Capítulo 8. Montaña Rusa de emociones
Después de lo sucedido la noche anterior con Aarón, Camila sintió que se encontraba sobre una montaña rusa y estaba que iba en picada; jamás pensó que ese beso que se dieron desatara una ola de emociones demasiados fuertes para alguien que supuestamente solo quiere como a un hermano a su mejor amigo. Por lo que esa mañana al despertarse necesitó con una urgencia hablarlo con alguien.
—Amelia, ¿estás despierta? —Tocó dos veces la puerta de su hermana y luego abrió con cuidado. Todavía esta se encontraba dormida, eran apenas las 7:00 de la mañana de un domingo.
—Mmm, ¿qué pasa, Camila? —preguntó Amelia aún con los ojos cerrados, sintiendo cómo se hundía su cama del lado derecho.
—Anoche sucedió algo, que jamás pensé que me haría sentir ...¡Agh! —exclamó irritada y confundida con ella misma, se tapó la cara con sus manos y suspiró cansada.
—Más te vale que me digas ahora, ¿qué pasó anoche? Porque me has levantado demasiado temprano. Así que exijo una explicación coherente. —Se levantó del todo Amelia malhumorada por su hermana al venir a despertarla y luego callarse sin motivo alguno.
—Está bien, lo siento. Anoche me besé con Aarón y no estaba borracha, tenía todos mis sentidos bien puestos —le contó todo rápido tratando de que su hermana no entendiera del todo lo que acaba de decir, pero fue en vano.
— ¡¿Qué hiciste qué ?! —exclamó sorprendida—. ¿Por qué te besaste con Aarón? —cuestionó a Camila, pues no se lo podía creer, el día anterior le había negado que le gustaba y luego se andaba dando besos con su "amigo".
—Resulta que acompañé Aarón a su dichoso convivio con los compañeros de trabajo, todo iba bien hasta que una de sus compañera llamada Claudia le dio por bailarle sensual a mi "novio" de mentiras; antes que preguntes déjame terminar. —Miró a su hermana de manera acusadora y continuó—. De pronto me invadieron unos celos horribles por la escena que estaba presenciado y pues decidí actuar. Me planté ahí, le bailé sexy y luego lo besé con ganas —terminó de relatar lo sucedido anoche.
—¡Oh por Dios! ¿Y cómo lo tomó Aarón?, ¿te correspondió o te alejó? Cuéntame por favor, esto está buenísimo. —Se echó a reír y movió las manos como alentando a que Camila siguiera contando todo con lujos de detalle.
—Por un momento pensé que me besaría tímido, todos nos estaban viendo y era algo que ni él ni los demás pensaron que sucedería; pero me correspondió me beso con las mismas ganas de cuando dos personas se gustan y sienten atracción sexual, hasta me atrevo a decir que había sentimientos ahí —mientras le relataba a Amelia lo sucedido, el solo recordar le doy un cosquilleo en todo su cuerpo; sintió que quería repetir aquel beso.
—Lo escucho de ti y aun no lo creo, me estás diciendo que, ¿has confirmado mis sospechas de que Aarón gusta de ti? —Puso sus ojos bien abiertos mientras le hacía esa pregunta, pues su cara de sorpresa por tal acontecimiento era descomunal.
—Eso es lo que creo, ninguno de los dos novios anteriores que tuve me han besado de la forma en que él lo hizo —confesó bajando la mirada, de pronto sintió vergüenza por admitirlo en voz alta.
—Esto es maravilloso, pero no me has contado todo ¿Qué pasó después del beso? ¿Qué hizo la tipa al verlos de esa forma? —preguntó Amelia la parte de la historia que hacía falta.
—Bueno la tipa esa se le bajó la borrachera de una, porque apenas terminé de besarme con Aarón todos dejaron de grabar la escena y ella estaba que echaba chispas, si su mirada matara no estaría aquí ahora. —Se rio con satisfacción recordando la cara de Claudia.
—Es que nadie, absolutamente nadie habría hecho lo que hiciste. Yo me habría ido del lugar o quizás habría acabado golpeándola por ser una perra lanzada. Hermanita te adoro, eres mi máxima, mi heroína favorita —dijo abrazando a Camila más emocionada que la propia protagonista.
—No exageres, se supone que en ese momento estaba haciendo el papel de la novia de Aarón; no podía quedar mal en mi actuación —dijo Camila.
—¿Y qué pasó con Aarón? ¿Comentó algo sobre el beso? Sé que llegaron a la media noche, pero como te encerraste apenas llegaste no pude ir hablar contigo —preguntó Amelia.
—Ninguno de los dos dijo algo de regreso, estábamos en una especie de trance. Al final no sabíamos que una borracha quería pasarse de lista con él y yo tendría que marcar territorio. Y ahí es donde viene mi crisis existencial, mis sentimientos por Aarón dieron un vuelco distinto, que me está haciendo preguntarme si solo lo quiero como amigo y otra parte de mí tiene miedo que nuestra amistad se vea afectada si decidimos ponerle otra etiqueta a lo que somos —terminó de hablar Camila mientras frotaba sus manos con nerviosismo.
—Pues te entiendo Cami, no he estado en una situación así; no obstante, siento que ambos deben hablar de lo que sienten por el otro. Decidir si lo intentan y dejan de lado su miedo al fracaso o se quedan como están, sintiendo un montón de cosas por el otro y solo seguir siendo mejores amigos —opinó Amelia como consejera amorosa.
—Has dado con el problema principal, tengo miedo que de no llegar a funcionar como pareja; nuestra amistad se vea afectada y todos estos años de conocernos se vayan al traste. —Camila se recostó en el hombro de su hermana mientras dejaba salir un largo suspiro.
Los días pasaron y ninguno de los dos se había contactado con el otro, por obvias razones. Se sentían con miedo de dar el siguiente paso, por una parte, Camila que no quería dañar su amistad y por otro Aarón que no sabía a ciencia cierta si el beso que le había dado ella, fue solo para ayudarlo con el momento incómodo que le hizo pasar Claudia o en verdad era porque se lo quiso dar en serio.
Francisco estaba notando que Aarón esa semana había andado distraído y evitaba hablar con él más que para lo estrictamente necesario, durante esos dos años de trabajar juntos se habían hecho muy amigos y la actitud que mostraba este era demasiado extraña. Él estaba consciente que la relación con Camila era ficticia, puesto que más de una vez Aarón le había dicho que ellos solo eran muy buenos amigos desde la adolescencia y todo se reducía a eso, la noche que la presentó como su novia supo casi de inmediato que solo la había hecho así por la apuesta de Cooper.
La tarde del viernes a la salida abordó a Aarón, ya que la cara de decaído que traía ya se estaba volviendo demasiado obvia.
—Oye Aarón. ¿Nos vamos de rumba hoy? —preguntó tratando de sacarlo de su letargo.
—Hola Francisco, disculpa estaba distraído. Y no, no me siento con ánimos de salir hoy — respondió mientras se detenía un momento cerca de los estacionamientos.
—Amigo, te seré sincero. Te he notado muy extraño todos estos días, ¿pasó algo con Camila? —Lo miró con empatía y esperó que respondiera.
—La verdad, sí. El juego se salió de control. Sé que te diste cuenta que Camila no es mi novia, sino la amiga de la que tanto te he hablado. Desde el beso que nos dimos esa noche, no nos hemos vuelto a comunicar. —Suspiró entre cansado y aliviado por poder hablarlo con alguien.
—¡Oh, hermano! Ya veo por donde va la cosa. Ambos se están rompiendo el coco innecesariamente, habla con ella del tema y pongan las cartas sobre la mesa. ¿Es que piensas quedarte otros diez años más esperando saber si ella gusta de ti? —cuestionó Francisco el comportamiento de Aarón.
—Si es por ella, espero mi vida entera. Pero con lo del beso no sé..., quería que esta vez fuera ella la que me dijera algo, tal vez que solo lo hizo como parte de la actuación o no lo sé la verdad. —Pasó una mano por su cabeza en un intento de sacar su frustración.
—O lo que en verdad querías escuchar, es que ella dijera que siente cosas por ti y va más allá de una simple amistad —terminó la frase que Aarón no quiso completar.
—Sí, en el fondo sé que eso era lo que quería escuchar. Así podría ser libre de confesarle que la quiero más que como mi mejor amiga, que la quiero en mi vida como mi todo —sacó Aarón eso que tenía guardado en su pecho desde hace mucho tiempo.
—Entonces Aarón, deja de hacerte el bobo y ponte en órbita; sino otro te robará el mandado. Dile lo que sientes y si ella no te corresponde de esa forma, pues por lo menos habrá valido el intento y ya llegará otra que si te pueda corresponder —le aconsejó Francisco tratando de animarlo.
—Está bien, hablaré con ella. Y veremos qué resulta de todo esto —concluyó Aarón.
Terminaron de hablar y cada uno se fue a su auto, Aarón había tomado la decisión de pasar a casa de Camila, tenían que conversar seriamente sobre sus sentimientos y postergarlo ya no era una opción.
—Hola Aarón —respondió Camila su celular.
—Hola Camila. ¿Te puedo pasar a buscar a tu casa? —le preguntó estacionado cerca de un parque que va en dirección a casa de su mejor amiga.
—Estoy por bajarme del autobús —contestó mientras arreglaba su bolso para bajar.
—Entonces paso a recogerte a la parada, por favor espérame ahí. —Empezó arrancar su auto para ponerlo en marcha y buscarla.
—Está bien, aquí te espero.
El autobús se detuvo en la parada cerca de su casa y se sentó a esperarlo. Se sentía nerviosa, su intuición le decía que él quería hablar sobre lo de esa noche y ella no sabía si estaba preparada para entablar esa conversación.
Pasado unos diez minutos llegó Aarón y Camila se subió al auto, en ese momento ambos sintieron una especie de nudo en la garganta o ansiedad por lo que ambos tenían que decirse.
—Aarón, ¿a dónde vamos? —preguntó Camila para quitar el matiz tenso que había en el ambiente.
—Pues no sé, quizás a dar vueltas por ahí. —Suspiró y encendió la radio del auto para llenar el silencio de fondo.
—Está bien, vayamos a donde gustes.
Pasaron varios calles sin un rumbo fijo, solo con la música de fondo. El silencio era hasta cierto punto asfixiante hasta que Aarón se dispuso a preguntar lo que lo atormentaba.
—Camila, quiero hablar contigo sobre la otra noche —Le dedicó una mirada en lo que el semáforo estaba en rojo—.Pues he estado todos estos días tratando de entender el beso que nos dimos, pero no logo entender a qué se debió.
—Sabía que, si venías hasta acá era para hablar sobre ese tema. —Ahora fue ella quien lo miró—. Lo único que te diré es que no sé exactamente que me pasó, creo que me tomé el papel de "novia" muy en serio y dije:" Tengo que poner a esa tipa en su lugar". Y luego, pues sucedió la que ya sabemos. —Ella estaba clara que no estaba siendo sincera del todo con él, pero aún necesitaba descubrir qué es lo que exactamente era ese sentimiento que tenía por Aarón.
El semáforo cambió a verde y Aarón aceleró para aparcar unos metros más adelante cerca del parque.
—Gracias por responder. Entonces te propongo algo. —Se giró para mirarla—. Que hagamos de cuenta que ese beso no sucedió o que simplemente fue parte de la actuación —mentalmente se mordió la lengua, pues eso no era lo que le quería decir; pero conocía a Camila y dejaría que el tiempo diera paso a dar una respuesta concreta.
—Está bien, haremos de cuenta que solo fue parte de la actuación. —Sonrió tímida y continuó—: Te extrañé, Aarón. —hablaba en serio, su conexión con él iba más allá de ser amigos o en un momento dado: novios, es algo que ni ella misma se puede explicar aún.
—Yo también Camila, te extrañé. —Le devolvió la sonrisa—. ¿Quieres comer un helado? —le preguntó para quitar esa sensación de que el tema quedó resuelto a medias. Lo que lo aliviaba es que por lo menos podían volver a verse y hablar con aparente normalidad.
—Claro, con este verano no está demás refrescarse con un helado de frutos del bosque. —Sonrío otra vez y luego lo abrazó, su calidez era la mejor sensación.
—¿Y ese abrazo a qué se debe? —preguntó mientras correspondía aquel abrazo sorpresa y sonrió disimuladamente para que no se diera cuenta que le gustó.
—Por nada, simplemente quería abrazarte, Aarón. Ni que fuera la primera vez que lo hago —respondió con una sonrisa en su rostro—. Sabes, te estuve observando y tienes un aire casi a Chris Evans —le dijo mientras iban caminando a comprar los helados.
—¿De verdad? Ni siquiera soy rubio como él, es casi negro; aunque yo digo que me parezco más a Chris Hemsworth. —Se tocó la barbilla y sonrió de medio lado.
—A veces te pasas de egocéntrico, Aarón. Dije que tienes un aire a ese actor, no que eras como él. —Entornó los ojos y siguió su camino.
—Si yo mismo no me halago, ¿quién lo hará? —Soltó la carcajada, pues la cara que puso Camila era para morirse de la risa.
—Entonces yo soy la versión mejorada de Halle Berry. Y no me mires raro, que yo también puedo tener mi autoestima muy elevada. —Ambos se echaron a reír.
—Eres mejor que ella. —La miró con una sonrisa en su rostro y luego solo caminó hasta el puesto de los helados. Camila se sonrojó y apuró el paso para alcanzarlo.
En medio de su relajo por los comentarios que ambos habían soltado, apareció dos personas que según ellos no tenían relación alguna.
—Camila, creo que tendremos que seguir nuestro juego de "novios" —le comentó él cuando vio que cerca de los juegos infantiles venían caminando Arturo y Claudia.
—¿Por qué lo dices? —preguntó extrañada hasta que entendió el motivo. Aarón la tomó de la mano mientras que con la otra le daba su cono de helado.
—Al parecer las casualidades están a la orden del día últimamente —habló Arturo tan pronto se acercó al puesto de helados, donde se encontraba aún Camila y Aarón.
—Concuerdo contigo Arturo. Veo que tienes nueva conquista —mencionó Aarón, este tosió y Claudia solo se le quedó viendo de forma confundida a su acompañante.
—Quiero pensar que de verdad es mera casualidad y no que ahora tengo una especie de rastreador —intervino Camila.
—Obvio que no, ¿cómo es que te llamabas? —preguntó Claudia haciéndose la olvidadiza—. Además el parque es libre, que yo sepa ustedes no son los dueños. —Miró de arriba abajo a Camila haciéndose la importante.
—Qué pena que te hayas olvidado de mi nombre "querida" —dijo en tono sarcástico Camila—.Por cierto, no sabía que te gustaba salir con parejas recicladas. —Miró a Arturo y luego se volvió a dirigirse a Claudia—. De haberme avisado que salías con él, te lo habría envuelto con moño y todo. —La aludida quedó roja de lo molesta que estaba y jaló del brazo Arturo perdiéndose del lugar.
—Adiós —se despidió Aarón, por su parte Arturo solo le enseñó el dedo del medio y este solo se echó a reír.
—Dos locos juntos, qué combinación —dijo Camila y ambos se rieron por ello.
—Qué suerte la de nosotros de encontrarnos a ese par. —Suspiró Aarón—. Con esto acabo de confirmar que el mundo es pequeño —concluyó.
—Sí, demasiado pequeño —corroboró Camila.
Hola queridos lectores, ¿Pensaron que ya Aarón iba a declararse a Camila? todavía no, todavía hay cosas que ambos deben descubrir. Y tenemos una nueva parejita, veamos que tan fastidiosos pueden llegar a ser.
Que tenga lindo fin de semana.
Jenny_UM
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro