en ese instante la reina hada oscura lanzó un conjuro para quitarle los poderes a Amy, quien a pesar de estar sin conocimiento, sintió como una energía maligna le quitaba sus poderes (los cuales ella todavía no creía poseer), como si alguien la estuviera estirando con una cuerda desde lejos.
Lilian intentó contrarrestar el hechizo con un conjuro de anulación, pero Grethel la atacó de improvisto y la hirió en un brazo, a lo que Travis salió a su rescate golpeando a la guardiana de sombra.
Luego Heráspin fue tras el ladrón para auxiliar a Grethel, mientras Wálber y Troy se quedaban protegiendo a sus respectivas escoltas, Diana y Amy, respectivamente.
Después de completar el conjuro, Diana se sintió satisfecha con su cometido y llamó a sus guardianes para iniciar la retirada, no sin antes dar el siguiente mensaje:
— "¡Escúchenme bien, patéticos e insignificantes gusanos! ¡Mi reinado oscuro está a punto de comenzar! Y para demostrar que soy la hechicera más poderosa de todo este bosque, iré a los dominios de Sanaél y la destruiré. Así, con esa vieja bruja muerta, yo tomaré el control de todo este lugar, y así, el Bosque de las Almas Perdidas será mío, ¡Para siempre!" —Eran sus palabras.
Luego de su discurso y tras reír maliciosamente a carcajadas, lanzó un conjuro y desapareció junto con sus tres guardianes de sombras, dejando solos a Amy y a sus amigos, estupefactos e impotentes ante el poder desplegado por Diana.
Cuando Amy despertó, su cuerpo estaba adolorido. Estaba sufriendo los efectos del conjuro de Diana, aunque con el tiempo, pudo ponerse de pie, con ayuda de sus amigos, quienes preocupados por su estado, la auxiliaron como pudieron.
— Amy, ¿te encuentras bien? —Preguntó Troy.
— Sí, eso creo —Decía Amy.
— Nos tenías muy preocupados amiga, pero que bueno que ya te sientes bien —Decía Lilian.
— Amigos, perdonen que los haya preocupado. Esa mujer, Diana, es demasiado poderosa. —Decía Amy.
— Sí, y además, con el debido respeto, ¡pero es horrible como persona! —Decía Travis—. Se parece físicamente a ti princesa, pero en personalidad es lo opuesto.
— ¡Travis! —Exclamó furiosa Lilian.
— ¡Qué! Solo decía... —Justificaba Travis sus palabras.
— ¡Este no es el momento para decir tonterías ladrón! ¡Esa bruja dijo que iría hacia donde está la vieja Sanaél, tenemos que detenerla ahora o de lo contrario destruirá todo el bosque! —Exclamaba Troy.
— ¿Pero celosín, como detendremos a Diana? —Se preguntaba Travis—. Es muy poderosa, y con esos tres pelafustanes como guardianes suyos, será más difícil hacerle frente.
— Travis... —Dijo de pronto Amy—. Es en este tipo de situaciones cuando no podemos quedarnos de brazos cruzados.
— Pero Amy... —Decía de nuevo el ladrón.
— Si dejamos que Diana mate a la señora Sanaél, ella tomará el control de todo el bosque y acabará con todo lo maravilloso que posee: Su magia y su esencia. Desde que llegue aquí me he impregnado de su belleza y poder. Sé que es tonto lo que digo, pero... Si esa mujer nos gana, no solo me sentiré responsable por lo que ocurra a este lugar, sino también... por lo que les pueda ocurrir a ustedes... —Decía emocionada Amy.
Las palabras de Amy emocionaron a sus amigos, los que también estuvieron de acuerdo en lo mismo. Ellos ahora tenían una misión y un propósito en la vida para lo cual estaban unidos. No solo protegerían a Amy, sino también seguirían a su lado, sin importar los peligros que enfrentaran. El vínculo de amistad entre los cuatro por fin se había consolidado y ya sabían lo que tenían que hacer.
— Vayamos Amy... —Dijo de pronto Lilian ante la sorpresa de todos—. Tampoco quiero que Sanaél muera a manos de esa infeliz. Aunque no lo creas, yo sé que tienes poderes de hada y que en algún momento sabrás como utilizarlos, así que te ayudaré. Eres mi amiga ahora, no dejaré que cargues con esa responsabilidad tú sola, también este bosque es mi hogar.
— ¿En serio Lili? —Preguntó sorprendida Amy.
— Sí. —Afirmó Lilian—. A diferencia de Diana que solo quiere destruir el Bosque, tú quieres salvarlo, y tienes un poder muy puro y bondadoso. De seguro la magia fluye por tus venas amiga, por eso quiero ayudarte.
— ¡Yo también quiero acompañarte Amy! —Exclamó también Travis—. Gracias a ti pude darme cuenta lo mal que estaba guiando mi vida como ladrón y me diste una segunda oportunidad para poder vivir de nuevo, con honestidad y paz, pues tus palabras me enseñaron el verdadero amigo. También eres mi amiga, no dejaré que esa bruja fea te destruya así como así, te ayudaré también.
— Travis... —Decía emocionada Amy.
— Amy... —Dijo después Troy—. Si algo malo te llegara a suceder, jamás me lo perdonaría. Desde que te conocí por primera vez no supe lo importante que podías llegar a ser hasta ahora. Si quiero llegar a ser un guerrero legendario, primero debo proteger a quienes más quiero, mis amigos... y tú.
— ¡Ay celosín no sabía que fueras tan profundo con nosotros! —Exclamaba risueño Travis.
— ¡Cállate ladrón, no me interrumpas! —Exclamaba furioso Troy.
— Troy... —Decía Amy—. De los tres que me acompañan siempre has sido el mejor amigo que pudiera tener. No lo sé, pero... si peleamos juntos, creo que venceremos. Pero para eso, te necesito a mi lado... después de todo, tú eres mi protector.
— Así será, mi amiga —Decía Troy—. ¡Te protegeré con mi vida!
Tras eso, Amy se emocionó y lo besó en la mejilla, para sorpresa del guerrero, quien no entendía el porqué de ese acto, poniéndose rojo como tomate.
— Oye, no era necesario que hicieras eso —Decía nervioso Troy.
— Eso fue un cariño de mi parte —Decía sonriente Amy.
— Vaya, creo que este celosín logró su cometido. Lilian, yo quiero ser tu protector también —Decía Travis.
— ¡Travis, no empieces, somos amigos! —Exclamaba nerviosa la bruja blanca.
Chicos, no perdamos tiempo, vamos por ellos —Dijo Amy.
Con estas palabras Amy y sus amigos se dispusieron a partir rumbo al corazón del Bosque de las Almas Perdidas: Los dominios de la bruja Sanaél, el punto donde comenzó todo y el lugar donde se desarrollará la batalla más grande que haya conocido este en toda su historia.
Sin embargo, el tiempo es oro y nuestros amigos debían darse prisa para detener a la malvada Diana y a sus guardianes de sombras, quienes estaban decididos a destruir todo aquello que le daba vida a este enigmático sitio a costa de vidas inocentes, almas que se verían envueltas en un grave peligro y los mismos árboles que serían testigos presenciales de una sangrienta batalla de la cual relatarían por incontables milenios.
Mientras tanto, en la puerta de piedra que conecta el bosque con el mundo real, la bruja Sanaél buscaba pistas sobre el porqué de la llegada de Amy a este lugar y si ese acontecimiento tenía alguna relación con los sucesos que estaban ocurriendo en otros lugares del bosque.
— "La llegada de Amy a este lugar no es mera coincidencia. Esta joven posee un poder oculto que de alguna u otra forma causa ciertos desbalances entre las almas y los árboles. Nunca imaginé que hubiese alguien proveniente de aquel mundo con esa clase de poder.
Durante un tiempo fui una gran maestra de la magia, tenía vastos conocimientos sobre la esencia de lo puramente mágico y lo puramente material. Enseñé a muchas jovencitas el arte de la magia, pero ninguna fue capaz de aprender la hechicería y conocer la pureza del poder que posee este bosque. Solo dos personas aprendieron esa habilidad: Una era Lilian, una joven doncella de cabellos rojos que poseía aptitudes y desarrollaba cualidades innatas como bruja. Aunque no aprendió a manejar la magia negra como yo, se convirtió en una excepcional maga blanca, de ahí el apodo de la "bruja blanca". Pero además, poseía una gran virtud: Era capaz de percibir a quienes tenían sus corazones y mentes conectados con la magia, algo que yo desarrollé después de muchos años de práctica, ella lo aprendió en sus primeros días de vida.
Y la otra persona era una joven hada, Diana. A diferencia de Lilian, ella era diferente. Sus aptitudes y cualidades como hada estaban más enfocadas en la magia negra y los elementos, especialmente en la sombra. Su desarrollo en la magia no tenía comparación, aprendía con facilidad, pensaba que había encontrado en ella una digna sucesora. Pero a medida que desarrollaba su poder en la magia negra, su corazón se iba oscureciendo. El verdadero poder de un hada radica en su increíble sensibilidad y gran percepción por el resto de las criaturas del bosque, algo que Lilian ya había desarrollado sola. Pero Diana era diferente a su compañera, conforme su poder crecía, también crecían sus aspiraciones. Quería ser la hada más poderosa de todo el bosque, una ambición que ni siquiera yo quería alcanzar, porque se es sabido que aspirar a cosas que escapan a la realidad alimentan la ambición. Intenté calmar su ímpetu, pero ella respondía con agresividad. Su frustración por no lograr su cometido la volvieron un ser oscuro, corrupto, lleno de maldad. El poder la consumió, y al verse impedida de lograr su mayor anhelo, decidió irse.
Dos grandes promesas de la brujería y la hechicería. Una lo logró, Lilian, completó su entrenamiento y hoy es una bruja con poderes extraordinarios, fiel a sus principios y siempre dispuesta a ayudar a quienes más lo necesitan. La otra en cambio, falló en todos los aspectos. Nunca más supe de ella... Hasta ahora".
Y mientras Sanaél reflexionaba sobre los sucesos pasados al observar la puerta de piedra que trajo a Amy al Bosque de las Almas Perdidas, vio como los árboles y las almas comenzaban a aullar gritos de terror.
Un misterioso viento comenzó a mecer los árboles y estos, se retorcieron de dolor ante aquel extraño fenómeno.
La vieja bruja subió a la copa del árbol milenario, que no se mecía por aquel extraño viento, para ver lo que estaba ocurriendo desde los cielos. Su sorpresa fue mayúscula cuando divisó a lo lejos una enorme nube de oscuridad acercándose a sus dominios.
Sanaél observaba como la misteriosa fuerza oscura comenzaba a infectar a los árboles, matándolos por la vía de la putrefacción, y causando que las almas que los circundaban, fueran infectadas también por la maldad pura que aquella nube propagaba a su paso.
Y en el centro mismo de aquél cumulonimbo, Sanaél pudo contemplar con mucho dolor a la persona responsable de dicho fenómeno: Diana, la reina hada oscura, y junto a ella sus tres guardianes de sombras: Wálber, Heráspin y Grethel, quienes se deleitaban con el maquiavélico espectáculo de destrucción y putrefacción absolutas.
En ese momento, Diana pudo divisar a lo lejos la figura de su antigua maestra, quién la observaba fijamente desde aquel árbol. Sus miradas se conectaron, como si ambas hubieran previsto este singular reencuentro.
— "Diana. Así que esto era aquello que anhelabas tanto en tu vida: Destruir el Bosque de las Almas Perdidas para después gobernarlo en medio de sus cenizas como una reina sin corona. Lamento mucho no haber podido dejar que pudieses cumplir ese extraño sueño tuyo, pero lo hice por tu bien, para que comprendieras la importancia de poder alcanzar el cenit de tu poder: A veces para lograr algo grande, también hay que perder algo grande. Y ahora vienes a cumplir ese sueño, a costa de toda la vida de este bosque. No puedo permitir que eso ocurra. Te detendré a toda costa, aunque ello signifique que tengas que morir" —Pensaba Sanaél.
— "Sanaél. ¿Así que planeas detenerme tras encontrarnos de nuevo? Bueno, no importa, tus esfuerzos serán en vano, porque me he vuelto más poderosa de lo que podrías imaginar. Ni Lilian ni aquella pordiosera fracasada de hada fueron capaces de detenerme ni mucho menos lo harás tú. El Bosque de las Almas Perdidas será mío y seré la reina suprema de todos" —Pensaba Diana.
Y así fue como Diana, la reina hada oscura, inició la invasión a los dominios de la bruja Sanaél. Las almas se torturaban solas por aquel horrible olor a putrefacción y el resto de las criaturas del bosque eran asesinadas sin piedad tanto por los brazos de la nube como por los Guardianes de Sombras, quienes atacaban sin piedad a los habitantes del bosque.
Diana en tanto, lanzaba poderosos conjuros Piro, a fin de crear fuego en las fronteras de los dominios de Sanaél para evitar que alguien intentara entrar como salir de allí. Luego, descendió de la enorme nube de oscuridad a tierra firme, donde se encontró cara a cara con su antigua maestra, quién la estaba esperando al frente del imponente y colosal árbol milenario.
Había llegado el momento en que maestra y aprendiz se enfrentarían a muerte por el Bosque de las Almas Perdidas.
Parece que la reina hada oscura se lo tomó muy en serio xD.
Bueno, veremos que pasa para el próximo capítulo.
Gracias a quienes siguen esta maravillosa historia y todos los votos recibidos. Su apoyo me permite seguir adelante con esto que me encanta que es escribir.
Adiosín, celosines...
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