
Capítulo 40
"Aquello que es tu debilidad puede fortalecerte, pero tenderá a destruirte"
Respiré hondo, no había nadie a mis espaldas. Además de ello, la voz no me era familiar, ¿Entonces?
¿Cómo sabía mi nombre?
Me di la vuelta para encarar a la persona que me habló, mis ojos se abrieron un poco más con sorpresa al percatarse que la voz provenía de uno de los espejos. Se suponía que debía reflejarme en el, pero en cambio, veía a un chico de aspecto demacrado, parecía no tener ojos, sus cabellos rubios estaban ensagrentados y su piel era traslúcida.
Tan traslúcida que daba miedo. Parecía que flotaba en la nada misma.
"¿Ahora tienes miedo de hablar con los muertos, preciosa?" comentó la voz que hace tiempo ya no oía y comenzaba a añorar.
—Sabes mi nombre —comenté recelosa. Entrecerré los ojos.
Mis ojos no dejaban de estudiar su figura. De alguna manera u otra, sentía que lo había visto antes. ¿Lo conocía?
Imposible, yo nunca había interactuando con más alumnos que Leyla cuando fui al colegio por primera vez.
—Sí, Vania More —confirmó él, desbordante de amabilidad—. Estuve esperando mucho tiempo para esto, ¿Sabes?
Stacy se acercó a mí y se posicionó a mi lado, permitió escapar una respiración temblorosa sin dejar de observar a la figura a través del espejo. Sonaba todo tan irreal que hasta me cuestioné si estaba soñando o era una alucinación por no poder dormir bien.
«¿Quién es él?¿Por qué siento que lo conozco?¿Por qué mierda creo que los conozco a todos?»
—¿Thelonius? —llamó Stacy, su voz soberbia había sido reemplazada por una melancólica.
Era tan raro verla de esa forma.
—El mismo, hermanita —afirmó el chico que ahora sabía que se llamaba Thelonius y era el hermano de Stacy Aret.
Thelonius Aret.
Ella negó con la cabeza repetidas veces. Me extrañé por su reacción, imagino que yo debí hacer lo mismo también porque después de todo, el del espejo era un muerto.
No obstante, no lo hice. Sólo me quedé parada, viendo a la nada misma, sin saber como reaccionar. Mis sentidos estaban adormecidos, paralizados.
—No estaré aquí por mucho tiempo, sólo venía a decirles algo —murmuró un tanto esquivo—. Cuídense y cuidenla a ella. Es importante para ellos, la buscan, la quieren.
Tras esas palabras, la silueta del tal Thelonius desapareció. Al observar de refilón a Stacy, pude apreciar que las lágrimas se formaban en sus ojos, estaba a punto de llorar.
Se veía tan vulnerable en ese estado. Y sé que ella, al igual que yo, odiaba verse de esa manera: débil y rota.
La chica que parecía indestructible acababa de romperse por ver la viva imagen de su hermano muerto. Él era su debilidad de alguna manera.
Los demás se quedaron en silencio, sólo se podía oír nuestras respiraciones y el ruido de las ramas mecerse, que era provocado por el viento que soplaba esa noche. Quizá hasta se pudo oír el graznido de un cuervo a la lejanía.
Suspiré antes de hablar.
—Sé cuidarme sola, no necesito que me protejan, ¿Ok? —espeté con seriedad.
"Mira las fotos" musitó en mi oído la voz extraña que a veces escuchaba y sólo yo podía oírla.
Al principio me negué a su sugerencia, pero luego la curiosidad terminó por ganarme. Me acerqué a la pared repleta de fotos y comencé a agarrar algunas, no podía distinguir bien las caras de las personas en ellas porque estaba oscuro. Por lo tanto, me aproximé a la ventana, intentando encontrar claridad.
—¿Qué haces, Vania? —quiso indagar Adielt, acercándose hacia mí—. ¿Qué mierda?
No respondí, me quedé mirando la foto en mi mano, absorta en mis pensamientos. Una de las personas de la imagen era Leyla, la otra era una chica que no conocía, pero a ambas se las veía muy sonrientes y cercanas.
Miré otra fotografía, en ésta estaban Leyla, Ara y un chico que desconocía. Los tres se veían emocionados mientras se abrazaban por los hombros.
La otra foto que tenía en mis manos compartía una protagonista: Leyla. ¿Por qué ella salía en esas fotos?¿Quiénes eran esas personas?¿Y Ara que hacía ahí?
—Ah, esos son los chicos que murieron el año pasado —señaló las dos últimas fotos que aprecié—. Y esa es la chica que murió hace poco, este año —indicó, con su dedo en la primera foto.
El rostro de la primera chica me sonaba de algún lado, no sabía de dónde, pero yo sentí que la conocía. En ese momento me pregunté como les decían a las familias que su pariente había muerto dentro de la escuela, ¿Las familias no actuaban acaso? No las había visto reclamar en ningún momento, supuse que lo hacían desde un plano más legal y oculto.
—Creo que es la chica de la cicatriz en la palma —murmuré para mí misma, escrutando la fotografía—. Sí, es ella.
—¿Qué dijiste? —indagó Daniel, serio.
No respondí a su pregunta, volví a dirigirme hacia la pared de las fotos y agarré más fotos para observarlas. ¿Entonces todos esos chicos estaban muertos, excepto Leyla y Ara?
Era tan macabro, tan raro, imágenes de chicos que habían muerto en el momento en el que las veía. No le encontraba una respuesta a algo tan siniestro como eso, no entendía el porqué habían tantos espejos.
¿Qué jodido sentido tenía todo eso?
—Son víctimas de los Sark, ¿No? —musité, agarrando una imagen que parecía ser más reciente y era más grande que las otras.
—Exactamente, linda Vania. Son sus víctimas, supongo que quieres saber porque ocurre lo que ocurre, ¿Verdad? —susurró Ira a mis espaldas.
—Ajá —murmuré sin despegar mi vista de la foto. Estaba pixelada y tachada con un marcador oscuro, lo más probable que negro.
—Eso te llevó aquí y ahora no hay escapatoria. Por tu bien, contrólate —susurró para luego alejarse—. Bien, ya podemos irnos, ya no se oyen personas buscándonos. Vayamos.
Dicho eso, William abrió la puerta con cautela y se asomó para inspeccionar el pasillo. Al no detectar ninguna otra presencia, nos hizo un ademán para que salgamos.
Agarré una foto más y guardé todas las que tenía en el bolsillo de mi sudadera. Suspiré y salí por la puerta, no sin antes echarle un vistazo a la habitación. Un peculiar cuarto del cual nunca me había percatado de su existencia.
Todo lo que había visto y presenciado entraba dentro de lo irreal, casi rozaba la línea de pérdida de cordura.
—Ya saben, ustedes regresan a sus cuartos y yo busco a Josie —decidió Ira mientras caminábamos—. Sólo hagan lo que les pido.
Su hermano, Daniel, se detuvo repentinamente, lo que ocasionó que nos lo quedáramos mirando con cara de "¿Por qué te detienes? Muévete, idiota".
—Las cámaras están encendidas. Carajo, ¿Dónde está Josephine, Kassia? —inquirió él, sus ojos azules estaban cargados de reproche—. ¿Dónde carajos está?
Ira presionó sus labios con fuerza ante la mención de ese nombre, que asumí era suyo, pude percibir como sus manos formaban puños. Contuvo la respiración unos segundos antes de hablar, como si quisiera serenarse.
—No tengo ni idea, pero váyanse a sus cuartos. Yo me encargo, Dani, no te preocupes —sonrió un poco tensa y le dio una palmada en el hombro a su hermano.
Tras decir eso, se alejó, esquivando las zonas de visión de las cámaras. Me resultaba bastante extraño que las hubiera, no las había visto en otros colegios, pero bueno, el Blue College tenía bastantes objetos de valor. Quizá creyeron que si alguien intentaba robar, lo podrían atrapar.
—Espero no se deshagan de Josie como hicieron con Lorey —comentó William, apenado.
—¿Por qué mataron a Lorey? —pregunté inexpresiva—. ¿Qué querían de ella?¿Qué quieren de mí?
Las palabras de quién parecía ser el alma de Thelonius Aret, me confundieron y crearon nuevas interrogantes en mi cabeza. Ana Catmet había dicho algo parecido antes morir, ¿Por qué me buscaban?
No tenía miedo de ellos, sabía lo que debía hacer, sabía que debía destruirlos. Sólo quería saber el porqué.
—Son cosas que aún no debes saber. Es muy pronto para que las sepas —masculló Daniel, de brazos cruzados.
—De igual manera, eso no cambiará mi forma de pensar. Quiero destruirlos y lo haré, sea con su ayuda o no —sentencié con firmeza.
Daniel suspiró con exasperación, cruzado de brazos. Sé que mi actitud lo hartaba, lo más probable es que prefiriera a la Vania vieja y no a la nueva Vania.
Pero, ¿Saben qué?
Esa Vania estuvo muerta desde el día en que mataron a mi hermanastra. Y no iba a regresar. Nunca más.
—Bueno, yo me iré a dormir, además debo pensar unas cosas —fingí un bostezo lleno de agotamiento—. Los veo luego, cariños míos.
Mi actitud burlesca molestó a Stacy, lo supe por la mirada en sus ojos marrones, pero bastó un vistazo de Smith para que ella no dijera nada y se asustara. Me pregunté en mi mente que es lo que había ocurrido con ella, digo, la rubia jamás se mostraba asustadiza; sólo soberbia, arrogante, malhumorada, impaciente.
Decidí darme la vuelta y emprender camino hacia mi habitación, iba con cautela, pues no quería despertar a nadie ni tampoco ser captada por las malditas cámaras que había en todo el jodido internado.
Sin embargo, conforme andaba, sentía unas pisadas más adelante. Las escuchaba lejanas, pero estoy segura de que había alguien más, y existían muchas posibilidades de que nos haya escuchado hablar.
Si era un Sark, estábamos jodidos. Si era un alumno, haría un rumor de que yo soy una asesina y manipulaba a los chicos. Y si era la directora o la secretaria, ahí si que la situación estaba más que jodida, porque ellas eran parte de los Sark y tal vez nos harían mierda como si nada.
Apresuré mis pasos, cada vez perdía más de vista a las pisadas y no sentía un gramo de preocupación, a pesar de que podíamos ser descubiertos y nuestros planes podrían irse al carajo.
Después de unos minutos caminando, llegué a mi habitación, las pisadas hace tiempo que ya no las escuchaba ni nada. Antes de entrar, escudriñé el pasillo con la mirada.
Al abrir la puerta, me llevé la sorpresa de encontrar a una linda chica de cabello rojizo parada frente a la entrada. Sus ojos verdes inspeccionaban mi cuerpo con seriedad y a la vez, comprensión o preocupación. No sé muy bien que era aquello que destellaba su mirada.
Sólo sé que el brillo en sus iris era cegador, precioso y demasiado hipnotizante.
—Lo sé todo —murmuró para no despertar a Ara y que sea yo la única persona que pudiera escucharla.
Quise expresar algo, pero no me dio tiempo a hacerlo. Se acercó a mí con una velocidad impresionante y presionó sus labios contra los míos, transmitiéndome la seguridad de que no me delataría ni me juzgaría.
Me transmitió el deseo de ayudarme. De ayudarnos.
Pero, ¿Qué era lo que ella sabía?
Mercink~
¿Qué opinan de este capítulo?
¿Qué eran esas fotos?¿Qué quiso decir Thelonius?
¿Qué es lo que sabe Leyla?
¿Por qué Josephine no estaba?¿Y que oculta la muerte de Lorey?¿Qué se supone que es lo que Vania no puede saber?
Cada vez nos acercamos más al final. Últimos capítulos, chicos, se vienen potentes ❤️
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