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Es más fácil no complicar las cosas

Si estar muerto de sentía así, no sabía de porque la gente le tenía miedo pasar al otro mundo. Aunque bueno, él nunca fue de oro, hizo algunas cosas no tan convencionales aunque por lo visto todos, al final, iban al mismo lugar. No tenía quejas. Estaba más cómodo que la mayor parte de su vida. Su cuerpo no dolía, no tenía problemas para respirar, estaba cálido y refrescante a la vez.

Darien abrió los ojos poco a poco dejando que se acostumbraran a la tenue luz del lugar. Pues no, no estaba muerto. Estaba vivito y coleando, dentro de una inmensa piscina donde el agua caliente, al estar sentado, le llegaba al pecho. Si eso era un baño, era 10 veces o más grande que su apartamento. Las paredes apenas visibles por el vapor que salía del agua proveniente de una pequeña cascada artificial, estaban decorados con diversos dibujos egipcios y de jeroglíficos que no se rompería la cabeza en intentar descifrar y las altas columnas le daban un aspecto más reservado. El borde de la piscina estaba construido en piedra tallada, se veía, aunque hermoso, duro. Y donde precisamente estaba sentado él, no se sentía así.

-Ya despertarse cachorro-

Darien se sobresaltó al ir la voz grave tan conocida a su espalda y tanto el miedo como la emoción lo invadieron. Los sentimientos que le antes habían sido bloqueados ahora estaban a flor de piel, no sabía como pero había logrado surcar las barreras de Horus, no había sido una experiencia agradable.

Se preguntó cómo reaccionaría Anubis cuando supiera la verdad, si era que aún lo quería escuchar. Jugó con sus dedos, incómodo viendo bajo el agua las piernas de Anubis junto a las suyas, mientras el calor del pecho del dios abrazaba su delgada espalda. Movió la cabeza que descansaba sobre el sólido hombro para incorporarse, estaba seguro de que no lo quería a su lado, ya se lo había dicho, no lo perdonaría, incluso aunque se disculpara millones de veces. Pero cuando intentó moverse una mano tomó su mentón y llevó su cabeza hacia atrás cayendo unos labios sobre los suyos en un beso más de contacto que con connotación sexual.

-A donde piensas que vas- Dijo rozándolos, entrelazando sus alientos

-No me quieres contigo- Su voz salió resignada

-¿Quién dijo eso?- Apenas un murmullo que Darien creyó no oír

El rostro del hombre esbozaba una débil sonrisa. Sus ojos oscuros brillaban bajo la neblina del vapor mientras el cabello bicolor que tanto a darle lo fascinaba se pegaba hacia atrás, por la humedad, en sus hombros.

-Nastet, me contó que pasó, cuando perdiste la conciencia-

El chico no daba crédito a sus palabras.

-Eso quiere decir-

-Que no debiste arriesgarte así, y no los hagas de nuevo- Su brazo le rodeó la diminuta cintura apretándolo hacia él- No me vuelvas a hacer algo así. Prefiero pagar las consecuencias que soportar ver como sufres de esa manera. Pudimos estar separados para siempre-

-Anubis- Arrastró su nombre alzando una mano hasta la mejilla del dios y la acarició ligeramente. Se sentía conmovido por la reacción del dios- Y cómo Nastet supo la verdad-

-Me dijo que la vio cuando tocó la marca que Horus te dejó. Ese maldito hijo de puta, lo mataré cuando lo vea. Que más te hizo, vi los hematomas Darien así que no me mientas-

El chico vaciló. Si le decía todoooo lo que le había hecho su enemigo seguro lo destriparía pedacito a pedacito, pero no quería buscar más problemas.

-Me lo reservo- ocultó su miraba bajo los rizos húmedos

-Darien. El cuerpo de Anubis se sacudió.

-No me hagas recordarlo de nuevo, por favor-

Lo sintió suspirar en su espalda, bajo la cabeza y la enterró en el hueco del cuello y el hombro depositando un suave beso.

-Tú ganas esta vez, pero de igual forma lo mataré-

Darien puso su mano sobre las del dios

-Estoy bien, ahora estoy bien-

-Qué hiciste para desaparecer el estigma de Horus-

El chico sacudió la cabeza, dudoso.

-No sé de qué estás hablando-

El hombre mayor restregó su mejilla contra la nuca ante él.

-No recuerdas nada acaso, tu aura se focalizó en una zona, cómo lo hiciste, ningún dios a menos que sea el que haya puesto el hechizo puede retirarlo y tú lo rompiste como si nada-

-En serio Anubis, no sé de qué estas hablando- Darien había cerrado los ojos deleitándose con el pequeño masaje alrededor de su cuello.

El inmortal se quedó con la duda de lo que había pasado pero en ese momento su cabeza estaba enfocada en otra cosa más importante.

-Puedo tocarte. Le preguntó mientras besaba la piel sensible del hombro- No aguanto pensar que todo este tiempo que estuviste lejos de mí, estabas en los brazos de él...

Darien sintió la excitación creciente entre sus glúteos, le antes pedía permiso a pesar de estar a su merced.

El humano tembló de emoción, aun lo quería. Incluso después de lo que había pasado. Asintió con suave movimiento de la cabeza, para ser levantado y sentado en el borde de la piscina donde el agua cubría ahora hasta las rodillas. Sus labios fueron cubiertos y tuvo que poner las manos hacia atrás para sostenerse a pesar de que su cintura fue rodeada por el brazo de Anubis. Abrió sus piernas para tenerlo más. Sentirlo era la mejor bendición que podía esperar.

-Seré gentil- Sólo se separó para decir eso y volvió a besarlo con cuidado de no lastimar lo que quedaba de la herida del labio.

El agua de la piscina provenía del manantial medicinal y había ayudado a tratar la mayoría de las heridas

Anubis contuvo un gruñido al sentir bajo sus manos la piel casi pegada a los huesos. Su Darien había estado sufriendo y él con su estúpido orgullo no había hecho nada. Pero ahora que estaba en sus brazos se encargaría de cuidarlo.

Nota: Hola chicos. Como siempre gracias por sus comentarios y votos de antemano. Me encantan

Besooooos con sabor a Nutela y nos vemos

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