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46


Niesse y Eleck tomaron unos momentos a solas, necesitaban pensar con claridad y a solas todo lo que habían descubierto en tan poco tiempo, ¿Cómo era posible? Ella nunca imaginó que su vida llegaría a cambiar tanto, jamás siquiera cruzó por su cabeza que aquella travesía traería tantas revelaciones sobre quién es y a qué familia pertenece; su mamá era bruja pero no lo sabía, provenía de una larga línea de descendientes de Morgainne quien fue una de las Pimeys más importantes no solo de la historia de Khandrya sino que del mundo humano también pues su nombre se mencionaba con fuerza en las leyendas donde aparecía Merlín.

Ahora se veía en la encrucijada más enigmática de su vida, ser reina del mundo mágico no era algo que estuviera en sus planes al acabar con la misión, había tenido toda la intención de volver a Estados Unidos para despedirse de sus padres al menos desde lejos asegurándose de que estaban bien pues deseaba vivir en Cathair Ghrian, conocer la gran ciudad y luego todas las aldeas del reino, visitar a Silvano y Alistair, aprender todo lo que pudiera, quería verlo todo, todo de la mano de Eleck... O esos habían sido los planes que se vieron destruidos de un segundo a otro y todos saben que daría lo que fuera por poder encontrar una solución al tema, ojalá Mirena y Lía siguieran con vida pero ni siquiera eso habría evitado el destino de Eleck puesto que su "hermana" habría heredado la corona y la magia de su padre, por lo tanto, el ojiplata habría tenido en mismo destino que ahora.

Niss suspiró mientras caminaba por las afueras de la casa de Sibila, ¿Qué haría ahora? ¿Qué podía saber ella sobre gobernar un mundo mágico que apenas conocía? ¿Qué debía hacer con respecto a ello? En un inicio quiso negarse sin más, no era algo para ella, pero Alistair le hizo ver que esa no era una opción siquiera debido a que Khandrya necesitaba un guía y puso especial énfasis en lo que llevaban esperando al heredero.

—Niesse —Silvano se acercó a la muchacha seguido de Alistair—. Tenemos que decidir qué hacer, al parecer están a punto de llegar a la villa nuestros enemigos.

—¿Qué se supone que debemos hacer? No tengo idea, ellos buscan un heredero que no existe, se supone que lo saben, es decir, ellos mataron a Mirena y la niña, ¿No? ¿Qué es lo que están buscando? —espetó molesta.

—Estuve pensando, si Gya nos estaba cazando, si quería a Eleck con tanto ahínco, ¿No creen que ella sabía que no había heredero? —preguntó serio el mago de viento mientras caminaba de un lado a otro.

—No creo, ella misma le exigió varias veces a Eleck que le revelara lo que sabía —Niesse negó de inmediato.

—Pero, solo hasta que lo tuvo en sus garras, hasta que se logró alimentar un poco de él el día en que tú descubriste tus poderes, ella dejó de preguntarle sobre el heredero y se obsesionó con tener su esencia —explicó Alistair—. Ella supo qué era Eleck todo este tiempo pero no dijo nada porque deseaba tener su poder, ella quería reinar Khandrya.

—Merlín sobrevivió a un Sielun Syoja, tendría sentido que fuera Gya y que, al haber probado su alma y poder en un principio, sabría con facilidad reconocerlo en nuestro amigo —Silvano soltó sorprendido—. Si ella no dijo nada a sus secuaces, porque sabemos que era egoísta y lo quería todo para sí, Sho y sus idiotas vienen por la información.

—Ellos no saben que no hay heredero de Merlín, al menos no de su linaje directo —sonrió Alistair—. Podemos hacerles frente contigo, Niss, ellos entenderían que no deben meterse en el asunto ya que una Pimeys es la heredera, tal y como Morgainne alguna vez quiso, dentro de todo se estaría cumpliendo lo que tanto han buscado.

—Gya dijo que siempre me sería fiel el día en que acabé con ella, no entendí a qué se refería en ese momento, la desgraciada murió contenta sabiendo que todo por lo que alguna vez luchó en nombre de mi antepasada se dio tal y como desearon —chasqueó la lengua la azabache—. Eso es lo que me molesta, ¡Qué al final lo consiguieron!

—Pero, Niesse, no lo ves, no tiene nada que ver que fueras una Pimeys, Tuuli o Valaisin, aquí lo que importa es la clase de persona que eres —sonrió Silvano tratando de hacerle entender—. Eres buena, una gran bruja y es justo que un familiar de Morgainne y de Merlín sea el que herede todo, podrás poner un equilibrio en las convicciones de ambos; el difunto rey quería paz para todos pero temía a los magos oscuros, su hermana estaba dolida por ser diferente y buscaba igualdad sin etiquetas y condicionamientos. Tienes de ambos, justa y valiente como Merlín, una Pimeys que sabe lo que se siente ser señalada, ¿Entonces?

—No estoy segura de estar hecha para esto —suspiró la bruja—. Estoy asustada por las grandes responsabilidades que me están dando, nunca las pedí y carezco de todo lo que puede llegar a tener un líder o un gobernante.

—Pero estamos contigo, Nissi, no te vamos a dejar sola —negó Alistair.

—¿Y qué sucederá con Eleck? —los observó con tristeza—. Lo amo y tengo que hacerle daño por un bien mayor, ¿Se han preguntado cómo me siento con esto? ¿El cómo me desgarra por dentro?

—No es fácil, lo sabemos —Alistair apretó los labios—. Estuvimos hablando sobre ideas de cómo evitar esto, pensamos que podrías usar los poderes de Merlín para ser coronado y luego regresárselos al cuerpo de Eleck, pero eso no puede ser así según Equusuu, necesitarás fusionarte con esa esencia.

—Como Eleck no tiene alma, no hay algo que ancle sus recuerdos, su personalidad, su historia, entonces, tampoco es una opción volver a crearlo tú mismo luego de que seas coronado —Silvano rascó su nuca con incomodidad—. Porque solo estarías recreando su anatomía, no su mente o lo que siente.

—¿Y qué me queda? ¿Despedirme? ¿Eso es todo? ¿Vamos a despedirnos de la persona que nos trajo aquí? Estamos juntos y superando lo que nos ha sucedido en la vida porque él nos unió —ella restregó sus manos por el rostro encaminándose lejos del par que se la quedó viendo con pesar.

—Tiene razón —Alistair suspiró con dolor—. De no ser por Eleck no habríamos siquiera considerado esta locura, yo no habría querido acercarme a alguien de nuevo, tú seguirías perdido por el dolor de tu hermano, Equusuu no se hubiera abierto a nosotros, no seríamos amigos, no tendríamos la confianza que nos tenemos. No te habría conocido a ti.

—¿A mí? No creo haber hecho nada para que tengas que resaltarme así —rió Silvano—. Me alegra haberte ayudado cuando lo necesitaste.

—Tal vez no creas que sea mucho, pero tus palabas y tu apoyo cuando salimos del bosque oscuro fueron mi gran fuerza —sonrió de lado para verlo—. No toqué ese tema más de esa vez porque quería dejarlo atrás, ya era hora, pero no quiere decir que no te tenga presente por ello.

—No es nada, para eso estamos, ahora somos familia —le revolvió el cabello comenzando a caminar a paso tranquilo, con el pelirrojo a su lado que lo veía de reojo y que, con timidez, llevó su mano a la contraria rozándola con sus dedos. El mago de la naturaleza sonrió correspondiendo el gesto.

Por su parte, Eleck se encontraba en la casa de Sibila sin compañía de nadie, había estado un buen tiempo sentado en un sofá pensando y evaluando su vida, sus posibilidades, llegó a la conclusión de que toda su existencia siempre fue en pos de otro; de Mirena, luego de Lía para su futura coronación para cambiar después y salvaguardar el poder de Merlín; suspiró, siempre sintió que era alguien importante, querido, que tenía una vida llena de misterios y aventura para vivir pero ahora comprendía que todo lo que él era, pensaba y sentía de sí mismo no eran más que mentiras impuestas y fabricadas para él. Nunca fue importante, nunca fue tan querido como pensó, no había misterios ni aventuras para él, nada de lo que acontecía era por y para él sino para alguien más.

—No tiene caso resistirse más —se dijo a sí mismo poniéndose de pie para acercarse a un antiguo espejo que descansaba en una de las esquinas, se quitó el abrigo que llevaba encima solo para dejar ver el uniforme de la guardia real que llevaba sin usar desde que estuvo en casa de Irina. Ese era él, quien tenía que terminar lo que comenzó.

Volteó en su lugar dispuesto a salir, debía buscar a todos y dar aviso que había una coronación que realizar cuando la puerta de la casa se abrió dejando ingresar a Niesse que se lo quedó viendo estupefacta debido al uniforme, casi había olvidado que fue así como lo vio vestido la vez en que lo salvó en un callejón en Helsingborg; se sostuvieron la mirada sin saber qué decirse en realidad por lo que Niesse solo atinó a cerrar detrás de sí acercándose al muchacho para abrazarlo tanto como pudo, Eleck escondió su rostro en la curvatura del cuello ajeno suspirando, inhaló hondo reconociendo la esencia dulce de la fémina y se aferró a ella apretando los labios.

—Pase lo que pase, sé una buena líder, mi brujita —murmuró.

—¿Qué es lo que sucederá contigo? ¿Qué...? ¿Cómo es que va a suceder? —tragó duro aguantándose las ganas de llorar con un desconsuelo atroz.

—No sé, supongo que dejaré de existir, así de simple —sopesó—. De todas formas, siempre voy a estar contigo, tal vez no tenga forma humana pero seguiré siendo esencia y te voy a pertenecer.

—No quiero que me pertenezcas —negó con un suspiro—. Quería que me enseñaras el reino, quería vivir contigo.

—Yo sí quería pertenecerte, tener algo a lo que pudiera llamar mío, parte de mí —se separó un poco para verla a los ojos—. Pero el destino es este, Niesse, quiero lo mejor para ti, Alteza.

La muchacha sonrió con dolor, acunó una de las mejillas del Valaisin para atraerlo hacia sí con delicadeza dejando un beso sobre la gema en su frente y luego fue a sus labios donde se tardaron un buen tiempo siendo un leve vaivén el que llevaban a cabo, prolongar lo más que pudieran sus besos, tal vez no volverían a besarse luego de ese instante.

—Eleck, no voy a aceptar ser reina —ella se separó por completo—. El reino mágico deberá aprender a subsistir sin un gobernante, no te voy a matar solo para que ellos vivan en paz.

—Estás siendo egoísta ahora —respondió serio—. ¿Acaso no merecen los niños vivir una vida tranquila? ¿Qué hay de las criaturas que viven asustadas o huyendo por todo lo que se hace? ¿Y los inocente que ya murieron? ¿No merecen que se vea la paz para conmemorarlos? Piensa en los amigos de Alistair, el hermano de Silvano, en Morgainne o en Mirena o en Lía que cruelmente fueron asesinadas... Hay que parar esto, de una vez por todas.

—Estoy perdiéndote así —bajó la cabeza.

—Ya me tuviste mucho tiempo, me has hecho feliz y me has traído hasta aquí donde he podido saber la verdad —sonrió de lado entrelazando sus manos para llevarlas hasta su boca donde dejó un beso sobre los nudillos de la jovencita—. Esta historia nunca se trató de mí, Niesse Donovan, se trataba de ti, siempre fue de ti.

—Tenemos una situación —Irina llegó de pronto con la respiración agitada—. Sho y un gran grupo de brujas y magos que eran liderados por Gya están aquí, vienen por el poder de Merlín.

—Carajo —Niesse farfulló—. Gya sí les dijo la verdad, entonces, ellos saben que no hay heredero de Merlín directo de sangre, solo quieren su poder para tener el control de Khandrya.

—Esto se pondrá feo —negó Eleck intercambiando miradas, el problema allí era que no sabían cuántos Pimeys estaban de su lado y cuántos en su contra.




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