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Capítulo 16. Sexo Seguro


—Últimamente he tenido mi blog descuidado, he estado tan ocupada que el tiempo se me pasa volando y cuando intento escribir algo simplemente me quedo dormida —contaba Camila a Amelia mientras veían una de sus series preferidas en la habitación de la primera.

—Es comprensible, el estrés por estar ya estar terminando tu informe que debes entregar la próxima semana, el trabajo, el novio y demás hacen estragos —dijo Amelia buscando en su teléfono un contacto que no encontraba.

—He tenido una idea en la cabeza que se me ocurrió esta mañana camino al trabajo. Siempre se habla de sexo como: ¿Cuál posición es la mejor? ¿Si usas o no un vibrador? ¿Qué tipo de lencería usar? ¿Si ver porno ayuda o no a mejorar el sexo con tu pareja? Que se me hacen preguntas repetitivas y hasta cierto punto fuera de contexto —dijo Camila dando un sorbo a su lata de cerveza—. Sin embargo, ¿qué es practicar el sexo seguro? Fue la pregunta que apareció de pronto.

—Interesante tema —contestó Amelia esta vez poniendo completa atención—.Tengo entendido que, practicar el sexo seguro es la forma para la utilización del preservativo obligatorio y estar consciente de con quién te estás yendo a la cama —comentó recordando algo que había leído hace un tiempo atrás sobre aquello.

—No estás tan lejos del concepto como tal, ya que más que nada trata de concienciarnos de que debemos utilizar los métodos anticonceptivos de manera adecuada para evitar el riesgo de posibles contagios. Por lo tanto, está en nuestras manos tomar las decisiones correctas de si la personas con las que lleguemos a tener sexo es alguien responsable de su salud y por ende te dará la seguridad de hacerlo sin un alto riesgo. Pero al final de cuenta nada te exime de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, puesto que la única manera de estar seguro si tu pareja está en óptimas condiciones es que ambos se hagan pruebas médicas para descartar cualquier anomalía o en el mejor de los casos, practicar la abstinencia —mencionó Camila haciendo una especie de resumen de los diversos artículos que había leído sobre el sexo seguro.

—Tienes razón en ello, no obstante, hay que ser realistas en algo Camila. Hoy en día nos preocupamos más por descubrir nuestra sexualidad "explorarla" por decirlo de alguna manera, más que concentrarnos en estar pidiendo a cada pareja sexual que tengamos si está sano o no. Por otra parte, tenemos que, muchos padres optan por decir lo básico sobre qué es el sexo y cómo debemos cuidarnos, otros ni siquiera mencionan nada y en los colegios tratan de implementarlos, pero algo siempre falla en el proceso de enseñanza. Nos aventuramos a escuchar sobre algún conocido su experiencia o buscar en internet; conclusión se termina tergiversando la verdadera información que necesitábamos —argumentó Amelia recordando sus años de adolescencia donde su madre solo se limitó hablarle de lo más necesario.

—Lo sé, por eso es que la pregunta comenzó a rondar en mi cabeza una y otra vez. No tengo una basta experiencia en el tema y en cuanto a mi vida sexual ha sido escasa, se podría decir hasta casi nula o con un cierto grado de riesgo en algún momento; pues una cosa es lo que nos dicen nuestra pareja de ese momento y otra la verdad —enfatizó Camila conversando de manera más animada.

—Sé que por cada pareja que tengamos también viene con ellas su historial de parejas sexuales y prácticamente se arma una enorme lista que enlaza a una con la otra. Dirás que con estos temas siempre soy la alocada, pero he procurado asesorarme bien y con los verdaderos expertos en la materia, pues cuidar mi salud es primordial —comentó Amelia.

—Y no está mal lo que has hecho, al contrario, es lo que se debe hacer siempre, lo importante es estar informados correctamente —le apoyó Camila, ya más segura de lo que abordaría en su blog.

—Exacto, Camila. Pero ahora cambiando de tema, ¿por casualidad conoces bien al compañero de trabajo de Aarón, este chico...Francisco? —preguntó a su hermana dudosa.

—Lo más que sé de él, es que es un amigo cercano de Aarón, simpático y bastante maduro para su edad; creo que tiene unos 30 años —respondió Camila intuyendo por donde venía la pregunta de su hermana.

—¡Ah, ya! Entonces es tres años mayor que yo —dijo Amelia haciéndose la inocente.

—Amelia, ¿no me digas que estás saliendo con él? —cuestionó Camila cruzándose de brazos y mirándola de manera retadora.

—¡Qué cosas dices, Camila! —exclamó indignada—. Solo era simple curiosidad, me lo encontré hace unos días cuando salí a almorzar con unas compañeras del trabajo —confesó Amelia a medias tratando de que Camila no indagara más en el asunto.

—Échame otro cuento de vaquero, porque ni Woody te lo cree. —Negó con la cabeza Camila—. Aunque no tiene nada de malo que salgas con alguien más. Ya hace bastante que Ethan y tú terminaron —dijo conteniendo la risa.

—Nada pues ya, sí hemos salido unas dos veces; pero hasta ahora ha sido en plan de conocernos como amigos —confirmó Amelia ya derrotada ante su hermana.

—Más que desearte suerte, deseo que seas feliz. No importa si estás con alguien o soltera, lo que debe ser primero en tu vida es quererte tú y así evitarás tratar de buscar de llenar un vacío inexistente —aconsejó Camila sonriendo a su hermana.

—Siempre tiene una frase que me hace sonreír, Camila. Gracias por ser mi hermana —dijo Amelia dándole un abrazo.

—Marcela, ¿será que una vez en tu vida dejas de ser tan miedosa? —cuestionó Carolina mientras trataban de entrar a la habitación de Aarón.

—No es ser miedosa, se trata de no invadir el espacio personal de mi primo. Lo que me pides es una reverenda locura —respondió molesta Marcela.

—Sólo te estoy pidiendo que dejes este sostén en un lugar relativamente visible en el cuarto de Aarón —propuso Carolina sosteniendo el sujetador rosa de encaje entre sus dedos.

—Lo mejor es que ya te vayas a tu casa, Carolina. Tu obsesión con mi primo están llegando al extremo —le sugirió Marcela negando con la cabeza.

—En cualquier momento va a llegar, quítate yo misma haré el trabajo —dijo Carolina empujando a un lado a su amiga para abrir la puerta de la habitación de Aarón. Sin embargo, no pudo hacerlo debido a que la misma se encontraba con llave —¡Rayos!

No era la primera vez que Carolina trataba de entrar a la habitación de él. Una vez lo hizo estando Aarón en la ducha y cuando salió de ahí la vio muy tranquila acostada en su cama. Desde entonces procura dejar su cuarto bajo llave.

—Te dije que era una mala idea. —Respiró aliviada Marcela.

—Ya se me ocurrirá otra. —Pateó la puerta Carolina. En eso escucharon la puerta principal abrirse y vieron entrar a Aarón junto con su madre.

—Hola chicas —saludó la señora Carmen dejando las bolsas del supermercado en la isla de la cocina.

—Hola —respondieron ambas chicas sonriendo para simular que no estaban haciendo nada.

—Mamá, ya regreso voy a buscar mi teléfono que lo dejé en el auto —comentó Aarón saliendo de nuevo de la casa, dejando las otras bolsas del supermercado y su mochila de la laptop en el sillón.

Carmen y Marcela se distrajeron en la cocina mientras guardaban los productos en la alacena, por lo que Carolina aprovechó el momento, se fue directo a la mochila de Aarón y dejó el sostén que había escondido detrás de su espalda para que no lo vieran cuando llegaron. Cerró rápido y regresó a la cocina a despedirse.

—Bueno, ya es hora que me vaya a casa. Nos vemos pronto —se despidió Carolina sonriendo, dio la vuelta y ni siquiera determinó a Aarón que ya venía de regreso. Había logrado su cometido y eso la hacía feliz. Disimular indiferencia solo era parte del plan.

—Camila, nena no te enojes —dijo Aarón tratando de calmar a su novia, puesto que se encontraba molesta por lo que había descubierto.

—¿Cómo quieres que me calme? —Inhala y exhala enojada—, ¿cómo carajos tienes un sostén en tu mochila y no te habías "dado" cuenta? —Enfatiza con los dedos Camila lanzando con rabia el brasier rosado de encaje al puesto de atrás del auto de su novio.

—Ya te expliqué que lo encontré en mi mochila justo ahora contigo, solo fui a sacar una carpeta que tenía guardada ahí, cuando veo eso —se defendió Aarón tratando de mantener la calma y hallarle una explicación lógica. Era obvio que el "cuerpo del delito" no era de su novia uno, porque ella no usa una talla copa A, sino C y dos; porque él no ha estado con ninguna otra mujer más que con ella.

—Mira Aarón, la primera regla que acordamos en esta relación fue el de ser sinceros y que cuando alguno de los dos ya no sintiera nada por el otro fuera claro desde el principio. Quiero creerte, pero una parte de mí guarda recelo —comentó Camila tratando de calmarse, sentía una punzada en el corazón de desconfianza. No podía ser cierto que justamente él la estuviera engañando con otra.

—Camila, te estoy siendo sincero y me atrevo a apostar que quien quiere que estemos discutiendo todo el tiempo para separarnos es Carolina —mencionó Aarón seguro de eso último, esa chiquilla desde que llegó a su vida a sido el infierno mismo. Acosándolo todo el tiempo y por más que le deje en claro que no quiere nada con ella, sigue insistiendo.

—¡Me tiene hasta la coronilla, esa muchachita! —gritó exasperada Camila—. ¿No me habías dicho que hablaste con ella para dejar las cosas claras? —Bajó la voz y lo cuestionó mirándolo con seriedad.

—Por supuesto que hablé con ella, pero no entiende. Soy una especie de capricho para ella, me dijo así: "Si no eres para mí Aarón, no eres para nadie. Y mucho menos para tu noviecita Camila, yo soy más mujer que ella". Eso fue lo que dijo textualmente disgustada hace unos días atrás cuando la confronté por estar entrando a mi habitación sin mi consentimiento. —«De por sí, ella no tiene nada que hacer ahí», pensó Aarón.

—No voy a seguir discutiendo más contigo por culpa de esa ofrecida. Así que, vayamos a nuestra cita y hagamos de cuenta que esto no sucedió —zanjó Camila colocándose el cinturón de seguridad, procurando olvidar ese asunto. Lo que sí tenía claro era que, ahora es ella quien tenía que poner en su sitio a Carolina, ya se había pasado de la raya.

—Es lo mejor, no podemos dejar que terceros afecten nuestra relación ni la confianza que hemos forjado todos estos años siendo amigos. —Se acercó a ella y le depositó en un beso corto en sus labios.

La noche de ese sábado no había empezado tan favorable, pero esperaban que el resto de la velada fuera placentera. Lo que era cierto es que de alguna forma Carolina estaba haciendo eco en su relación y dependía de ellos poner un freno pronto a la recién aparecida.

"La base de toda relación radica en una buena comunicación y respeto".


***Hola, bonito fin de semana a todos. Les dejo un nuevo capítulo, ¿qué opinan sobre el sexo seguro? ¿Creen que la reacción de Camila fue exagerada o estuvo bien lo que hizo?

Agradezco sus votos y comentarios.

Saludos,

Jenny.***


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