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¿Eso es lo que significo para ti?

-¿Qué haces aquí-?

-Al parecer me desaparezco unos días y mi cachorro se vuelve agresivo, deberías bajar eso, podrías hacerte daño- Darien no le respondió -¿Qué hiciste con la cama que te regalé, no era barata y la busqué lo más cómoda para ti?-

-La boté. No la quería-

-¿Estás de broma verdad?-

-Déjate de sujeciones Anubis y respóndeme ¿qué haces aquí?-

-Acaso no sabes la respuesta a esa pregunta Darien- el hombre que por primera vez llevaba su cabello recogido en una gruesa trenza dejando ver algunas recientes arrugas en su frente, rodeó la cama.

-A esta altura, no sé ni me interesa- lo vio fruncir el ceño.

-Cachorro qué pasó, estás tan cambiado-

-¿Qué qué pasó? -su rostro era un bloque de hielo- Ese ya no es tu problema.

-Darien- Anubis intento acercársele, pero el chico empuño más alto la daga en su mano.

-Estuve un puto mes en coma y después, más de una semana, viendo si tu culo celestial se dignaba a aparecer, demostrarme que me anhelaban tanto como me decías, pero cuál fue mi sorpresa. El gran Anubis. Dios de los muertos, tenía cosas más importantes que hacer que estarse encargando de un problema insufrible como este que está aquí-

El dios se quedó perplejo con las palabras que eran escupidas, con enojo, frustración y repudio, aun cuando la expresión de su rostro era neutra.

-Darien, cachorro qué te hizo pensar así. Las cosas en el Imperio se pusieron complicad...-

-No me importa- lo interrumpió- No me importa. Cuando abrí los ojos en ese hospital y me di cuenta de todo lo que había pasado, después de esperarte como todo un idiota mientras te revolcabas a saber tú, yo tomé la decisión mas importante de mi vida, y esa no te incluye ni a ti ni al Imperio, así que todos ustedes pueden irse al infierno y pudrirse de una buena vez- las frases fluían de su boca, una por una, llevándose consigo partes de él hasta dejarlo vacío. Mejor así, nada bueno venía de sentir, de enamorarse.

-Respétame, respétanos. No tienes idea del caos que estamos viviendo ahora mismo porque tu atravesarse la barrera y...-

-Y ahora es mi culpa. Esto es lo que más me gusta de la historia. Que fui una víctima de todas sus maquinaciones y ahora yo soy el culpable- soltó una carcajada despectiva- y tú no tienes idea de cómo fue que llegué aquí así que no cuestiones, tus santos dioses no son tan santos como parecen-

-No quise decir eso, no alteres las cosas, ahora mismo estamos entrando en guerra no puedo entrar en detalles contigo-

-Ya veo- asintió con la cabeza. Crach, ese fue su corazón agrietarse- Anubis sólo te haré una pequeña pregunta y me gustaría que por esta vez me respondas con la verdad si es que no mueres en el intento- ¿Qué soy yo para ti?-

El dios lo miró y caminó hacia él sin importarle que el chico lo amenazara.

Si así iba a ser las cosas. El humano llevó el arma blanca hacia su cuello y pegó la punta en donde la vena que sobresalía. No lo quería cerca, eso podía romper su delgada barrera de autoprotección mental.

Vio como el dios se detenía y su piel dorada se ponía blanca.

-Cachorro-

-Respóndeme-

-Tú, eres lo más importante para mí, Darien, acaso no hice todo en el Imperio para recuperarse-

-Recuperarme- volvió a bufar- Con qué objetivo. ¿Con tener a tu lado al fenómeno que puede matar dioses y asegurarte de que no te haga daño?-

-Estás tergiversando las cosas. Sabes que lo que dices no es verdad. Sabes lo mucho que me importas-

-Ya no se ni que creer- las palabras de la mujer resonaban en su cabeza una y otra vez- Tú dices una cosa, Ra dice otra, él otra, ella otra, todos, lo que les venga en gana y yo ya me cansé de sufrir por una causa perdida-

-Acaso quieres que todo termine así- Anubis sonó más desesperado que molesto- Eso es lo que significó todo lo que pasamos juntos-

-Ojalá nunca hubiera pasado. Borrón y cuenta nueva-

-No lo permitiré- el chacal se movió mucho antes que el humano pudiera reaccionar. Lo agarró del brazo apretándole para que el arma cayó al piso rozando su mano dejando una fina herida.

Tiró a Darien contra la cama y se subió sobre el inmovilizándole los brazos y piernas con las de él.

-¿Qué harás, violarme como Horus? Adelante, todo son iguales- no lloraría, no allí, no delante de Anubis, no cuando se había prometido no volverlo a hacer por él otra vez.

-Demonios Darien, deja de ser así. Comparándome con todos cuando hice todo lo que pude por estar a tu lado y que nunca podría hacerte daño-

El chico giró su rostro para no verle directamente a sus ojos. No le gustaba el brillo en sus orbes negros. Lo absorbían haciéndole vacilar y él no cedería.

-¿Qué no eres igual? Diciéndome que esté a tu lado mientras profesas palabras de amor por otro lado, no soy tan iluso para creer que sería el único. Mírame, un simple humano que apenas vivirá cien años -aunque ahora no sabía después de lo que había oído de la boca de aquel chico- solo sería un recuerdo de un polvo para ti- Mientras más cruel fuera más rápido se alejaría de su lado. Y todo lo que decía lo hacía en serio.

-No sé quién demonios te dijo eso, pero debes creerme, eso no es verdad, tú no eres un simple revolcón-

Darien se sacudió intentando soltarse haciendo oídos sordos, hacerle caso solo lo heriría más y volvería a caer en el mismo ciclo vicioso.

-Suéltame-

-No puedo-

-Suéltame- alzó un poco el tono

-Ra quiere que te lleve al Imperio, allí estarás a salvo-

Crach, crach, su corazón terminó por destrozase.

El joven comenzó a reírse en voz alta y a todo pulmón sin impedir que las lágrimas escaparan de sus ojos.

-Lo sabía. Lo sabía- volvió a reír como loco.

No había ido a buscarlo. La pisca de esperanza se esfumó, Ra lo había enviado, no había venido por voluntad propia.

-Darien- Anubis lo vio con el pecho apretado -No hagas esto. Necesito tiempo para explicarte, pero no digas que no significas nada para mí- intentó besarlo para solo recibir una mirada llena se odio infundada en lágrimas.

-Suéltame. Quítame tus asquerosas manos de arriba-

El cuerpo de Anubis se sacudió. Cada paso que daba lo golpeaban retrocediendo dos más.

-Si te suelto escaparás-

-¿A dónde? Tú estas aquí y Horus por los alrededores- dijo con los dientes apretados.

-¿Horus esta aquí?- eso lo había tomado por sorpresa aflojando el agarre sobre el chico oportunidad que aprovecho para golpearlo con la rodilla en su abdomen y salir corriendo en dirección al baño, no sin antes recoger la daga.

-Demonios- Maldijo Anubis recuperándose de la impresión. Se puso delante de la puerta y la golpeó.

-Abre, no hagas una locura. Tengo que llevarte contigo al Imperio, tu vida corre peligro aquí y no me arriesgaré a perderte- no se oyó nada al otro lado.

Volvió a tocar tan fuerte que la madera se astilló.

-No hagas difícil las cosas, te prometo que lo hablaremos con calma y verás que las cosas no son como parecen-

Pero no recibió respuestas.

-Cachorro- golpeó otra vez.

Nada.

Dio un paso hacia atrás y soltando una maldición asentó una patada a la puerta del baño mandándola a volar contra la tina. Rezó porque el chico no estuviera cerca, no de perdonaría si le hacía daño.

Aunque había solo un pequeñísimo detalle que no se había dado cuenta.

La ventana del baño estaba abierta

Y Darien se había escapado.

Capítulo largo, no se me pueden quejar, de bronca, pero largo.

¿Qué pasará con esta pareja?

¿Qué pasará con el Imperio?

Eso ni yo misma lo sé.

Na mentira es para poner intriga, ya yo sé lo que pasa aunque como va la escritura es un poquito diferente a como lo tenía planeado. jajaja

besitos y espero que lo disfruten y no se olviden votar, así se si los alcanzó.

Los quiero.

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