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Muévete de una vez

Anubis pegó su frente a la de Darien. Vacilaba ante la petición de su amante

-Estás seguro, será difícil, no quiero obligarte-

-Yo quiero esto- levantó la barbilla con determinación. Había aceptado el hecho que Anubis no tenía un aspecto humano real desde que había visto la magnificencia de su cuerpo. Si quería estar junto a él tenía que aceptarlo en todas las facetas, y aunque, en el fondo le daba cierto miedo, no era momento de echarse hacia atrás.

El chacal soltó un suspiro y detuvo las caderas del menor contra las suyas.

-Esto puede doler un poco, es mejor si estoy dentro, mi presemen te ayudara que no duela tanto-

Darien asistió y desenredo los brazos de su cuello preparándose psicológicamente para lo que venía.

En segundos su cuerpo del hombre comenzó a cambiar aumentando de tamaño y sus rasgos faciales desfigurándose. Darien soltó un quejido al sentir su interior expandirse más para contener el nuevo miembro en su interior, intento moverse para alejarse, pero las manos en su cadera lo mantenían muy quieto en su lugar. Anubis sabía que si se movía ahora podía hacerse daño y eso era lo que menos quería.

Darien respiró profundo cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, aquello era diferente de lo que había soportado en toda su vida. Estaba tan lleno que pensaba que se rompería si se movía un milímetro. Estaba paralizado totalmente y apretaba los puños contra el pecho del mayor que encontró suave y ligeramente peludo, aunque no pudo sentirlo bien pues su mente estaba enfocada totalmente en bloquear el dolor que lo recorría. 

-Darien- la voz de Anubis sonó preocupada entre la nebulosa de su mente.

-Espera- gimió con lágrimas en los ojos- Déjame acostumbrarme- 

Bajó una de sus manos y la llevó a sus nalgas donde ambos se unían.

Era grande, más que en su forma humana y estaba todo dentro de él. Seguro que algo debía haberse roto, no era normal que pudiera albergar algo como eso. Ni en el porno más bizarro que hubiera visto había algo semejante. De seguro se haría millonario, mejor que el mayor no se enterara de sus pensamientos o lo oiría por horas.

El dolor, más rápido de lo que se imaginó, fue mermando, sorprendiéndolo.

Abrió los ojos y pestañeó para aclarar las lágrimas que habían aparecido en ellos. Anubis le había dicho que su presemen era como un analgésico y parecía verdad. No sabía si era porque sus músculos se habían adormecidos, pero ahora creía poder moverse.

Su vista se aclaró y imagen ante él lo impacto.

El rostro hermoso y duro había sido sustituido por una gran cabeza de chacal de negro pelaje. Tuvo que levantar la cabeza para poder verlo bien, ahora que había aumentado de tamaño apenas le llegaba al cuello.

-¿Estás bien?- Anubis le preguntó masajeando sus muslos como intentando llevarse lo que quedara de dolor en el chico. 

No hubo respuesta. Lo miraba fijamente con cierto brillo en los ojos. Alzó sus dedos al pelo más largo a su cuello y los enterró acariciando el pelaje. Sus labios esbozaron una gran sonrisa y su rostro se tornó una expresión de felicidades que Anubis nunca había visto.

-Hermoso, es precioso- sacudía el pelaje para después desplazar las manos por el dorso cubierto, pero más corto, los brazos, volviendo a su cabeza.

-Las orejas, déjame tocar las orejas- parecía un niño con un juguete nuevo.

Bajó la cabeza y los delgados dedos amasaron sus grandes orejas con exasperación.

-Parece que te gusta mi forma de chacal a la humana- se burló.

Darien se petrificó y se retiró

-Lo siento. No quería-

El dios lo atrajo hacia él y lamió desde el cuello hasta la mejilla.

-No tienes que disculparte, no me molesta, puedes estar con la imagen que más te guste de mí y tocarme todo lo que quieras, mientras estés a mi lado-

-La verdad, me gusta esta imagen tuya, que digo, la amo es hermosa, aunque no puedo negar que- dijo sonrosado, tu aspecto humano es...demasiado para cualquiera. Eso sí, esa parte de abajo, tendré que pensarlo-

-Mi pequeño cachorro- lamió otra vez su mejilla, y seguido, el camino hasta el pezón- Crees que puedas continuar, si quieres me detengo y vuelvo a mi forma humana, será más fac...

-No me retes Anubis- jadeó Darien haciendo su primera insinuación de movimiento- No soy un novato, te recuerdo que me dedique a entrenar bastante mi cuerpo en este campo-

El chacal mordió duro su protuberancia.

-Mientras estés conmigo no hables de eso, ahora tendrás una nueva vida a mi lado, una muy diferente a la que has tenido. No tendrás que vender tu cuerpo otra vez-

Darien sonrió creyendo que podía confiar en sus palabras, sería maravilloso si fueran verdad.
Abrazó el grueso cuello y tomando una gran bocanada de aire se levantó un poco y se dejó caer suavemente. 

OMG, que había sido eso. Volvió a repetir el movimiento, las manos del dios solo estaban posadas en su cadera mas no lo detenían, dejaban que se moviera como él quisiera. Gimió alto y un hilo de saliva cayó por el borde de su boca. Su cuerpo estaba en éxtasis total.

-En serio- el chacal se había incorporado y limpiaba la saliva con su lengua- creo que es demasiado para ti-

-Tu cállate y muévete, esto es increíble- cero dolor. 1000% de placer. Ni el sexo más increíble que hubiera tenido se podía comparar con el de ahora, y el mas increíble había sido con la misma persona bajo él. Si la recompensa por unos segundos de dolor era esa, pues bienvenido sea. Esperaba que hubiera agua milagrosa rara que cura todo de reserva.

-En serio cachorro, no creo- al parecer estaba malinterpretando mal su expresión.

Darien agarró fuertemente un puñado de pelo del cuello y lo atrajo frunciendo el ceño
-Muévete de una maldita vez o te pondré a dieta de sexo por los próximo 20 años- ni el mismo se lo creía. Se alegró por dentro cuando el brillo de los ojos del can cambió a uno más peligroso. 

-En ese caso- subió su cadera con cierta fuerza haciendole soltar un grito.

-Sigue- lo incitó.

Le hizo caso, y aun reprimiendose comenzó un movimiento constante vigilante siempre de toda expresión de su pareja que parecía más para allá que para acá.

No supo cuánto tiempo se estuvo introduciendo dentro de las brasas de fuego del interior del menor cuando este comenzó a apretarlo, estaba cerca. Enrolló sus dedos en el miembro de Darien y lo masajeó, cayendo este hacia delante jadeando contra su hombro. El líquido blanquecido fue acompañado de un sonoro gemido y los dientes enterrados en su piel en un intento de reprimirlo. Anubis lo siguió deleitándose como las paredes lo apretaban y sacaban hasta su última gota de semen, dejándolo sin energía y totalmente saciado, como siempre cada vez que estaba con el chico, su cachorro, la persona que amaba.

***

Darien abrió sus ojos sintiendo golpes en la puerta y soltó un gruñido contra el pecho donde estaba recostado. Levantó la cabeza para ver a su pareja que no se había tomado la molestia de volver a su forma humana ahora que lo había aceptado

100% sus huevos, Anubis era un calenturiento empedernido, maniático del sexo y manipulador y estaba seguro que en cuanto había podido moverse lo había atacado para saciarse. Se sintió culpable, él tampoco había cooperado mucho para que no lo tomara. Ya lo reprendería después.
Se levantó para caer de rodillas al suelo con sus caderas adormecidas. Cierto y conocido liquido se escurría de su aun dilatado ano y las piernas se negaban en responder.

Otro golpe en la puerta.

-Ahora no puedo, estoy un poco ocupado- mintió 

-Señor Darien, Ra solicita su presencia-

Otra vez una reunión, se estaba cansando del interrogatorio.

-¿No puede ser un otro momento?- 

-Esperaré que haya terminado- cuanta insistencia

Resopló, no podía escaparse. Haciendo sus mejores acrobacias pudo ponerse de pie y para su asombro el dolor era soportable, cada vez se sorprendía con los trucos guardados bajo la manga de su bello durmiente. Agarró una toalla y la humedeció limpiándose hasta que estuvo seguro que no escurriría más, esa vergüenza era un poco grande. Se puso como pudo el shenti limpio que le habían dejado y ocultó bajo la tela el puñal que Nastet le había regalado. Dejó un beso sobre la cabeza del chacal que no se despertó.

La criada lo repasó con la mirada e inclinó la cabeza, Haciéndolo más consiente de las diversas marcas que debían adornar su piel. A pesar de que su pareja pretendía ser amable durante el acto sexual le era difícil contener su fuerza natural

-Anubis aún está descansando-

-Solo desea verlo a usted, es algo importante-

Darien cerró la puerta a su espalda con cierto escalofrío. Por alguna razón esta vez no se sentía cómodo con ir a ver a Ra. Siguió a la criada por el pasillo sin poder ver su rostro oculto por un pañuelo de lino que ocultaba una cruel sonrisa.

Nota:
Para mis hermosos creadores de teorías, qué creen que le ocurrirá a Darien ahora, veamos quien se acerca más a lo que tengo preparado. Jajaja.

Y me acabo de dar cuenta que los capítulos de sexo me suelen salir más largos y en dos partes. Creo que hay algo mal conmigo, que psicólogo me recomiendan, ha también para que cure mi sadismo y no le siga haciendo más cosas a Darien porque la lista se extiende (Soy una mala cariñosa)

Besos y gracias por votar y comentar. Y para los que pensaban que Anubis lo iba a partir por la mitad, tenía un truco guardado bajo la manga.

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