Vuelve conmigo
Abubis descendió por su cuello besando el lugar donde el pulso se volvía más frenético. Quería morder la piel, marcarla, pero ahora no era el momento. Con su peso dejó acostado al chico sobre la baldosa mojada y dirigió los delgados muslos para que le abrazaran la cintura. La fricción que se generó entre miembros los hizo gemir a los dos.
Volvió a tomar sus labios e insertó la lengua lo más profunda que pudo mientras con las unas de sus dedos rozó uno de los pezones de Darien
El chico llevó sus manos al cabello bicolor mientras su cuerpo se arqueaba ante las olas de calor que lo recorrían sin cesar. Definitivamente solo reaccionaba así a una persona, a un sólo dios.
-Anubis- gimió cuando los labios carnosos del inmortal abrazaron el otro pezón y lo comenzó a torturar.
Darien pensó que se volvería loco. Sentía como el definido abdomen del mayor estaba húmedo y pegajoso por el líquido preseminal que salía de su miembro por la constante y deliciosa fricción.
Era increíble, lo estaba llevando a otro nivel, su cuerpo se sentía tan vivo, tan a gusto, tan...
-Aaahhhhhhh-
Anubis se detuvo y levantó la cabeza, exaltado al sentir el grito desgarrador salir de la garganta de su cachorro. Lo que vio, nada le gustó
Su rostro estaba desfigurado en una mueca de dolor, terror y asco.
-Darien, qué ocurre- tomó su rostro entre las manos para mirarlo a sus ojos que estaban tan dilatados que el hermoso color amatista de sus iris era casi imperceptible- Respóndeme cachorro-
El chico respiraba, buscando el aire que no llegaba a sus pulmones. Movía sus ojos de un lado a otro sin ningún objetivo. Aventaba los brazos golpeando los costados del cuerpo sobre él y pataleaba eufórico.
-Déjame, no de nuevo- Gritaba a todo pulmón.
-Bebé, cálmate- Anubis se vio desesperado intentando calmar el ataque tan intenso del chico.
-Suéltameeee- Se sacudió casi asfixiado con lágrimas en los ojos y la garganta ardiendo- Anubis sálvame-
El chacal agarró sus manos y las llevó a su espalda donde sintió las uñas del humano hundirse dolorosamente, haciendo surcos.
Tomó la pequeña cabeza y la llevo a su cuello mientras le susurraba al oído.
-Estoy aquí, cachorro, vuelve conmigo-
-Anubissss- Volvió a gritar sollozando mientras seguía sacudiéndose hasta que mordió la carne delante de él.
El dios gruñó al sentir su piel romperse. Apretó más su cuerpo contra el suyo inundándolo de su olor.
-Estoy aquí. Vuelve conmigo Darien, DARIEN- la angustia lo volvía loco.
El chico se quedó quieto de momento, con la respiración tan lenta que el chacal se asustó.
Se incorporó un poco pensando que tal vez se había pasado con la fuerza al momento de abrazarlo, pero se encontró con dos ojos muy abiertos que lo miraban fijamente. Se le partió el alma al ver su expresión de asombro y a la vez de alivio. Corrió los rizos del chico hacia atrás recorriendo la frente con su palma.
-¿Darien?- Lo llamó en un susurro.
Éste tocó tembloroso la mejilla de Anubis como para sentir que era real, que aún estaba a su lado, para después enrollar sus brazos en su cuello y abrazarlo con fuerza.
Lo sostuvo mientras el humano sollozaba fuerte contra él.
-Veía a Horus. Me estaba haciendo cosas que no quería. Tu no estabas-
-Tranquilo cachorro, tranquilo, estoy aquí- Acariciaba su cabello sintiéndose culpable por lo que había pasado- Lo siento, lo siento Darien, es mi culpa lo que te ha pasado. No sé cómo pedirte que me perdones-
El chico se separó para tomarlo del rostro y besarlo suavemente.
-Hazme olvidar el tacto de él, lo que me hizo sentir. Hazme tuyo Anubis. Por favor-
El dios le devolvió el beso en una suave caricia tragando el sollozo de su compañero.
-Lo que tu desees, mi pequeño- Soltó un suspiro, aliviado al darse cuenta que no le tenía rencor. Le pedía que lo hiciera suyo y eso es lo que el pretendía. Se había enamorado como nunca en su larga vida, este humano lo hacía sentir como en su juventud. Solo él era capaz de llenar el vacío que tanto tiempo había tenido.
Lo volvió a poner sobre el piso y lo beso tiernamente. Las manos de Darien se aferraba fuertemente de sus hombros y no cerraba los ojos, sus orbes estaban llenos de su figura.
Recorrió su cuello con la lengua hasta la barbilla acariciando sus piernas flexionadas sobre su cadera. Aun temblaba un poco, pero se encargaría de deshacer eso. Se incorporó sobre sus brazos.
-Tócame Darien, siénteme, guarda mi imagen dentro de tu mente para que no me olvides-
Las mejillas del joven se tornaron rosadas y gimió ante la imagen monumental sobre él. El pecho ancho moviéndose con más intensidad mientras la excitación aumentaba, salpicado por gotas de agua y de sudor dándole un brillo seductor. Los labios hinchados por los besos que quería devorar. Los brazos duros como rocas, definidos, potentes, pero a la vez tan suaves. La estrecha cintura con músculos marcados que contrastaba tanto con la de él, pero que era perfecta para tenerla en el interior de sus muslos. Su amante era perfecto, delicioso, excitantemente sensual.
Recorrió con sus dedos los pectorales y el abdomen tenso sintiendo el calor que emanaba. Bajó un poco más la mano para llegar a su miembro y apretarlo entre sus dedos. Vio como el mayor echó la cabeza hacia atrás soltando un sonoro gemido. Darien llevó los labios al pezón y lo mordió recibiendo una sacudida en respuesta.
-Suave pequeño o no prometo durar mucho-
El chico miró la herida en el cuello ignorando las palabras dichas.
-Yo te he hecho esto- le pasó los dedos por el borde.
-No te preocupes, sanará muy rápido, no me duele porque fue hecha por ti-
Darien la lamió apartando el pelo que se interponía entre la piel y él. Anubis corrió el cuello para dejarle más espacio, aunque su cuerpo se estremecía por la mano en su miembro que no paraba de masajearlo. Llevó la suya también para intensificar la presión tensando todos los músculos de la espalda.
Si no se detenían terminaría muy, pero que muy pronto y su objetivo inicial no era precisamente atender su cuerpo sino darle la mayor satisfacción al pequeño en sus brazos.
De un tirón, con toda su fuerza de voluntad, lo apartó y lo dejó sobre el suelo recibiendo una ceja arqueada de duda. Su cuerpo protestó al detener el orgasmo tan cercano.
Sonrió regulando su respiración con dificultad.
Mi pequeño diablo- Le acarició el pecho deteniéndolo en su lugar- Ahora me toca a mí-
Nota: Al fin romance después de mucha tensión y suspenso, espero que les guste y estén preparados para más en el próximo. Upsss se me fue el spoiler, aunque hay una sorpresa inesperada para el final que seguro no se imaginarán.
Besos y gracias por leer y sus votos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro