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Capítulo 29

"Eras mi vida, pero la vida está lejos de ser justa"-Billie Eilish en No Time To Die.

Mi mirada recayó en la persona que me apoyó su mano en mi hombro. De todas las personas en el mundo, era con quien más quería encontrarme justo en ese momento.

Nótese el sarcasmo.

—¿Qué quieres, Stacy? —mi voz salió adusta, mientras apartaba su mano de manera escéptica.

Sus ojos se quedaron en los míos por varios minutos, el silencio entre ambas comenzaba a incomodarme. ¿Qué necesitaba?¿Por qué estaba tan misteriosa?

Quería saber que mierda la tenía así, por lo tanto, le hice un gesto para que hablara, un poco brusca. Me crucé de brazos a la espera de que dijera lo que quisiera decir.

La vi como inspiró hondo y desvió su mirada antes de hablar, podía notar como un escalofrío recorrió su cuerpo por la forma en la que se sacudió un poco. Sus hombros se tensaron y sus manos se entrelazaron, temblorosas.

—Yo... Los chicos lamentan lo de tu hermanastra —murmuró apenas audible, la timidez estaba presente en su rostro y voz.

Por primera vez, en los meses que la conocía, estaba viendo una Stacy más humana.

Sonreí y me acerqué a su oído. Jugué un poco con los mechones de su cabello rubio, lo cual la sorprendió un poco.

—No sé como se han enterado, pero supongo que debo decir gracias —susurré indiferente, acomodando unos de sus mechones—. Me gusta cuando te muestras así, más humana, aunque eso te vuelva lo que tú llamas débil.

Me alejé y esbocé una sonrisa forzada. Ella no dijo nada, pero su semblante volvió a verse como era de costumbre. Fue por ese motivo que me fui caminando, no tenía intenciones de escucharla menospreciar al resto.

Estaba tan cansada e irritable, que si la oía, probablemente le propinaría un golpe en el hombro o algo parecido. No estaba de ánimos para ver su arrogancia y mala educación.

Aunque, en el fondo y sin notarlo, su carácter me estaba comenzando a agradar.

...

Al entrar en el cuarto que compartía con las chicas, suspiré cansada. No había caído en cuenta que en pocos minutos debería volver a salir para cenar.

«Que inteligente eres, Vania»

Dirigí mi vista a las chicas, ambas se callaron al notar mi presencia, como si estuvieran diciendo algo confidencial o parecido. Me recordaron mucho a Lila, cuando me hablaba de su crush y se silenciaba al instante de ver a su madre cerca.

Tragué saliva, alejando esas ganas de llorar que se estaban empezando a reflejar por mis ojos. Aparté la mirada de ellas y me fui a sentar a mi cama.

—¿Qué pasa? —inquirió Leyla, con notable preocupación—. ¿Por qué respiras agitada?

Hasta ese momento, no me había percatado de que mi respiración era veloz, mucho más que la normal. Inspiré en silencio antes de hablar:

—Casi asfixio a una chica en el pasillo. Nada importante —expliqué con desdén y hastío, buscando mi celular para revisarlo.

Prender la pantalla fue sentir otra estocada en el corazón. El fondo de mi teléfono era una foto de Lila y yo el día que nos conocimos, yo tenía once años y ella cuatro años.

Tan pequeña e inocente se veía en esa maldita foto que me había quedado de recuerdo.

«Quién diría que tú nos dejarías tan pronto»

Guardé mi celular en la mesita de luz por no poder soportar verla en mi pantalla. No quería caer en la tristeza de nuevo, ya lo había pasado con mis padres, no quería pasarlo con ella. No quería sufrir todo eso otra vez.

Ya había tenido suficiente tristeza de tantas muertes.

Observé de refilón a Ara y Leyla. La pelirroja llevaba su cabello recogido en una trenza francesa y la castaña una simple coleta alta. Pude percibir que llevaba una molestia notable en su expresión.

Verlas me dolía tanto como la muerte de Lila. Una de ellas me había traicionado y eso es algo que duele como el infierno, después de la primera traición, se aprende que nadie es quien dice ser.

Se aprende que las personas tienden a engañar y herirnos, tal vez por simple placer o por una necesidad suya. La mayor parte de la población, fue egoísta en algún momento sin notarlo o sabiéndolo.

Y sobre todo, todos usamos una máscara en algún momento. Jamás una persona se presentó como es frente al resto.

Siempre ocultamos una cosa que nos queremos que otros vean.

Las personas suelen traicionar a quiénes perdonan mucho, porque saben que sus corazones son puros e inocentes. La maldad está presente en todos, queriendo manchar de oscuridad a la luz.

Quién lleva la mejor sonrisa, es quien miente más. Ya sean mentiras graves que refieran a un tema ilegal o pequeñas.

—¿Daf? —inquirió una de ellas, pero su voz pareció tan lejana—. ¿Vania?

Salí de la nube que atrapaba mis pensamientos para observar a la dueña de esa voz delicada y dulce. Parpadeé para asegurarme de no estar soñando y fruncí el ceño, confundida por su llamado.

—¿De qué estás hablan...? —intenté fingir, pero me interrumpió. Mordí mi lengua para no molestarme por ese acto inoportuno.

Morderme la lengua para calmar mis opiniones se estaba convirtiendo en un mal hábito.

—No hace falta que finjas. Sé que no te llamas Dafne Vantest —mencionó con frialdad y a la vez dolor. Sus cejas se contrajeron en una expresión dolida y melancólica.

Sé que sintió traicionada por mí. Sólo qué no esperaba que alguien le contara sobre mi identidad. Ya estaba teniendo suficiente, en ese instante, me arrepentí profundamente de haberme inscrito en ese colegio de mierda.

—Juro que iba a explicártelo, Ley...

—¿Explicarme qué? —alzó la voz, levantándose de la cama de un tirón y viendo hacia mi dirección—. ¿¡Qué ibas a explicarme?! ¿Qué no eres quién dices ser? Podrías haberme dicho la verdad, ¡Soy tu amiga y quizá algo más! ¿Acaso también me has mentido cuando me...?

Sus palabras golpearon contra una fibra de mi ser, pero no me inmuté. La expresión de indiferencia que había aparecido hace semanas, continuó dibujada en mi rostro.

Sus ojos se vieron desconcertados ante mi reacción tan sorpresiva para ella.

Lo que no llegué a comprender en ese momento fue, ¿Ella me creía capaz de engañarla con un tema tan delicado como el amor? Podré mentir en tantos otros asuntos, pero en uno como ese no.

El dolor de un corazón roto es inolvidable, además de que nos destruye por dentro. Yo lo sé, lo he vivido, sé lo que es una desilusión...

Que te hayan besado sólo para burlarse de ti o algo peor...

Nunca seré ese tipo de persona. No seré como otros.

—¿Sabes por qué lo hice? Porque mi tío asesinó al hijo de la directora —confesé sin una gota de sentimientos y goteando acidez en mis palabras. El tono filoso de mi voz no pasaba desapercibido—. Eres mi amiga y casi novia, sí, pero no estaba segura de contártelo. No te conozco de nada. Pero te dejaré en claro una cosa: ese beso no fue una mentira, yo no miento con mis sentimientos.

Ambas me observaron con sorpresa por mi reacción. No le di importancia a ese asunto, colocándome de pie, caminé hacia la puerta y salí fuera de la habitación.

«Estaba enojada, sí, pero no debió gritarme de esa forma. Tampoco debió suponer que yo le mentí sobre mi amor a ella, he vivido eso antes y me juré no mentir con algo así. Lo que siento es real»

Era cierto lo que le había dicho a Leyla, el solecito de mis ojos. Mi tío asesinó al hijo de la directora y ella juró venganza contra mi familia. Mi madrastra, cuando se enteró, decidió que tomara una identidad falsa para poder entrar en el colegio.

No quería que estuviese expuesta a ser descubierta por la directora, aunque yo ya intuía que lo sabía, pero prefería callar sus labios al ver el dineral que pagaba mi madrastra por la colegiatura. Era más que notable que a los ojos de la directora, los alumnos no eran más que clientes.

Mientras estaba caminando a pasos decididos y descuidados, mi cabeza comenzó a palpitar y doler, pitidos se filtraban por mis oídos sin razón aparente.

Fue en ese segundo que aquella voz que me perseguía, habló tan cerca de mí que casi me provocó un escalofrío.

Aún no sabía a que se debía. Aparecía de vez en cuando y luego se esfumaba como si nunca hubiera hablado, estaba intentando creer que eran imaginaciones mías, pero cada vez la sentía más cerca y real.

Esa vez dijo "No vayas"

"No fue seguro para mí"

"Corre"

"Aléjate, ovejita"

"Por favor, ¡Sal de ahí!¡Deja atrás todos tus objetivos o venganzas!"

"No te entrometas más"

"Hazme caso, por favor"

"¡Te lo suplico!"

Mordí mi labio inferior en el momento que sentí como un chillido quería escapar de mi garganta. Sostuve mi cabeza, esperando que el dolor desapareciera, pero seguía ahí.

Una voz familiar gritó de una forma desgarradora cuando el dolor desapareció.

"No des un paso más, por favor. No veas la escena"

Mercink~

Creo que los confundo demasiado, jajajajaja.

¿Por qué dirá eso la voz?¿Alguna teoría de dónde proviene?

¿Quién traicionó a Vania?¿Ara o Leyla?

¿Por qué gritó esa persona conocida de Vania? 👀

Amo escribir escenas de Leyla y Vania <3

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